Juan Contreras de LA COORDIANDORA CULTURAL SIMÓN BOLÍVAR
Nacimiento de la Coordinadora Cultural Simón Bolívar en la Parroquia 23 de Enero
Historia de la Parroquia 23 de Enero
Situada en Caracas, la parroquia 23 de Enero se ha convertido con el transcurrir de los años en un referente obligatorio de resistencia popular y lucha social. La Parroquia 23 de Enero antes de parroquia fue una urbanización mandada a construir por el dictador Marcos Pérez Jiménez, a finales de la década de los 50, y cuyo nombre era “2 de Diciembre”, fecha en la cual el dictador solía inaugurar sus grandes obras arquitectónicas.
El terreno destinado a esta urbanización estaba habitado por las primeras barriadas caraqueñas de escasos recursos, y su gente provenía mayoritariamente del interior del país, en búsqueda del desarrollo de la Capital. Para la Construcción de esta urbanización el régimen ordenó el desalojo de todas estas personas de manera violenta. Con el terreno ya desocupado, en la Urbanización 2 de Diciembre, inspirada en las teorías urbanísticas y arquitectónicas de Le Corbusier, se construyeron 9.176 apartamentos en un total de 38 superbloques (de 150, 300 y 450 apartamentos) de 15 pisos y 42 bloques pequeños, así como 17 jardines de infancia, 8 guarderías, 25 edificios de comercios, 5 escuelas primarias, 2 mercados y 2 centros cívicos para una población aproximada de 60 mil habitantes.
Para el momento en que Pérez Jiménez es derrocado, el 23 de enero de 1958, los apartamentos aún no habían sido vendidos ni adjudicados, con lo cual comenzó la toma de los apartamentos. Más de 4.000 apartamentos fueron invadidos, comenzando así la historia rebelde de esta parroquia, quien adopta el nombre de tan importante gesta popular.
Con el transcurrir del tiempo las áreas verdes existentes se poblaron de nuevas barriadas pobres que pasaron a formar parte del mismo 23 de Enero y se disparó el crecimiento demográfico de esta franja geográfica del centro y oeste de la capital.
Desde el 23 de Enero de 1958, la parroquia en cuestión ha sido conocida en el país por su persistencia en las luchas que sus habitantes han librado en busca de reivindicaciones políticas y sociales, y mejores condiciones de vida. Sin embargo, o tal vez a causa de ese mismo carácter combativo, la parroquia ha sido vista por los distintos gobiernos que se han turnado desde 1958 como una parroquia “subversiva”, «zona roja”, “zona de vagos y maleantes”,etc.
Pero hay otra realidad y es la existencia de una parroquia rica en experiencias de organización comunitaria. Experiencia que ha significado ser embrión y símbolo de conciencia política y que en gran medida ha permitido que muchos de sus habitantes hayan adquirido un tipo de mentalidad crítica frente a los momentos más difíciles de incertidumbre y debacle política y social por la cual ha atravesado nuestro país en la segunda mitad del siglo XX.
La Coordinadora Simón Bolívar en ese contexto
Los antecedentes de la coordinadora se remontan a 1989 cuando “bajaron los cerros” en respuesta a la aplicación del paquete neoliberal del FMI y el entonces presidente Carlos Andrés Pérez mandó al ejército venezolano y a los cuerpos policiales a asesinar al pueblo en la calle. El deseo y la necesidad de luchar contra las injusticias logro que muchos jóvenes inquietos del 23 de Enero se unieran en lo que se llamó “Asamblea por la Vida”. A esa experiencia le siguió años más tarde la creación de la “Brigada de Solidaridad con los Pueblo Antonio José de Sucre”. Es en el año 1993 cuando se crea la Coordinadora Cultural Simón Bolívar, que con el transcurrir de los años sería llamada simplemente Coordinadora Simón Bolívar. Durante todos esos años y hasta 1998, los miembros de la Coordinadora fueron perseguidos políticamente, arrestados cientos de veces, torturados por los cuerpos de seguridad, allanados su hogares.
La Coordinadora nació ante la necesidad de crear una organización capaz de enfrentar los múltiples problemas que afronta la parroquia, creando a su vez cultura de participación y co gestión en los asuntos públicos.
Como toda barriada popular del oeste caraqueño, el 23 de Enero estaba sumido en el caos y la pobreza. No funcionaban los más elementales servicios públicos como el agua, la luz, la recolección de basura, etc. El servicio de alcantarillado, de tuberías de aguas blancas y servidas estaba colapsado o era inexistente en las zonas más pobres de la parroquia. Los bloques y superbloques eran una demostración de la desidia gubernamental y la desigual distribución de la riqueza. Las escaleras carecían de luz permitiendo con ello condiciones óptimas para la delincuencia. Los bajantes no servían, por lo cual era frecuente ver botar la basura por las ventanas. Los ascensores nunca funcionaban, etc.
Pero quizá el mayor problema lo representaba y aún lo representa la inseguridad, producto del auge, cada vez mayor, de la delincuencia. La delincuencia parece una palabra vacía cuando la escuchamos en los noticieros, pero para un ventitrereño no es así. La delincuencia tiene muchos rostros. Son los muchachos del barrio que se han metido a malhechores, son los muchachos del bloque que venden la droga en la zona, son los niños que se vuelven hombres a punta de pistola para ganarse «el respeto» de los demás jóvenes. Son a veces nuestros vecinos, nuestros primos o hermanos, o… a veces nuestros hijos.
La CSB y el poder local
Desde su fundación la CSB ha trabajado ininterrumpidamente por el fortalecimiento del PODER LOCAL, como forma de desarrollo de la comunidad basado en la autogestión y cogestión tanto de los recursos materiales como humanos, en la consecución de un desarrollo sostenido basado en el protagonismo histórico del pueblo como sujeto social. Es decir, si bien el Estado debe garantizar el bienestar social de su pueblo, mediante la satisfacción de sus necesidades sociales, las comunidades organizadas deben participar activamente en la elaboración de las políticas públicas que les conciernen, tanto para intervenir en la asignación de recursos para las parroquias, como en la justa distribución de éstos para el desarrollo local, y por ende, regional y nacional. Así mismo, deben ser el principal impulso para que realmente vayamos a ese proceso de transformación social.
El trabajo social y comunitario que desarrolla la CSB se enfoca principalmente en las áreas de: a) organización vecinal para la participación real de la comunidad en la solución de los problemas que afronta la parroquia, discutiendo las políticas públicas; b) fortalecimiento de un verdadero liderazgo colectivo; c) participación política crítica y consciente; d) rescate de las tradiciones y expresiones artístico-culturales para el fortalecimiento de la identidad cultural de la parroquia; e) incentivo y organización de actividades deportivas considerando el deporte como parte integral del hombre que además brinda a los jóvenes la oportunidad de acceder a otras alternativas que los alejen de la violencia; f) y por último, “el rescate de los espacios”, que no es más que volvernos a apropiar de los espacios y zonas destinadas originalmente al esparcimiento social, al compartir de los vecinos, a la recreación de los niños, que con el paso de los años y el aumento de la delincuencia se han convertido en sitios para la venta y distribución de drogas, o donde se ubican las bandas juveniles, ocasionando que la gente tenga que refugiarse a tempranas horas en sus casas, temiendo salir a estos espacios y temiendo que sus hijos transiten por ellos.
Todas las áreas de trabajo mencionadas anteriormente, se sustentan en tres pilares fundamentales: el estudio colectivo de las necesidades concretas de la comunidad parroquial del 23 de Enero, la planificación de estrategias a corto, mediano y largo plazo, y la participación vecinal como sujeto social de la acción de transformar.
La CSB y el proyecto revolucionario de país
La Coordinadora Simón Bolívar, en estos más de 10 años de lucha constante, ya expandido su área de acción más allá de las fronteras del 23 de Enero: el desarrollo local es la base para un nuevo modelo de desarrollo nacional, por ello es necesario trabajar sin desmayar por la organización de las comunidades, de los barrios, de los pueblos, a todo lo largo y ancho del territorio nacional.
Por ello, organizaciones de base, comunidades, grupos de estudiantes universitarios, de educación media, se han acercado a la Coordinadora Simón Bolívar para aunar esfuerzos. Hoy la CSB cuenta con bastiones de trabajo revolucionario en importantes ciudades del país, con el compromiso de desarrollar un plan estratégico revolucionario, hoy estrechamente ligado con el proyecto político de país del Presidente Hugo Chávez.
En concreto, la CSB se ha trazado:
1. La consolidación de la organización política en todo el territorio nacional, hasta llegar a ser una referencia revolucionaria nacional e internacional.
2. La participación protagónica de las comunidades en el diseño y ejecución de las soluciones a los problemas concretos que presentan, elevándola a un nivel político para que sea capaz de asumir las más variadas formas de lucha.
3. La elevación de la conciencia revolucionaria del pueblo venezolano, a través de campañas divulgativas, comunicados, boletines, periódicos, pintas, preparación de documentos políticos, actos culturales, deportivos, foros, discusiones, etc.
4. La vinculación y relación con otras organizaciones nacionales con miras a fortalecer nuestra política revolucionaria.
5. La vinculación y relación con organizaciones revolucionarios en el mundo, para el intercambio de experiencias, el aprendizaje y la elevación de la solidaridad mundial revolucionaria.
La Coordinadora Simón Bolívar parte de un proyecto de país en el cual se trazan los siguientes objetivos:
En lo Económico:
Desarrollar la economía productiva y social.
Generar empleo productivo, acorde al modelo de desarrollo endógeno y sustentable Generación de un tejido económico de cooperativas y microempresas
En lo social:
Alcanzar la justicia social.
Fortalecer la participación social.
Generar poder ciudadano en espacios públicos de decisión.
En lo político:
Construir la democracia bolivariana.
Consolidar la estabilidad política y social. Ejercicio de la participación protagónica. Principio de corresponsabilidad.
En lo internacional:
Fortalecer la soberanía nacional.
Promover la integración latinoamericana y caribeña. Enriquecer y diversificar nuestras relaciones internacionales.
En lo territorial:
Apoyo a un proceso de descentralización desde la perspectiva del poder local para la verdadera participación protagónica.
Relación de la CSB con el proyecto político del Presidente Hugo Chávez
La Coordinadora Simón Bolívar ha dado a Hugo Chávez el apoyo revolucionario desde el mismo momento en que nos sentimos identificados con los objetivos del proyecto que este comenzó a impulsar en el año 1993. Desde entonces, hemos sumado voluntades y esfuerzos para hacer de la Revolución Bolivariana un nuevo proyecto político que de como resultado el parto tan esperado: la patria nueva, la patria buena, de justicia social.
Es por esto que lo hemos acompañado en todos los procesos electorales, (7 hasta los momentos, donde siempre las fuerzas bolivarianas han resultado victoriosas), y que seguimos, desde nuestro trabajo de base y desde nuestra organización, profundizando la revolución bolivariana para lograr darle realmente vida al proyecto constitucional, el cual solo se logrará plenamente cuando el pueblo sea realmente el constructor de su destino como nación soberana.
¿Porqué seguimos apoyando a Hugo Chávez después de 7 años de gobierno?
A pesar de las fallas, los retrocesos y los problemas que ha enfrentado el proceso bolivariano, estamos convencidos que éste es el camino. Aún faltan muchos errores por solucionar, aún persisten los viejos vicios políticos, la burocracia, y la terrible herencia de la corrupción. Sin duda, no todos los que están en el proyecto son ni los mejores, ni los más preparados, ni siquiera los más éticos o transparentes, por no hablar del compromiso con la revolución bolivariana y con la transformación mundial hacia un mundo mejor.
Sin embargo, esta revolución tendrá que transitar un largo camino lleno de dificultades para superar las fallas. La historia irá apartando a los que se han arrimado por el lucro personal, a los que se inclinan hacia la derecha, y a los que temen darle verdadera participación al pueblo. Porque este pueblo ahora es otro y ya nadie podrá detener su lucha por la verdadera emancipación.
Por eso seguimos apoyando a Hugo Chávez, porque ha permitido y a impulsado una transformación de al conciencia social del pueblo venezolano que no tiene precedentes en nuestra historia.
Además el proceso bolivariano ha dejado frutos concretos a los venezolanos:
· · Duplicó el presupuesto nacional en salud y educación (La educación pasó del 3 al 7% y la salud pasó llegó al 8% del presupuesto nacional).
· · Se han creado más escuelas que en todos los gobiernos anteriores juntos.
· · Con la Misión Barrio Adentro, barrios y pueblos recónditos donde no llegaba la atención médica cuentan con un médico a su disposición.
· · Ha equipado y fortalecido las escuelas técnicas de todo el país.
· · No permitió la privatización de la educación superior.
· · Impulso el Proyecto «Simoncito”, para la atención de nuestros niños hasta la edad escolar, ayudando así a las madres trabajadoras.
· · Ha acabado casi por completo con el analfabetismo con la Misión Robinson.
· · Ha dado la oportunidad a los venezolanos de culminar el bachillerato con la Misión Rivas, y cursar estudios universitarios con la Misión Sucre.
· · Unió y fortaleció la OPEP y estabilizo los precios del petróleo.
· · Ha diversificado nuestra economía para que no dependamos solamente del petróleo.
· · Ha generado, a través de la misión Mercal, una red de distribución y venta de alimentos directamente entre el productor y el consumidor, abaratando de esta manera significativamente los costos de los alimentos, mejorando así la alimentación y la calidad de vida de los venezolanos y venezolanas.
· · Ha impulsado la economía popular como alternativa al desarrollo capitalista, generando todo un entramado de cooperativas y de empresas de desarrollo local que conforman núcleos de desarrollo endógeno en todo el país.
· · Ha llevado el salario mínimo de 75.000 Bs. a 400.000 Bs, ha decretado la inamovilidad laboral para que por los aumentos no despidan a los trabajadores y trabajadoras, ha decretado beneficios importantes para los trabajadores y ha llevado los llamados “aguinaldos” de los empelados a tres meses de salario.
· · Ha hecho que 1,5 millones de venezolanos tengan por primera vez en su vida acceso al agua potable, servicio que les había sido negado.
· · Ha logrado que se esté llevando a los sectores humildes tuberías de gas para evitar el peligro de las bombonas.
· · Ha finalizado la autopista José Antonio Páez en los llanos, y esté en vías de culminar otras obras relevantes de vialidad en el país.
· · Está construyendo un segundo puente sobre el Orinoco, así como otras obras de infraestructura de gran relevancia, como un puerto de aguas profundas.
· · Ha puesto en marcha cuatro proyectos de metro.
· · Ha promulgado una serie de leyes para el sano desarrollo nacional, como la ley de Tierras encaminada a redistribuir la tierra ociosa en las manos de los campesinos sin tierra, la ley de Pesca, que prohíbe la pesca de arrastre y promueve la pesca artesanal, la ley de Hidrocarburos, etc.
