
80 aniversario de Hiroshima y Nagasaki: Llamado a la acción.

Del 31 de julio al 27 de agosto, ICAN, en colaboración con Artistas Contra la Bomba, transformará el Parque de los Bastiones de Ginebra en la zona cero del cambio.

A través de palabras e imágenes contundentes, esta exposición exige el desarme nuclear universal. Cada una de ellas, creada por un artista diferente, incluye obras históricas y obras recientemente encargadas que detallan la historia cultural de los movimientos de desarme y muestran la diversidad de maneras en que los artistas han expresado la necesidad de prohibir la bomba.
Ginebra es conocida internacionalmente como la ciudad de la paz, los derechos humanos y el derecho internacional. Mostrar estas imágenes aquà apela a la historia de Ginebra de convertir la solidaridad en acción y generará un renovado debate público sobre la urgencia del desarme nuclear.
En el 80.º aniversario de Hiroshima y Nagasaki, nos unimos para exigir un mundo mejor: Paz por encima del lucro. Democracia por encima de la destrucción.

Nuestras demandas:
Ratificación universal del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.
Justicia fiscal global: que los multimillonarios paguen su parte justa.
Salarios dignos y derechos laborales para todos las-os trabajadores.
Recortes masivos a los presupuestos militares, invertir en salud y clima.
Una conversión justa liderada por la ONU hacia industrias sostenibles y pacÃficas.
Ampliar la protección social, especialmente para los más vulnerables.
Integrar el desarme en los planes climáticos para una transición justa: Construyamos un futuro basado en la solidaridad, la sostenibilidad y la prosperidad compartida.

Confederación Sindical Internacional-CSI:
Un llamado global a la acción: por la democracia que entrega la paz y la prosperidad para todos.
Por la democracia que propicie la paz y la prosperidad para todas-os
A medida que nos acercamos al 80 aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, nosotros, las organizaciones abajo firmantes, pedimos a los gobiernos y a las instituciones internacionales que reafirmen su compromiso con un mundo libre de armas nucleares, honrando la demanda del hibakusha y el Premio Nobel de la Paz 2024 Nihon Hidankyo, y que prioricen el desarrollo sostenible sobre el militarismo.

Como organizaciones de la paz, el trabajo, la justicia económica y los movimientos climáticos, compartimos la creencia de que la seguridad colectiva sólo puede garantizarse mediante la solidaridad, satisfaciendo las necesidades básicas de todas las personas.

El golpe de los multimillonarios: una amenaza existencial para la democracia, la paz y la seguridad
Lamentablemente, hoy nos enfrentamos a una amenaza creciente a nuestra seguridad colectiva por la concentración de poder y riqueza en manos de una alianza impÃa de multimillonarios y fuerzas polÃticas de extrema derecha. Este golpe multimillonario contra la democracia ya está captando gobiernos y subvirtiendo instituciones multilaterales. Un pequeño grupo de los individuos y corporaciones más ricos ha remodelado con éxito polÃticas, economÃas y democracias para servir a sus intereses, socavando el bien común. Esta influencia de élite está impulsando el surgimiento de regÃmenes autoritarios, robando a la gente del poder colectivo, acelerando la acumulación militar y el cambio climático, y desviando recursos del desarrollo humano y la consolidación de la paz.
Las consecuencias económicas de esta concentración de la riqueza son asombrosas. En 2024, el 1% más rico de la población mundial tenÃa más riqueza que el 95% de la población mundial combinada. Estas desigualdades extremas perpetúan un ciclo de pobreza, malestar social e inestabilidad polÃtica, contribuyendo al creciente autoritarismo. El impacto de este golpe multimillonario se siente en todo el mundo, con gobiernos en todos los continentes priorizando la expansión militar sobre la protección social o el desarrollo sostenible, socavando los derechos de los trabajadores e inflando el costo de la vida al tiempo que recortan los programas sociales esenciales.

