Un año sin Berta.
Óscar Torres es el octavo detenido por el crimen de Berta Cáceres. En enero fue capturado el exmilitar Hernández Rodríguez. Entre los otros implicados se incluye un mayor del Ejército, Mariano Díaz; un capitán retirado, Edilson Duarte; y Sergio Rodríguez, un empleado de la empresa Desarrollos Energéticos (DESA) que es la encargada del proyecto hidroeléctrico al que se opone la Comunidad lenca que lideraba Berta Cáceres.
Si se pensara en alguna “candidata a la Presidencia de la República”, que representara los intereses de la nación, los anhelos de toda la población y que lo hiciera desde los más pobres, ésa era Berta Cáceres, “la Niña guardiana de los ríos”, Una mujer indomable, insobornable. Por eso la mataron. (eso escribió el padre Melo, de radio Progreso).
Quienes saben de este tipo de crímenes afirman que los asesinos de Berta fueron expertos sicarios contratados por quienes querían deshacerse de Berta, porque les estorbaba demasiado y no lograban callarla. Se arriesgaron a matar a una dirigente tan popular porque para ellos era mayor el riesgo de seguir teniendo que enfrentar a una mujer con las convicciones de Berta, dispuesta a luchar hasta las últimas consecuencias. Matarla era necesario para sus negocios, sus proyectos y sus intereses. Debieron evaluar el costo y el beneficio con gente especializada que contrató a sicarios para que hicieran el trabajo.
http://www.playgroundmag.net/articulos/reportajes/ultima-pesadilla-Berta-Caceres_0_1854414543.html
Canción para Berta:
Quienes planearon el asesinato de Berta Cáceres sabían que matarían a una persona a la que nunca podrían controlar. Esta mujer era una auténtica indomable como espontáneamente la llamaron en los diversos actos de reconocimiento y en las consignas, lemas y testimonios el día de su siembra. Lo que no esperaban sus enemigos, por vivir ensimismados en su codicia, fue la repercusión mundial que adquirió su asesinato.
El control mediático en Honduras es de tal calibre que ninguno de los medios de cobertura nacional cubrió como correspondía el notición que representó para Honduras el 20 de abril de 2015 la entrega en Estados Unidos del Premio Goldman por la defensa del ambiente a una compatriota como Berta.
Tampoco los medios nacionales cubrieron la visita que Berta hizo, junto a otros dirigentes de movimientos populares de todo el mundo, al Papa Francisco en el Vaticano, en octubre de 2014. Menos se interesaron en informar que fue ella la vocera que habló en nombre de todos ante el obispo de Roma. La misma Berta comentó en los días previos a ese encuentro las maniobras que algunas jerarquías eclesiásticas católicas habían realizado para impedir que ella formara parte de los dirigentes populares que recibiría Francisco.
De tan poca monta consideraban las autoridades hondureñas a Berta Cáceres que cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le otorgó medidas cautelares por el peligro que corría su vida, nunca aceptaron reunirse con ella para definir cómo implementar esas medidas, quedando a criterio del oficial de turno en La Esperanza, municipio donde residía Berta, el realizar patrullajes en los alrededores de su vivienda y en los lugares que ella frecuentaba.
Nadie en el poder dimensionó lo importante, lo querida y lo reconocida que era en el mundo Berta Cáceres, por su liderazgo entre su pueblo lenca y entre el pueblo hondureño. Para las autoridades del país era sólo un estorbo, una revoltosa. El Presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, resumió lo que toda la pléyade de funcionarios corruptos y empresarios codiciosos pensaban sobre Berta, sobre lo que hacía y sobre los que se organizaban alrededor de su liderazgo cuando el 20 de marzo, y a propósito de la pregunta que le hicieron sobre la marcha de las investigaciones para identificar a los autores del crimen, exhortó: “Yo les digo a los que andan en esas luchas que no se compliquen la vida. Pórtense bien, no anden en malos pasos”.
La repercusión mundial por el asesinato fue inmediata, enorme y llovieron los manifiestos, declaraciones, denuncias y reclamos de congresistas, senadores y funcionarios del gobierno de Estados Unidos, del Parlamento Europeo, de diversos gobiernos de países latinoamericanos, de la ONU y la OEA, de la más amplia gama de organismos defensores de derechos humanos, ambientales, indígenas, feministas, populares y sociales. El Embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, James D. Nealon, asistió al velatorio en la casa de la madre de Berta, también llegaron varios embajadores de países europeos y las principales figuras públicas que se oponen a las políticas del gobierno.
tambien en Asturias: donde Berta había estado en un encuentro de mujeres organizado por Pachakuti, en el ayto de Xixón, en rueda de prensa, en el de Langreo, plantando un texu, en el Llanera, adecentando un humedal, en el de Oviedo, colocando una placa y acompañando la composición de Julio Arbesú, en la voz inigualable de Anabel Santiago, «me acuerdo del Agua», dedicada a Berta, (en el de Siero el consejo local de solidaridad consensuó un homenaje en Lugones en el día mundial del medio ambiente, pero el alcalde, sin explicaciones y de forma abrupta lo interrumpió. En cambio el CLS ya se había pronunciado en condena y denuncia del crimen de Berta).
En la campaña asturiana pola soberanía alimentaria, dedicando imagen y contenido en la campaña 2016, y en otros lugares, con documentales, con poemas, con la Memoria fresca de la lideresa lenca..
..entonces sí, Todos los medios llegaron a la casa de la mamá de Berta. Hubo periódicos escritos que cubrieron el acontecimiento con hasta quince páginas de una misma edición en la que brindaban informaciones, datos, reportajes, crónicas y declaraciones relacionadas con la vida, las luchas y el asesinato de Berta… la decisión de los propietarios de medios de difundir la noticia y cubrir los funerales fue concertada con Casa Presidencial ante la avalancha de reacciones que llegaban de todo el mundo.
Berta dejó tres hijas, Olivia, Berta y Laura , un hijo, Salvador, y un nieto, Camilo.
De su mamá doña Austra Berta se dice que ayudó como partera al nacimiento de 4500 bebés. También fue maestra, alcaldesa, diputada, gobernadora. Doña Berta dijo: “A mi hija la asesinaron por lo que era, por sus luchas. Los asesinos son los dueños de este país y el gobierno que es su mandadero. El hechor material pudo ser cualquier diablo”.
La familia convocó una conferencia de prensa ante el cadáver de su madre asesinada y juraron ante ella proseguir su lucha.
Llamaron a todas las organizaciones sociales y populares presentes en su entierro a fortalecer la articulación en torno a la defensa de los ríos y de los bienes comunes de la Naturaleza,
a defender al COPINH y a las comunidades lencas y a continuar la lucha por la soberanía nacional.
Pero la lucha del COPINH y de los movimientos étnicos no se queda sólo en el asesinato de BERTA CÁCERES, implica además que el Estado debe responder sobre el asesinato de 5 miembros de COPINH que se le señalan a DESA y otros a nivel nacional como los compañeros de la comunidad Tolupán asesinados en los últimos años y el más de un centenar de campesinos y campesinas asesinados en el Bajo Aguán, entre tantos otros.
Berta Cáceres VIVE.
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