Thomas Sankara. 30 años.
Líder revolucionario y presidente de Burkina Faso , (que significa “La tierra de la gente íntegra” en Mossi y Djula, las dos lenguas mayores del país, y tenía el nombre colonial de Alto Volta hasta su llegada al gobierno) entre 1983 y 1987, cuando fue asesinado en un golpe de estado.
«la juventud africana se identifica con sus discursos, en cierto modo visionarios, en materias de absoluta actualidad en el debate actual como los derechos de las mujeres, el respeto al medioambiente o la cuestión de la deuda».
Daniel Tranchant, médico de Sankara , escribió la obra «15 de octubre de 1987, las fieras lo devoraron».
A pesar de ser el presidente, Thomas Sankara recorría Burkina Faso en un humilde Renault 5, el automóvil más económico que había en la década de 1980.
“Su rostro está en camisetas, chapas y pegatinas allá donde se mire. Sus discursos se escuchan una y otra vez en la sede de movimientos ciudadanos y en las aulas de las universidades. Dirigentes de todos los rincones del continente, estudiantes y campesinos citan sus frases. Fue el presidente de un pequeño y pobre país africano tan solo durante cuatro años, pero su legado revolucionario ha traspasado las fronteras de Burkina Faso y está hoy presente y vivo en el mundo.”
Fue pionero en plantar cara a los dictados de organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial, convirtiéndose en una esperanza para millones de africanos. También marcó como objetivos prioritarios la lucha contra la corrupción interna, la dominación colonial que ejercía Francia, el analfabetismo, y la pobreza y la desigualdad entre hombres y mujeres.
Aprobó leyes pioneras contra la ablación y la poligamia, potenció importantes campañas contra el sida, vacunó a 2,5 millones de niños, combatió el analfabetismo con la construcción de centenares de escuelas rurales, redistribuyó las tierras de grandes terratenientes entre los campesinos –con lo que duplicó la producción de trigo–, nacionalizó los recursos minerales y logró reducir la corrupción, a través de los Tribunales Populares Revolucionarios
“En Dakar, el rapero Didier Awadi compone y graba sus canciones en su estudio llamado ‘Sankara’. El -reggaeman marfileño Tiken Jah Fakoly se considera de la generación del capitán burkinés y le rinde homenaje en cada concierto, en cada entrevista. “Le llevaremos siempre en el corazón”. Hace solo un año, el expresidente ghanés Jerry Rawlings, su amigo personal, lo expresó con nitidez en -Uagadugú durante el 29º aniversario de su muerte: “Sus ideas están de actualidad”. Y el economista senegalés Ndongo Sylla le considera un “precursor de la buena gobernanza y un modelo de la gestión virtuosa de las finanzas públicas”
Unos meses antes de ser asesinado, las grandes potencias centraron su atención en el presidente Sankara cuando osó plantear no pagar la deuda externa que asfixiaba la economía burkinesa, debido a sus desorbitados intereses.
Su último gran discurso lo realizó en la cumbre de la Organización para la Unidad Africana en Addis Abeba (Etiopía), donde propuso al resto de líderes africanos a unirse a su lucha y a no pagar una deuda que consideraba ilegítima, contraída de manera “irresponsable” por mandatarios anteriores. “No podemos pagar la deuda. Primero porque, si no la pagamos, los prestamistas no morirán. Eso es seguro. Pero si pagamos, nosotros sí moriremos. Eso también es seguro”.
Sankara fue asesinado tres meses después de aquel discurso. Su viuda, Marian Sankara denunció los hechos y, en abril de 2006, el comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas dictó una condena concluyente a Burkina Faso por no investigar el magnicidio ni perseguir a sus responsables. Sin embargo, la orden de Naciones Unidas no tuvo consecuencia
Antonio Lozano, autor de ‘El caso Sankara’, ganó el I Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona. A juicio de Lozano, “quizá fue en la transformación de las mentalidades donde la obra de Sankara ha pervivido con más fuerza. El burkinés pasó de ser el eslabón más bajo de la cadena de la miseria saheliana para convertirse en el protagonista de una aventura política insólita que despertaba la admiración de millones de africanos. Sankara era el presidente que todos querían para sí, el referente que demostraba que África sí puede avanzar en la transformación política y social por sus propios medios”. Precisamente por eso lo asesinaron, opina el escritor afincado en Gran Canaria.