· · Está en vías de democratizar la tierra.
· · Le ha dado la titularidad de los terrenos que habitan a las personas que viven en las barriadas.
En fin, acabó con el bipartidismo permitiendo la participación de grandes sectores de la sociedad que tradicionalmente habían sido excluidos por gobiernos anteriores, impulsando el desarrollo nacional y la solidaridad y la justicia social como valores fundamentales.
El Proyecto Bolivariano en el contexto mundial
Hoy Venezuela representa para el mundo por un lado, un nuevo modelo de desarrollo que se impulsa desde las formas de Poder Local, como garantía de desarrollo endógeno sustentable, y por otro lado, la esperanza por un mundo más solidario, multipolar, con fuertes espacios regionales, donde la integración responda primero que nada a los intereses del ser humano y a su dignidad.
Por eso, por primera vez en la historia se relaciona tanto la visión geopolítica mundial por otro mundo posible, con el concepto de Poder Local como forma de organización social para la gobernabilidad. No son dos conceptos divorciados: uno es garantía del otro.
Es por tal razón que el Presidente Chávez y el proceso bolivariano representan un peligro para los intereses colonialistas e imperialistas del gobierno norteamericano, y se asesino de turno, el presidente George Bush.
La agresión del gobierno norteamericano ha dejado de ser una especulación para convertirse en una amenaza inminente. Las declaraciones persistentes de voceros del gobierno de los Estados Unidos, apuntalan a una intervención o agresión contra Venezuela.
Es por esta razón que Condoleezza Rice indicó que Chávez era una “fuerza negativa“en la región, escribió Reich, “El emergente eje de subversión formado por Cuba y Venezuela debe ser enfrentado antes de que socave la democracia en Colombia, Nicaragua y Bolivia u otro país vecino vulnerable”, Rogelio Pardo Maurer, el experto del Departamento de Defensa estadounidense en asuntos latinoamericanos dijo “Necesitamos una estrategia para contener a Chávez”. Ya son demasiados los voceros de Bush profiriendo amenazas de todo tipo contra nuestra soberanía.
Sin embargo, lejos de detener el impulso de la revolución bolivariana, esta avanza a paso firme, sosteniendo acuerdos de cooperación con otras naciones hermanas, acuerdos energéticos, convenios, etc., con la finalidad de crear un polo de desarrollo mundial bajo nuevos parámetros, y la fuerza necesaria para que la región pueda negociar con igualdad de fuerzas, o en bien defenderse de los acuerdos de libre comercio, o tratados de todo tipo que no son más que las herramientas de los organismos financieros multilaterales y los Estados Unidos para seguir saqueando a América Latina y dominándola políticamente.
Todos los latinoamericanos y caribeños somos hoy protagonistas de uno de los mejores momentos de nuestra historia, Chávez, junto con otros presidentes que están dando ejemplos de dignidad, como Kishner, Lula, Tavare Vázquez, y por supuesto Fidel Castro, ejemplo de la dignidad de un pueblo en la lucha por su soberanía, tienen en sus manos el gran reto de hacer que vuelvan a cabalgar por estas tierras Bolívar, junto a San Martín, Artigas, Martí, y muchos otros héroes de nuestras patrias hermanas, los padres de la América grande, nuestra América mestiza, morena, india, negra y blanca.
La Coordinadora Simón Bolívar, desde la Patria de Bolívar, seguirá luchando por alcanzar el sueño de nuestros héroes: la verdadera transformación social, que no es otra cosa que la propia transformación del hombre, hacia una humanidad más justa, más solidaria, más tolerante de la diversidad y en armonía con el medio ambiente que nos cobija y nos da la vida.
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Fernando Ramón Bossi. Apuntes para la discusión Política SOBRE LA REVOLUCIÓN LATINOAMERICANA.
Por Fernando Ramón Bossi, Secretario General del Proyecto Emancipación, miembro de la Secretaría de Organización del Congreso Bolivariano de los Pueblos.
O NOS UNIMOS…
La integración Sudamericana es el paso insoslayable para el desarrollo sustenta-ble con justicia social de nuestros pueblos. El gran proyecto bolivariano no sólo tiene hoy vigencia por la justeza de sus posiciones, sino también porque le ha lle-gado su tiempo histórico. ¿Qué quiero decir con esto? Simplemente que en los tiempos en que vivimos, en medio de la globalización neoliberal, nada es más ur-gente que avanzar hacia la unidad de Nuestra América. “O nos unimos o nos hun-dimos”, ha señalado en varias oportunidades el Presidente Chávez, y lo acertado de esta frase radica precisamente en alertar sobre esa otra posibilidad cierta, tre-mendamente cierta, que es la posibilidad de hundirnos más aun. La crisis en nues-tra región está desatada, algo nuevo está por nacer pero no acaba de nacer y algo viejo está muriendo pero no acaba de morir.
La cuestión está planteada de esta manera. Lo nuevo que está naciendo es la unidad latinoamericana caribeña y la segunda independencia; lo viejo que está muriendo es la desintegración y la explotación imperialista. Partera y enterrador son los sujetos necesarios para los tiempos presentes.
Pero este sistema que no se resigna a morir continúa frenando la irrupción del nuevo ciclo; y aún conserva fuerzas como para reponerse de la agonía y seguir actuando descabelladamente. La Revolución entonces, tiene que abrirse camino en esta etapa, poner las cosas en su lugar y hacer estallar los principios rectores del orden establecido por el moribundo sistema actual. Sin Revolución, no sólo el nacimiento se retarda, sino que probablemente se pueda involucionar hasta gra-dos imprevisibles. La Revolución se presenta como una tarea insoslayable y a los revolucionarios latinoamericanos-caribeños les tocará la nada fácil labor de impul-sarla.
O NOS HUNDIMOS…
El hundirnos más aún, significaría la desintegración total de Nuestra América, la refragmentación regional a partir de la disputa Inter.-imperialista que hoy solapa-damente se presenta. La “cabeza del iceberg” ya aparece a partir de expresiones incipientes pero con honda raíz histórica, agazapada y solo a la espera de ser ac-tivada por la poderosa maquinaria financiera, mediática y militar del poder del Nor-te. Ahí está el conflicto latente de la región de Guayas en Ecuador; la Triple Fron-tera en Paraguay; la “Media Luna” (Trinidad, Beni, Santa Cruz de la Sierra y Tarija) en Bolivia; y en menor medida gracias al freno a las tendencias divisionistas que significan los gobiernos populares de Brasil, Venezuela y Argentina, en Río Gran-de Do Sul, el Zulia y la Patagonia respectivamente.
La globalización neoliberal ha llevado a las potencias capitalistas a una nueva ca-rrera armamentista e intervencionista que se presenta descaradamente por parte de los Estados Unidos y su aliada Inglaterra y encubierta por cantos de sirenas desde el bloque continental europeo (Francia y Alemania). Japón, por otro lado, no queda al margen de esta disputa, pero con un área de influencia más reducida. China se presenta como la gran preocupación para el poder hegemónico tradicio-nal; Rusia, pieza clave para el bloque continental europeo, se encuentra en pro-fundo debate para definirse entre las presiones de la UE y EEUU u optar por una salida independiente. El resto del mundo está en la mira de las necesidades de la gran burguesía internacional, ansiosa de nuevos mercados, de mayores márgenes de ganancia y de mayores niveles de explotación por consecuencia.
¿Cómo disputar nuevos mercados cuando estos cada vez se restringen más? ¿Cómo adueñarse del petróleo, fuente vital de energía, hoy en manos de países “poco confiables”? ¿Cómo garantizar el pago de la deuda externa por parte de naciones cada más empobrecidas, justamente por la carga de una deuda siempre fraudulenta? ¿Cómo controlar regiones ricas en biodiversidad y minerales impres-cindibles para el desarrollo de las tecnologías de punta? Estas son las preguntas que hoy desvelan a los gobiernos imperialistas.
A partir de la reelección de Bush, Estados Unidos ha definido claramente su políti-ca exterior: se profundizará el intervencionismo y la prepotencia de las armas. Mientras tanto, el capitalismo europeo, no menos imperialista, en una suerte de discurso por “izquierda”, “anti-Bush”, disputa la hegemonía yanqui presentando al mundo la opción de un “capitalismo humanizado”. Opción fácilmente desmentida con sólo señalar sus “humanitarias” acciones en el África, los Balcanes y otras regiones del planeta.
¿Cuál es el proyecto del imperialismo para América Latina y el Caribe? ¿Cuál es el remedio inmediato para el moribundo sistema yanqui? En líneas generales no es otro que la búsqueda de la recolonización de su “patio trasero”; que Latinoamé-rica se convierta de una vez por todas en una reserva funcional a los intereses financieros e industriales de Norteamérica.
El problema: los gobiernos que defienden la dignidad nacional, la tradición inde-pendentista y el espíritu solidario del pueblo, bases constitutivas de lo que está por nacer.
Ya en los años 80 Henry Kissinger, en su Memorandum 200, planteaba que había que hacer algo para frenar el crecimiento de la población en los países del Tercer Mundo y en particular de América Latina y el Caribe. No podía ser que los habitan-tes de estos remotos confines del planeta estuvieran consumiendo cada vez más los recursos reservados para la población norteamericana. Planteaba en ese do-cumento que había que premiar a los países que combatieran el alto índice de natalidad. ¿El objetivo de esta propuesta de control de la natalidad era que no si-guiera creciendo la pobreza? No, el objetivo era que los pobres no se adueñaran y usufructuaran de las reservas naturales, los alimentos, el agua potable, la energía, etcétera. Las riquezas naturales de cualquier lugar del mundo, siguiendo la lógica imperialista, tienen un solo dueño: los Estados Unidos. El concepto de “soberanías restringidas” aparece así como consecuencia de la necesidad del gobierno de EEUU de adueñarse todo lo que para ellos es útil y necesario.
Es fácil de vislumbrar cuál es el proyecto yanqui para Nuestra América: maquila-doras, mano de obra regalada, materias primas para sus fábricas de alta tecnolo-gías, gobiernos sumisos, fuerzas armadas convertidas en fuerzas policiales, re-fragmentación nacional, incentivando las autonomías regionales, y disponibilidad total de recursos naturales. A su vez, contempla la incorporación de un mercado no subestimable de entre 50 y 60 millones de habitantes con un alto poder adquisi-tivo. Para el resto, o sea entre 450 y 460 millones de habitantes, se les ofrece la lucha entre la inclusión como mano de obra barata consumidora de excedentes chatarra o la marginalidad.
A este proyecto perverso, le sobran 250 millones de habitantes. La solución a este problema, para la maquinaria fascista del Imperio no es otra que el genocidio: por hambre, enfermedad, guerra, delincuencia, drogadicción, alcoholismo, etcétera.
LA UNIDAD LATINOAMERICANA ES UNA TAREA ESENCIALMENTE PATRIOTICA Y ANTIIMPERIALISTA
El enemigo principal de la unidad de Nuestra América es el imperialismo y las oli-garquías nativas. Sin derrotar a esos agentes del atraso, la miseria y la posterga-ción, será imposible cristalizar el sueño bolivariano. No hay espacio para reformas o meros maquillajes.
Se puede entender que en momentos determinados, bajo circunstancias apre-miantes y contemplando una correlación de fuerzas adversas, se permita “nego-ciar” algunos aspectos secundarios; pero no se puede transigir en los principios rectores, en el rumbo estratégico y en la confrontación con el enemigo principal. El comandante Chávez, en Venezuela, está dando una lección fundamental a todos los revolucionarios de Nuestra América y del mundo. Nada ni nadie ha apartado al líder venezolano y a la Revolución Bolivariana de su objetivo estratégico. Paso a paso se ha avanzado, palmo a palmo se han conquistado espacios de poder antes en manos del enemigo. La Revolución Bolivariana es por acción y declaración an-tiimperialista, popular, nacional, democrática y humanista.
Lamentablemente en otras regiones de Sudamérica no se percibe ese carácter. Tanto el presidente Kirchner en Argentina como su colega Ignacio Lula da Silva del Brasil, se debaten en una peligrosa suerte de “negociación” con los enemigos históricos de los sectores populares. No por esto vamos a firmar ningún tipo de certificado de defunción a los gobiernos populares de Argentina y Brasil –a lo su-mo eso tendrán que hacerlo, ni antes ni después, sus respectivos pueblos-, pero no podemos dejar de observar con profunda preocupación que ni Lula ni Kirchner les señalan objetivos claros a sus seguidores.
Chávez, desde el primer día de su gobierno –antes también, por supuesto- manejó un diálogo transparente con su pueblo, que incluía temas tan fundamentales co-mo: Revolución, refundación de la República, lucha contra la pobreza, soberanía, democracia participativa, justicia social e igualdad, antiimperialismo y protagonis-mo popular. A nadie le quedan dudas de que el gobierno bolivariano marcha hacia objetivos bien concretos y lo esencial en esto es que quien lo sabe perfectamente es el pueblo venezolano. De ahí su apoyo, compromiso y permanente moviliza-ción. La relación entre el conductor y las bases es transparente: el conductor orienta, instruye, se nutre del pueblo, pone el ejemplo y planifica estratégicamente.
En los casos de Kirchner y Lula nada de esto se da. Es cierto que todo los proce-sos son diferentes y que no hay calcos ni modelos a imitar; pero lo que marcamos aquí es simplemente un “llamado de atención”, una preocupación que debe moti-var a todos los revolucionarios de Nuestra América y especialmente a los argenti-nos y brasileños.
Ambos presidentes cuentan con suficiente apoyo popular y con buenas intencio-nes para gobernar. También ambos deben enfrentar poderosísimos intereses de las oligarquías nativas y el imperialismo. ¿Qué elemento puede desequilibrar ese “empate” entre el pueblo y los factores tradicionales de poder? Creemos que so-lamente la movilización popular puede fortalecer a los componentes más decididos de ambos gobiernos y debilitar a los agentes internos que pretenden defraudar las expectativas del pueblo. Ahí radica la importancia las organizaciones patrióticas y revolucionarias que acompañan tanto a Lula como a Kirchner. En el caso de Ar-gentina, las agrupaciones sociales y políticas nucleadas en el Frente de Organiza-ciones Populares, tienen un papel relevante que jugar. Lo mismo las fuerzas más consecuentes con los postulados históricos del PT de Brasil.
REFORMA O REVOLUCIÓN
En el caso de Venezuela como el de Cuba, no caben dudas de que el proceso revolucionario avanza. Los gobiernos progresistas de Brasil y Argentina han dado señales claras de no querer transitar por el camino del neoliberalismo y la depen-dencia al poder estadounidense. El próximo gobierno de Tabaré Vázquez en Uru-guay se sumará a las posiciones de Kirchner y Lula. Los cinco gobiernos plantean fortalecer la integración Latinoamericana. Eso no es poco. Un bloque de países, en torno a un Mercosur ampliado, significaría un salto trascendente hacia grados más profundos de unidad. Contra eso está trabajando el imperialismo norteameri-cano y, en menor medida el capital europeo.
