Ante el Campoamor de Oviedo..

Ante el Teatro Campoamor.. Asturies pola Paz, non pola guerra.

Sara Teasdale (norteamericana)
Vendrán lluvias suaves y olor a tierra mojada,
Y golondrinas rolando con su chispeante sonido;
Y ranas en los estanques cantando en la noche,
Y ciruelos silvestres de trémula blancura.
Los petirrojos vestirán su plumoso fuego
Silbando sus caprichos sobre el cercado;
Y nadie sabrá de la guerra, a nadie
Preocupará cuando al fin haya acabado.
A nadie le importaría, ni al pájaro ni al árbol,
Si toda la humanidad pereciera;
Y la propia Primavera, cuando despertara al alba,
Apenas se daría cuenta de nuestra partida.

Daniel Sierra, del CMPA dijo que:
«Antes de comenzar con la lectura del texto de esta concentración, es obligado dedicar a modo de homenaje unas palabras a dos personas que nos han dejado recientemente y cuya implicación en el movimiento pacifista y en tantas luchas sociales ha sido fundamental. En primer lugar, a Mercedes, una persona profundamente comprometida con el antibelicismo, quien nos acompañó en la formación de esta plataforma tan necesaria. Y en segundo lugar, a Tino Brugos, fundador de XEGA, del Comité de Solidaridad con América Latina, sindicalista de SUATEA y militante de tantísimos movimientos sociales. A ambos les dedicamos esta concentración, les dedicamos estas palabras, les dedicamos esta lucha compartida. Que la tierra os sea leve, compañeros.
Nos encontramos de nuevo aquí, frente al Teatro Campoamor de Uviéu tras el éxito de la manifestación del 21 de septiembre en Xixón, para seguir manteniendo viva la movilización por la Paz y la Justicia, en un mundo donde los tambores de guerra suenan con cada vez más fuerza.

Según las Naciones Unidas, una cuarta parte de la humanidad vive en zonas afectadas por conflictos armados. El genocidio en Gaza ha dejado ya más de 680.000 asesinados y el desigual «acuerdo de paz» impuesto por el imperialismo norteamericano ni si quiera ha sido respetado por el Estado sionista. Mientras, la Guerra en Ucrania, financiada por las naciones de la OTAN, continúa dejando tras de así más de 1.000.000 de víctimas civiles.
En este contexto devastador, la Unión Europea ha decidido actuar como un servil peón en el tablero del fascista Donald Trump, y ha procurado inyectar una desorbitada cantidad de recursos en financiar la maquinaria bélica de su imperio decadente.
El Plan Rearm Europe de la Comisión Von der Leyen se construirá sobre el desmantelamiento de nuestro ya fragilísimo Estado de Bienestar, a costa de nuestros servicios, de nuestras pensiones y de nuestra Educación. El neoliberalismo ha encontrado en la guerra un nuevo disfraz con la que colar su doctrina cruel. Y las vidas que se perderán en sus eventuales guerras no serán las de élites que nos empujan al conflicto, sino la de los jóvenes y los hijos e hijas de la clase trabajadora de Europa.

Mientras, en África se ha naturalizado la ocupación del Sáhara Occidental por parte de Marruecos, incumpliendo finalmente el propósito de la Misión de las Naciones Unidas para la celebración de un referéndum, a la vez que se producen guerras brutales en Sudán, o en la República Democrática del Congo, alimentadas por los intereses en los recursos minerales de los países.
A todo ello se añade ahora la amenaza que los Estados Unidos vuelve a proyectar América Latina y el Caribe. El imperialismo yankee vuelve a amenazar con desestabilizar a las naciones de Venezuela y de Colombia, y pretenden bajo la excusa de la «lucha contra el narcotráfico» (como ya hicieron en Oriente Medio con la «lucha contra el terrorismo), vulnerar su soberanía y corromper la paz de sus pueblos.
Desde Asturies pola Paz, condenamos una vez más el genocidio en Gaza, no nos resignamos a aceptar el aumento del gasto militar o a aceptar que la guerra en Europa no es evitable. Y rechazamos la agenda imperialista estadounidense sobre América Latina y el Caribe y las agresiones que ya se han producido. En conclusión, reafirmamos nuestro compromiso con la cultura de la paz y la no violencia, con el multilateralismo y el respeto a la soberanía; con el fiel cumplimiento de los Derechos Humanos y con la resolución pacífica de los conflictos internacionales.
No a las guerras«.

