
#GuerraNuncaMás

80 años de las Bombas.
Acaban de cumplirse 80 años de la primera explosión de una bomba atómica en la historia de la humanidad. Y se aproxima las fechas fatídicas del 6 y 9 de agosto, en que se empleaban contra la población japonesa.

En el desierto “Sitio Trinity” de Nuevo México fue el ensayo. En Hiroshima y Nagasaki, más de 210.000 personas, casi todas ellas civiles, fueron asesinadas de un golpe.
Aunque las armas nucleares no han vuelto a ser utilizadas en guerras, sí que han estado a punto durante la “guerra fría” cuando EEUU desplegó misiles nucleares en Turquía e Italia y como contrapartida la URSS los instaló en Cuba.
Y recientemente la amenaza se acrecienta. Por parte de EEUU, de Rusia y de Israel.

La periodista norteamericana Amy Goodman recuerda que, ahora, en el 80 aniversario de la prueba Trinity, la canción de Bob Dylan “sobre una lluvia fuerte que va a caer”, volvió a cobrar protagonismo durante un importante encuentro celebrado en la ciudad de Chicago.
La Asamblea de Premios Nobel para la Prevención de la Guerra Nuclear, preparada por el Boletín de Científicos Atómicos con el fin de abordar “el alto y aparentemente creciente riesgo de una guerra nuclear”, reunía a 20 ganadores del Nobel y 60 destacados especialistas en temas nucleares, durante tres días para proponer políticas y medidas que los líderes mundiales y la sociedad podrían adoptar para reducir el riesgo de una aniquilación nuclear.

Al igual que “Residente” y tantas y tantos artistas, se pronunciaban este viernes en Llanera contra el exterminio del pueblo palestino, y llamaba al mundo de la Cultura a actuar en consecuencia, David Harrington, violinista, fundador y director artístico de Kronos Quartet, explicaba que:
“Si la música, y la gente que hace música, puede tomar y amplificar estas preocupaciones sobre nuestros futuros, entonces la música está haciendo su trabajo. Lo que tenemos que hacer como músicos es escuchar. Cuando escucho lo que está pasando en el mundo, me resulta aterrador, y quiero que mi comunidad musical haga algo al respecto. Este es nuestro primer paso”.
El astrofísico Daniel Holz, en Chicago, decía que:
“Trinity fue de algún modo el nacimiento de una nueva era, la era de las armas nucleares, y todavía estamos en esa era. Las amenazas que la gente percibe, y que la cita de Oppenheimer resume, continúan latentes. Ahora tenemos miles de estas armas . Están en alerta máxima. Pueden detonarse en cualquier momento. En una hora, la civilización podría llegar a su fin. Esa sigue siendo la realidad que enfrentamos”.
Con el tiempo se supo que la prueba Trinity también había causado víctimas: los efectos de la radiación alcanzaron a las poblaciones cercanas, donde se multiplicaron los casos de cáncer durante décadas.
La asamblea de los Nobeles emitió una declaración en la que, entre otros puntos, insta a “científicos, académicos, comunidades religiosas y la sociedad civil a ejercer presión sobre los líderes mundiales para que adopten medidas destinadas a reducir el riesgo nuclear”.

Una nueva carrera armamentista está cobrando fuerza. Trump planea instalar sobre Estados Unidos un sistema de defensa antimisiles, técnicamente imposible de implementar, que ha sido bautizado como “Cúpula Dorada”. Mientras tanto, al unirse a Israel en su ataque contra Irán, Trump ha alentado a Irán a desarrollar su propio programa de disuasión nuclear.
“Solo un movimiento pacifista masivo y organizado podrá frenar lo que Oppenheimer y el secreto Proyecto Manhattan del Gobierno estadounidense pusieron en marcha en 1945”.
La campaña ICAN, para la prohibición de las armas nucleares, premio Nobel de la Paz de 2017, “está presente en el terreno junto con otros grupos para escuchar a las personas y comunidades cuya salud y medioambiente se vieron perjudicados por el primer uso de un arma nuclear y para honrar su campaña por la reparación y el fin de las armas nucleares”.
Trinidad fue el nombre en clave del primer uso de un arma nuclear. La bomba de plutonio que explotó en el campo de bombardeo de Alamogordo (posteriormente rebautizado como Campo de Pruebas de White Sands) en Nuevo México el 16 de julio de 1945 tenía el mismo diseño que la utilizada unas semanas después contra Nagasaki, lo que provocó la muerte de al menos 70.000 personas. La bomba utilizada para matar a 140.000 personas en Hiroshima fue una bomba de uranio.