Venezuela es el país que más se ha comprometido con los ideales bolivarianos de unidad. Hoy es el eje motor del proceso integrador, no sólo por los hechos concre-tos que así lo demuestran, sino también porque esos hechos van acompañados de una prédica concientizadora. Se hace y se explica porqué se hace y para qué se hace. El Presidente Chávez está proveyendo de un cuerpo teórico y práctico al tema de la integración. Nadie, hasta el momento, ha transmitido tan claramente a los pueblos sobre la necesidad de la unidad. Lo común, antes de Chávez, era que se firmaran acuerdos, discursos protocolares, alguna ofrenda floral y nada más. Todo al margen del pueblo y con escasísima relevancia mediática.
Con Chávez y su constante prédica concientizadora todo ha cambiado. Es el pue-blo y sus organizaciones quienes deben velar para que los acuerdos entre países hermanos prosperen y no sucumban en las trincheras de la burocracia. “Estos acuerdos –ha señalado el primer mandatario venezolano en su reciente visita a la Argentina- son para beneficio de los pueblos, de los más pobres”.
La Revolución entonces, es la fortaleza que Chávez demuestra para poder enfren-tar a los poderosos, al enemigo principal, al imperialismo. La unidad latinoameri-cana caribeña es el paso insoslayable para derrotar al artífice de nuestros males. Y eso lo entiende Chávez a la perfección.
¿Qué destino les deparará a aquellos que no definen y expresan claramente cuál es el rumbo de sus gobiernos?, ¿podrán enfrentar las presiones imperialistas sin movilizar a las masas populares?, ¿se podrán sostener sin mensajes claros hacia el pueblo? ¿Es posible en la América Latina y Caribeña de hoy alcanzar bienestar con un simple proceso de reformas?
El imperialismo ya ha demostrado su ferocidad contra la Venezuela Bolivariana. Ni bien la Revolución comenzó a avanzar sobre la sinrazón del orden establecido por la IV República, la oligarquía y el gobierno norteamericano actuaron, sin éxito para bien del pueblo, pero en una constante línea de agresividad. La fortaleza del go-bierno consistió en el tremendo respaldo popular activo, gracias a la conciencia revolucionaria de las grandes mayorías. ¿Podrán los gobiernos progresistas, con el pueblo desmovilizado, enfrentar con éxito la embestida imperialista cuando cho-quen los intereses nacionales con los de las oligarquías vendepatrias? La historia nos enseña que no hay nada peor para los gobiernos que mostrar debilidad ante los poderosos.
LA VIA MUERTA
Los gobiernos progresistas de América Latina, si optan por la mera reforma o el “capitalismo humanizado” estarán perdidos. Nada indica con certeza que esta sea la decisión tomada, pero pocos elementos indican que se haya optado por la vía revolucionaria de liberación nacional. El antiimperialismo lleva a la Revolución y no hay unidad latinoamericana sin combatir al imperialismo, como tampoco habrá salida para nuestros pueblos sin integración. Revolución, antiimperialismo y uni-dad de Nuestra América son pilares estructurales del proceso de cambio, a favor de los pueblos, en nuestra región.
La vía muerta es aquella que intenta eludir el rumbo del necesario proceso de transformación que necesita América Latina y el Caribe. ¿Se pueden generar los cambios impostergables conviviendo con el sistema de dependencia y privilegio para unos pocos? La gran tentación para algunos gobiernos tibios es creer que se puede generar ciertos focos de bienestar para la gente sin confrontar con las mul-tinacionales, el gran capital y el imperialismo. ¿Pero desde dónde se le podrá exi-gir a los poderosos que respeten las medidas de carácter social que puedan im-pulsar los gobiernos progresistas? ¿Desde qué poder?
El problema se plantea cuando se pretende emprender políticas de justicia social y soberanía sin chocar con los intereses antipopulares y antinacionales. Esa es una faceta. La otra es que los gobiernos deben de frenar también los niveles de explo-tación que sufre el pueblo y los recursos de la Nación por parte de las clases privi-legiadas y el imperialismo. La cuestión es clara: enfrentar a los sectores parásitos y especulativos para poder desarrollar a los sectores laboriosos y productivos.
Ya decía el General Perón que no se puede alcanzar la soberanía política sin an-tes alcanzar la independencia económica. Mucha razón tenía en esto. Pero para alcanzar la independencia económica se necesita poder político y ese poder radi-ca sustancialmente en el pueblo. No en el pueblo en abstracto, sino en el pueblo conciente, organizado y movilizado. Esa es la clave y ese el gran desafío. Hugo Chávez así lo entendió, es de esperar que tanto Lula, como Néstor Kirchner y Ta-baré Vázquez también lo comprendan.
AISLAR A CHÁVEZ Y EMPRENDER LA REFORMA
La vía muerta es el gatopardismo declarado: discursos progresistas, cambios su-perficiales, promesas tradicionales, golpes de efecto mediáticos y asistencialismo institucionalizado. El imperialismo trata, a toda costa, de tentar a Brasil, Argentina y Uruguay para que opten por la vía muerta. Para esto deben aislar a Venezuela –y también a Cuba, se entiende-.
Antes de tomar ninguna medida más drástica –intervención militar o magnicidio- los Estados Unidos pretenden armar un “cordón sanitario” que proteja a los go-biernos latinoamericanos del “virus” bolivariano. Sus operadores: Uribe por dere-cha y Lagos por izquierda. Uribe acaudillando a sus aliados naturales (Gutiérrez, Toledo, Maduro, Mesa, Saca, Fox, etc) y Lagos, con una tarea más difícil, conven-cer sobre las bondades del “modelo chileno” (neoliberalismo progresista) a Kirch-ner, Lula, Vázquez, Torrijos, Duarte y Fernández.
Ante esta situación ¿quiénes podrán acompañar decididamente a Chávez en la búsqueda de una integración seria y con soberanía? Los presidentes progresistas deberán ir definiéndose. En una primera etapa, felizmente, parece que Chávez ha tomando la delantera. Los acuerdos alcanzados entre Venezuela y otros países de la región así lo indican. ¿Dejarán los yanquis que la fuerzas de cohesión genera-das desde la tierra de Bolívar sigan creciendo sin traspié? Difícilmente.
Para contrarrestar la ofensiva imperialista que se avecina se tendrá que contar, necesariamente, con los pueblos y sus organizaciones naturales. Aquí la tarea de los revolucionarios en la coyuntura: evitar que aislen a Chávez de Kirchner, Lula y demás gobiernos progresistas de la región.
SOLO EL PUEBLO SALVARÁ AL PUEBLO
Esta vieja consigna, siempre en la voz de las masas populares movilizadas, tiene hoy una vigencia absoluta. Sin protagonismo popular no habrá Revolución, ni inte-gración latinoamericana caribeña, única solución para romper las cadenas que nos atan al Imperio, ni siquiera habrá reforma. El valor de las masas en movimiento es inconmensurable; desatar esa tremenda fuerza patriótica, creativa y transformado-ra debe ser la misión de las organizaciones revolucionarias del continente.
Desde algunos espacios, bien intencionados pero carentes de voluntad revolucio-naria, se intenta minimizar la necesidad de coordinación, formación, articulación y disciplinamiento de las fuerzas populares. Parece ser que, si bien se entiende que el enemigo principal es el imperialismo yanqui, no se actúa en consecuencia. Co-mo si se impusiera la sensación de que el imperialismo yanqui morirá por muerte natural, por mero envejecimiento y no por la acción directa, conciente y combativa de las masas populares.
La historia nos enseña que ningún imperio cayó sin la acción de los pueblos orga-nizados. Fueron los “bárbaros”, organizados en ejércitos, quienes arrasaron con el Imperio Romano; fueron los pobres de Francia, organizados en “clubes políticos” quienes destruyeron el orden monárquico-feudal de la nobleza y el credo; fueron los jóvenes revolucionarios cubanos quienes organizados en guerrilla voltearon el régimen corrupto del cipayo Batista, fueron los proletarios y soldados quienes bajo la dirección de la fracción Bolchevique terminaron con el poder de los zares en Rusia; fueron los campesinos vietnamitas organizados en Ejército Popular de Libe-ración quienes derrotaron al imperialismo yanqui en Asia… Podríamos seguir mencionando decenas de casos más.
Son los pueblos, organizados bajo una conducción revolucionaria quienes produ-cen los grandes cambios, las verdaderas revoluciones. Si bien en esto no se pue-de desconocer los procesos de desgaste, decadencia y descomposición que su-fren en su seno los propios imperios, quienes en definitiva dan el golpe final, son los pueblos. Más allá de quienes luego puedan aprovechar o usufructuar el triunfo popular. Esa es otra historia.
Y los pueblos se organizan de la forma en que las circunstancias facilitan. En mo-mentos en torno a movimientos sociales, en otros, alrededor de partidos políticos y también en circunstancias particulares a través de la lucha armada. Así lo indica la experiencia en Nuestra América.
Es por ello que, ante los desafíos del momento, la organización de las masas po-pulares debe estar acorde a las necesidades históricas. Si la gran tarea de los re-volucionarios latinoamericanos caribeños es la Revolución, la lucha antiimperialis-ta y la unidad de América Latina y el Caribe, ¿porqué no impulsar un movimiento patriótico, democrático, humanista y revolucionario de dimensión latinoamericano caribeño? ¿No estamos maduros todavía para intentar solucionar los problemas latinoamericanos-caribeños con nuestras propias fuerzas, sin tutelajes de ningún tipo? Un movimiento internacional, desde esta región del planeta, será un aporte invalorable en la lucha contra la globalización neoliberal y en pos de un nuevo equilibrio entre las naciones en base a la multipolaridad.
El Libertador Simón Bolívar intentó en su lugar y época materializar el sueño de una Patria Grande con justicia e igualdad. Para esto creó un ejército sudamericano que fue la organización de masas del momento. A la idea no le había llegado su tiempo y el proyecto fracasó. ¿No será hoy la hora indicada para el encuentro en-tre esa idea y el momento histórico? Y si esto fuera así ¿qué esperamos los revo-lucionarios para organizarnos continentalmente?
Eduardo Delgado. Ex rector de la Universidad Politécnica Salesiana y ex sacerdote
La gente común, hombres y mujeres del Ecuador profundo, recuperamos el derecho a la rebeldía, el derecho a asumir el destino de la patria en nuestras propias manos.
Crece la conciencia de una patria soberana y digna, integrada al mundo pero sin arrodillarnos ni arrastrarnos ante los dueños del poder mundial; una patria que participa en la construcción de la unidad andino-bolivariana y la Patria Grande Latinoamericana, como eslabón para aportar a un nuevo orden mundial justo.
Recuperamos la fe y la confianza en nuestras propias fuerzas, en nuestro propio poder y hemos decidido cambiar la historia; darle un nuevo rumbo a la República. La soberanía y la dignidad del pueblo son el fundamento de la soberanía y la dignidad de la Patria. El pueblo despierta, los ciegos ven, los cojos andan, los resignados se arriesgan.
Traigo buenas noticias. Anuncio a mi pueblo que los mismos de siempre, los satisfechos, los privilegiados y codiciosos, nacionales y transnacionales, ya no podrán seguir pisoteando la dignidad del Ecuador.
Después de 25 años de democracia excluyente y del fracaso de la partidocracia y de los grupos tradicionales de poder, requerimos un nuevo proyecto económico y político. Ante el fracaso del poder constituido, es necesario acudir al poder constituyente del soberano para sentar las bases de una nueva República. Ha llegado la hora de la gente común, con sentido común, que busca el bien común.
Anuncio a mi pueblo que ha llegado el tiempo de la revolución, del cambio profundo, porque el país no soporta más paños de agua tibia. Ya no es posible poner parches nuevos en vestido viejo, ni vino nuevo en odres viejos.
Es la hora de iniciar la revolución ética contra la codicia y la corrupción; la revolución política para acabar con la partidocracia y el dominio de los de siempre y reconquistar la soberanía; la revolución económica para enfrentar las desigualdades creadas por el neoliberalismo; la revolución social para terminar con los privilegios; la revolución cultural para recuperar los valores de la justicia, la cooperación, la reciprocidad y la solidaridad.
Somos los herederos y continuadores de las luchas y las propuestas enmancipatorias de la humanidad: la visión socialista de una sociedad sin explotación; la visión ancestral de un universo en equilibrio en la relación consigo mismo, con la comunidad y con la madre naturaleza; la visión de los diversos credos de un cosmos en amor y justicia; la visión humanista de un mundo libre, justo y equitativo para todos y todas; la visión de nuestros libertadores con patrias independientes y unidas; la visión ecologista de un planeta en armonía; la visión de género de un mundo sin exclusiones.
Somos los continuadores de las luchas y los ideales de Píntag, Quilago, Rumiñahui, Espejo, los Próceres del 10 de Agosto, Manuela Cañizares, Simón Bolívar, Manuelita Sáenz, Daquilema, Eloy Alfaro, los Mártires del 15 de Noviembre, Monseñor Leonidas Proaño, Dolores Cacuango, Nela Martínez y de todos y todas los que han dedicado su vida al bien común y a la soberanía y grandeza de nuestra Patria.
Mi llamado a la revolución se fundamenta en la fe que tengo en Cristo liberador, en aquel que vino a romper toda clase de yugos y cadenas, en aquel que escuchando el grito de los oprimidos denunció a todo poder que sacrificaba la vida y el futuro de los pueblos.
No es posible seguir indiferentes ante la cruel realidad de millones de compatriotas víctimas de la codicia, la corrupción y de este modelo económico inhumano que quita a los pobres para dárselo a los ricos. No es posible seguir indiferentes ante la destrucción de la Patria por el saqueo de nuestros recursos, por la presencia de bases extranjeras, por el involucramiento en el Plan Colombia, por el retaceo del Estado. Tenemos motivos suficientes para iniciar el desafío del cambio profundo.
Las soluciones de la gente común son sencillas y provienen del sentido común y de la recuperación de la cordura. Queremos empezar por construir un Estado responsable y soberano que haga posible trabajo, educación y salud para todo/as
¿Con qué dinero, se preguntarán? Tenemos dinero y recursos. Hagamos algunas cuentas:
Producimos 500 mil barriles de petróleo al día. Al precio actual, 50 dólares el barril, suman 9.000 millones de dólares al año. Pero en la actualidad solo 1.800 millones entran al presupuesto nacional y los 7.200 millones restantes se llevan las empresas privadas transnacionales y un grupo de intermediarios locales. Hay que darle la vuelta a esta injusticia. El paso inmediato es defender la soberanía en la declaración de la caducidad del contrato con la OXY. Convoco a toda la gente, a todas las organizaciones a unir fuerzas para demandar penalmente a los responsables, al Presidente de la República y al Ministro de energía, por dilatar la ejecución de esta acción.