Empezó a ser una figura popular en la capital de Ouagadougou, donde era conocido como guitarrista (tocaba en una banda llamada “Tout-à-Coup Jazz”) y le gustaban las motocicletas. Todo esto unido a su gran carisma, contribuyó de manera importante en su popularidad.
“Nuestra revolución en Burkina Faso está abierta a las desgracias de todos los pueblos, Se inspira también en todas las experiencias de los hombres desde el primer aliento de la humanidad. Queremos ser los herederos de todas las revoluciones del mundo, de todas las luchas de liberación de los pueblos del Tercer Mundo”, (Thomas Sankara, “La libertad se conquista por medio de la lucha”, Discurso ante la Asamblea General de la ONU, 1984).
“Aquí no soy sino el humilde portavoz de un pueblo que se niega a verse morir por haber visto pasivamente morir su medioambiente natural”, anuncia en la Conferencia Internacional sobre el Árbol y el Bosque de París en 1986, y añade que “se han plantado diez millones de árboles en el marco de un programa popular de desarrollo de quince meses”. En aquella ocasión hizo un primer balance de la entrada de la ecología en la agenda política burkinesa. “El imperialismo es el pirómano de nuestros bosques y de nuestras sabanas”, comenta para explicar esta nueva prioridad a pesar de la pobreza de su país .
Adelantándose a su tiempo, Sankara explica que la preservación de los ecosistemas es un problema global, lo mismo que hace en 1986 en un plató de la televisión francesa cuando se le pregunta por la desertización de su país:
“Consideramos que la responsabilidad de este azote no incumbe solo a los hombres y mujeres que viven en Burkina Faso sino también a todas aquellas personas que, lejos de nosotros, provocan de forma directa o indirecta perturbaciones climáticas y ecológicas. […] Sí, la lucha contra la desertización es una lucha antiimperialista”.
Vendió la flota de autos Mercedes del gobierno e hizo que el Renault 5 fuera el coche oficial de los ministros.Formó una guardia personal de mujeres motociclistas.
En Ouagadougou, convirtió el depósito de provisiones del ejército en un supermercado del estado para todos (el primer supermercado en el país).
En la cumbre de la OUA) el presidente de Burkina Faso lanza un discurso memorable que pasará a la historia como uno de los manifiestos más importantes contra las deudas injustas e ilegítimas:
“[…] La deuda se ha de analizar empezando por su origen. Los orígenes de la deuda se remontan a los orígenes del colonialismo. Quienes nos han prestado dinero son los mismos que nos colonizaron. Son los mismos que gestionaban nuestros Estados y nuestras economías […].
La deuda es el neocolonialismo o los colonialistas transformados en «asistentes técnicos». En realidad, deberíamos decir asesinos técnicos. Y son ellos los que nos propusieron las fuentes de financiación […]. Nos presentaron dossieres y montajes financieros fantásticos. Nos endeudamos por cincuenta años, sesenta años y más aún. Es decir, nos han llevado a comprometer a nuestros pueblos durante cincuenta años o más. La deuda en su forma actual es una reconquista sabiamente organizada de África para que su crecimiento y su desarrollo respondan a unos niveles, a unas normas que nos son totalmente extrañas. De manera que cada uno de nosotros se convierta en un esclavo financiero, es decir, en esclavo a secas de quienes han tenido la oportunidad, la astucia, la trapacería de invertir sus fondos en nuestros países con la obligación de que los reembolsemos. […] Nosotros no podemos reembolsar la deuda porque no tenemos nada que pagar. […]. No podemos pagar la deuda porque, al contrario, nos deben lo que las mayores riquezas nunca podrán pagar, esto es, la deuda de sangre. […]. Cuando nosotros decimos que la deuda no se ha de pagar no significa que estemos contra la moral, la dignidad, el respeto a la palabra. [Es porque] Nosotros consideramos que no tenemos la misma moral que los otros. Entre el rico y el pobre no hay la misma moral […]” .Sobre el CHE, discurso de Thomas Sankara:[/bleu violet]
Esta mañana, de manera modesta, hemos venido a inaugurar esta exposición que intenta delinear la vida y la obra de Che. Al mismo tiempo queremos decir hoy al mundo entero que para nosotros Che Guevara no está muerto. Pues por todo el mundo existen centros donde hay hombres que luchan por más libertad, más dignidad, más justicia, más felicidad. Por todo el mundo, los hombres luchan contra la opresión, la dominación, contra el colonialismo, contra el neocolonialismo y el imperialismo, contra la explotación de clase.
