
22-abril

El día de la MADRE TIERRA
fue establecido en NNUU a propuesta de Bolivia, como reconocimiento a la Tierra y sus ecosistemas como nuestro hogar, y para promover conciencia para alcanzar el justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, a través de la armonía con la naturaleza y la Tierra.

«El Día Internacional de la Madre Tierra propone una concepción de la Tierra como una entidad que sostiene a todos los seres vivientes del planeta»,
afirmó Miguel D’Escoto, que presidia la Asamblea de la ONU ese año de 2009.
El concepto Madre Tierra tiene sus orígenes en la cosmogonía de la Pachamama, pero la lucha por defenderlo es universal.
Además: Hasta 2030, año en el que también concluyen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se extiende el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.
Este es el plazo límite que, según las personas expertas, representa la última oportunidad de prevenir un cambio climático catastrófico.
¿Si no existe PLANeta B, no habrá que CUIDAR MUCHO MÁS este único planeta A en el que habitamos, la Madre Tierra?

Sabido es que no hay planeta B y por lo mismo habría que apoyar las Alternativas que ofrecen los pueblos indígenas y la agricultura campesina que se confronta con el agronegocio, el acaparamiento de tierras, la deforestación y la gran minería e industria extractiva.
Desde hace decenas de años las organizaciones de mujeres indígenas nos han dicho:
La Tierra es nuestra madre. De ella recibimos nuestras vidas y nuestra capacidad para vivir.
Es nuestra responsabilidad cuidar de nuestra madre y al cuidar de nuestra madre, cuidamos de nosotras mismas. Las mujeres, todas ellas féminas, son la manifestación de la Madre Tierra en forma humana.
Nosotras, las mujeres de los pueblos originarios, hemos luchado activamente con el fin de defender nuestros derechos a la libre determinación y a nuestros territorios que han sido invadidos y colonizados por naciones e intereses poderosos.
Hemos sufrido y continuamos sufriendo múltiples opresiones como pueblos indígenas, como ciudadanas de países colonizados y neo-coloniales, como mujeres, y como miembros de las clases sociales más pobres.
A pesar de esto, hemos protegido y continuamos protegiendo, hemos transmitido y continuamos transmitiendo, hemos desarrollado y continuamos desarrollando nuestra cosmovisión indígena, nuestra ciencia y tecnología, nuestro arte y cultura, y nuestros sistemas socio-políticos y económicos, que armonizan con las leyes naturales de la Madre Tierra.
Mantenemos los valores éticos y estéticos, el conocimiento y la filosofía, la espiritualidad que conservan y nutren a la Madre Tierra.

Para el caso de Latinoamérica-Caribe, el Acuerdo de Escazú, que entró en vigor un 22 de abril, hace 4 años, es no sólo el primer tratado ambiental de América Latina y Caribe, sino también del único acuerdo vinculante adoptado hasta la fecha derivado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20).
Deberíamos escuchar demandas tan elementales, de rabiosa actualidad, como la que Berta Cáceres, asesinada por defender los ríos, exponía al recibir el premio Goldman ambiental: la defensa de los bienes naturales. Ese es el programa que podríamos desarrollar.
“despertemos humanidad, ya no hay tiempo”
“En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales, el pueblo Lenca, resguardados además por los espíritus de las niñas que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta.
El COPINH, caminando con otros pueblos por su emancipación, ratifica el compromiso de seguir defendiendo el agua, los ríos y nuestros bienes comunes y de la naturaleza, así como nuestros derechos como pueblos.
¡Despertemos¡ ¡Despertemos Humanidad¡ Ya no hay tiempo.»

Revertir la guerra que el capitalismo le ha declarado a la Vida.
Ni un grado más ni una especie menos.
Si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado.
A Defender a nuestra madre primera, la Madre Tierra.
Hace falta un proceso de convergencia y complementariedad de los movimientos por los derechos de la naturaleza, los comunes, el Vivir Bien, el eco-feminismo, la soberanía alimentaria, el decrecimiento, la desglobalización, la paz , y un conjunto de visiones que aspiran a cambios estructurales y no a enverdecer el capitalismo que ha entrado a una fase de caos envolvente.

Recursos:
Activistas por la Vida: https://pachakuti.org/exposicion-de-gervasio-sanchez-en-xixon/
Derechos Madre Tierra: https://cmpcc.wordpress.com/derechos-madre-tierra/
Expo: https://pachakuti.org/derechos-de-la-madre-tierra/
Cuaderno de propuestas pedagógicas por una Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra:
Tribunal de Justicia climática en Siero: https://pachakuti.org/diez-anos-del-tjc-de-siero/
A Corazón abierto: https://pachakuti.org/a-corazon-abierto/
Colibrí y la lluvia: https://pachakuti.org/colibri-y-la-lluvia/
Cuaderno de Acciones por la Justicia Climática https://pachakuti.org/programa-de-acciones-por-la-justicia-climatica/
Este año CELEBRAREMOS el día de la Madre Tierra en Mieres, pero el 24-A.
Proyectando el documental DESTERRADAS de Unai Aranzadi, y Conversando con :
–Lora Abuaita, del Movimiento de Mujeres Palestinas ALKARAMA.
–Gemma Arbesú, del Observatorio para los DDHH en el SAHARA.

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