El Ecuador ha pagado en estos últimos 20 años el doble de lo que nos han prestado, pero la deuda externa no baja. Cada año, dejando de dar salud, educación y alimentos a nuestros niños/as, destinamos 2.700 millones de dólares al pago de la deuda, en beneficio del capital financiero. ¿Por qué no seguir el camino de otros países, como Argentina que decidió dedicar solo el 10% del presupuesto al pago y bajar el valor de los papeles de la deuda al 25%? Mientras gobiernen los que se benefician con la deuda no será posible este cambio. Se requiere voluntad y amor a la patria para cambiar. Nosotros, la gente común lo haremos.
En las aduanas podemos recuperar 800 millones de dólares anuales de manos de la corrupción. Los fondos del IESS pueden reorientarse al servicio de los afiliados y a la reactivación productiva.
Las transnacionales sí saben las riquezas que tenemos; por lo que quieren imponernos el Tratado de Libre Comercio, para saquear la República. Los banqueros y exportadores, a cambio de migajas, quieren entregar a las grandes empresas norteamericanas nuestra soberanía, la riqueza agrícola, los recursos energéticos, la biodiversidad, el agua, las empresas públicas, nuestro mar territorial, la seguridad alimentaria, el derecho a la salud, a la educación, al trabajo…Nos dicen que bien vale este sacrificio a cambio de 37 millones de dólares que ganarán un puñado de exportadores. Pretenden repetir la historia de hace 500 años: otra vez el cambio del oro y las riquezas por espejos y lentejuelas.
Para realizar los cambios, se requiere un nuevo poder. Creo en el coraje y en la dignidad de la gente común. Por eso convoco a construir un poder político diferente, un movimiento político de la gente común capaz de encabezar el cambio necesario. Convoco a organizarnos en comunas de dos o más personas en cada lugar, en cada barrio, en el trabajo, en cada parroquia, en la ciudad y en el campo. Invito a organizar nuestros propios equipos de gobierno paralelo para diseñar el Ecuador que queremos. Llamo a una minga nacional por la soberanía, la dignidad y la vida. Llamo a expresar la rebeldía reprimida y a que nadie se quede tranquilo hasta no lograr el Ecuador que queremos.
Asumamos el destino de la patria, escribamos nuestra propia historia, entusiasmémonos de la liberación que ya empieza. El poder de la gente común estremecerá la patria y construirá la nueva República. Estoy seguro que SI SE PUEDE.
Eduardo Delgado
Ex rector de la Universidad Politécnica Salesiana y ex sacerdote. Preside la alianza Ecuador Decide contra el TLC. Integra el recientemente fundado Movimiento Gente Común.
Pablo Mamani. EL RUGIR DE LA MULTITUD: LEVANTAMIENTO DE LA CIUDAD AYMARA DE EL ALTO Y CAIDA DEL GOBIERNO DE SÁNCHEZ DE LOZADA
Pablo Mamani R*. pwillka@yahoo.com
octubre de 2003
Introducción
El Alto es parte importante de la historia de la lucha social y política de los pueblos indígenas en la colonia y la república. En 1781 Tupaj Katari-Bartulina Sisa habían construido uno de los “cuarteles indígenas” para cercar la ciudad de La Paz (Del valle de Siles, 1990). En 1899 los aymaras en El Alto han contribuido en la conformación de una muralla humana para hacer frente al posible ingreso de las tropas “constitucionales” de Fernández Alonso en la guerra federal (Condarco, 1983). En 1952 “se convierte en el escenario político para confirmar el triunfo de la Revolución Nacional” (Fernández, 1993). El espacio-territorio de la actual ciudad de El Alto resume una larga historia de las luchas sociales indígenas. Y nuevamente hoy se ha convertido parte de nueva historia de las luchas sociales.
Hay una memoria de estas luchas sociales en la ciudad de El Alto que se convierte en una fuerza de acción colectiva. Es una de las ciudades importantes con características indígenas-populares aymara, esto por su constitución demográfica, social, cultural, política, lingüística, y urbanística. Sobre esta base hoy se ha convertido parte de las nuevas luchas políticas y culturales. Esto desde un levantamiento social indígena-popular de grandes magnitudes. El mismo ya se observa en los años 2000 y 2001 cuando “existe…en las protestas sociales,…formas de manifestación aimara en el lenguaje de la vestimenta y significados: la pollera, sombreros y el lenguaje de los símbolos, yatiri, coca, pututus y wiphalas que desde una posición de destierro social gestan actos y ritualidades alternas a los elementos simbólicos al Estado” (Mamani, 2001).
Así se ha empezado ha tejer un nuevo configuramiento sociopolítico desde sentidos de identidad indígena urbana, mismo que se acrecienta y se agiganta por la agresión estatal-municipal del alcalde José Luis Paredes y gubernamental-estatal de Gonzalo Sánchez de Lozada durante las últimos semanas. Esto se demuestra en las recientes movilizaciones entre los días lunes 15 y martes 16 de septiembre de 2003 contra los formularios maya y paya diseñados por la alcaldía de esta ciudad y anuladas finalmente por la lucha social. Durante estos dos días se ha podido observar un desdoblamiento de tejidos sociales y culturales para inmovilizar la ciudad. Entre la primera y segunda semana de octubre se ha masificado más este hecho. Barrio en barrio, zona por zona y distrito por distrito ha recorrido un sentimiento de autoafirmación propia sobre la construcción urbana indígena de esta ciudad. Esto porque El Alto es una ciudad construida por sus vecinos en cuanto al aporte de su mano de obra y capital económico para la construcción de sus calles, avenidas, mercados, canchas de fútbol, etc. Además, hay una construcción social propia de la vida cotidiana fundamentadas en amplias relaciones de parentesco, compadrazgos dispersos en el espacio urbano, amistades Inter.-barriales de los jóvenes, relaciones más o menos comunes de procedencia desde los ayllus y comunidades del altiplano, los valles y regiones subtropicales de los andes. Es decir, hay una construcción social de la realidad que se manifiesta en acciones colectivas contundentes. Sobre la base de este conjunto de hechos como cimientos sociales se pone en práctica un tramado de acciones colectivas. Esto en el bloqueo de las avenidas, la toma de las calles, y multitudinarias manifestaciones, discursos politizados de sus dirigentes, mismos que se convierten en fuerzas alternas al estado que en el último tiempo se las percibe a éstas como invasores a la autoconstrucción urbana de la ciudad indígena de la ciudad de El Alto. Por eso el día lunes 13, después de sufrir el domingo 12 de octubre una violenta masacre de parte de las fuerzas del gobierno-estado de Gonzalo Sánchez de Lozada con más de 25 muertos, se moviliza de manera gigantesca hacia la cuidad de La Paz para exigir la renuncia del presidente de la república, sin dejar de descuidar los barrios porque una parte importante de sus habitantes se han quedado en la ciudad de El Alto.
El propósito del artículo entonces es mostrar el levantamiento indígena-popular de la ciudad de El Alto desde los sentidos de autoconstrucción urbana indígena de la ciudad y el desdoblamiento de éstos en tejidos sociales y culturales que se manifiestan en los bloqueos, movilizaciones y enfrentamientos con las fuerzas del estado. Para ver esto vamos a tomar como referente empírico los hechos ocurridos desde el día miércoles 8 hasta viernes 17 de octubre de 2003 cuando los alteños protagonizan un gigantesco levantamiento indígena-popular que se inicia a partir de un paro cívico indefinido, primero, en contra de la no venta del gas, el no ingreso de Bolivia al ALCA, y segundo, la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Haremos una descripción del mismo y un análisis sociológico de su constitución.
Tramado cultural y levantamiento de la ciudad de El Alto
La ciudad de El Alto es uno de los centros urbanos más poblados del país. Tiene una población de 649.958 habitantes que corresponde al 28% (INE, 2002) del total de la población del departamento de La Paz. En el censo de población y vivienda de 2001, el 81,29% (INE, 2002) de esta población se ha autoidentificado como indígenas. Estos datos nos permiten afirmar de que ciudad de El Alto es una ciudad indígena-popular y fundamentalmente aymara. Y esta población es la que sufre una pobreza estructural. La pobreza urbana en el departamento de La Paz, de acuerdo al mismo censo de población y vivienda, es de 50.9%. La ciudad de El Alto es parte de esta pobreza. Es decir, más de la mitad de esta población es pobre porque no tiene satisfecho las necesidades más básicas como el agua, salud, educación, vivienda. Estos datos muestran las condiciones estructurales en la que vive la ciudad de El Alto y parte de las laderas de la ciudad de La Paz. El levantamiento social es un reflejo de estas condiciones. Para entender el levantamiento indígena-popular de esta ciudad es importante preguntarse, ¿cómo se construye el levantamiento indígena-popular? ¿Qué tipo de estrategias se tejen y cómo se construyen las barricadas humanas, las barricadas de adoquines, vidrios, piedras con quema de llantas viejas y alambres púas? ¿Qué significa enfrentarse a las fuerzas del estado?. ¿Qué es un levantamiento indígena-popular?.
En principio un levantamiento social es una acción colectiva que tiene la finalidad de incidir o en su caso cambiar las políticas públicas y de dominación étnica con estrategias de lucha más o menos planificados y direccionados. Son acciones diversas con una orientación colectiva para decidir o incidir en el cambio o reforma de las políticas hidrocarburíferas y de recursos naturales en manos de las transnacionales como es la no venta de gas por puertos chilenos. Es un levantamiento social que termina exigiendo la renuncia del presidente Sánchez de Lozada. Es una construcción colectiva de las acciones que apunta a tomar el espacio social y territorial para desde ese lugar y condición incidir o cambiar el curso de las actuales condiciones de crisis del sistema político y la dominación étnica en confrontación con el gobierno, el estado y los agentes encargados de esta dominación.
Los acontecimientos. El antecedente inmediato para entender el actual levantamiento de la ciudad de El Alto, es el paro cívico realizado el día jueves 2 de octubre en contra del masacre de Warisata. Aquel día se produce un paro casi total en esta ciudad. Después de esta experiencia o repertorio de acción se determina nuevamente un nuevo paro cívico desde el día miércoles 8 de octubre. Este paro tiene una relación inmediata con las recientes experiencias de lucha social contra los formularios maya y paya en la tercera semana de septiembre de 2003.
El inicio del paro cívico indefinido. El día miércoles 8 de octubre desde las primeras horas de la mañana se observa una importante movilización desde los barrios alejadas y cercanas a la ceja de El Alto para tomar las avenidas, sus plazas, barrios y así inmovilizar la ciudad. Durante este día no hay actividades en el comercio, la banca, el transporte, etc. Se tejen durante el día comentarios en los distintos espacios de la vida social cotidiana urbana sobre lo que significa el nuevo paro cívico. Se exige y se comenta en las calles y en los lugares donde se realizan gigantescos bloqueos sobre la no venta del gas. Además, se comenta de que el gobierno de Sánchez de Lozada “es un gobierno hambreador” que debe dejar el palacio. Así poco a poco se amplía y se refuerza el tejido social basado en agrios comentarios contra el gobierno y bromas y risas para hacer más sociable el levantamiento, por otro, mismo que se manifiesta como una acción firme de paralizar la ciudad por el tiempo indefinido. El primer día trágico de este levantamiento social es el día jueves 9 de octubre. Este día a las 10:30 de la mañana aproximadamente, en Ventilla, las comunidades de Amachuma, Tuni, Chañocahua, Parcopata, Icapa y Ayma sufren una violenta agresión de parte de policías y militares. Hay dos heridos de gravedad: Cristina Mamani y Norberto Condori (de mayor gravedad). Senkata y Ventilla se convierten de pronto en verdaderos campos de batallas de piedras y gases y fusiles. Es uno de los primeros escenario de la masacre gubernamental. Durante este día los vecinos en esta zona y en otras gritan a viva voz: “No queremos ver al gringo vendepatria” (El Alteño, 09/10/03). Las zonas o lugares más aguerridos durante este día fueron: Villa Adela, 1º de mayo, Villa Avaroa, Cruce Viacha, Senkata, Ventilla, 16 de Julio, ex tranca de Rió Seco, etc. Así dentro de estas relaciones se gesta la toma directa de los barrios para preparar trincheras y fogatas. En algunas zonas se pone en escena la wiphala multicuadriculada como señal de un posicionamiento político e identitario indígena. Hay una construcción de los símbolos del poder que se visibiliza como protesta. Asimismo se intercambian informaciones sobre lo que pasa entre una zona y otra a través de la gente que camina a pie o en bicicleta de un lugar a otro. Y se teje un complejo tramado de acciones colectivas en cada espacio de la ciudad de El Alto. En esa relación muchos de los que protagonizan los bloqueos y manifestaciones no se conocen, auque sean de barrios vecinos, pero al calor y circunstancia de la realización de fogatas, se construyen amistades, solidaridades y hermandades significativas para crear un mayor peso en las acciones colectivas de protesta. Las mujeres de polleras participan cargados de sus hijos/as a través del habla en aymara o castellano y se sienten parte de una misma realidad. Se comentan de que “no hay trabajo, cuando hay, no tiene un pago” de acuerdo a las condiciones económicas actuales. Las “obras con empleo” no se sienten para muchas familias. Así se amplía un tramado de sentidos de pertenencia urbana de una ciudad indígena postergado desde mucho tiempo atrás.
El día que ha mostrado tener mayor agresividad desde la posición de los vecinos alteños, fue el día viernes 10 de octubre. Esto porque el día anterior, el jueves 9 de octubre, en Ventilla nuevamente hay una violenta represión de las fuerzas del estado. Muere un minero: José Luis Atahuichi y un vecino de esta ciudad, Ramiro Vargas. En el día anterior habían arribado hasta Ventilla los mineros procedentes desde Huanuni. Los mineros vuelven a anunciar su lucha como en el antaño. En ese momento se juntan dos fuerzas, una la de los mineros y la otra de los indígenas urbanas y rurales del lugar. Es impresionante observar durante este día, que ante la noticia de la muerte de mineros y el vecino de la ciudad de El Alto, se produce un enfurecimiento y una movilización gigantesca de las zonas del sector sur de la ciudad de El Alto. El camino a Oruro es prácticamente tomado por los vecinos. La avenida 6 de marzo se ha convertido en otro escenario de guerra. Los militares y policías, ante este hecho, tienen que abrirse el paso a balazos y gases lacrimógenos. Por ejemplo en el cruce de la Avenida Bolivia se produce una avalancha humana de la zona Santiago II (barrio minero) y otros barrios aledaños para controlar la avenida 6 de marzo o camino a Oruro. Para el día siguiente, el viernes 10 de octubre, la ciudad de El Alto es una cuidad totalmente tomada por los alteños, pese a la militarización y un estadio de sitio de facto que vive esta ciudad. Durante este día y el día anterior se recolecta agua de las casas de la zona o distrito dos para ser enviados hacia Ventilla donde se encuentran los mineros. Al mismo tiempo se recolecta alimentos, particularmente en Santiago II como parte de una efectiva forma de ampliar sentidos de solidaridad. En Kenko y barrios del lugar también hay una preocupación para enviar agua y alimentos hacia Ventilla.
