Felicitaciones.
La campesinada del MST a los 40.
Hace 40 años, en 1984, un grupo de trabajadoras y trabajadores rurales, pueblos originarios, campesinos, indígenas y quilombolas, que lideraban la lucha por la tierra en Brasil realizaron un 1° Encuentro Nacional en la ciudad de Cascavel, en Paraná. Allí decidieron fundar un movimiento campesino y popular que se volvería muy conocido, en el país y también mundialmente: el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra – MST.
Al año siguiente, durante el I Congreso Nacional del MST, la clase obrera campesina entendió que la ocupación de la tierra era la única solución para la realización del derecho a la misma, debido a la intensa concentración de poder y propiedades, germen y causa de la extrema desigualdad en el país y establecida desde el Brasil Colonial. La relación de muchos terratenientes con sus empleados es poco diferente de la época de la esclavitud.
Desde entonces, esta colectividad de Sin Tierra ha crecido, se ha desarrollado y cualificado, y se ha convertido en uno de los mayores movimientos sociales del mundo, con más de 500.000 familias asentadas en todo Brasil, más otras 60Mil acampadas, portando la bandera de la lucha por la tierra, por la reforma agraria y las transformaciones sociales.
El MST y la solidaridad entre los pueblos
La solidaridad es un principio y un valor humano fundamental, cultivado permanentemente por el MST. Desde su surgimiento, el Movimiento siempre contó con un amplio proceso de solidaridad. En el MST se manifiesta de diferentes formas, como la solidaridad con la clase trabajadora, con las luchas populares, con la organización colectiva, donación de alimentos, programas de alfabetización, formación política, así como la dimensión internacionalista, con diversas brigadas repartidas en varios países del mundo, en las que militantes del MST aportan años de su vida y de su militancia para apoyar la lucha de otros pueblos del mundo.
40 años de lucha y resistencia
Hoy mucho se celebra la producción de alimentos del MST con sus ferias y tiendas por todo el país. Pero una dimensión que no se puede perder de vista es que todo eso es el resultado de un proceso fundamental: la lucha por la tierra y la ocupación de latifundios. Todas y cada una de las frutas, legumbres, verduras, granos y lácteos producidos por las Sin Tierra tienen como componente esencial la lucha por la tierra que hizo posible su producción. La lucha es la única forma de avanzar en las conquistas y derechos de la clase trabajadora, y sin ella no es posible realizar las transformaciones sociales necesarias para un mundo más justo.
Cultivamos la tierra y la tierra nos cultiva
Una de las principales contribuciones del MST a la sociedad brasileña es cumplir su compromiso en producir alimentos saludables para el pueblo brasileño. Fruto de la organización de cooperativas, asociaciones y agroindustrias en los asentamientos, el Movimiento busca desarrollar la cooperación agrícola como un acto concreto de ayuda mutua que fortalece la solidaridad, potencia las condiciones de producción de las familias asentadas, además de mejorar los ingresos y las condiciones del trabajo en el campo.
40 años liberando la tierra y al campesinado
La educación es una de las áreas prioritarias de acción del MST, que desde sus inicios desarrolló procesos educativos e incluyó como prioridad la lucha por la universalización del derecho a una escuela pública de calidad social, desde la infancia hasta la universidad. En este sentido, el MST busca construir colectivamente un conjunto de prácticas educativas en la dirección de un proyecto social emancipatorio, liderado por los trabajadores y trabajadoras.
Conquistas.
Hoy, el movimiento es el mayor productor de arroz orgánico de América Latina y defiende la Reforma Agraria Agroecológica, capaz de facilitar el acceso a la tierra como un derecho humano; producir alimentos saludables y sostenibles para toda la sociedad brasileña; ofrecer al mercado alimentos saludables libres de pesticidas; valorar el papel de la mujer trabajadora rural; ampliar el número de cooperativas de agroecología; y ampliar la soberanía alimentaria y la biodiversidad en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria.