Queridos amigos, unimos nuestras voces a las de todos los que en el mundo recuerdan que un día un hombre llamado Che Guevara … con toda la fe en su corazón, se alistó en la lucha junto a otros hombres y logró así crear esta chispa que tanto ha inquietado a las fuerzas de ocupación en el mundo. Sencillamente queremos decir que una época nueva ha sonado en Burkina Faso, que una realidad [nueva] está en marcha en nuestro país. Uno puede ver así el llamado de Che Guevara, el mismo que quería encender fuegos de lucha por todas partes del mundo.
Che fue segado con balas, balas imperialistas, bajo el cielo de Bolivia. Y nosotros decimos que para nosotros Che Guevara no ha muerto.
Una de las bellas frases que evocan los revolucionarios, los grandes revolucionarios cubanos, es la que su amigo, su compañero de lucha, su camarada, su hermano, el propio Fidel Castro repitiera. Una frase que él captó un día de lucha de boca de un hombre de pueblo, un oficial de Batista, quien, a pesar de pertenecer a ese ejército reaccionario y represivo, supo hacer una alianza con las fuerzas que luchaban por la felicidad del pueblo cubano. Cuando los que habían intentado el asalto contra el cuartel Moneada acababan de fracasar, y debían padecer el suplicio por las armas del ejército de Batista –debían ser fusilados–, el oficial simplemente dijo: “No disparen, las ideas no se matan”.
Es verdad, las ideas no se matan. Las ideas no mueren. Por eso Che Guevara –quien era una esencia de ideas revolucionarias y de entrega personal– no ha muerto porque hoy han venido ustedes aquí [de Cuba] y porque nosotros nos inspiramos en ustedes.
Che Guevara, argentino según su pasaporte, devino cubano por adopción por la sangre y el sudor que derramó por el pueblo cubano. Y, sobre todo, devino ciudadano del mundo libre: el mundo libre que juntos estamos en vías de construir. Por eso decimos que Che Guevara es también africano y burkinabe.
Che Guevara llamaba a su gorra “la boina”. Por casi toda África hizo que se conocieran esa boina y esa estrella. De norte a sur, África recuerda a Che Guevara.
Una juventud intrépida –una juventud sedienta de dignidad, sedienta de valor, sedienta también de ideas y de esa vitalidad que Che simbolizaba en África– buscó al Che para beber de ese manantial, el manantial vivificante que representaba en el mundo ese capitán revolucionario. Y entre los pocos que tuvieron la oportunidad, que tuvieron el honor de estar cerca de Che, y que están todavía en vida, algunos están hoy aquí entre nosotros.
Che es burkinabe. Es burkinabe porque participa en nuestra lucha. Es burkinabe porque sus ideas nos inspiran y están inscritas en nuestro Discurso de Orientación Política. Es burkinabe porque su estrella está fija en nuestro emblema. Es burkinabe porque una parte de sus ideas vive en cada uno de nosotros en la lucha cotidiana que libramos.
Che es un hombre, pero un hombre que supo mostrarnos y educarnos en la idea de que podíamos atrevernos a tener confianza en nosotros mismos, confianza en nuestras capacidades. Che está entre nosotros.
Así que quisiera decir: ¿qué es el Che? Para nosotros Che es sobre todo convicción, convicción revolucionaria, la fe revolucionaria en lo que uno hace, la convicción de que la
victoria es nuestra, de que la lucha es nuestro recurso.
Che es también humanismo. El humanismo: esa generosidad que se expresa, esa entrega que ha hecho de Che no solo un combatiente argentino, cubano, internacionalista, sino también un hombre, con todo el calor humano.