Escalada de militarismo
El militarismo es la consecuencia natural de esta economÃa polÃtica con fines de lucro. Los gastos militares han aumentado a nivel mundial, con gobiernos de todo el mundo comprometiendo $2.718 billones a gasto militar en 2024, un aumento del 9,4% en términos reales con respecto al año anterior. La industria armamentÃstica, junto con una creciente red de comerciantes de armas y contratistas militares, dicta cada vez más las prioridades estatales. A medida que el militarismo ocupa un lugar central, los recursos que podrÃan abordar los desafÃos urgentes del cambio climático, la pobreza y la desigualdad se desvÃan a sistemas de armas, ampliando las carreras de armamentos y los peligrosos enfrentamientos geopolÃticos.
Esta militarización es alimentada y alienta aún más el surgimiento de regÃmenes autoritarios, donde los lÃderes consolidan el poder al de frenar los procesos democráticos, restringir las libertades civiles y reprimir cruelmente la disidencia. El debilitamiento de las estructuras democráticas en el trabajo, en la sociedad y en las instituciones globales socava la capacidad de los ciudadanos para hacer responsables a sus empleadores y gobiernos y exigir inversiones en su bienestar y en el planeta.

Costos humanos, económicos y ambientales
El costo humano del militarismo y la concentración de la riqueza sin control es casi inimaginable. Los conflictos militares desarraigan a millones, con más de 100 millones de personas en todo el mundo desplazadas actualmente debido a conflictos o persecuciones. El costo económico también es asombroso. El Sur Global, en particular, lleva la peor parte. En 2022, los paÃses de ingresos bajos y medianos representaron el 35% de los gastos militares mundiales a pesar de enfrentar los mayores desafÃos para satisfacer las necesidades básicas de sus poblaciones.
Además, el militarismo exacerba la degradación del medio ambiente. El legado de los ensayos nucleares, la deforestación causada por operaciones militares y la contaminación causada por el uso de armas pesadas y minas plantean importantes amenazas para el medio ambiente. Cuando se combinan y se comparan con los paÃses, los militares del mundo tienen la cuarta mayor huella de carbono, ya que sólo se encuentran entre China, Estados Unidos e India. Esto aumenta drásticamente en tiempos de conflicto más intenso como estamos viendo hoy.

Llamamiento a la seguridad y la solidaridad comunes

En respuesta a estas cuestiones apremiantes, abogamos por un cambio transformador en la forma en que los gobiernos conciben la seguridad. Pedimos una seguridad y solidaridad comunes, en las que el desarrollo humano, la sostenibilidad ambiental, la democracia y el multilateralismo tengan prioridad sobre el poderÃo militar. Los gobiernos pueden tomar medidas inmediatas para cambiar de rumbo, incluyendo pero no limitado a:
- Ratificación universal del Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares. El potencial catastrófico de las armas nucleares es incompatible con los principios del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos y plantea una amenaza existencial para la humanidad y el planeta. Instamos a todos los Estados poseedores de armas nucleares a que participen en procesos de desarme a gran escala y a que todos los Estados reafirmen su compromiso con la no proliferación.
- La adopción de polÃticas fiscales progresivas que garanticen que las personas y corporaciones más ricas paguen su parte justa, incluido el apoyo a una Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Fiscal Internacional. El actual régimen fiscal mundial beneficia desproporcionadamente a los más ricos, mientras que se recorta la financiación de los servicios esenciales. La justicia fiscal promueve la estabilidad social y reduce la desigualdad económica. Un sistema tributario global más justo y coordinado permitirá a los gobiernos reinvertir en infraestructura pública, programas sociales, una transición justa y esfuerzos de reducción de la pobreza sin temor a represalias corporativas.
- La aplicación de salarios dignos para todos los trabajadores. Una compensación justa es fundamental para garantizar la estabilidad económica y social y proteger los derechos y la dignidad de los trabajadores de todo el mundo. Mientras los trabajadores soportan transiciones industriales y tecnológicas sin precedentes en medio de una creciente desigualdad, las sociedades corren el riesgo de fracturarse y conflictos. Los gobiernos deben garantizar el trabajo decente, hacer cumplir los derechos laborales y apoyar la organización sindical y la negociación colectiva para garantizar mejores salarios y condiciones de trabajo.
- Reorientar los gastos militares hacia las necesidades urgentes del desarrollo humano, la acción climática y la salud global, incluyendo la reducción de los presupuestos de defensa hinchados. Un «dividendo de paz» de estas modestas reducciones puede financiar inversiones en educación, salud, energÃa limpia y alivio de la pobreza. El desarme también ayuda a fomentar la confianza y restablecer las relaciones entre las naciones y los pueblos.
- Crear un mecanismo de conversión equitativa de las Naciones Unidas, proporcionando apoyo financiero y técnico a los paÃses que pasan de economÃas dependientes del ejército a las que se centran en el bienestar social, las industrias sostenibles y la energÃa limpia. Un aspecto clave de la seguridad común es asegurar que las economÃas militarizadas se reestructuren hacia industrias pacÃficas y sostenibles, con el diálogo social y la participación de los trabajadores impulsando la toma de decisiones, guiados por principios de equidad, justicia y democracia.
- Ampliación mundial de los sistemas de protección social para garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud, educación, desempleo, pensiones y otros servicios esenciales. Cada individuo, independientemente de sus circunstancias o dónde viva, merece el acceso a servicios básicos, protección social y una vida digna. Esto incluye especialmente a aquellos que a menudo se quedan fuera de las protecciones existentes y más gravemente perjudicados por los conflictos: mujeres, trabajadores migrantes y quienes trabajan en la economÃa informal que están exigiendo formalización. La protección social universal es una piedra angular de la gobernanza democrática y la seguridad común, fomentando la igualdad y la cohesión social.
- Integrar el desarme y la sostenibilidad en los planes de acción para el clima, asegurando que las industrias militares reduzcan sus huellas de carbono y contribuyan a los objetivos climáticos mundiales. El militarismo exacerba la crisis climática. No se puede pasar por alto los costos ambientales de las actividades militares, incluida la contaminación, las emisiones de gases de efecto invernadero, los ensayos, la producción y el desarrollo de armas nucleares; y la destrucción de los ecosistemas. Tal transición justa debe incluir a los sindicatos y a la sociedad civil en la mesa de toma de decisiones.