Los desafíos
son grandes, ya que estamos viviendo una grave crisis del capitalismo, con una dimensión económica, política, social y ecológica, que pone en riesgo a toda la humanidad. Estamos ante un escenario altamente destructivo, derivado de un sistema de dominación y opresión múltiple: patriarcal, racista, capitalista y colonial, que concentra cada vez más la riqueza y profundiza la desigualdad social.
En Brasil, la crisis se profundizó en los últimos años, adquiriendo un carácter aún más violento, de carácter fascista y orientación económica ultraliberal. Las consecuencias son trágicas y repercuten decisivamente en la sociedad en su conjunto, ampliando las desigualdades, desde la supresión de los derechos sociales y la destrucción del medio ambiente.
Las fuerzas populares que le dieron la victoria a Lula -mujeres, negros, jóvenes, sujetos LGBTI+, pueblos originarios, trabajadores rurales y urbanos- defienden un proyecto popular de país, que enfrenta la explotación, la opresión, la exclusión, el hambre, la negación de derechos, la concentración de la tierra, la destrucción del medio ambiente y el envenenamiento de la naturaleza, los alimentos, el agua y las personas.
La superación de esta violencia entre la clase obrera en su conjunto será el punto de partida para la construcción de un Brasil del tamaño de nuestros sueños, como afirmó el presidente Lula en su discurso de toma de posesión. Necesitamos derrotar las prácticas del discurso de odio, las noticias falsas, el fundamentalismo, la intolerancia religiosa y la manipulación mental.
Ante estos desafíos, la Coordinación Nacional del MST, reafirma sus compromisos:
Estamos comprometidos a cultivar la solidaridad y construir la organización necesaria de nuestro pueblo.
Continuaremos con nuestro Plan de Plantar Árboles, Producir Alimentos Saludables.
Priorizaremos la lucha por la educación del pueblo, en las campañas de alfabetización y en los procesos de formación política y batallas de ideas.
Defendemos la soberanía de todos los pueblos y condenamos los bloqueos económicos, las bases militares, las guerras y las agresiones imperialistas en todo el mundo, que solo garantizan un mercado para la industria armamentística y provocan muertes.
Nos sumaremos a todos los que defienden a los pueblos originarios y exigimos la demarcación de las tierras quilombolas e indígenas, para que no se repita la tragedia que enfrenta el pueblo yanomami.
¡La lucha es nuestra fuerza! La organización es nuestra base y una sociedad justa, solidaria y socialista es nuestro camino.
¡Viva la lucha por la Reforma Agraria Popular! Viva el legítimo derecho del pueblo a ocupar las tierras y romper los cercos de destrucción. ¡Seguiremos caminando rápido, en los 40 años del MST!
¡Luchar, Construir la Reforma Agraria Popular!
El MST es uno de los activos más significativos de la Vía Campesina Internacional:
La Vía Campesina, fundada en 1993, es un movimiento internacional que reúne a millones de campesinxs* trabajadorxs sin tierra, indígenas, pastorxs, pescadorxs, trabajadorxs agrícolas migrantes, pequeñxs y medianxs agricultorxs, mujeres rurales y jóvenes campesinxs de todo el mundo. Construida sobre un sólido sentido de unidad y solidaridad, La Vía Campesina defiende la agricultura campesina por la Soberanía Alimentaria. https://viacampesina.org/es/la-via-campesina-la-voz-las-campesinas-los-campesinos-del-mundo/
Los Sin Tierra. Por los Caminos de América:
https://www.documaniatv.com/social/los-sin-tierra-por-los-caminos-de-america-video_1832a9a6f.html
Antígona en el Amazonas. Obra de teatro de Milo Rau. Con “declaración” para salvar la Selva: https://www.declaration13may.com/ https://www.salvalaselva.org/exitos-y-noticias/11560/antigona-en-la-amazonia-arte-para-resistir
Documental Chão, de Camila Freitas. https://www.youtube.com/watch?v=mtTs_r2CXMY
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