Che es también, y sobre todo, la exigencia. La exigencia de alguien que tuvo la suerte de nacer en una familia acomodada … pero que supo decir no a esas tentaciones, que supo darle la espalda a lo fácil y que, por el contrario, demostró ser un hombre que hacía causa común con el pueblo, un hombre que hacía causa común con la miseria de los demás. La exigencia de Che: he ahí algo que debe inspirarnos más que nada.
Porque son la convicción, el humanismo y la exigencia lo que hacen que sea Che. Y quienes saben juntar en ellos esas virtudes, quienes saben juntar en ellos esas cualidades, esa convicción, ese humanismo y esa exigencia, pueden decir que son como Che: hombres entre los hombres, pero sobre todo revolucionarios entre los revolucionarios.
Acabamos de ver esas fotografías que relatan lo mejor que pueden una parte de la vida de Che. A pesar de la fuerza de su expresión, esas imágenes quedan mudas ante la parte más determinante del hombre, la misma contra la que el imperialismo apuntaba. Las balas apuntaban mucho más hacia el espíritu de Che que hacia su imagen. Su foto está por todo el mundo. Su foto está en la mente de todos y su silueta es una de las más familiares. Entonces debemos procurar conocer mejor a Che.
Acerquémonos pues a Che. Acerquémonos a él no como lo haríamos con un dios, ni como lo haríamos con esta idea, esta imagen que está por encima de los hombres, sino hagámoslo con un sentimiento de que estamos ante a un hermano que nos habla y con quien asimismo podemos hablar. Procuremos que a los revolucionarios los inspire el espíritu de Che, para que ellos sean también internacionalistas, para que sepan también cómo construir junto a otros hombres la fe: fe en la lucha por la transformación, contra el imperialismo, contra el capitalismo.
En cuanto a ti, compañero Camilo Guevara, ciertamente no podemos permitirnos decir que eres un hijo huérfano. Che nos pertenece a todos. Nos pertenece como patrimonio de todos los revolucionarios. Así que no te puedes sentir solo y abandonado, puesto que vas a encontrar en cada uno de nosotros –esperamos– a los hermanos, las hermanas, los amigos y los camaradas. Junto a nosotros eres ciudadano de Burkina, porque has seguido de forma resuelta las huellas de Che, el Che de todos nosotros, el padre de todos nosotros.
Por último, recordemos a Che simplemente como ese romanticismo eterno, esa juventud tan fresca y tan vivificante, y al mismo tiempo esta lucidez, esta sabiduría, esa devoción que solo los hombres profundos, hombres de corazón, pueden tener. Che era la juventud de 17 años. Pero Che era igualmente la sabiduría de 77 años. Esta alianza juiciosa es la que debemos tener permanentemente. Che era el corazón que hablaba y era también el brazo vigoroso e intrépido que actuaba.
Camaradas, quisiera agradecer a nuestros amigos, a los compañeros cubanos, el esfuerzo que han hecho para venir a reunirse con nosotros. Quiero agradecer a todos aquellos que han franqueado miles de kilómetros, que han cruzado los mares para encontrarse aquí en Burkina Faso para recordar a Che.
Igualmente quiero agradecer a todos aquellos que, por sus contribuciones personales, procurarán que este día no sea simplemente una fecha en el calendario, sino sobre todo que sean días, muchos días del año, muchos días a través de los años y los siglos, para que viva eternamente el espíritu de Che.
Compañeros, por último quisiera expresar mi regocijo porque hemos inmortalizado las ideas de Che aquí en Uagadugu con esta calle que hemos bautizado Che Guevara.
Pero cada vez que pensemos en Che, tratemos de ser como él y de hacer que reviva el hombre, el combatiente. Y, sobre todo, cada vez que tengamos la idea de actuar como él, en la abnegación, al rechazar los bienes burgueses que pretenden enajenarnos, al rechazar también lo fácil, pero también en la educación y la disciplina rigurosa de la ética revolucionaria: cada vez que tratemos de actuar así, vamos a servir mejor las ideas de Che, las difundiremos mejor.
¡Patria o muerte, venceremos!
DEUDA: http://www.odg.cat/es/somnambulism
https://vimeo.com/71133834