800 empresas españolas instaladas en Colombia, con 26.000 millones .
Defender «los intereses y la seguridad jurídica» de esas empresas.. ¿es compatible con la defensa de los DDHH?
Carta al Presidente de gobierno español, Pedro Sánchez.
Ante el anuncio oficial de su viaje a Colombia, en el que se indica que irá acompañado de un grupo de empresarios, le trasladamos nuestro convencimiento de que sería más importante, en el momento que vive el país, si el viaje lo hiciese en compañía de organizaciones de derechos humanos, de ambientalistas, de organizaciones del ámbito sindical y social.
La voluntad expresa del nuevo gobierno colombiano para conseguir una Paz integral, razonablemente debiera contar con un firme compromiso de apoyo por su parte y la de su gobierno. Si con el anterior presidente, el uribista Iván Duque, usted expresó su disposición a facilitar los diálogos de Paz con el ELN, ahora que el nuevo gobierno de Gustavo Petro ha reiniciado ya esos diálogos en La Habana, esta disposición debería ratificarse, uniéndose a aquellos países garantes que como Noruega, Cuba o Chile ya se han manifestado en esa dirección.
Respecto al hecho de la delegación empresarial acompañante, esta debiera ser aprovechada para asegurar que no haya más actividad de empresas en territorios donde esta no haya sido previamente consultada y aceptada por sus pobladores, como ha estado ocurriendo hasta el presente.
El programa de gobierno colombiano, sustentado a través de un pacto amplio de apoyo de muchísimos sectores sociales, indígenas, negritudes, campesinos, tiene entre sus directrices el respeto a la diversidad, a la naturaleza, y una profunda preocupación por la crisis climática. En esos campos puede el gobierno español contribuir en lo que es común, asegurando que la Consulta (previa, libre e informada) se realiza siempre, en cualquier propuesta de las empresas de matriz española.
Los derechos humanos, violentados de forma tan masiva, pueden encontrar cauce de respeto en las nuevas acciones de gobierno, protegiendo las vidas de las personas defensoras en todos los territorios, y nuestro gobierno podría corresponder a esa elemental necesidad fortaleciendo e incrementando los programas de protección y especialmente aumentando drásticamente la ridícula cifra de refugio y asilo hasta ahora otorgada a personas de nacionalidad colombiana.
En aras a la Paz, para la que se firmaron unos acuerdos con uno de los grupos insurgentes, pero se zancadilleó desde el anterior gobierno, y que falta por negociar y acordar con otros sectores en armas, nuestro gobierno puede hacer aportes amplios.
Y en esa Paz que tiene connotaciones continentales, ha sido muy importante ya el reinicio de relaciones con el vecino país de Venezuela, así como el nombramiento para ello de nuevo embajador en la persona de Armando Benedetti, uno de los dirigentes que había participado en las reuniones previas en Madrid entre el PSOE y el candidato aspirante Gustavo Petro. Corresponde ahora que también nuestro país se desprenda, en aras de conseguir esa Paz regional, de la retórica belicista, colonial e injerencista hacia Venezuela y sus autoridades legítimas.
Es fundamental acompañar la puesta en práctica de las recomendaciones de la ONU sobre el desmantelamiento de los grupos paramilitares, la lucha contra la perniciosa y vasta impunidad y la protección de las personas defensoras de los Derechos Humanos, líderes sociales y comunidades civiles, deberían estar en la agenda de su visita.
Resulta muy clara la necesidad de incrementar la cooperación al desarrollo con Colombia, apoyar con recursos la reconstrucción del tejido social roto por la guerra, en particular las organizaciones campesinas, indígenas y negras, y contribuir a la producción nacional de alimentos por el campesinado abriendo canales de comercialización.
Estando muy reciente la presentación en Colombia y en varios parlamentos y comunidades autónomas del informe de la Comisión de la Verdad, y teniendo este material un papel significativo en la consecución de la Paz, es de esperar asimismo un apoyo concreto y colaboración mutua para hacer conocer ampliamente la Verdad de la guerra colombiana, y acompañar extensamente a las víctimas, incluidas las del abundante exilio en el estado español.
Con esos elementos se podría concretar un buen Acuerdo Estratégico entre ambos ejecutivos, que logren impulsar las verdaderas buenas relaciones, y contribuyan a la defensa de la Vida y del planeta.
Reciba un cordial saludo..
Junta de SOLdePAZ.Pachakuti