
Y la luna roja de Cúcuta.

Aguachica.
La recurrente y reincidente historia del despojo.
Ya habíamos tenido audiencias con las familias de la antigua hacienda Bellacruz, en las Pavas, donde pernoctó en su finca una de las delegaciones asturianas en medio de un mar de palmas aceiteras.
Ya habíamos compartido con familias en Ibagué, procedentes de la misma hacienda, en los predios de compensación que lograron algunas de ellas.

También en otro año en Aguachica la delegación tuvo espacio de comunicación directa. Y ahora, otras 49 familias expulsadas por el despojo han estado ocupando edificio público durante semanas y meses, hasta lograrse un acuerdo de reubicación en el Casanare, esta misma semana, tras 28 años de reclamos.
¿Y de qué va eso de la hacienda Bellacruz?
Pues va de otra de las historias de terror prolongado en el tiempo, que involucra nada menos que a quien fuera Embajador de Colombia en la Unión Europea y Bélgica, Carlos Arturo Marulanda, y también ex ministro.
Y es un relato fidedigno del robo y acumulación de tierras por parte de terratenientes, con el uso de la violencia paramilitar, para llevar a término un modelo agroindustrial y eliminar la agricultura familiar.
En medio han quedado más de 70 asesinatos, y la hacienda en manos del empresario Efomovich (y también dueño de Avianca), con cultivo de palma aceitera.
Representantes y sobrevivientes campesinos de esta larga lucha estaban hoy en Aguachica, con la delegación asturiana . Lo mismo que la Comisión de interlocución Sur de Bolívar centro y sur del Cesar sur del Magdalena y proceso de los Santandere..la asociación campesina Sur de Bolívar, campesinado de Chimichagua, Asocadar (campesinos desplazados), Asocambol, la de Buenos Aires, la de Mujeres Comunitarias, la Federación de Mujeres agromineras, el MOVICE, la de Víctimas mujres del desplazamiento forzado por el monocultivo de palma, los de Tamalameque, los de San Alberto, Asoprodagro, los del municipio la Pelaya,

Contando todas ellas y ellos del despojo con violencia, del terror que tienen a la maquinaria amarilla, retroescabadoras que financian empresarios e imponen paramilitares para destrozar las quebradas buscando oro fácil, de la justicia que no llega frente a terratenientes-políticos que han destruido ciénagas y humedales para sus negocios desastrosos.
Resistencia campesina a raudales, pero esa fortaleza precisa de muchos más apoyos y aptitud más decidida del actual gobierno, no solo en asuntos de justicia, sino para que modelo extractivista depredador pueda ser revertido a favor de la agricultura campesina.

En este punto una parte de la delegación viaja por 8 horas hasta Cúcuta, acompañada en su tramo final de la “luna llena y roja de Cúcuta”, mientras la otra parte de la delegación puede visitar la ciénaga y sus biodiversidades, así como una experiencia inédita de recuperación de tierras para el campesinado.
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