22 de abril.
El Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (“Acuerdo de Escazú”), fue adoptado en Escazú, Costa Rica, el 4 de marzo de 2018 y entró en vigor el 22 de abril de 2021.
Es vinculante y se considera el único tratado de democracia ambiental.
Tiene su origen en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Río de Janeiro (Brasil) del 20 al 22 de junio de 2012, cuando diez Gobiernos de América Latina y el Caribe impulsaron la Declaración sobre la Aplicación del Principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en la que reafirmaban el compromiso con los derechos de acceso a la información, participación y justicia en asuntos ambientales, manifestaban su voluntad de avanzar hacia un instrumento regional que promoviera su cabal aplicación y solicitaban el apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) para que actuara como Secretaría Técnica.
24 países reafirmaron la importancia del primer tratado ambiental de la región y su compromiso con la protección del planeta y de las personas que lo defienden.
La reunión que comienza hoy en Chile tiene por objetivo principal la consideración y aprobación del Plan de Acción sobre Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Asuntos Ambientales.
El Acuerdo promueve la defensa de los derechos de las personas defensoras del medio ambiente y el respeto por los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales.
Las mujeres, los pueblos indígenas y las personas afrodescendientes se enfrentan a riesgos especialmente elevados, con mayores cargas e impactos derivados de la desigualdad de género preexistente y de formas de discriminación transversales.
Al mismo tiempo, las mujeres, los pueblos indígenas y las personas afrodescendientes suelen estar en primera línea como defensores de los derechos humanos en cuestiones medioambientales. Desempeñan un papel clave en la protección de los derechos humanos y el medio ambiente enfrentando numerosas amenazas: desde la criminalización de su trabajo hasta la violencia de género, la intimidación, las campañas de desprestigio y la muerte.
Aunque los pueblos indígenas constituyen aproximadamente el 6% de la población mundial y poseen y/o gestionan poco más de una cuarta parte de la tierra en el planeta, ellos salvaguardan el 80% de la biodiversidad que queda en el mundo.8 Más de un tercio de todos los ataques mortales contra defensores del medio ambiente son en contra de los pueblos indígenas.
En América Latina y el Caribe, los pueblos indígenas y afrodescendientes mantienen aproximadamente 400 millones de hectáreas de tierra, que albergan alrededor del 40% de los bosques naturales de la región. Las comunidades afrodescendientes se establecieron a menudo en zonas ricas en recursos naturales, y los fenómenos climáticos extremos de la última década, han afectado de manera desproporcionada a las poblaciones afrodescendientes del Caribe.
A escala mundial, casi tres de cada cuatro asesinatos de defensores de los derechos humanos en asuntos medioambientales tienen lugar en América Latina y el Caribe, lo que convierte a la región en una de las más peligrosas del mundo para los defensores de los derechos humanos medioambientales.
Colombia asiste a Chile, pero no puede votar: el Congreso y el gobierno ratificaron el Acuerdo, pero está pendiente de revisión en la Corte Constitucional: Retraso que resulta especialmente delicado: Solo en 2022 se registraron al menos 60 asesinatos de ambientalistas, en tanto durante 2021 fueron 33 homicidios con estas características, según la organización Global Witness.
Ese escenario de conflictividad pone en absoluto riesgo a quienes están en los territorios porque llegan grandes empresas, acompañadas muchas veces de grupos armados ilegales, como pasa en Colombia y en la región amazónica, que lo que quieren es desplazar a estas comunidades para poder hacer uso de sus recursos, ya sea para la explotación minera, legal o ilegal, o ya sea simplemente para el desarrollo de ganadería extensiva.
22 de abril: la ONU dice: Recordemos hoy más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía con la naturaleza y la tierra. ¡Únete al movimiento mundial para restaurar la madre Tierra!
Mensaje del Secretario General 2024
La humanidad se comporta como el hijo delincuente de la Madre Tierra.