Así hay una toma directa de las calles y avenidas de la ciudad del El Alto, esto desde los mismos barrios. Hay trincheras construidas con adobes, piedras, latas y vidrios. Se observa en el paisaje de la ciudad salir humos negros de los distintos lugares y calles como si se hubiera producido un bombardeo. Se queman llantas viejas y desperdicios o basura de las calles. En todo estos espacio, antes del día domingo 12, no hay policía ni ningún otro poder del estado. Aunque ésta es una realidad de todos los días. Hay una autoorganización total con acciones colectivas autónomas. Es interesante observar además de cómo las mujeres, los niños y hombres adultos mantienen un control incluso de las pequeñas calles por donde no hay la circulación de las movilidades. Con esto se quiere demostrar la toma directa del territorio urbano al que pertenecen los alteños/as. Asimismo en las noches hay muchos preparativos como para hacer frente a un eventual ingreso de las fuerzas represivas dentro de estos territorios. Hasta altas horas de la noche y la madrugada del día viernes 10 se mantiene este control. En ese sentido hay una indignación generalizada que se manifiesta en acciones de toma directa de las calles, avenidas y plazas. Nuevamente se observa durante este día flamear las wiphalas y la bandera de Bolivia como señal de rechazo de lo que la gente ha empezado a llamar: “la instauración de un gobierno chileno en La Paz”.
Durante este día no hay ninguna actividad comercial, bancaria, de servicio de transporte. Incluso se han cerrado las tiendas más pequeñas de los barrios alejados de la ceja de El Alto. La gente se ha sumado decididamente a la movilización y toma de sus barrios para tejer y mantener un control y autoorganización propia. Es una movilización densa que articula estrategias, sentidos y dignidades colectivas, mismo que se manifiestan en acciones coordinadas y por turnos al interior de las familias, zonas y distritos e incluso entre organizaciones diversas que existe en el territorio urbano de la ciudad de El Alto.
Otro de los días aún más trágicos, es el día sábado 11 de octubre porque en la noche en todo el sector de Senkata y avenida Bolivia hay, primero, duros enfrentamientos entre vecinos y policías-militares y, segundo o pasado este primer momento, hay una violenta represión de parte de estos a los vecinos del Santiago II, Rosas Pampa en donde muere, Felix Mollirecona, un niño de cinco años. Hay una cantidad de heridos que no son atendidos de forma inmediata. Las ambulancias no llegan a estos lugares. Este hecho empezó aproximadamente a las cuatro de la tarde. En esas condiciones las carretillas y bicicletas se han convertidos en ambulancias improvisadas. Incluso se había cortado la luz en la toda la avenida 6 de marzo. Como reacción ante la agresión policial-militar, los vecinos del lugar han cavado profundas zanjas sobre la misma Avenida 6 de marzo. La capa asfáltica fue levantado y se ha procedido a cavar profundas zanjas de una profundidad de 80 cm. en ambas vías del camino. Hay una construcción de una trinchera de guerra, que la gente empieza a llamar la “guerra civil”. Al norte de la ciudad de El Alto, en Ballivián, se producen en este día, nuevas y violentas represiones por parte de los militares ante las protestas y bloqueo persistentes de las calles y avenidas del lugar. En toda esta aérea también se ha construido zanjas y barricadas y hay una movilización general. En este lugar muere otro alteño, Walter Huanca. Es decir, el sábado 11 es la antesala del masacre del día domingo 12 de octubre.
El día domingo 12 de octubre es uno de los días más trágicos hasta este momento. Hay una masacre incalificable porque han muerto en el día 25 civiles y 1 soldado. En el sector de Senkata*, el gobierno para trasladar combustible hacia la ciudad de La Paz que ya sentía carencia de este elemento, hace un primer acto de la masacre de este día donde mueren tres personas a causa de balas de guerra, Carmelo Mamani, Vidal Pinto, Efraín Mita. El hospital Corazón de Jesús de esta zona se llena de muchos heridos. Muchos de ellos son trasladados en camas, carretillas porque nuevamente no existe las ambulancias.
La zona o región norte de la ciudad de El Alto durante este día es la que más ha sufrido porque hay una mayor cantidad de bajas indígenas. Los fallecidos en la zona Ballivián son, José Miguel Torres, Efrain Mamani. En la zona los Andes, Marcelino Carvajal, Constantino Quispe, Marcelo Machicado. En Rió Seco, Jhonny Mamani, Máximo Vallejos, Luis Villalba, Carmelo Mamani, Vicente Pinto. En hospital de Clínicas, Augusto Lari, NN (recogido de la Av. Bolivia). Villa Ingenio, Daniel Luna, Adolfo Huanca, Richar Charcas, Felix Calle, NN. (sexo masculino), NN. (sexo masculino), NN. (sexo masculino). Zona Puerto Mejillones, NN. NN. (sin datos sobre el sexo), y el soldado Cigmar García (La Razón, 13/10/03). Este es uno de los días más sangrientos en la historia de los últimos veinte años de democracia. La decisión presidencial de oficializar la militarización de la ciudad de El Alto “generó ayer la jornada más sangrienta en la historia de la joven ciudad y una de las cruentas del periodo democrático” (La Razón, 13/10/03). Ante tal magnitud de los acontecimientos se escucha y observa en las radios emisoras y en algunos canales de televisión de la existencia de una cantidad heridos y pedidos de auxilio que no reciben una atención inmediata. Se ha disparado indiscriminadamente contra la humanidad de los manifestantes. Las calles y avenidas de esta ciudad se tiñen de sangre humana indígena-popular. Incluso han caído niños que no eran parte de las movilizaciones. Hubo una arremetida militar indescriptible incluso en las propias casas. Se ha actuado como contra un ejército regular cuando se trataba de una población desarmada. Se escucha al día siguiente comentarios sobre que el ejército ha actuado como en los mejores tiempos o peor que en las dictaduras militares sin respetar a la población indefensa y fundamentalmente a los niños, ancianos o enfermos. Es una verdadera carnicería humana la que se ha producido ese día. Las calles, avenidas y plaza se llenan de cadáveres y de un dolor humano colectivo que no es fácil de expresar. Se generaliza una indignación total que se irradia rápidamente hacia otras ciudades como es la cuidad de La Paz, vecinas de El Alto.
En resumen hay un bullicio o rugir de la multitud con la que se construye y reconstruye sentidos de rebelión como un hecho inédito en la historia urbana de la ciudad de El Alto. Se intensifica las construcciones de barricadas de fuego y adoquines en distintos lugares. Se han cavados en muchos lugares o calles nuevas zanjas para evitar todo movimiento de los motorizados militares-policiales. Esto es importante porque es la única manera de frenar el ingreso de las tropas militares. Se construyen como campos “minados” para inmovilizar la represión y el ingreso de delincuentes que de uno u otro modo se aprovechan de la situación. Las juntas vecinales de cada zona se han convertido en microgobiernos territoriales porque toda acción se coordina a través de estas instancias.
A este conjunto de hechos lo llamamos el levantamiento de la ciudad de El Alto porque es una acción colectiva que se enfrenta al poder establecido y tiene la finalidad de hacer renunciar al presidente de la república y la no exportación del gas por puertos chilenos. Son acciones que tiene algunas similitudes con los levantamientos indígenas aymaras de Achakachi y Patamanta del año 2000, 2001 y 2003. Esto porque hay una variada construcción de barricadas, y se pone en escena la wiphala multicuadriculada, se tejen y refuerzan sentidos de pertenencia territorial e identitaria indígena y se producen liderazgos locales, gobiernos comunales o barriales o gobiernos barriales.
Así se juntan dos hechos importantes: a) la exigencia de la renuncia del presidente Sánchez de Lozada y el cambio del actual modelo económico adversa a los intereses sociales, y b) se tejen sentidos de pertenencia colectiva indígena urbana con acciones de confrontación violenta con las fuerzas del estado. Es en este contexto que los alteños construyen su ciudad de acuerdo a sus capacidades culturales y sociales. Se amplían redes sociales y solidaridades interbarriales y organizacionales. Es un hecho, por ello, sin precedentes en la ciudad de El Alto que de algún modo refleja su eslogan: “El Alto de pie, nunca de rodillas”.
Esta construcción urbana de las identidades indígenas-populares se manifiesta también en la ciudad de La Paz en la jornada del día lunes 13 de octubre. Este día es nuevamente parte de una sangrienta jornada y levantamiento social porque según el periódico El Diario (El Diario, 14/10/03) existe otros 25 muertos en distintas partes de las ciudades de El Alto y La Paz.
Una multitudinaria marcha baja de la ciudad de El Alto hacia la hoyada o la ciudad de La Paz para exigir la renuncia del presidente Sánchez de Lozada. La zona sur o los barrios marginales de este sector de la ciudad de La Paz y el centro de la ciudad se convierten en nuevos escenario de violencia junto a la zona norte de la ciudad de El Alto. Chasquipampa, Ovejuyo, Cota Cota, Obrajes, Mallasa, Garita de Lima, plaza Eguino, San Francisco, Av. 16 de Julio y los alrededores del palacio de gobierno se producen nuevos enfrentamientos y una nueva masacre indígena de parte del estado. Los fallecidos durante la jornada de 13 de octubre en la ciudad de La Paz, son: Arturo Mamani (Apaña), Jacinto Benavente (Ovejuyo), Raún Huanca (Ovejuyo), Marcelo Cusi (Ovejuyo), Germán Carvajal (Uni), Domingo Mamani (Apaña), Feliciano Condori (Apaña), NN (zona sur), Roberto Parrin (de la zona los Andes, El Alto), Roxana Apaza (zona Los Andes, El Alto), NN (calle sagarnaga). En la ciudad de El Alto, Fidel Ticona (zona Alto Lima), Luis Chillca (zona Tupaj Katari), Victor Ticona (sin especificar), NN (Alto Mariscal Sucre), NN. y NN (explosión de gasolinera en Rio Seco), Lucio Gandarilla, Renato Poma, Edgar Lechona (lugares no especificados), tres niños en el hospital del niño, y los heridos del domingo 12 de octubre, Raúl Huanca (El Alto), Felix Quispe (El Alto), (El Diario, 14/10/03). En San Julián del departamento de Santa Cruz, también fallece Juan Barrientos. Se denuncia al día siguiente de que los muertos serían mucho más de lo que se ha registrado y habría incluso desaparecidos producto de la violencia y masacre del gobierno. En esta relación desde septiembre cuando se inicia las movilizaciones sociales desde las áreas rurales existe aproximadamente entre 62 a 76 fallecidos y 400 heridos. Los datos recopilado hasta aquí de los medios de comunicación son preliminares.
En la masacre de este día se ha desnudado una vez más las relaciones de dominación étnicas en Bolivia. Las zonas residenciales se han hecho visibles socialmente como los archipiélagos físicos del poder dominantes. Fueron fuertemente custodiados por efectivos militares y policiales. En uno de los medios de comunicación se hace conocer los preparativos de los habitantes de ésta parte de la ciudad de La Paz ante un posible ingreso de los manifestantes a estas zonas. Dña. Susana de la zona La Florida al que entrevista el periodista de La Prensa, afirma: “La zona no está acostumbrada a estas situaciones, nos están apuntando (los conflictos) y no podemos permitir que las marchas lleguen a nuestra zona, preferimos pagar a ver el caos en este lugar, incluso La Florida y todo Obrajes hemos entregado dinero al Distrito Policial para que se resguarde eficientemente este sector. Sabemos que los campesinos de Río Abajo quieren ingresar por aquí (La Florida) a Calacoto y a la zona central, y los de la zona central también quieren eso” (La Prensa, 12/10/03). De la entrevista se desprende una especie de psicosis social de los blanco-mestizos porque se percibe de que todo indígena y manifestantes es destructor de la propiedad privada. Hay una un imaginario que separa entre el mundo indígena-popular y el mundo social de las élites blanca-mestizas. Se redescubre, así, ese día de que las zonas residenciales son también territorios ajenos para los indios. Recrudece las fronteras étnicas y territoriales al interior de una misma ciudad.
En este contexto, este día Sánchez de Lozada se dirige a la nación con un discurso televisado en la que manifiesta: “yo no voy renunciar” (En defensa de la democracia, mensaje del presidente de la república, 13 de octubre de 2003). Se nota en el discurso del presidente de que hay una abierta confrontación contra la multitud de la población que exige su renuncia. Al discurso de Sánchez de Lozada de este día se suman los sectores empresariales y las fuerzas armadas. Y nuevamente se visibiliza, pero esta vez socialmente las fronteras que separan entre los gobernantes y los gobernados, entre el estado y la sociedad indígena-popular. Porque el discurso presidencial más que alivianar el conflicto político, enardece aún más. La gente en las calles grita: “ya es intolerable ver y escuchar a Sánchez de Lozada y debe renunciar”. El discurso del presidente parecía, además, como una declaración de guerra abierta y autorización pública de la masacre indígena-popular. No tiene el discurso presidencial un contenido para solucionar los problemas sociales estructurales que sufre las poblaciones indígenas y populares en Bolivia. El gobierno en esas condiciones ha empezados a perder el control político y social y solamente tiene control del monopolio de la violencia física. Esto porque se suman a las violentas movilizaciones de El Alto y La Paz, otras ciudades como Oruro, Cochabamba, Sucre, Potosí y Santa Cruz. Además, el vicepresidente de la república Carlos Mesa, expresa nuevamente su no acuerdo con las acciones de Sánchez de Lozada, que es uno de los duros golpes para el poder político del presidente. Renuncia en el día el ministro de Economía, Jorge Torres. El gobierno poco a poco se quiebra.
Ante estos últimos acontecimientos en el gobierno y la masacre perpetrada, se habla en la ciudad de El Alto de que todos los fallecidos deben ser declarados como los “héroes de la guerra del gas y dignidad indígena-popular”. En esas condiciones se ha refortalecido los sentidos de identidad indígena urbana aymara tanto en la ciudad de El Alto y las laderas de la ciudad de La Paz. No hay mucha diferencia cultural y económica entre los alteños y los habitantes que viven en las laderas de la ciudad de La Paz. Tienen una procedencia común de las áreas rurales. Así se tejen profundamente sentidos de hermandad étnica. Esto porque muchos de los soldados que han sido traslados de otras regiones (Tarija, Beni y Santa Cruz y otras) han insultado a los manifestantes diciéndoles “indios de mierda”. Se escucha en las radios testimonios de que los soldados han actuado con una brutalidad impresionante. Con esto se ha sembrado nuevamente un antecedente social bastante peligroso porque se percibe de parte de la población andina de que los soldados “cambas” han venido a masacrar a la ciudad de El Alto y La Paz.