El bombardeo de Nuevo México se calificó de prueba, pero esto no refleja el poder destructivo ni el daño que la explosión nuclear desató sobre los habitantes de las inmediaciones (no era una región despoblada, como se afirmaba a menudo y se retrataba en la película Oppenheimer de 2023) y el medioambiente. La lluvia radiactiva de la explosión alcanzó 46 estados de Estados Unidos y se extendió a Canadá y México.
A pesar de los consejos médicos de expertos, el gobierno no hizo ningún esfuerzo por evacuar a la gente ni antes ni después de la explosión, y algunos incluso jugaron entre los copos blancos que les cayeron encima. Los habitantes de Tularosa, a 64 kilómetros de distancia, salieron despedidos de sus camas por la explosión, y la ceniza cayó durante días. «Lo manchó todo, se esparció por todas partes: la tierra, el agua… todo lo que comían o bebían en 1945 después de la prueba estaba contaminado, pero no lo sabían», afirma Tina Cordova, cuyo padre era un niño en aquel momento, pero sufrió cánceres de por vida.
Hace 80 años, Estados Unidos detonó la primera bomba nuclear en territorio colonizado de las Primeras Naciones.
Sin previo aviso. Sin consentimiento. Solo secretismo, sufrimiento e injusticia.
ICAN se une a sus socios en Nuevo México para escuchar, aprender y expresar solidaridad con la incansable campaña que llevan a cabo las personas en la región. Los problemas que comenzaron en Nuevo México desencadenaron una serie de eventos que condujeron a 2000 supuestas explosiones de prueba en todo el mundo durante las décadas siguientes. Comunidades expuestas a la radiación y con sus tierras, aire y agua contaminados, causando daños intergeneracionales.