Dependemos de la naturaleza que nos da los alimentos que comemos, el aire que respiramos y el agua que bebemos. Sin embargo, hemos sumido en el caos al mundo natural, envenenando nuestro planeta con la contaminación, aniquilando con gran liviandad especies y ecosistemas y desestabilizando el clima con las emisiones de gases de efecto invernadero.
Estas acciones perjudican a la naturaleza y a la humanidad. Estamos poniendo en peligro la producción de alimentos, contaminando el aire y los océanos, creando un medio ambiente más peligroso y menos estable, y frenando el desarrollo sostenible.
Juntos debemos restablecer la armonía con la naturaleza, adoptar modalidades de producción y consumo sostenibles y protegernos de los peligros, al tiempo que creamos empleo, reducimos la pobreza y promovemos el desarrollo sostenible.
Esto significa poner freno a la pérdida de biodiversidad, poner fin a la contaminación y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. Significa apoyar a los Pueblos Indígenas, las comunidades locales y las personas más afectadas por las crisis de la contaminación, el clima y la biodiversidad. Significa ofrecer justicia climática a los países que se están llevando la peor parte del caos climático y movilizar rápidamente los fondos y la ayuda que necesitan para tomar medidas sobre el clima, proteger la naturaleza y promover el desarrollo sostenible.
Los países deben elaborar nuevos planes nacionales sobre el clima acordes con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados centígrados, que pueden servir también como planes nacionales de transición o de inversión y que apuntalen el desarrollo sostenible para las generaciones futuras. Por su parte, el G20 debe liderar la eliminación rápida, justa y financiada a nivel mundial de los combustibles fósiles, de forma progresiva, y poner fin a las subvenciones que destruyen la naturaleza, como las que financian la producción desenfrenada de plásticos que asfixian el planeta.
Reparar las relaciones con la Madre Tierra es el mayor de los retos de la humanidad. Debemos actuar, y rápido, para crear un futuro mejor para todos.
A propuesta de Bolivia durante el mandato de Evo Morales, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presidida por Miguel D´Escoto, designó en 2009 el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra, con la finalidad de recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida.
La inmensa mayoría de encuentros, acuerdos internacionales y políticas nacionales sobre el medio ambiente, el cambio climático y la biodiversidad tienen un enfoque antropocéntrico. La principal preocupación de estas iniciativas gira en torno al ser humano antes que enfocarse en restaurar el equilibrio de los diferentes ecosistemas y del planeta como un todo.
Los informes sobre los ODS muestran de manera muy clara que el mundo no está en camino de cumplir los ODS para 2030.
La situación ahora es aún más alarmante por la guerra en Ucrania.
El informe 2020 afirma: “la biodiversidad está disminuyendo a un ritmo alarmante”.
Por ello es imperativo salir del paradigma antropocéntrico del desarrollo sostenible y el crecimiento económico sostenido para empezar a incluir tanto a los componentes humanos y no humanos de la comunidad del planeta Tierra.
Es necesario involucrar de manera decisiva y no retórica a la sociedad civil y promover la participación efectiva de los pueblos indígenas y otros que han sabido convivir con la naturaleza y no simplemente utilizarla para provecho propio.
Si a nivel local, municipal, provincial, nacional, regional e internacional no se incorpora a la naturaleza y los pueblos, es imposible salir de este callejón sin salida del crecimiento sostenido y el desarrollo sostenible que son paradigmas que han quedado superados por la magnitud de las crisis sistémicas que vivimos.
Ya se están aprobando leyes y sentencias judiciales en varios países del mundo que reconocen los derechos de la Naturaleza.
Este proceso debe combinar la reflexión con la acción, la resistencia contra el extractivismo, el productivismo, el patriarcado, el colonialismo, el racismo, la guerra y la sexta extinción de la vida en la Tierra con la construcción de alternativas sistémicas a todos los niveles.
