
MANI en Xixón en el día de la Paz.

Asturies pola Paz, non pola guerra.
No nos resignamos al rearme y la guerra.

#AltoAlGenocidioYa
Gastos militares: para pensiones, escuelas y hospitales.

Bases militares: para viviendas sociales.
Que el militarismo y la guerra no arruine nuestras vidas y al planeta.

Abolir la guerra. Paz, equidad, educación
Sembremos Vida. No a la guerra.
Bajen las armas, aumenten los salarios y pensiones
Nuestra lucha es por la Viada. Nuestra lucha es por la Paz.

Queremos paz y cooperación, no queremos ser carne de cañón.
Qué Viva la Paz.
Construyamos la Paz, evitemos el rearme y las guerras.
Menos Armas más futuro.
Queremos la Paz: No a la guerra.
¿Y la guerra paqué, y la guerra paqué, y la guerra paqué paqué paqué?
Insumisión a todes les guerres.
Antonio Machado: ¡Señor! La guerra es mala y bárbara; la guerra,
odiada por las madres, las almas entigrece;
mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra?
¿Quién segará la espiga que junio amarillece?

¿Cuánto dinero nos Mal-Gastamos en la industria de la muerte?
Si la CELAC en Latinoamérica ha sido declarado territorio de paz.. ¿Por qué no hacemos lo mismo en Europa?
¿Cómo va a ser de «interés estratégico», el plan militarista? ¿Estamos locas o qué?
El infierno en Palestina ¿acaso no lo producen las armas, muchas de ellas procedentes de Europa?
El Matón del Norte nos agrede a Todas: no vale arrodillársele, para comprar sus armas. No vale someterse a su armamentismo desaforado.
¿dónde está la soberanía, donde está el patriotismo con el que se llenan la bocaza?
Si hay “fedor de fascismo”..¿cuánto de culpa tiene la euforia belicista. Si los gobiernos se lo ponen a huevo?

El militarismo es base y ferramienta del colonialismo. Que se lo pregunten al Sahara .. que se lo pregunten a Palestina.
Ni un Euro, ni una persona, ni un voto para la guerra.
Hay que cerrar las relaciones con Israel. Todas.

Manifiesto “Non a les Guerres”.
Hoy, Día Internacional de la Paz, nuestras vidas se desenvuelven en un escenario de violencia generalizada como hacía más de medio siglo que no veíamos en el mundo.

Hemos aprendido a asimilar las terribles noticias que nos llegan de Palestina, de Europa Oriental y de tantísimos puntos menor o mayormente silenciados. Pero frente a quienes pretenden que normalicemos esta realidad, ha salido a las calles una sociedad civil que dejó ya de tolerar la barbarie. Una sociedad que de forma constante y con una voz cada vez más fuerte, denuncia el genocidio en Gaza, una ciudad arrasada ya por el Estado de Israel que ha dejado más de 680.000 asesinados según las Naciones Unidas, siendo casi 20.000 de ellos niños y niñas, y que perpetra hoy una invasión terrestre que ha causado uno de los éxodos más masivos en la Historia de la Humanidad.

Hoy en esta lucha estamos también las que alzamos la voz frente a una escalada bélica que pretende arrastrarnos hacia una carrera armamentística, que no es sólo insostenible a nivel social, económico y ambiental; sino también profundamente peligrosa. No serán las élites europeas las que sacrifiquen sus vidas en el frente, serán, como siempre, los hijos e hijas de las clases trabajadoras las que vuelvan a enfrentarse por intereses imperialistas ajenos a su voluntad.

Asturies, tierra de acogida, de paz y solidaridad con los pueblos oprimidos, del Sáhara, de Palestina, de Cuba, de Colombia, de América Latina y de toda Europa, no se somete a aceptar que las desorbitadas inversiones en Defensa y la diplomacia agresiva sean el único camino para alcanzar la distensión en las disputas internacionales. Al contrario, ese camino siempre ha conducido a elevar la tensión entre las naciones, a generar contextos de miedo, de autoritarismo y de degradación de las democracias y los Derechos Humanos.

Frente a ello, no nos resignamos a arrodillarnos a la OTAN de Donald Trump, ni a ser cómplices del genocida Netanyahu. Porque sabemos que el riesgo a una guerra en Europa es alimentado por quienes buscan situarnos en un escenario de temor que facilite tragar con la liquidación de nuestros servicios públicos, de nuestro sistema público de pensiones o de una mayor precarización de nuestras vidas.

Porque no nos resignamos a aceptar que el dogma neoliberal, disfrazado de histeria nacionalista y militarista, pretenda desmantelar nuestro ya frágil Estado del Bienestar, como han anunciado en nuestra vecina Francia, con brutales recortes sociales que suenan al compás de una de las mayores inversiones en gasto militar. Porque no vamos a tolerar que el germen neofascista que acompaña sus campañas de miedo contra los refugiados y migrantes que causan sus guerras y sus políticas neocoloniales, entre y cale en nuestro país, ni en nuestra región.

En definitiva, Asturies es tierra de Paz. Hace 36 años las cuencas mineras votaron con contundencia “NO” en el ya lejano referéndum de adhesión a la OTAN. Hace 22 años, que miles de personas se manifestaron en todos los concejos para rechazar la participación española en la Guerra de Irak.

Hoy, como ayer, desde Xixón rechazamos el rearme; rechazamos que se naturalice la violencia; rechazamos la brutalización de las relaciones internacionales y, ante todo, rechazamos la normalización del genocidio, de la ocupación y del apartheid en Gaza y Cisjordania, así como la presencia de Israel en cualquier clase de evento internacional. Es por ello por lo que reafirmamos nuestro compromiso con la cultura de la paz y la no violencia, con el multilateralismo y el respeto a la soberanía; con el fiel cumplimiento de los Derechos Humanos y con la resolución pacífica de los conflictos internacionales.
Y entonamos, una vez más, un “Non a les guerres” que encienda la chispa de un necesario movimiento antibelicista que detenga esta barbarie antes de que sea demasiado tarde.

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