Una voz colombiana dijo también que:
«En nuestra América estamos por la paz. La declaramos hace medio siglo como Zona libre de guerras.
El despliegue por Trump de tropas, portaviones y fragatas amenazando a Venezuela y a Colombia, constituyen acciones ilegales, como las ejecuciones extrajudiciales de 70 personas en el mar a misilazo limpio, son acciones ilegales, injustas y constituyen crímenes de lesa humanidad.
¿Por qué si no agredimos a otros países ni hemos declarado guerra a nadie?.
Con la excusa de la guerra al narcotráfico hacen guerra psicológica y guerra híbrida.
A Trump hay que tomarlo en serio. Sería un error especular sobre si se atreven a invadirnos o no o si será una operación quirúrgica. No es un juego de probabilidades. Es una amenaza a la seguridad y soberanía de varios Estados soberanos que enfrentamos al colonialismo.
No se trata de apoyar a Maduro o a Petro. Se trata de defender el derecho a la soberanía y a la paz.
Del Esequibo a Panamá pasando por Venezuela y Colombia es el territorio que pretenden someter a mano armada.

Petróleo para ExxonMobil y Shell Amoco, diamantes, oro, platino, bauxita, gas, coltán y el canal de Panamá.
Siempre hemos temido que el conflicto interno colombiano lo usen para encender una guerra que cubra Colombia, Venezuela, Cuba…
Llamamos a las gentes de Colombia y de Venezuela a rechazar las agresiones imperiales.
Y a la solidaridad asturiana por la paz a incluir en su acción el rechazo a la guerra imperialista en el Caribe.
Somos pueblos dignos, soberanos. No hace falta otro Vietnam para que lo entienda».

Lo dejó dicho don Antonio Machado: «¡Señor! La guerra es mala y bárbara; la guerra, odiada por las madres, las almas entigrece; mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra? ¿Quién segará la espiga que junio amarillece?.»

¿Cuánto dinero nos Mal-Gastamos en la industria de la muerte?
Si la CELAC en Latinoamérica ha sido declarado territorio de paz.. ¿Por qué no hacemos lo mismo en Europa?
¿Cómo va a ser de «interés estratégico», el plan militarista? ¿Estamos locas o qué?
Ni un Euro, ni una persona, ni un voto para la guerra.
Hay que cerrar las relaciones con Israel. Todas.
Se ha anunciado la Manifestación del 29-N por Palestina, y se ha tenido «envidia» por la llegada de la selección de fútbol de Palestina a Euskal Herría, para jugar un partido memorable, lo mismo que el martes hará con la selección catalana.

En el comentario sobre la Cumbre del Clima en Belém-Brasil, se ha compartido la movilización de hoy para recibir masivamente a la flotilla que ha recorrido el Amazonas, para exigir acciones perentorias para cuidar la Madre Tierra, y se ha relacionado con la necesaria PAZ, como a la misma hora estaba explicando el investigador del Centro Delas, en Tortoso, Pere Ortega, con el asunto del vínculo entre Economía de guerra, Expolio de recursos y el desastre del clima: La PAZ y la emergencia climática en relación profunda e íntima. (Habrá una concentración relacionada con la COP30 en Brasil, este sábado a las 12 en la plaza mayor de Xixón).
También del Sahara se ha recordado que este viernes 14 se cumplen los 50 años de la traición franquista, y hay concentraciones y manifestación en Madrid, con autobuses que salen de Asturias para ello. Mañana jueves en el Cine Felgueroso de Langreo se hablará del Sahara, con el presidente de COSARA y con la abogada Gemma Arbesú, del Observatorio asturiano de DDHH para el Sahara Occidental.

