Ya tenemos el Informe..
La «misión cumplida» de 2024, tiene estos textos finales, para su utilización en aras de fortalecer la paz y los ddhh en los territorios colombianos.
La XXª delegación asturiana agradez l’acompañamientu na nuesa visita por parte de les organizaciones integrantes del Comité de Selección del Programa Asturianu d’Atención a Víctimes de la Violencia en Colombia: MOVICE, ANDAS, ONIC, CSPP, CPDH, CUT, CAJAR, CNA y
Fensuagro.
La Vigésima Delegación Asturiana de Derechos Humanos y Paz recorrió – entre el 8 y el 18 de abril del 2024-regiones del suroccidente de Colombia y sostuvo reuniones con instituciones en Bogotá.
La 20ª delegación asturiana se hace eco de lo escuchado en canción a Memoria Sonora, en cuanto a que superar la violencia es posible: Si lo soñamos, lo construimos.
Alentamos al gobierno nacional a persistir en la búsqueda de la Paz Total a pesar de las dificultades. Reconocemos su esfuerzo por cumplir el Acuerdo de Paz suscrito por el Estado y las FARC y el renovado propósito del gobierno y del ELN por avanzar en los diálogos respondiendo al llamado de una población cansada de la guerra de la que sacan dividendos los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Una conjunción de cabeza y corazón habría que poner para ello, porque en los territorios las violencias permanecen y algunos grupos se expanden, segando las vidas valiosas de líderes, de firmantes, de defensoras imprescindibles para construir en cada región la democracia de la gente.
Hemos escuchado que las desarmonías mayores se producen cuando los jóvenes son reclutados militarmente, y de esos testimonios ha habido abundancia. Los asesinatos de Luís Eduardo Timaná en el Valle, y de Carmelina Yule del pueblo nasa, marcan una línea fuerte en que los gobiernos propios y las autoridades indígenas parecen ser el objetivo de los grupos armados y de sus aliados o promotores.
El día en que la delegación dormía en Santander de Quilichao ocurría otro atentado a un firmante de paz, Víctor Hugo Martínez. El paseo de la muerte al que se le sometió durante las horas en que ningún hospital se hacía cargo de su obligación de salvarle la vida, puede ser emblemático de lo que ocurre a mucha población, y en particular de la estigmatización, abandono y discriminación que sufren las personas que firmaron y se acogieron al Acuerdo para la Paz, 443 de los cuales han sido asesinadas, en aquel momento el último era Carlos Garzón, en Puerto Guzmán-Putumayo, zona visitada el año pasado por la Delegación Asturiana.
Emblemático sigue siendo también la prisión en EEUU de Simón Trinidad, cuya libertad demandan algunos sectores, pero que ningún gobierno ha puesto intención de demandar y gestionar, como asimismo los centenares de presos políticos a los que el Acuerdo de Paz mandataba liberar, lo que constituye otro de los incumplimientos que no estimulan otros procesos hacia la paz real.
Todo lo contrario supone el que haya avances significativos en el presupuesto para comprar tierras con destino a la reforma agraria, la puesta a disposición de activos incautados a las mafias, el impulso a la zonas de reserva campesina y la entrega de fincas cañeras a los pueblos indígenas, todo ello suponen medidas efectivas y visibles para desactivar el núcleo histórico de la guerra, la desigualdad en el campo, y un incentivo para poner en cumplimiento el Acuerdo de Paz.
Deja una respuesta