El tiempo es ahora
En los próximos meses, muchos de los mismos gobiernos que conmemorarán 80 años desde que Hiroshima y Nagasaki también enviarán delegaciones a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, la II Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en Doha, la Cumbre del G20 en Johannesburgo y la COP 30 en Belém. En cada uno de ellos los movimientos sociales tendrÃan par5ticipación y se articularán sus demandas. Es hora de que los gobiernos escuchen:


- El 80 aniversario de las Naciones Unidas presenta un momento para que estos gobiernos reafirmen los principios fundacionales de las Naciones Unidas: paz, seguridad y derechos humanos. Instamos a todos los Estados miembros de la ONU a que abracen el multilateralismo; democraticen, reformen y fortalezcan el sistema de las Naciones Unidas; prioricen el desarrollo sostenible por encima del militarismo; y asuman compromisos tangibles con el desarme y la justicia social.
- La primera Cumbre Mundial sobre los Sociales en 30 años ofrece la oportunidad de abordar las crisis interrelacionadas de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, todas agravadas por la guerra. Pedimos a los gobiernos que adopten un nuevo contrato social que garantice la justicia económica y el desarrollo humano, abordando las causas profundas de la inestabilidad y el conflicto militar.
- La cumbre del G20 en Sudáfrica, centrada en «Solidaridad, Igualdad y Sostenibilidad», ofrece una oportunidad crÃtica para que las economÃas más grandes del mundo armonicen sus prioridades económicas con los valores de la paz, la seguridad común a través de la solidaridad y la prosperidad compartida. Instamos al G20 a comprometerse a reducir los gastos militares e invertir en polÃticas que fomenten el desarrollo humano y la mitigación y adaptación al clima.
- Alojada en la AmazonÃa, la COP30 es un momento clave para que los gobiernos garanticen que las inversiones en paz y sostenibilidad estén en el centro de la respuesta global a la crisis climática.
Al conmemorar el 80 aniversario de los bombardeos nucleares, demasiados lÃderes mundiales están olvidando las lecciones de 1945. Les pedimos que aprendan del pasado, no repitan errores, y construyan un mundo mejor donde se erradique la amenaza de las armas nucleares, donde la democracia ofrezca paz y prosperidad a todas las personas y donde la seguridad común esté garantizada a través de la solidaridad y el desarrollo sostenible.

Además de la CSI firman:
Greenpeace International, La Oficina Internacional de la Paz (IPB), La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), Oxfam, 350.org, El Observatorio de Conflictos y Medio Ambiente, El Centro de Derechos de la Democracia y los Trabajadores de Palestina (CDH), Equidem, FOCUS en el Sur Global, Justicia social mundial, IBVM/CJ, Médicos Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW), Unión Internacional de Juventudes Socialistas (IUSY), LWF despertando al gigante, Campaña Nacional para el Desarrollo Sostenible – Nepal (NACASUD), Centro Internacional Olof Palmes, PAX Christi International, Barco de paz, Rete Italiana Pace Disarmo, Sólido, Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad, Movimientos sociales WSM, Soldepaz.Pachakuti.

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