Dentro de este contexto el día martes 14, la ciudad de El Alto vive una tensa calma y se entierran los héroes indígenas-populares caídos en distintas zonas de la cuidad de El Alto y la zona sur de la ciudad de La Paz. Así hay un dolor colectivo que enraíza profundamente en la vida social urbana y rural de las regiones indígenas de Bolivia. La ciudad de El Alto y las casas particulares se encuentran embanderado junto con la wiphala indígena a media asta con crespón negro en señal de luto e indignación. Muchos niños/niñas y mujeres han quedado sin padres y esposos. Hay una expresión de dolor porque muchos de ellos han quedado huérfanos y no habrá quien sostenga económicamente la familia y la vida familiar. Hay más 400 heridos. Son momentos de rabia e impotencia colectiva. Y así la ciudad de El Alto es un verdadero campo de redefinición y refortalecimiento sociopolítico indígena-popular. Hay llamamientos en las radios emisoras en el sentido de que los aymaras de todas partes deben estar unidos para luchar juntos.
Dentro de este difícil escenario, el día martes 14 se tumba tres o cuatro de las gigantes pasarelas que se encuentran construidas sobre la avenida Juan Pablo II y Río Seco. Los militares y policías se habían apostado en estos lugares para desde estos controlar estratégicamente a los manifestantes. Hay una reconstrucción de estos lugares como una especie de panóptico para hacer un control y castigo de los cuerpos que se movilizan en contra del poder establecido. Incluso se denuncia, de que se han hechos disparos a los manifestantes desde los puentes, por lo que la los vecinos movilizados han procedido a tumbarlos como parte de una efectiva acción preventiva de la muerte. Los mismos, además, se han convertido para el fortalecimiento de las barricadas construido sobre todo el territorio urbano de la ciudad de El Alto. Es decir, la ciudad de El Alto es un territorio “minado” o de guerra porque hasta el día miércoles 15 de octubre se han extendido el cavado de zanjas, barricadas y vigilia organizados por turnos, zona por zona, cuadra en cuadra. Hay vigilias durante las noches enteras y todos los días. Se ha movilizado las mismas estructuras sociales de la vida social. Muchos aportan un poco de dinero para comprar petardos, otros aportan maderas y viejas llantas y palas y picos, etc.
El día miércoles 15, después de la tensa calma del día martes, nuevamente se reinician preparativos y movilizaciones o manifestaciones sociales en la ciudad de El Alto. En este día llegan los caminantes o marchistas cocaleros de los yungas hacia Villa Fátima y de allí hacia el centro de la ciudad de La Paz. Los cocaleros vienen bloqueando los caminos de los yungas desde hace más de dos semanas. Asimismo se anuncia la llegada de miles de marchistas indígenas o “campesinas” desde la aguerrida región de Omasuyus, que desde hace un mes mantienen un bloqueo indefinido en toda la región del altiplano y valles norte de La Paz. Por su parte hay otra columna de mineros cooperativistas que viene desde Oruro que fueron violentamente reprimidas por las fuerzas militares acantonados en Patacamaya. En esta intervención militar murieron otros tres mineros o vecinos de la localidad de Patacamaya: Zenón Arias, Eloy Pillco, Filomena Leon (El Diario, 16/10/03). También se anuncia la llega de 14 mil indígenas del altiplano central, particularmente de Aroma. La ciudad de La Paz y particularmente las zonas residenciales a las que apunta las movilizaciones, se encuentran cercados. Es un cerco con alimentos, con murallas humanas y piedras. Las memorias y miedos del cerco de La Paz por Tupaj Katari-Bartulina Sisa en 1781 se vuelven a repetir.
En esta relación, al interior de la ciudad de El Alto hay nuevos preparativos para una nueva movilización hacia la ciudad de La Paz y exigir la renuncia inmediata de Sánchez de Lozada y su gobierno. Incluso en algunos de los sectores se pide la cabeza del presidente. En esta relación hay una decisión tomada socialmente. Sánchez de Lozada “debe renunciar”. Ante tal decisión, los dirigentes de la COR-El Alto, Roberto de la Cruz y presidente de la FEJUVE-El Alto, Mauricio Cori y el representante de los Gremialistas, Braulio Rocha no están autorizados para dialogar con el gobierno. Este un pedido generalizado. Entonces hay varias fuerzas que acechan al gobierno y a las zonas residenciales de La Paz. Los mineros, los gremialistas, los indígenas o “campesinos”, los maestros, intelectuales y fundamentalmente los alteños.
El gobierno-coalición en este día emite un manifiesto basado en cuatro puntos: Referéndum Consultivo por departamento para la exportación de gas, revisión de la ley de Hidrocarburos, Asamblea Constituyente, y Preservación de la Democracia (Manifiesto al pueblo de Bolivia, gobierno de responsabilidad nacional y cambio, 15 de octubre de 2003). El manifiesto no es bien recibido por los distintos sectores sociales, entre ellos la central obrera boliviana, la COR de El Alto, las organizaciones campesinas-indígenas y ciudadanos alteños. Todos coinciden en afirmar de que “es muy tarde” la propuesta del gobierno. Y una vez más el gobierno se equivoca. Al parecer no conoce la forma y sentido de rebelión que tiene las poblaciones indígenas aymara o qhiswa de la gran región andina. Cuando se toma una decisión de forma colectiva, no se retrocede. Es lo que han hecho los manifestantes.
En el interior del país, en Cochabamba y Chapare se incrementan los bloqueos de los caminos. La ciudad de Cochabamba nuevamente amenaza convertirse en campos de batalla al igual que en la guerra del agua del año 2000. En Oruro y Potosí hay una creciente inquietud y movilizaciones. Se informa de una creciente escasez de productos alimenticios en estas ciudades y se acrecienta los pedidos de renuncia del presidente de la república.
El día jueves 16 de octubre, después de nueve días de paro cívico indefinido de El Alto y cuatro de la ciudad de La Paz, se produce una nueva y multitudinaria movilización que baja desde la El Alto hacia la oyada. Desde tempranas horas de la mañana y desde distintos barrios y distritos se observa una agitada movilización con preparativos de pancartas donde se expresan: “Goñi asesino”, “el gas no se vende”, “renuncia de Goni”, “Goñi carnicero”, etc. Las columnas de marchistas salen desde dos grandes regiones urbanas, la zona norte y sur. Desde cruce Villa Adela, unos, y otros, desde la altura del cruce el Kenko se van acercando columnas de marchistas muchos de ellos agarrados palos y wiphalas y bandera de Bolivia. Desde la región norte, Río Seco, Villa Ingenio y otros, de igual forma se aproxima muchas columnas, unos, para bajar por Ballivián, otros por la Ceja de El Alto y los demás por Faro Murillo y Pasanqueri. Cada grupo que baja hacia la oyada hace permanentes llamados a los vecinos que no se han sumado todavía a la marcha. Dos helicópteros sobrevuelan permanentemente sobre los marchistas. Estos han sido denunciados como los portadores de franco tiradores.
Al bajar por las laderas oeste de La Paz hemos podido observar un recibimiento jubiloso de los vecinos. Unos echaban agua desde las ventanas de sus casas para refrescarse en señal de solidaridad y apoyo a la multitudinaria marcha. Otros ofrecían refrescos en bolsitas de nailon y vasos y uno que otros botaban galletas, u otro tipo de comidas. El bullicio de la multitud es impresionante. Se observa columnas multitudinarias que poco a poco se acercan hacia la oyada. Ya estando en el centro de la ciudad de La Paz en la plaza San Francisco, la Av. 16 de Julio, El Prado, Av. Camacho se inicia, desde las cuatro esquinas, el cerco de la Plaza Murillo donde se encuentra el palacio de gobierno. Los policías en la primera línea de las murallas de seguridad del palacio y los militares en la segunda y tercera línea, ven con mucho nerviosismo de cómo la multitud gritaba, “Goñi asesino”, “Goñi ya no te queremos”. Las manifestaciones durante este día fueron pacíficas. Y de esa manera se desmiente la versión del gobierno en el sentido de que los manifestantes provocan acciones violentas con destrucción de propiedades privadas. La plaza de San Francisco ante la multitud politizada ha quedado muy pequeño porque no hay espacio para el resto de la multitud que marcha en los alrededores o sus adyacentes. Algunos medios de comunicación han calculado que habrían unos 50 mil manifestantes, pero fue más de 150 mil manifestantes porque hay muchas otras columnas que marchaban fuera de la plaza de San Francisco, unos bajando hacia abajo y otros subiendo hacia la plaza y otros recién se acercaban a la plaza San Francisco como los de Huayna Potosí ladera oeste de La Paz. Es ensordecedor el bullicio de la multitud que no se había visto desde hace veinte años atrás. Este bullicio de la multitud se muestra, además, capaz de tumbar o traspasar murallas infranqueables del poder. El gobierno al parecer no había imaginado tal magnitud de las acciones de protesta social. Y finalmente se ve obligado el gobierno a dimitir ante el poder de la multitud y su bullicio ensordecedor que ha traspasado las fronteras internacionales e internas.
Recrudece la falta de alimentos. Los mercados, tiendan, abarrotes se encuentran cerrados desde hace cuatro días. Mucha gente de la ciudad de La Paz se siente desesperado porque no hay una lógica de almacenamiento preventivo de los alimentos secos como aún se practica en la ciudad de El Alto. En los ayllus y comunidades se almacena en las pirwas: ch’uñu, quinua, cañahua, maíz para tiempos de sequía. Y mucha gente de la ciudad de El Alto aún practica este sistema preventivo de alimentación. Ante la falta de alimentos y gas licuado, la gente multiplica sus pedidos de inmediata renuncia del presidente. Incluso se han sumado a las movilizaciones sociales los sectores tradicionalmente favorecidos o administradores del estado, la zona sur de poblaciones no indígenas o lo que los aymaras llaman, los q’aras.
En este día nuevamente el vicepresidente Carlos Mesa se pronuncia en contra de la administración de Sánchez de Lozada en el sentido de que no es “partidario de matar a la gente”. Posición que es recibida en el gobierno como parte de una actitud no democrática. Se resquebraja más el gobierno, y no tiene la solidez política y social. Y no es creíble los mensajes que envía a la población. Así poco a poco y parte por parte, como ha sido construida, va cayendo el gobierno. Los soportes políticos e intelectuales, morales no funcionan. En el día se multiplican los pedidos de renuncia de Sánchez de Lozada desde acciones como la huelga de hambre que inicia (el día anterior) la ex defensora del pueblo, Ana Maria de Campero. Las iglesias católicas poco a poco se llenan de huelguitas de hambre que exigen el inmediato alejamiento del gobierno de Sánchez de Lozada. La situación ya es insostenible para el gobierno y su perdurabilidad se hace cada vez más incierta. Incluso según los manifestantes el gobierno “tiene las horas contadas”, hecho que ocurre finalmente el viernes 17 de octubre a las 9:40 de la noche.
En esta relación, las multitudinarias manifestaciones indígenas-populares expresan su apoyo a la democracia. El gobierno había denunciado días anteriores de que las movilizaciones sociales eran parte de un complot contra la democracia. Las multitudinarias movilizaciones sociales se encargan de desmentir porque en las calles se expresa un total apoyo a la democracia. De esta forma se rechaza la denuncia de Sánchez de Lozada a la prensa internacional de que en Bolivia hay un movimiento narco sedicioso que tiene la finalidad de atentar contra la institucionalidad democrática. Por el contrario se hace muy notorio de que es el gobierno el que ha atentado contra la democracia porque hay más 76 muertos en nueve días. Además, esta denuncia presidencial es recibida por los manifestantes como un insulto inaceptable. Mucha gente en las calles de El Alto expresa su malestar porque las movilizaciones sociales no tiene que ver con narcos o algún otro poder no legítimo.
Un anuncio esperado. El día viernes 17 de octubre a medio día se anuncia de una posible renuncia de Sánchez de Lozada a la presidencia. La noticia se esparce como rehiero de pólvora sobre el campo o sobre los territorios movilizados de los centros urbanos y rurales de Bolivia. Hay iniciales expresiones de júbilo, particularmente de la ciudad aymara de El Alto. Esto porque en la mañana Manfred Reyes Villa de NFR (Nueva Fuerza Republicana) anuncia su alejamiento del gobierno. Los tres ministros de este partido renuncian inmediatamente. En la tarde Jaime Paz Zamora hace lo propio. El gobierno del MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) ante esta nueva realidad política no tiene otra alternativa y se precipita en pedazos. No tiene legitimidad como en el inicio de su gobierno. Esto contrariamente al manifiesto del MNR. MIR, NFR. del día miércoles 15 de octubre en el sentido de que la coalición estaba unida y firme. Las horas no pasan rápido y la espera se hace tensa, esto particularmente en la ciudad de El Alto que se convierte parte de un espacio de emociones incontenibles. Es una espera de una final dramática de la caída del gobierno de Sánchez de Lozada al que los alteños han empezado llamarlo el “carnicero” por la masacre perpetrado el 12 de octubre.
Durante este día una parte importante de la multitud todavía se moviliza en la Plaza San Francisco y expresan en las radios emisoras su alegría ante la inminente caída del gobierno. Hay que destacar que el día viernes 17 hay otra multitudinaria movilización en la ciudad de La Paz porque muchos de ellos han llegado desde las provincias de La Paz. Unos desde Aroma, otros desde Omasuyus-Achakachi, Muñecas, Los Andes, incluso han llegado desde Oruro, la organización de los ayllus, Jach’a Karangas. En la tarde de este día llegan también los cooperativistas mineros de Huanuni hacia El Alto. Se concentra una gran cantidad de manifestantes en El Alto y La Paz. De persistir mantenerse en el gobierno, Sánchez de Lozada, hubiera provocado una acción mucho más radical de todos estos sectores como el ingreso a la zona sur no indígena y al propio palacio de gobierno pero a un costo humano muy alto. La clase política de algún modo ha buscado una salida política menos dramático para los sectores dominantes.
