
Catatumbo.

¿Cómo internacionalizar la situación de DDHH en el Catatumbo?
La delegación asturiana se supera a sí misma en su quinto día de “trabajo de campo”, disgregada en varias regiones colombianas. Una de las secciones, recién llegada, con inmersión directa en el mundo indígena kankuamo, otra dando seguimiento a las expectativas de los habitantes del Magdalena Medio, una tercera en Cúcuta, subdividiéndose a su vez para atender por separado a una veintena de sectores en la sede central de la CUT (cuya dirigencia máxima se ha puesto al servicio completo de la delegación), y con visita a las personas en desplazamiento forzado que han tenido que huir de la violencia en el Catatumbo.

Sí, podrían ser unas prácticas de investigación aceleradas, un aprendizaje a destajo de las condiciones de vida y muerte, o una aportación en colectivo que no va a ser fácil compartir en términos creíbles al regreso a Asturias, debido a los extremos de violencia que ocurren en los territorios recorridos.

Sólo ha transcurrido una semana de la presencia del presidente Petro en el Catatumbo en la que lanzó el “pacto” social Catatumbo, junto a Alexander López Maya, director del Departamento Nacional de Planeación, en el marco de la jornada ‘Acciones por la vida en el Catatumbo’.
A Alexander le conocemos como líder sindical primero, que visitara en tal condición el parlamento asturiano, y como senador después, y ahora en las funciones tan importantes en la planeación.

A Petro (con quien también se había reunido varias veces la delegación asturiana, una como senador, otra cuando estaba suspendido como alcalde) puede que no le estén llegado todos los informes de lo ocurrido en el Catatumbo, puede que hayan vetado a algunas organizaciones territoriales fundamentales, pero desde luego se le reconoce la voluntad de llegar al propio lugar a tratar de deshacer tamaño entuerto tan peligroso.

Es conocida la “explosión” del 16 de enero, en que el ELN lanzó una fuerte ofensiva no dirigida contra el ejército, sino en contra de otro grupo armado, disidencias de FARC, con resultado de muchos-muchos muertos, y con especial sorpresa de asesinato de líderes sociales, de firmantes de paz, con acciones de represión, confinamiento, toma de tierras y casas, y obligación de huída a más de 50mil personas.

La delegación asturiana tiene ocasión de conversar con los afectados en Cúcuta, a dónde han llegado a guarecerse, a buscar amparo y protección, con un considerable número de personas sacadas en helicóptero por el ejército, con muchas que dan testimonio del día que fueron a buscarles a la casa para asesinarles, pero de milagro sobrevivieron.
Hay un Pacto social Catatumbo, y hay presiones para que los desplazados vuelvan a su tierra, pero no se establecen las condiciones de seguridad para ello.
Mientras tanto hasta en los albergues de refugio temporal (en Cúcuta, en Ocaña, en Venezuela), se considera que hay gente infiltrada controlando, que puede estar dando informaciones para mayor grado de represión, o al menos generando mayores inseguridades.

El relato de lo ocurrido el 16 de enero y días posteriores, en boca de sus víctimas, resulta descorazonador, en cuanto a hechos contrastados de enorme violencia que no se compagina con ninguna propuesta revolucionaria, sino más bien resulta funcional a los poderes del narco, y de la derecha extrema que aplaude con entusiasmo una posible “guerra total” de componentes políticos; y los detalles de tal arremetida y sus resultados ni siquiera se pueden transcribir del todo, para no contribuir a la inútil espiral que de paso fracciona y enemista al movimiento social, retraso cualquier proyecto de transformación o los simplemente económicos o de subsistencia.

Campesinado, profesores, sanitarios, sobrevivientes de la UP, Mesas ciudadanas, Mesas de Víctimas, firmantes de paz, Movimiento nacional carcelario, estudiantes, red de veedurías, CPDH, petroleros de la USO, jóvenes catatumberos, o la propia CUT, trasladan su visión de lo que habría que hacer para favorecer la paz, sugiriendo acentuar diálogos con grupos insurgentes (sin impedir la aplicación de justicia por los hechos criminales recientes), buscando en el corto plazo generar condiciones para un retorno seguro de las personas en desplazamiento, y exigiendo para el medio plazo aumentar los esfuerzos para la Paz.

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