Implica la defensa y recuperación de territorios rurales y urbanos para desarrollar prácticas de autogestión. El concepto de territorio fuertemente enraizado en los pueblos indígenas comprende diferentes dimensiones según los distintos actores sociales: un rio, un parque, un aeropuerto, una escuela, un barrio, una comunidad, un bosque, una fábrica, etc. La construcción de territorios libres de transgénicos y agrotóxicos o de escuelas libres de bullying y racismo, o de espacios libres de minería contaminante o de territorios rescatados de la deforestación provocada por el extractivismo agropecuario son un componente fundamental.
Hace falta un proceso de convergencia y complementariedad de los movimientos por los derechos de la naturaleza, los comunes, el Vivir Bien, el eco-feminismo, la soberanía alimentaria, el decrecimiento, la desglobalización, la paz , y un conjunto de visiones que aspiran a cambios estructurales y no a enverdecer el capitalismo que ha entrado a una fase de caos envolvente.
Pueblos indígenas
Los pueblos originarios se acercan a la naturaleza desde diferentes miradas. El término “Madre Tierra” ha sido pronunciado desde tiempo atrás entre los pueblos originarios del mundo:
- La reconocen como fuente de vida, y señalan la interdependencia que existe entre los seres humanos y la naturaleza.
- Es el centro del universo y parte importante de su identidad como pueblos; los conecta con su pasado, con el presente y con el futuro.
- Interpretan el mundo material y espiritual entretejido en una compleja red donde todas las cosas vivientes tienen un significado sagrado.
Para esta visión y forma de vida, en contraste con el pensamiento occidental, la Tierra no es un recurso sujeto a la dominación y explotación, sino un ser que merece amor, respeto y cuidado. Comprenden muy bien que dañar a la Tierra es destruirnos a nosotros mismos, pues somos parte del mismo organismo.
Esta cosmovisión referente a la Tierra se refleja en las formas de habitarla y conservarla. En algunos estudios se señala que las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad en Mesoamérica están en los territorios indígenas. Es indispensable aprender de estos pueblos, desde la forma en que se relacionan con el territorio hasta sus prácticas en materia de conservación.
El presidente de la Asamblea General, Miguel D´Escoto, decía en 2009:
«Como señalan los científicos, nos estamos acercando, y quizá ya hemos llegado, a un punto de inflexión en el que el daño que estamos infligiendo al medio ambiente es irreversible. Es posible que enfrentemos un futuro de decadencia inexorable a medida que destruimos los frágiles ecosistemas que sustentan toda la vida en el planeta. Lo que debemos preguntarnos ahora es cómo hacer más lenta esta decadencia o, en el mejor de los casos, cómo invertirla y devolver la salud a nuestro planeta.
También nos estamos acercando a un punto de inflexión en nuestra conciencia colectiva del terrible daño que nuestra especie está infligiendo a nuestra querida Madre Tierra. Somos ahora conscientes de la milagrosa complejidad de nuestra diversidad biológica terrestre y marina y de su fragilidad. Hace dos años, este noble órgano declaró el 2010 «Año Internacional de la Diversidad Biológica» como parte de los esfuerzos por hacer más lento el horrendo ritmo de la pérdida de la riqueza de nuestro planeta. Sin embargo, seguimos despilfarrando nuestra abundancia natural en nombre de una fe cuasireligiosa en las ganancias y en el mercado. La crisis económica y financiera que se está propagando debe ser considerada no sólo un fracaso de las políticas, sino una señal de alerta de que nuestro hiperconsumo, nuestra codicia sin límites y la obsesiva acumulación de poder y dominio no tienen futuro si queremos sobrevivir.
La Asamblea está enviando un mensaje especial de esperanza en el Día de la Madre Tierra. Estamos haciendo de las personas y el bienestar del planeta el centro de nuestra atención y reconociendo que la buena administración de nuestros recursos menguantes es una responsabilidad compartida. Después de todo, la Madre Tierra nutre y sostiene la vida y nuestra propia humanidad.