A las 9:40 de la noche aproximadamente se lee en el parlamento oficialmente la carta de renuncia del presidente. En la carta de renuncia, Sánchez de Lozada vuelve acusar a las organizaciones sociales de ser parte de “la desintegración nacional, (de) el autoritarismo corporativista y sindical y (de) la violencia fratricida” (Mensaje al H. Congreso Nacional, 17 de octubre de 2003). Sánchez de Lozada se muestra como un hombre soberbio hasta el final. En la votación los parlamentarios aceptan la renuncia de Sánchez de Lozada por un margen de 97 votos a favor de la renuncia contra 30 votos en contra. Ante la oficialización de la renuncia del presidente, la ciudad de El Alto y parte de la oyada estalla en júbilo. Se escucha y se observa el reventón de petardos y dinamitas hasta la media noche de este día. Mucha gente se ha concentrado en los alrededores de las plazas, calles y avenidas para gritar: “¡Goñi cayó!”. Esto se muestra como parte de una lucha social conjunta entre distintos sectores, pero fundamentalmente de parte de los indígenas urbanos y rurales y sectores populares. En este sentido la renuncia de Sánchez de Lozada es un logro de las acciones colectivas de los alteños y comunidades indígenas. Mucha gente expresa su alegría porque se sostiene de que la decidida acción colectiva tomada con movilizaciones sociales “han valido la pena”. En este sentido no hay gobierno que valga si no respeta a las poblaciones indígenas-populares en Bolivia. Entre distintos sectores, por ello, el día domingo 19 se abrazan y se despiden en la ceja de El Alto. Y anuncian de que volverán a La Paz cuando sus demandas sean burladas. Entre ellos están los mineros y los indígenas de las áreas rurales e indígenas urbanos o alteños. Hay una autoidentificación de cada uno de ellos como parte de una misma realidad.
Después de media hora aproximadamente de iniciado las sesiones del congreso se posesiona al vicepresidente Carlos de Mesa Gisbert como presidente constitucional de la república. El nuevo presidente hace conocer, primero, de que se va hacer un referéndum vinculante para la exportación o no de gas, una atención primordial de las mayorías marginadas, una asamblea constituyente, revisión de la ley de hidrocarburos. A la misma hora se informa desde Santa Cruz de que Sánchez de Lozada sale en un vuelo de Lloy Aéreo Boliviano rumbo a Miami, Estados Unidos, acompañado por Carlos Sánchez Berzaín (ex ministro de Defensa), Yerko Kukoc (ex ministro de la presidencia) y Javier Goitia (ex ministro de salud).
El discurso emitido en el congreso nacional por Carlos Mesa, sin embargo, no deja claro en cuanto a la vigencia del modelo de libre mercado y del decreto 21060 que han profundizado la pobreza urbana y rural en Bolivia. Del discurso presidencial se desprende de que el modelo de libre mercado podría ser reformado, pero no cambiado. Asimismo es importante hacer notar de que la clase política denominada corrupta no cayó junto a Sánchez de Lozada, sino sobrevivió al levantamiento indígena-popular. También es importante hacer notar que ante la no claridad de la nueva situación política sobre qué pasará con las leyes de seguridad ciudadana, ley de hidrocarburos, el 21060, la ley de capitalización, la tenencia de la tierra, y una profunda reforma política y social de la constitución política del estado, las fuerzas sociales indígenas-populares, manifiestan su atenta mirada al nuevo gobierno. Esta claro a estas alturas de que si no se implementa medidas estructurales y coyunturales a favor de las poblaciones indígenas y populares, podrían en el tiempo nuevamente poner en acción el conjunto tramado de estrategias de acción social y sentidos de pertenencia identitaria indígena-popular urbana y rural como fuerzas alternas a las sociedades dominantes en Bolivia.
A manera de conclusión
La ciudad de El Alto es una ciudad indígena-popular aymara que ha sufrido una de las masacres nunca vista en la historia de la joven ciudad. Se ha hecho un uso indiscriminado de la fuerza militar para tratar de acallar e inmovilizar el levantamiento social de la ciudad. Hecho explicable de algún modo por la construcción estatal y social de un racismo histórico contra esta población. Desde los espacios del poder se imagina y se construye a la ciudad de El Alto como una Otra Ciudad, la ciudad de los indios. Hay relaciones de discriminación étnica muy fuertes que se perciben incluso desde las mismas poblaciones dominadas como legitimas. Esto se nota en la vida social cotidiana cuando se escucha decir en las radios emisoras de que: “El Alto es una ciudad sucia y desordenada”. También se observa esto en los minibuces que transitan entre La Paz y El Alto. Cuando las señoras o caballeros “distinguidos” toman estas movilidades suelen usar en casos extremos perfumes desodorantes tratando de hacer desaparecer el olor y posiblemente el color del resto de los pasajeros que ocupan el minibús. Asimismo en algunos casos se observan gestos nada amables cuando uno lleva un pequeño bulto y peor sí ésta está sucio. Hay una construcción social y cultural de fronteras étnicas históricas que se manifiestan como hábitus. Es lo que Bourdieu llama la distinción (Bourdieu, 1991). En una oportunidad una mujer aymara que trabajaba como empleada doméstica en la zona sur me había comentado que “los caballeros y los evangelistas después de dar la mano para despedirse a media cuadra saben lavarse con el alcohol”. Es decir, hay una construcción racial de las relaciones sociales entre los indios y algunos sectores blanco-mestizos que de tiempo en tiempo se manifiestan en violencia simbólica y física.
La masacre estatal-gubernamental de la ciudad de el Alto, el 12 de octubre de 2003 a 511 años de la llegada de los Pizarros y Almagros, es un acto político y militar de estas construcciones racistas del poder en Bolivia. Sánchez de Lozada con una educación norteamericana se observa que tiene una construcción racial de las relaciones de poder político y social. Y sobre esa base actúa sin medir consecuencias para las poblaciones y pueblos indígenas, parecido a los darwinistas del siglo pasado – entre ellos Nicomedes Antelo-, que exigían a los gobernantes el exterminio de la raza indígena. La masacre del 12 de octubre de algún modo es parte de estos mecanismos de violenta estatal anti-indígena o india y parte directa de los deseos de exterminio de los indígenas. Sin embargo, los indios han sido capaces de construir una nueva ciudad y desde ese espacio reconstruyen sentidos de identidad indígena-popular con control de sus espacios territoriales o barriales. Así en estas relaciones chocan dos lógicas contrapuestas: la una dominante y la otra dominada. Se han tejido, desde las sociedades indígenas-populares, formas sociales y culturales de autoafirmación propia sobre sí mismas en relación con los grupos de poder blanco-mestizos, como mecanismos de autodefensa colectiva ante los permanentes actos de agresión estatal-gubernamental y estatal-municipal.
Se puede entonces concluir haciendo énfasis de dos hechos importantes. Por una parte hay una construcción identitaria indígena de la ciudad y por otro hay un desdoblamiento de esa identidad en tejidos sociales y en manifestaciones de las acciones colectivas de protesta y el levantamiento social. Estos dos hechos tienen importancia sociológica y antropológica porque constituyen una manera de establecer la vida social urbana con características propias de las sociedades indígenas del mundo andino. Esto porque la ciudad de El Alto es un espacio-territorio en la que se realiza una gran cantidad de actos rituales indígenas. Esto en lugares como Waruq Achachila o Apacheta, Alto Lima, Corazón de Jesús y en las casas particulares como parte de los tejidos religiosos andinos que estructuran sentidos de la vida social y sagrada. Éstos se complementan con las relaciones de parentesco bastante fuertes, tejidas de barrio a barrio y distrito en distrito. Las familias establecen la vida social cotidiana a través de estas relaciones de parentesco, que de un modo u otro dan una cierta seguridad, en espacios muchas veces inseguros como son los barrios marginales de esta ciudad. Además, los alteños hablan en sus casas la lengua aymara combinada con castellano. Asimismo hay asociaciones barriales y equipos de fútbol con los que se amplían y consolidan las relaciones sociales y comerciales. En resumen, hay un complejo tramado de sentidos de pertenencia urbana indígena que está relacionado con la memoria de las comunidades y ayllus de donde proceden la gran mayoría de los alteños. Por otra parte hay una especie de organización imaginaria dual del espacio urbano entre los del norte y los del sur de la ciudad, que de algún modo hace referencia al manejo de los espacios-territoriales del mundo andino entre alasaya (arriba) y masaya (abajo). En estas relaciones se configuran sentidos de competencia entre los del norte y sur, esto especialmente cuando hay manifestaciones sociales de protesta para confluir todos hacia la Ceja de El Alto.
Cada uno de estos mecanismos de construcción social de la vida urbana, se constituyen como referentes de la capacidad de movilización y de las acciones colectivas contundentes como hemos podido observar y participar durante una semana y dos días. Son fuerzas que se basan en este conjunto de hechos y elementos constitutivo de identidad territorial urbana. Cuando hay una agresión violenta de parte del estado o algún grupo de poder como ha ocurrido durante las ultimas semanas se recurre inmediatamente a este conjunto de tramados sociales y culturales. Por eso es un espacio-territorio urbano complejo e interesante. El levantamiento social de la ciudad de El Alto se ha basado en este conjunto de tejidos culturales, por eso ha tendido la fuerza de paralizar una ciudad e incidir en el resto del país.
Por otra desde estos mecanismos de acción colectiva, pues, se ha expresado un malestar generalizado ante el conjunto de los hechos en los espacios del poder públicos como los descarados cuoteos en el congreso para el nombramiento del Defensor del Pueblo, las masacres o genocidios estatales permanentes y una corrupción sistemática en el sistema político.
Las movilizaciones sociales de la ciudad de El Alto de esta manera se ha convertido en uno de los baluartes para la defensa e industrialización y la no venta del gas como materia prima a Estados Unidos y México. Esto es parte de una activa defensa de la soberanía indígena-popular pese a que sufre grados de dominación étnica histórica. Además, se ha mostrado que tiene la capacidad incluso de tumbar un gobierno. En resumen tiene fuerzas internas estratégicas con capacidad de movilización social. Es un espacio urbano indígena que tiene una constitución propia, pese a que tiene archipiélagos urbanos no indígenas-populares como es la ciudad Satélite y parte de Villa Adela. Es parte de un espacio-territorio compleja, dinámica.
Los nevados de Illimani, Mururata y Huayna Potosí son los apus mayores o sagrados de la región a la que los habitantes alteños piden su clemencia y su fuerza para vivir una vida digna, colectiva y humana. Esto se demuestra de algún modo cuando los alteños reciben la visita, el día sábado 18 de octubre en la avenida 6 de marzo, al nuevo presidente de la república Carlos Mesa sin hacer referencia a la diferencia étnica y social. Pero de mantenerse las abismales diferencias económicas entre el mundo indígena-popular y blanca-mestiza, podría nuevamente producirse una violenta ruptura entre el estado y la sociedad indígena y hablar de procesos revolucionarios de mayor alcance político y social.
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Entrevista a Plinio Arruda Sampaio, fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil
Como el PT no cambia el estado, el estado cambia al PT
Plinio Arruda Sampaio
Plínio de Arruda Sampaio Júnior, es profesor en el Instituto de Economía de la Universidad de Campiñas (Unicamp). Es autor del libro “Entre la Nación y la Barbárie: Una lectura de la contribución de Caio Prado Jr., Florestan Fernandes y Celso Furtado a la crítica del capitalismo dependiente”, (Editora Vozes). Integra actualmente el Consejo Editorial de la Revista del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil. Es un de los más jóvenes ideólogos de la izquierda brasileña que acaba de desafiliarse del Partido de los Trabajadores que conduce Lula, por entender que el PT -hoy en el gobierno- dejó de ser el instrumento de transformación social para el cual se fundó.
Hernán Salina: Con mucho gusto estamos abriendo este diálogo -hoy telefónico- con nuestro invitado del día, el profesor Plínio Arruda Sampaio Júnior que es profesor de Economía en la Universidad de Campiñas (UNICAMP) que está cerca de la capital de San Pablo en Brasil. El profesor Plínio Arruda Sampaio Júnior, ha estado en todos los medios de prensa brasileños en estas horas, desde que anunció su renuncia al PT, junto a un grupo de más de 100 dirigentes del PT y dirigentes del movimiento sindical, intelectuales, etc. que lo integraban desde la fundación de este Partido de los Trabajadores. Lo estamos recibiendo aquí en Radio Centenario de Montevideo, profesor Plínio Arruda, buen día.
Plínio Arruda: Mucho gusto poder hablar con ustedes, buenos días
Hernán: Déjeme agregar un dato más de su trabajo y su trayectoria política. Usted integra actualmente el Consejo Editorial de la Revista del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, durante muchos años trabajó en la Unidad de Elaboración Programática de Economía precisamente del Partido de los Trabajadores. Tiene 47 años y estamos conversando con usted, que se encuentra en una localidad cercana a la ciudad de San Pablo en este momento.
Plínio Arruda: Exactamente, es una ciudad chiquita que se llama San Joao da Boa Vista
Hernán: Usted además es hijo de otro dirigente histórico y también fundador del PT, como es el abogado y ex diputado federal Plínio Arruda Sampaio; quien también ha manifestado como este más de centenar de dirigentes e intelectuales y sindicales, su voluntad de desafiliación del Partido de los Trabajadores.
Plínio Arruda: En realidad, mi papá es un dirigente histórico del PT, todavía no se desafilió del PT, en el Foro Mundial se declaró en disidencia y por tanto ya no acata las decisiones de la dirección. Pero el juzga que todavía hay espacio para un último combate, entonces todavía lucha por dentro. Yo creo que ya no hay ningún espacio de combate y por tanto junto con otros compañeros nos retiramos del Partido
José Luis Vázquez: Bueno Plínio, precisamente el contacto con Usted hoy es para que nos explique y desarrolle esa decisión que tomaron. Nosotros dábamos cuenta de la deserción masiva en las filas del PT, con duras críticas al presidente brasileño Luis Inacio ’Lula’ Da Silva. Por eso, le pedimos que nos explique todo lo que han vivido ustedes.
Plínio Arruda: Bueno. Nosotros -intelectuales, sindicalistas, dirigentes históricos del Partido- estamos en disconformidad con el rumbo de la política económica y del conjunto del gobierno desde hace mucho tiempo. Estamos luchando e hicimos varias batallas por dentro del Partido para intentar cambiar el rumbo de esta política, pero perdimos todas las batallas y estamos convencidos que todas las batallas serán perdidas de aquí en adelante, porque la democracia interna del partido ya no funciona, por tanto no hay más espacio para cambios.
Nuestra crítica principal es que nosotros construimos el PT, 25 años atrás, como instrumento de la transformación social, y lo que nosotros no admitimos y no aceptamos es que el Partido se haya convertido en un partido de defensa de privilegios, de defensa del status quo, como nosotros juzgamos que ya no hay espacio de lucha interna nos alejamos y estamos convencidos que nuestra salida es apenas la primera fisura del dique. Porque atrás de nosotros irá mucha gente, con el tiempo, porque hay una insatisfacción muy grande dentro del Partido y justamente nuestra salida coloca en la agenda del Partido el debate de si vale la pena intentar seguir cambiándolo por dentro.
Creemos que en un tiempo breve, toda la izquierda militante, todos los militantes comprometidos con la transformación social estarán fuera del PT.