Reconocimiento y restitución
La reciente ampliación de la Ley de Compensación por Exposición a la Radiación (RECA) a más personas y el aumento de las indemnizaciones es un paso positivo, pero, lamentablemente, no es suficiente. Los activistas buscaban que se extendiera a Nevada, Arizona, Montana, Guam y otros lugares afectados por pruebas de armas nucleares.
Las comunidades afectadas por explosiones de pruebas nucleares en todo el mundo, incluido Estados Unidos, se han organizado y han presionado a los gobiernos para que brinden atención médica, apoyo e indemnización a las personas a las que han perjudicado. Estas comunidades también están a la vanguardia de los esfuerzos mundiales para abolir las armas nucleares a través del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), el único tratado que exige el apoyo a las personas afectadas por armas nucleares y la limpieza de entornos contaminados.
Nunca más
Los Estados con armas nucleares han causado daños a innumerables personas al explotar armas nucleares para probarlas. Todos los países con armas nucleares bombardearon a personas a las que tenían el deber de proteger mediante sus programas de pruebas. Las comunidades seleccionadas para estas explosiones solían ser colonizadas o pueblos indígenas, y no tenían otra opción.
A los gobiernos con armas nucleares no les importa el impacto de estas armas en las personas; algunos incluso intentan detener la investigación científica sobre cómo las armas nucleares dañan a las personas y al medioambiente. Si se preocuparan por su población, no solo apoyarían dicha investigación, sino que eliminarían sus arsenales nucleares.
Melissa Parke, directora de ICAN, declaró: «Este no era un desierto vacío, como algunos afirman; era el hogar de pueblos indígenas y otras comunidades locales compuestas por familias, niños, trabajadores y agricultores. Había vida vegetal y animal, y lugares sagrados. Lo que conmemoramos hoy aquí no fue un evento histórico de hace 80 años con poca relevancia para la actualidad. La explosión de Trinity fue solo el comienzo de la historia de las armas nucleares, y nos honra unirnos a todos los presentes para escribir su final».
8.497 ciudades en 166 países hacen parte de Alcaldes-Alcaldesas por la paz: https://www.mayorsforpeace.org/en/
Su vicepresidente, Susuki Shiro, el alcalde de Nagasaki, relata que :
“.. una escena infernal se desarrolló ese día hace 80 años: una ciudad reducida instantáneamente a ruinas bajo la nube del hongo, restos carbonizados esparcidos entre los escombros, madres atónitas junto a los cuerpos calcinados de sus bebés, personas con la piel colgando del cuerpo, vagando en busca de sus seres queridos.
Sin embargo, la diferencia entre las bombas atómicas y las armas convencionales es el daño invisible causado por la radiación. Esta radiación erosiona continuamente las células humanas, causando síntomas como leucemia y cáncer que han carcomido a los hibakusha durante años o décadas.
Incluso los hibakusha asintomáticos deben vivir en un estado de ansiedad y miedo permanentes, ya que nunca saben cuándo enfermarán.
“Las armas nucleares son un mal absoluto que no nos permite vivir ni morir como seres humanos; no pueden coexistir con la humanidad”.
Esta grave advertencia de los hibakusha, basada en sus propias experiencias personales, cobra cada vez mayor importancia.
Con el Reloj del Juicio Final fijado este año en su punto más cercano a la extinción humana, a tan solo 89 segundos de la medianoche, los riesgos existenciales que enfrentamos se hacen cada vez más evidentes.
Por lo tanto, les hago un llamamiento a todos con absoluta convicción, como representante de una ciudad bombardeada por el bombardeo atómico en tiempos de guerra, para que:
“Las armas nucleares nunca deben emplearse. La única manera de que la humanidad escape del riesgo nuclear es mediante la abolición”.
Con este fin, insto encarecidamente a todos los Estados Partes a que mantengan el TNP, piedra angular del régimen de desarme nuclear y no proliferación, a que entablen negociaciones de buena fe sobre medidas eficaces para el desarme nuclear, como se nos pide en el Artículo VI, a que defiendan la irreversibilidad del desarme nuclear prometida en el TNP y a que sigan trabajando para la eliminación total de las armas nucleares.
También solicito urgentemente a Estados Unidos y Rusia, dos de las superpotencias nucleares del mundo, que actúen con la mayor celeridad posible para crear un sucesor del Nuevo START, que expirará en febrero del próximo año.
“Nagasaki debe seguir siendo el último lugar de bombardeo atómico en tiempos de guerra”.

La intención de esta organización es promover la solidaridad entre ciudades para la abolición total de las armas nucleares en todo el mundo y, en general, para advertir al mundo de la inhumana crueldad que representa el bombardeo de las ciudades y la población civil.
Por ejemplo, en Alemania, más de 600 ciudades izaron el 8 de julio la bandera «Alcaldes por la Paz» para comprometerse claramente a favor del desarme nuclear, contra la guerra y por la coexistencia pacífica entre los pueblos de todo el mundo.
El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) calcula que en la actualidad hay unas 12.241 cabezas nucleares en todo el mundo.
Al colocar la bandera en el balcón municipal, Alcaldes y Alcaldesas por la Paz, recuerdan un dictamen jurídico emitido por la Corte Internacional de Justicia de La Haya el 8 de julio de 1996, según el cual la amenaza de uso y el uso de armas nucleares violan en general el derecho internacional. La Corte también señaló que existe una obligación en virtud del derecho internacional de «llevar a cabo y concluir negociaciones de buena fe que conduzcan al desarme nuclear en todos sus aspectos bajo un estricto y eficaz control internacional.»
“Alcaldes por la Paz trabaja por un mundo sin armas nucleares, ciudades seguras y resilientes, y una cultura de paz, en la que la paz sea una prioridad para todos”.

100 mil millones de dólares es lo que los nueve países con armas nucleares gastaron en sus arsenales nucleares. Un aumento del 11% con respecto al año anterior. Los ciudadanos de estos países pagan el costo, pero el mundo entero pagará el precio si se vuelven a usar armas nucleares.
Los 100 mil millones podrían haberse utilizado para financiar medidas para hacer frente a las amenazas que plantea nuestro cambio climático y la pérdida de especies animales y vegetales, o para proporcionar financiación para mejorar los bienes públicos esenciales, como la salud, la vivienda y la educación.
En un momento en que las Naciones Unidas están lidiando con profundos recortes en su financiación, la cantidad que estos nueve países gastaron en sus arsenales nucleares en 2024 habría pagado el presupuesto de la ONU casi 28 veces.