Debemos, como hermanas y hermanos que somos, cuidar de la Madre Tierra a nuestra vez. Convirtámonos una vez más en buenos administradores. Oigamos los sabios consejos de los pueblos indígenas, que, contra viento y madera, han mantenido sus profundos vínculos con la naturaleza. Apoyemos a los miles de millones de pequeños productores de alimentos que, con métodos de agricultura sostenible, pueden seguir brindándonos alimentos saludables y no ser empujados a caer en la miseria por políticas comerciales injustas y agroindustrias codiciosas. Nuestra decisión hoy es un paso simbólico más para cambiar la mentalidad dominante que nos ha llevado tan cerca de la autodestrucción.»
«Está claro que debemos movilizar nuestras fuerzas a nivel mundial para afrontar los problemas que hemos creado. No tengo ninguna duda de que las Naciones Unidas nos proporcionan la mejor plataforma para las enormes tareas que tenemos ante nosotros. Este foro también necesita la inspiración y la visión que nuestros científicos, activistas de la sociedad civil y líderes políticos pueden brindarnos.»
El concepto Madre Tierra tiene sus orígenes en la cosmogonía de la Pachamama, pero la lucha por defenderlo es universal.
Los Derechos de la Naturaleza centran su atención en la Naturaleza, que obviamente incluye al ser humano. La Naturaleza vale por sí misma, sin importar los usos que le den las personas, implicando una visión biocéntrica. Estos derechos no defienden una Naturaleza intocada. Estos derechos propugan mantener los sistemas y conjuntos de vida. Su atención se fija en los ecosistemas, en las colectividades.
Pero hay que ir más allá. No se trata de buscar un equilibrio entre economía, sociedad y ecología; menos aún usando como eje articulador abierto o encubierto al capital. El ser humano y sus necesidades deben primar siempre sobre el capital, pero jamás oponiéndose a la armonía de la Naturaleza, base fundamental para cualquier existencia.
Activistas por la Vida: https://pachakuti.org/exposicion-de-gervasio-sanchez-en-xixon/
Derechos Madre Tierra: https://cmpcc.wordpress.com/derechos-madre-tierra/
Expo: https://pachakuti.org/derechos-de-la-madre-tierra/
Mujeres indígenas vienen diciendo hace décadas que:
“La Tierra es nuestra madre. De ella recibimos nuestras vidas y nuestra capacidad para vivir.
Es nuestra responsabilidad cuidar de nuestra madre y al cuidar de nuestra madre, cuidamos de nosotras mismas. Las mujeres, todas ellas féminas, son la manifestación de la Madre Tierra en forma humana.
Nosotras, las mujeres de los pueblos originarios, hemos luchado activamente con el fin de defender nuestros derechos a la libre determinación y a nuestros territorios que han sido invadidos y colonizados por naciones e intereses poderosos.
Hemos sufrido y continuamos sufriendo múltiples opresiones como pueblos indígenas, como ciudadanas de países colonizados y neo-coloniales, como mujeres, y como miembros de las clases sociales más pobres.
A pesar de esto, hemos protegido y continuamos protegiendo, hemos transmitido y continuamos transmitiendo, hemos desarrollado y continuamos desarrollando nuestra cosmovisión indígena, nuestra ciencia y tecnología, nuestro arte y cultura, y nuestros sistemas socio-políticos y económicos, que armonizan con las leyes naturales de la Madre Tierra.
Mantenemos los valores éticos y estéticos, el conocimiento y la filosofía, la espiritualidad que conservan y nutren a la Madre Tierra.”
Cuaderno de propuestas pedagógicas por una Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra:
Tribunal de Justicia climática en Siero: https://pachakuti.org/diez-anos-del-tjc-de-siero/
A Corazón abierto: https://pachakuti.org/a-corazon-abierto/
Colibrí y la lluvia: https://pachakuti.org/colibri-y-la-lluvia/
Cuaderno de Acciones por la Justicia Climática https://pachakuti.org/programa-de-acciones-por-la-justicia-climatica/
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