‘Desarmar el miedo, construir seguridad’: Conferencia de Pere Ortega, “Conexión entre Paz y Clima”. (hoy 12-N)

LA PAZ DEL CARIBE EN PELIGRO
Rechazamos el despliegue militar del gobierno de los Estados Unidos en aguas del sur del Caribe, amenazando la soberanía, la seguridad de Venezuela, de Colombia y la paz de América Latina con la excusa de combatir el narcotráfico.
A esa zona, ocupada ya desde Agosto por destructores, cruceros lanzamisiles, cazas furtivos y submarinos de propulsión nuclear, han trasladado ya al buque de guerra más grande del mundo (portaviones que transporta tantos aviones comoel total de la fuerza aérea venezolana), y sus cielos están siendo surcados a diario por los bombarderos ultramodernos. Y, lo peor, han aplicado ya “ejecuciones extrajudiciales”, según la ONU, sobre unas 70 personas sin prueba alguna. De otro lado Trump ha dado permiso a la CIA para llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela y ha fijado una recompensa por Maduro de 50 millones de dólares.

Desde 1967 cuando los países de América Latina y el Caribe decidieron declararse como zona libre de armas nucleares, pasando por el 2014 con la proclama de «América Latina y el Caribe como zona de paz», los países de la región se vienen alejando del militarismo y construyen relaciones basadas en la cooperación, la solidaridad y el respeto del derecho internacional. No hay guerras en nuestra América, no hay países de la región amenazando a los EE.UU. como para que saboteen las dinámicas de paz regional con esta escalada bélica, con bombardeos contra lanchas tripuladas por civiles ejecutados sin formula de juicio.
Concita preocupación y rechazo el que la CIA arrecie por orden de Trump las acciones para desestabilizar y descabezar al gobierno de Venezuela a cuyo jefe de estado le pusieron precio, y que amenace con ingresar al territorio colombiano presidido por Gustavo Petro, al que señala sin pruebas de ser líder de narcos.

Estas maniobras agresivas e ilegales de guerra psicológica e híbrida buscan recuperar el control de los territorios desde el Esequibo a Panamá, pasando por Colombia cuyo gobierno enfrenta con decisión y con resultados positivos el tráfico de cocaína y ha advertido que no prestará su territorio para que agreda a Venezuela. El despliegue del terror imperial puede influir en las elecciones colombianas de marzo y mayo próximos, en las que Trump aspira a que regrese al gobierno la extrema derecha encabezada por Álvaro Uribe Vélez.
Resulta paradójico que persigan a Petro que golpea a las mafias y que no persigan a Uribe al que rotulan en sus archivos como el «narcotraficante n° 82» por sus negocios y cercanía con las mafias desde el auge del cartel de Medellín.
Trump, Marco Rubio, la CIA, el Pentágono y la OEA, están cometiendo una agresión ilegal contra Venezuela y están generando gran inseguridad para la navegación en aguas internacionales. Tememos que desaten una crisis incontrolable en el Caribe, en el área de la Orinoquía y en la región andino-amazónica. Están en peligro una docena de repúblicas soberanas, que tienen derecho a vivir en paz.

¿Para librar la batalla contra las drogas? Todo indica que no es el caso. Para empezar, porque, según el informe mundial sobre drogas de la ONU “solo el 5% de la droga hacia EE.UU. transita por Venezuela”. La inmensa mayoría (alrededor del 80 %) de la cocaína llega a través de la ruta del Pacífico.
La guerra al narcotráfico no ataca los carteles dentro de EE.UU. ni al problema de salud pública por el consumo creciente, ni al sistema financiero que lava las gigantescas ganancias de las mafias que irrigan su economía. Es una “guerra” contra pescadores y embarcaciones civiles en el mar caribe y desde hace pocos días en el océano pacífico, en la que han asesinado con misiles al menos 68 personas, crímenes graves, que deben cesar y ser llevados a estrados internacionales.

