Berta Vive y la LUCHA Sigue..
Madrugada del 2 de marzo de 2016: operativo sicarial bien planificado durante largo tiempo, entra a la vivienda de la coordinadora del COPINH en La Esperanza Intibucá, y la asesina. En el cuarto de invitados un ambientalista mexicano, Gustavo Castro resulta herido.
Ahora en agosto de 2022 en diversos cinemas de Honduras se puede visualizar la película de Katia Lara “Berta soy yo-cuando el río suena”.
Para Berta Cáceres, los elementos de dominación eran tres: el racismo, el patriarcado y el capitalismo.
Se tuvo que enfrentar a corporaciones multinacionales, madereros ilegales, dueños de plantaciones y la construcción de represas hidroeléctricas. Por su lucha recibió decenas de amenazas de muerte, que denunció durante años y la llevaron el último tiempo a contar con medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde 2009, aunque sin protección del Estado.
Además, su madre e hijas tuvieron que abandonar el país, mientras ella dormía cada noche en un lugar diferente, prácticamente no se comunicaba por teléfono y abandonó las presentaciones públicas, a modo de protección. De hecho, una semana antes de su asesinato, Cáceres denunció que ella y otros dirigentes de su comunidad habían recibido amenazas de muerte y otros cuatro habían sido asesinados.
Un tribunal de Honduras condenó el 29 de noviembre de 2018 a siete personas por el crimen de Berta. Tres sicarios que dispararon contra Cáceres, dos ex militares y dos trabajadores vinculados a la empresa DESA, que buscaba construir una represa hidroeléctrica a la que los pobladores se oponían.
El COPINH valoró como insuficiente la condena: “Faltan los Atala”. «Las presiones de grupos económicos y políticos impiden que se avance con la justicia y que Daniel Atala Midence, José Eduardo Atala Zablah, Pedro Atala Zablah y Jacobo Atala Zablah sean presentados ante la justicia para que respondan por sus crímenes».
Hasta este año 2022 no se ha producido la condena a 22 años y medio de prisión al gerente de la empresa DESA, David Castillo, como coautor del crimen.
Y se sigue insistiendo en los autores intelectuales, los que prepararon las condiciones y el entramado para el crimen. Los empresarios Atala.
Una investigación de la CONICET indica que Berta fue “adelantada a su tiempo” en formulaciones como el feminismo.
«Berta deja en claro la reivindicación del feminismo y de las luchas por la emancipación de la mujer, junto con otras luchas: las ambientales, las de su propia comunidad como colectivo, como pueblo indígena. Eso fue bastante gráfico de esa relación (feminismos e indigenismos) que ahora parece muy fluida, pero que 20 años atrás no eran tan evidente».
Había dicho Berta que «Si no se tienen en cuenta todos los elementos de la triple dominación, racista, patriarcal y clasista, entonces vamos a repetir otra vez la historia de dominación que queremos desmontar».
«No podemos separar el racismo por un lado y posponer el patriarcado, decir que la justicia para las mujeres viene después que triunfe ‘X’ poder». Y especificó: «Creo que en el caso de las mujeres indígenas es un reto mayor que el de las mujeres urbanas porque todas las condiciones de injusticia, de discriminación y de racismo se suman».
«Berta Cáceres, inmortalidad en su voz y accionar. Cuán importante sigue siendo a pesar de los años, porque por toda el Abya Yala ahora se riega su legado, y nos llega a todas, y nos une, a mestizas, indígenas, negras. Ha llegado a la mitad del mundo, Ecuador, y nos encargaremos de que siga caminando, como antídoto para el olvido, la tranquilidad frente a la impunidad, y al frío que nos distancia con la Madre Tierra. Ella, quien a Berta la mantiene viva en miles de nosotras cuando sembramos, cuando cantamos, cuando tejemos, cuando hablamos lenguas madres, cuando escribimos, cuando bailamos, cuando defendemos y cuestionamos, cuando cosechamos y caminamos, cuando somos coherentes con lo que decimos y hacemos. Berta vive hasta el ombligo del mundo».
Ha dicho la activista kichwa Ninari Chimba Santillán, en Memoria de Berta.
Y en la Memoria para siempre está su corto discurso de aceptación del premio Goldman ambiental en California, un año antes de su asesinato:
«La Madre Tierra, militarizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente derechos elementales, nos exige actuar”.
Si Berta fue asesinada para neutralizar la resistencia al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, impuesto ilegalmente sobre el sagrado río Gualcarque, y la lucha del COPINH por la reivindicación de sus derechos como pueblo indígena Lenca, los efectos y la repercusión del crimen han ido en sentido contrario: El COPINH es más conocido que nunca en todo el mundo, y la lucha heroica de Berta, su comunidad y familia, se ha fortalecido.
Berta Vive y la LUCHA sigue y sigue, por los Derechos indígenas, contra el patriarcado, contra el capitalismo depredador del medio ambiente y destructor del planeta.
Tenía Berta 44 años. Habíamos tenido ocasión de que visitara Asturias y participara en un alcuentru de muyeres organizado por Soldepaz.Pachakuti, y que activistas astures visitaran Intibucá, a Berta y familia y COPINH, que estuvieran en su centro de formación Utopía y hablaran por sus emisoras indígenas comunitarias.
Después del crimen, vendrían los homenajes en plazas y parques, en Oviedo, en Llanera, en Langreo, en Xixón, el premio DDHH de Siero en 2017, la visita de una de sus hijas con Amnistía. Los libros, poemas, recitales, películas, o la presencia con Pachakuti de su amiga argentina Claudia Korol que escribió Las Revoluciones de Berta.
Ahora Honduras tiene en la Presidencia a una mujer, desde hace medio año, y que en su toma de posesión multitudinaria en el Estadio de Tegucigalpa citó de nuevo a Berta. La hija Berta, actual coordinadora del COPINH, en nombre de su organización también “otorgó” a Xiomara Castro la “vara alta” como simbología indígena de que mostraban su confianza para gobernar y su exigencia de Justicia, para Berta y para todas las comunidades indígenas, garífunas, campesinas, de mujeres, de ddhh, de derechos ambientales, de estudiantes y trabajadoras de la República de Honduras. “Vara Alta Lenca” para que defienda también los territorios y los bienes comunes, como hizo Berta en su intensa vida y como sigue haciendo tras su muerte hace seis años y medio.
Nota: La Vara es un báculo de madera en el que están tallados el Sol, la Luna y una Serpiente. Es un elemento importante en la cosmovisión Lenca que simboliza respeto y autoridad. El Sol representa el corazón en el cielo, la Luna refleja la energía que emana la luz por las noches para las y los hijos del maíz. La Serpiente representa el símbolo de poder, de armonía entre los lencas y los nahuales.
En la punta lleva una guardiana de los ríos que simboliza la resistencia de las mujeres indígenas y negras, que cuidan los bienes comunes y de la naturaleza. Además, representa a quienes velan por el respeto de los derechos de los pueblos indígenas, históricamente saqueados por su gran riqueza natural y cultural.