Con dos grandes guerras que involucran a estados con armas nucleares en Ucrania y Gaza, así como tensiones nucleares que se intensifican entre India y Pakistán y en la Península Coreana, el riesgo de que las armas nucleares puedan ser utilizadas en combates es ampliamente considerado como el más alto que ha sido desde la Guerra Fría y posiblemente jamás. En respuesta, los Estados poseedores de armas nucleares se aferran a la doctrina de la disuasión, que se basa en la arriesgabilidad y la amenaza de usar armas nucleares, exacerbando el riesgo de conflicto.
En el caso de La Red de Alcaldes y Alcaldesas por la Paz de Catalunya, han decidido un proceso de trabajo para elaborar Plan Director País de Paz, promovido por el Fòrum Català por la Paz que estructura sesiones participativas en torno a cinco ejes temáticos: Cultura de paz; Seguridad y justicia; Conflictos, violencia y paz; Amenazas y retos globales por la paz; Mujeres, paz y seguridad.

También la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, componentes centrales de la paz, ponen de relieve cómo el fin de la pobreza, la protección del planeta y el logro de una prosperidad ampliamente compartida son factores que contribuyen a la armonía global. El Objetivo 16 se centra específicamente en cuestiones de «Paz, justicia e instituciones sólidas». Aunque la paz subyace como hilo conductor en todos y cada uno de los 17 Objetivos.

La FEMP (federación española de municipios y provincias) ha venido participando en la estrategia de diplomacia de ciudades y construcción de paz de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) en la que Alcaldes por la Paz se ha convertido en un socio indispensable en asuntos tan relevantes como el desarrollo, la cultura de paz, las migraciones, la convivencia y el diálogo intercultural. España, a través de muchas de sus ciudades, ha sido ejemplo en todo el mundo de cómo trabajar a favor de la paz, y cómo esa lucha ha contado siempre con el compromiso de la ciudadanía española.
La buena noticia es que la mayoría de los países han rechazado este enfoque inmoral. 98 estados apoyados por más de 700 organizaciones de la sociedad civil, han firmado o se han adherido directamente al tratado de prohibición nuclear de la ONU, la TPNW que entró en vigor hace cuatro años y se espera que más sigan su ejemplo este año.
Este año, mientras conmemoramos a aquellos que han sido asesinados y dañados por el primer uso de armas nucleares en Nuevo México, Hiroshima y Nagasaki hace 80 años, ICAN dice que 80 años es suficiente – es hora de eliminar las armas nucleares antes de eliminarnos.
https://childrenspeacememorial.org

¡LA GUERRA VINO VESTIDA!
Por los montes de ceniza
bailan los huesos al viento…
Un niño sin pupilas
recita salmos al cielo,
pero el cielo está bordado
de misiles y lamentos.
Los olivares suplican
que el sol no suba tan recto,
que no alumbre los cadáveres
que aún lloran bajo el suelo.

¡Ay luna, luna maldita,
plata rota en los espejos!
¿Por qué sigues tú tan blanca
si el mundo se tiñe entero?
La guerra canta coplas
sobre el lomo del abuelo.
—¿Dónde está mi primavera?
—Bajo la tierra dormida.
—¿Y mi azada, mi mujer,
mis hijos, mi hermana?…
Me cubre la madrugada
con su poncho de metralla.
No tengo nombre en los labios,
ni en mis manos, esperanza.
Los árboles me recuerdan

que hubo pan sobre la mesa,
que un beso olía a tomillo
y el campo no era esta trampa.
Los tanques pisan la historia
como quien quiebra una jarra.
El llanto se vuelve polvo…

y el polvo se hace palabra.
He visto morir palomas
con cartas en las entrañas.
Y al que escribió los mandatos,
bailar brindando su farsa.
No tengo tierra ,

ni un refugio que ampare el alma.
Solo este polvo que gime
cuando lo atraviesan las balas.
¡Y tú, luna, no me mires!
Tápate el rostro de escarcha…
Que no quiero que me veas
con mi infancia en la garganta.
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