18 de abril.
En las cárceles del Buen Pastor y de la Picota. Bogotá.
Ambas, como casi todas, ubicadas junto a un batallón militar, que dan contraste poderoso entre los campos, arboleda y extensión del espacio militarizado y acotado para el poder armado, y el otro espacio del hacinamiento de personas, de las humillaciones, de las vulneraciones casi asumidas como cotidianas de derechos esenciales.
Camila, Maryori, Ivonne, Luz Lady, Yenifer, Blanca, Maura, Iris, Alejandra, Ana Malena, Clarisa. prisioneras políticas de distintos rangos, (ELN, FARC y Primera Línea) tiempos y recorridos de anteriores cárceles, cuentan a la delegación asturiana (con los brazos repletos de sellos de tinta que dan fe del tiempo empleado para lograr entrar, y que dan idea del tiempo perdido por los familiares cuando cada 20 días pretenden acceder a visitar a su gente presa, en unas horas que son reducidas a la mitad por esta tramitología imposible del encarcelamiento)
partes de su existencia entre rejas, muchas con sentencia (injusta en los más, ajustada a las normas imperantes, en otras, con entrampamiento judicial en muchos), otras en prisión preventiva sin juicio aun (lo que les imposibilita de acceder a “rebajas” por trabajo o estudio).
Ellas se presentan en rebeldía frente a la gris prisión con colores vivos en sus cabellos, y asumen su dolor ( de la separación de sus hijos a los que quieren evitar el mal trago de las vejaciones si llegaran allí cada 20 días), de la pérdida de libertad e intento de quebrar sus dignidades, de esperanzas en que haya atención a sus necesidades básicas de comida sin fundamento y muchas veces podrida, de atención de salud a sus condiciones específicas en vez de pinchazos y pastillas uniformes,
de posibilidad de saludar a sus familiares en condiciones de dignidad, de procesos judiciales en los que tengan oportunidad de defenderse y no llegar ya con sentencias previamente acordadas, de participación como personas privadas de libertad en las propuestas de paz en las que tendrían que dar su aporte y opinión dado que son insurgentes ante el sistema, presas por luchar. En fin, de que las dejen estudiar tal como establecen las normas.
Ayer 17-A era precisamente el día para la Libertad de presas y presos políticos https://pachakuti.org/17-de-abril-2/ y preguntadas las presas por los avances acordados en las conversaciones con el ELN y reportadas por la delegación asturiana el año anterior https://pachakuti.org/en-la-carcel-de-la-picota/ comentan que sí ha habido gestos, como que las 8 personas en fase terminal de su vida por salud deteriorada, 4 sí pudieron salir, dos murieron en prisión, y se sigue auspiciando que 40 con enfermedades crónicas accedan a la libertad siquiera sea vigilada, en tanto que otras participen de las “promotorías de paz” que han sido acordadas, aunque todo a un desesperante ritmo lento.
El día y la delegación ha estado también completo con la audiencia con la directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (entre 80mil y 120mil en el marco del conflicto), y con el coordinador de la comisión de paz del Congreso.
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