El pretexto de criminalización del narcotráfico no es sino el primer paso de una estrategia imperialista orientada a la intervención política y militar para asegurar el control de determinados gobiernos que han dejado de ser sumisos. Y nos hace recordar cómo era de burda la falacia de las armas de destrucción masiva en Iraq y hasta qué punto funcionó.
El interés de las élites de los EE.UU. en el Caribe es volver a tener gobiernos títeres como las fichas de Uribe Vélez y de Corina Machado, que les permita recuperar el acceso a todos sus recursos, a las reservas de oro, coltán, hierro, aluminio, níquel, cobre, bauxita y manganeso y a las mayores reservas de petróleo y de gas del mundo, codiciadas por Chevron-Texaco y Exxonmobil. Y Venezuela es, sin duda, la “joya de la corona“ latinoamericana, pues además es el epicentro del movimiento bolivariano, uno de los mayores ejes de resistencia antiimperialista de América. Asi que el control y subordinación de Venezuela es prioritario para EEUU. y además es paso obligado para todo el control continental.
Hasta hace poco, parecía que lo único que le interesaba a Trump con respecto a Venezuela era el acceso a su petróleo, siendo lo demás un factor adicional. Pero la escalada actual forma parte de una tendencia más amplia en la política exterior estadounidense. Trump trata de reforzar la posición del imperialismo estadounidense en el continente americano, donde ha sido parcialmente desplazado por China. (China es ahora el principal socio comercial de américa latina-caribe y el mayor inversor en los sectores de la energía, las infraestructuras y las telecomunicaciones). Hoy se ve que la razón por la que Washington ha lanzado el ataque contra Venezuela es porque buscan instalar un gobierno que cumpla con los dictados del imperialismo estadounidense, que Venezuela y toda Latinoamérica rompa los vínculos con China, y que abra los recursos naturales del país al expolio de las multinacionales estadounidenses. China y, en menor medida, Rusia deben ser expulsadas por la fuerza.

Nuestra denuncia. Expresamos el rechazo a las sanciones e intentos de golpe de estado en Colombia y condenamos las acciones terroristas de la CIA que desde el intento de golpe de estado contra el presiente Hugo Chávez en el 2002 no ha parado de generar atentados contra la infraestructura eléctrica y de pagar sabotajes y operaciones de desestabilización usando mercenarios gringos, grupos de narco-paramilitares colombianos y guarimberos locales.
Respaldamos las voces que desde América piden paz, rechazan el colonialismo, los bloqueos, las invasiones, las matanzas impunes. Es hora de que el gobierno español se pronuncie claramente en similar sentido en relación con lo que está pasando frente a Venezuela.
La “guerra contra el narcotráfico” lleva un cuarto de siglo y ha sido un fracaso, la reeditan por interés económico y geoestratégico de una potencia que se niega a entender que el Caribe, el pacífico y nuestra América no son de su propiedad, que el diálogo y la diplomacia son el camino y que generar una guerra en su vecindario sería un error grave porque la humanidad ha cambiado, se moviliza por la paz y les quitó la máscara de genocidas en Palestina.
Llamamos a la solidaridad con los pueblos del caribe, Venezuela, Colombia, Cuba, Panamá, que tienen derecho a la soberanía, la autodeterminación y la paz
Es obvio que no se necesitan portaviones para librar la guerra contra las drogas. El objetivo de Estados Unidos es el gobierno popular de Venezuela y el dominio renovado sobre todos los pueblos del hemisferio occidental al sur de Estados Unidos.


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