Llamamiento de las organizaciones en el aniversario de GASPAR.

Gaspar, de nuevo en Tuilla.
El aniversario 47 de cura-comandante-guerrillero ha estado precedido de numerosas actividades, y hoy sábado Tuilla, lugar donde vivió con su familia minera, ha sido escenario de nuevos espacios de Memoria de la lucha del naloniano solidario.

La abogada nicaragüense (tras los primeros compases de los gaiteros y la primera canción de May Rodríguez Andrés) Martha Haemhouts, ha dicho que desde el CEPA (*) organización de formación campesina cristiana, ya no rezan “por Gaspar”, sino que rezan “a Gaspar”, al que ella considera santo, y que al hacerlo ayer, le pedía que hoy no lloviera. Y en efecto fue un día de mucho sol y mucha luz en la comarca del Nalón.

Representantes de tres grupos de concejales (PP, IU, y no adscritos) usaron la palabra con mensajes certeros, emotivos y cercanos, (en el sentido de que uno de los ediles era y es de Tuilla y otro procede la Güeria en SMRA emparentado con los Laviana).
Ana del COSAL, a nombre de los cinco colectivos convocantes, leyó un texto unitario que compartimos.

May siguió cantando a Gaspar, y en colectivo el Santa Bárbara bendita, y los gaiteros entonaron con los presentes el Asturias Patria Querida, en tanto que Rebeca y Pipo daban la versión poética con poemas del propio Gaspar.
Se escuchó, en la megafonía facilitada por el Ayto, en la explanada de Tuilla:

“POR LA LIBERACIÓN Y EL CUIDADO
En recuerdo de Gaspar García Laviana: de la Nicaragua de 1978 a la Asturias de 2025
Hoy nos reunimos para honrar la memoria de Gaspar García Laviana, sacerdote, guerrillero y poeta cuyo compromiso radical en Nicaragua nos interpela con fuerza en 2025.

Abandonó la comodidad eclesial para empuñar el fusil junto a los oprimidos, creyendo que la fe sin justicia es estéril y encarnando la Opción por los Pobres como crítica viva a un sistema generador de tiranía y miseria.
Cuando pensamos en Gaspar como ejemplo de vida nos fijamos no en lo que él hizo entonces, sino dónde se libra hoy la lucha y quiénes son las nuevas personas oprimidas y opresoras.

El IX Informe FOESSA (2025) sobre Exclusión y Desarrollo Social en España radiografía la injusticia contemporánea, mostrando que la dignidad humana está lejos de consolidarse: más de 9,3 millones de personas viven en exclusión social, con 4,3 millones en exclusión severa -un 52% más que en 2007-; la tiranía opera a través de estructuras económicas más que de uniformes militares.

El empleo, que debería liberar, ha perdido su rol protector: el 47,5% de la población activa sufre precariedad laboral, convirtiéndose en servidumbre económica; la vivienda, bloqueada por la especulación, empuja al 45% de inquilinos al riesgo de pobreza, erigiéndose como muro contra la vida digna, especialmente para la juventud. En Asturias, esta lucha se centra en la fragilidad del bienestar social, en la precariedad laboral que expulsa a la juventud del mercado de trabajo y no garantiza la autonomía económica y en la soledad que afecta a las personas mayores sin cuidados dignos.
Gaspar nos exige conectar nuestra lucha local con las venas abiertas del mundo, contrastando su compromiso ético con la realidad social actual. Frente al individualismo, reivindicamos la interdependencia: combatimos la tiranía global que explota laboralmente y enriquece élites a costa de mayorías empobrecidas, rechazamos la criminalización de migrantes, cuya miseria es consecuencia de nuestro modelo económico, nos oponemos el negocio del armamento que está en nivel de récord histórico y es uno de los motivos por los que se promueven las guerras.

Aquí en Asturias también parece que tenemos que estar muy atentos a la ola de construcción militar. Frente a la crisis ecológica, asumimos la ecodependencia: nuestro estilo de vida y sistema económico exceden con creces la biocapacidad de la Tierra, haciendo insostenible la vida planetaria; los pueblos más pobres —en Nicaragua, África o España— son los más vulnerables al cambio climático, enfrentándose a una doble condena: la económica y la ambiental.
Proponemos una revolución ética centrada en revalorizar los trabajos de cuidados y la justicia de género, priorizar el «biencuidar» sobre el bienestar individualista, cuidar la Casa Común y edificar una sociedad igualitaria en defensa de los Derechos Humanos.


En memoria de Gaspar, declaramos nuestro compromiso con su coherencia radical: exigimos empleo y vivienda digna, combatiendo la precariedad laboral y la especulación inmobiliaria hasta que sean derechos reales; defendemos una transición ecosocial justa que revierta la insostenibilidad y beneficie a vulnerables, no a grandes capitales; se debe impulsar la solidaridad internacionalista contra injusticia global, deuda y guerra, haciendo ver la interdependencia que nos relaciona a todos como acción política. Proponemos a todos rechazar el militarismo destructivo y revitalizar Acciones por la Paz contra colonialismo y la dominación y asumimos la consigna de “gastos militares para derechos sociales” y que sea ella quien inspire las políticas y los compromisos para conseguir un orden más justo;
rechazamos el genocidio palestino y el uso de la guerra como solución a conflictos entre naciones.

Fieles al legado ético y político de Gaspar, afirmamos que paz y justicia se edifican sobre verdad y la integridad pública: denunciamos la corrupción que degrada instituciones en beneficio privado y, frente a la manipulación y el abuso de poder, reivindicamos transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad social como pilares de convivencia democrática.

El mejor homenaje a Gaspar es la rebeldía activa, no el recuerdo pasivo: que su poesía inspire y su ejemplo impulse la acción hacia la sociedad libre y sin amos que soñó. ¡Únete a esta lucha! Participa en las acciones por la paz, defiende lo público y alza tu voz por la justicia global y local. ¡El compromiso es con la vida digna y plena para todas y todos!
¡Gaspar vive!
¡La lucha continúa¡ “

(*) El Centro de Educación y Promoción Agraria (CEPA) es una organización no gubernamental de largo recorrido que tiene por finalidad organizar a los campesinos, a los trabajadores marginados, para que tomen conciencia de su situación y para que, unidos, luchen para salir de ella.
También pretende crear una línea de evangelización liberadora a través de esos campesinos y trabajadores cristianos, que sean levadura para que tomen conciencia de la situación en que viven y se rebelen contra el orden establecido de injusticia.
El padre Manolo Rodríguez expone con claridad la finalidad de este centro en su citado libro Gaspar vive.
Trabajan a tiempo completo en el CEPA el padre jesuita Martín Mateos, español, párroco de San Rafael, primer director del Centro, Ricardo Zúñiga, Emilio Baltodano -quien después de la victoria sandinista ocuparía el cargo de secretario general de la Junta de Gobierno-, su esposa Isa, Salvador Mayorga -quien sería viceministro de Desarrollo Agropecuario-, Nadine Lacayo, Nidia y Jorge Volg –quien más tarde sería director del, INRA, entre otros.

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