José Luis Vázquez: ¿Qué ha pasado con el líder de los trabajadores hoy Presidente de la República? Me refiero a Lula, ¿qué ha pasado con él, cuál fue el proceso?
Y también le pregunto ¿qué pasó con el PT? ¿Por qué abandonó esas transformaciones sociales y como se evidencia eso, cuáles son las medidas que ha tomado el gobierno, o cuáles no tomó?
Arruda: Mira. Hay evidencias muy fuertes, porque el gobierno del PT hizo una opción. La opción de dar una solución neoliberal a la crisis del neoliberalismo en Brasil, o sea, hace la apuesta del reciclaje del modelo y eso se evidencia no solo en una política monetaria durísima -nosotros tenemos la mayor tasa de interés del mundo-; no solo en la política fiscal draconiana -tenemos un superávit primario, preconizado por el Fondo Monetario Internacional de 5% del PIB ( Producto Interno Bruto)-.
José Luis Vázquez: Permítame una interrupción sobre esto, ¿es cierto que el Fondo Monetario había ofrecido un superávit primario menor y que el gobierno de Lula otorgó uno mayor?
Arruda: Es cierto, es increíble e inusitado en la historia de la política económica mundial, pero el gobierno del PT le ofreció gratuitamente medio punto porcentual del PBI, adicional a lo que el Fondo Monetario había pedido. Y peor aún: el superávit primario efectivamente efectuado es mayor de lo que había prometido. Entonces, no sólo pone una meta superior al FMI, sino que encima sobrecumple la meta.
Pero lo peor no es la política monetaria, ni la política cambiaria ni la política fiscal ni el populismo cambiario de valorización de la tasa de cambio. Lo peor son las reformas que están siendo implementadas en Brasil, la reforma de la Previsión Social, la independencia del Banco Central, la reforma universitaria, la reforma de las leyes del trabajo que se están anunciando, toda la agenda de reformas que se están aplicando, es la agenda del Fondo Monetario Internacional, integral.
Hernán: Ahora Plínio, ¿nada de eso estaba en el programa con el que el PT llegó al gobierno?
Arruda: En absoluto. Es verdad que ya hace unos 10 años o 15 años que la dirección del Partido viene adaptando de a gotas el programa a las exigencia del status quo. Ese proceso que ya estaba en curso, nunca, ni de cerca, aquí ha llegado a una rendición incondicional a las exigencias de la comunidad financiera internacional. Entonces este es el problema, estas son las evidencias.
Ahora, ¿por qué cambió el PT y qué pasó con el presidente? Y mucha gente nos pregunta eso.
Yo trabajé mucho tiempo, hasta los ’90, directamente con Lula. Estaba en el grupo más cercano que asesoraba a Lula en el campo de la economía, o sea que lo conozco muy bien, o por lo menos lo conocí muy bien hasta el ’92. Y yo no voy a cuestionar la buena voluntad de Lula, no es un problema personal que tengo con Lula, el problema es político. Y no es solo de Lula aunque Lula sea el timonel y por tanto es el que tiene la mayor responsabilidad; pero el problema es del conjunto de la dirección partidaria.
El problema es que el PT no acumuló fuerza política suficiente para hacer el cambio, para cambiar el estado brasileño, que es un estado hoy día neoliberal, entonces cómo el PT no cambia el estado, el estado cambia al PT. Y la dirección del partido se convirtió de manera fanática al neoliberalismo y las reformas que están siendo hechas en Brasil son mucho más profundas y perversas que las reformas que ya venían del gobierno anterior de Fernando Henrique Cardozo.
Hernan: ¿Usted dice que el PT no acumuló fuerza suficiente, usted está haciendo referencia a las alianzas con las que llegó al gobierno el PT?
Arruda: Yo creo que hubo dos problemas ahí, básicamente. Un problema interno de PT, nosotros hicimos el PT como instrumento de organización del pueblo, para poder cambiar Brasil, digamos con una hipótesis básica, un presupuesto básico, una premisa básica. La idea es que los cambios en Brasil vienen de abajo para arriba, es necesario un pueblo organizado, movilizado y consciente para conquistar los cambios, esta idea que hacía que el partido fuera estructurado en base a núcleos de base, esta idea comenzó a ser abandonada en los años ’90. Entonces el partido hoy día ya no es un partido de lucha como lo fue en su inicio.
El otro problema son las alianzas, o sea, el PT hizo un marco de alianzas que lo aprisiona en el status quo, entonces nosotros tenemos por arriba una alianza conservadora y por abajo el pueblo desmovilizado y lo peor es que Lula, cuando llega al gobierno, hizo un trabajo sistemático de desmovilización del pueblo de cooptación de los movimientos sociales, de neutralización de la presión sindical, entonces, la energía que podría cambiar, que podría promover el cambio quedó neutralizada
José Luis Vázquez: Cuando se hizo la reforma de la previsión social, el PT expulsó a varios legisladores. Ahora un grupo importante protagoniza una deserción en masa; y Usted afirma que decisión similar tomarán otros dirigentes y otros militantes del PT; también , a su vez en las elecciones municipales el PT perdió en varios Estados importantes, aunque creció en el electorado. ¿Qué está pasando?
Plínio Arruda: Sin duda alguna, el PT tuvo la victoria cuantitativa pero tuvo una derrota cualitativa. Lo que está pasando con el PT es lo que está pasando con el MDB, con el PMDB después, y después con el PSDB, es que está habiendo un cambio en la composición del voto, el PT deja de tener votos en las regiones urbanas, en las capas más politizadas del pueblo y de las clases medias y empieza a tener muchos votos en las zonas más rurales, en las ciudades menores y en las capas menos politizadas, en las capas menos educadas de la población. Entonces comienza a tener una composición de voto típica de los partidos tradicionales brasileños, de la derecha.
Hernán: Para hablar de áreas concretas de la gestión de gobierno, además de la evaluación política ideológica en general, una de las banderas principales que ha enarbolado Lula desde la asunción del gobierno y que ha impactado a nivel internacional que es el Plan Hambre Cero, apuntando a esa realidad cruda que tiene el Brasil, como toda América Latina. ¿Qué ha pasado con ese plan?
Arruda: Mira, en relación al Hambre Cero, hay tres problemas básicos.
Uno es un problema de concepción, porque es un programa asistencialista. Yo no tengo nada contra asistir a la persona que tiene hambre porque esa persona tiene prisa, el problema es que no se puede combatir el hambre atacando solo las consecuencias del hambre.
Entonces el programa Hambre Cero, que en el papel era un programa asistencialista y también de transformación social, en la práctica quedó apenas como un programa asistencialista, y como tal tiene dos problemas: el primero es que falta plata, porque Brasil gasta -para que ustedes tengan una idea- 110% más o menos de PIB en pagar el interés de la deuda pública. Entonces no hay plata para hacer este esfuerzo y entonces este problema administrativo, es muy difícil de resolver porque Brasil es un país inmenso y es muy difícil hacer llegar la asistencia a las zonas más pobres. Entonces el gobierno, ha tenido mucha dificultad con la poca plata que designó para el Hambre Cero, para llegar de hecho a la población. Pero es importante que quede claro que esta plata está llegando y por tanto Lula empieza a tener base y soporte popular, en estas camadas más desprovistas de la población, es una especie de nuevo populismo de derecha. Entonces, la parte de apoyo de este gobierno es la alta plutocracia, es decir, los altos intereses; mientras que lo que nosotros llamamos en Brasil los ’descamisados’, es decir, la gente más pobre que hay, en cambio, no está siendo politizada, está siendo por así decirlo de una manera fuerte, está siendo comprada.
José Luis Vázquez: ¿Cuál es el papel que están jugando las multinacionales, tienen más espacio que en el gobierno de Fernando Enrique?
Arruda: Yo creo que las multinacionales y el capital internacional de manera general, principalmente la banca internacional, tiene en el gobierno de Lula más condiciones de imponer sus exigencias y sus políticas que en el gobierno anterior. Y esto es una paradoja, porque en realidad en los cuadros del gobierno, salvo el Ministro Furnei y el Ministro Rodríguez, el resto es una composición de gente que no tiene vínculos orgánicos con el capital. Pero el problema que yo creo que es fundamental es el hecho que el gobierno de Fernando Henrique, las políticas neoliberales recibían la oposición del PT, había un contrapeso a la fuerza del capital y ahora con la neutralización del PT, el neoliberalismo está sin contraposición, sin contrapeso.
Yo bromeo, yo digo la bestia está suelta y por lo tanto no hay mucho freno a la base del capital, entonces creo que si, que este gobierno es más vulnerable a las presiones del capital que el gobierno anterior.
José Luis Vazquez: Usted decía que junto con los intelectuales y economistas, varios dirigentes sindicales han abandonado el PT. ¿Esto se evidencia en la central de trabajadores, en la CUT?
Arruda: Mira, este es otro problema. Tenemos el problema del PT y después tenemos el problema de la CUT que también es un gran problema, porque la CUT hoy día es una central muy afinada con las políticas de gobierno, pero hay también en la CUT, una gran insatisfacción, una revuelta grande, que es minoritaria pero es muy activa y muy fuerte y que el líder, el sindicalista que hoy lidera esta rebelión dentro de la CUT es ’Jorginho da CUT’ (Jorge Martins) que es el compañero que salió conmigo, fuimos nosotros dos por así decirlo, un profesor y un sindicalista, los que convocamos a la gente a empezar a salir. Entonces hay si en la CUT un 25% un 30 % -que nosotros esperamos que el número aumente- que está en oposición frontal a la dirección de la central.
Hernán: Para los oyentes de Radio Centenario que se están sumando a esta hora, les recordamos que estamos conversando en directo desde una localidad cercana a San Pablo Brasil, con Plínio Arruda Sampaio, profesor y dirigente fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil que integra la publicación de la revista del Movimiento de los Sin Tierra y que ha trabajado muchos años en la elaboración programática del PT, vinculado a la economía. Hoy está protagonizando junto a más de un centenar de dirigentes sindicales e intelectuales el movimiento que se ha desafiliado del PT, en una señal de lo que está viviendo ese partido gobernante en Brasil.
Plínio, los que se han ido del PT, ¿creen que había margen para hacer otra cosa que lo que estaba haciendo el gobierno en Brasil, no se temía que en caso de cumplir otras políticas pudiera surgir el caos político y social en Brasil, la reacción de la derecha, la inestabilidad política?
Arruda: Mira, son dos preguntas, la primera si nosotros creíamos que el gobierno de Lula haría el socialismo. Y respondo que no, primero porque no se propuso eso durante la campaña, entonces nadie creía en eso. Lo que nosotros sí creíamos que iba a haber cambios, porque lo que Lula prometió es salir del neoliberalismo, empezar una política que organizara al país en otros moldes, de otra manera, y eso es lo que nosotros esperábamos.
Tampoco es que los cambios vienen lentamente y nosotros estamos con mucha prisa, el problema es que el gobierno no hace ningún movimiento de cambio, al contrario, hace una profundización del neoliberalismo.
Esta es nuestra crítica mayor, esta consigna de Lula: “La esperanza venció el miedo”, era la esperanza del cambio, y el miedo de la reinstalación del capital, bueno y ahí vamos a la segunda cuestión, si no habría ningún tipo de reinstalación, claro que habría, cuando se dice que la esperanza venció al miedo quiere decir que el pueblo brasileño estaba dispuesto a enfrentar el boicot del gran capital, porque nosotros no tenemos duda ninguna que habría una ruptura y una desorganización temporaria de la economía, porque el neoliberalismo se organiza de una manera que si tu lo amenazas, retahíla de una manera brutal, provocando un caos económico. Lo que nosotros queríamos era que el gobierno tuviera la fuerza, la firmeza para enfrentar esta turbulencia y el pueblo le dio mandato a Lula para que pasara por la tormenta. Nosotros no tenemos duda alguna que habría alguna tormenta, pero cuando se quiere cambiar, uno tiene que saber lo que no quiere, tiene que saber lo que quiere y tiene que estar dispuesto a pagar el precio de la transición, porque si no uno no quiere cambiar, y en Brasil el pueblo quería cambiar, había espacio objetivo para hacer el cambio y Lula desperdició esta oportunidad
Hernán: Porque también se dice Plínio que han cambiado, así como ha cambiado parte de la izquierda de América Latina, también han ido cambiando y actualizándose los organismos internacionales que marcan las políticas económicas, se dice que ha cambiado el Fondo Monetario y el Banco Mundial
Plínio Arruda: ¿Cambiado en que sentido?
Hernán: Positivamente, que han sido autocríticos con sus planes anteriores
Plínio Arruda: Bueno, si han cambiado en Brasil no se siente, porque en Brasil la política fiscal, cambiaria, monetaria, nunca fue tan dura y las reformas nunca fueron tan dañinas para los trabajadores. La reforma de las pensiones, la ley falencia, la reforma que ahora se propone universitaria y laboral son reformas ’pura sangre’ neoliberales.
Entonces, creo que es más propaganda que en realidad, y con seguridad en Brasil, estos cambios no llegaron
José Luis Vázquez: ¿En qué consiste la reforma universitaria?
Plínio Arruda: La reforma universitaria es una profundización de la privatización de las universidades, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardozo, se abrió un espacio gigantesco para la creación de universidades privadas y se amplió de una manera brutal la oferta de becas en las universidades privadas, al mismo tiempo que en paralelo se restringía los recursos a las universidades públicas federales y se empezaba a desmontar, a deteriorar, a las universidades públicas, lo que hace ahora el gobierno de Lula es el proyecto principal de reforma universitaria, que consiste en destinar recursos públicos para financiar las universidades privadas, lo que para nosotros aquí es un escándalo, porque como las universidades públicas están muy deterioradas, nada justifica que se pase esa plata a universidades que no tienen ninguna calidad y que son apenas una manera de ganar plata, vendiendo la ilusión del diploma universitario.
Hernán: Profesor Arruda, nos quedan pocos minutos, tenemos un par de preguntas hacia el final, brevemente, ¿qué postura tienen figuras que son conocidas internacionalmente, por ejemplo Frei Betto ante la actual gestión de Lula?
Plínio Arruda: Mira, yo soy amigo de Frei Betto, pero no puedo hablar por Frei Betto. Voy a decir lo que leí hace unos días en el periódico, cuando le preguntaron ¿por qué usted salió del gobierno? “Porque estoy en desacuerdo frontal con las orientaciones de la política económica”, respondió.
Entonces, esto no es ningún ingenio y él sabe perfectamente que este gobierno, es neoliberal y por eso salió.
En relación a los Sin Tierra tampoco puedo hablar por ellos, soy compañero de ellos, pero esto yo lo puedo decir con absoluta seguridad. Hay en la dirección de los Sin Tierra, con la cual yo estoy en permanente contacto, una lucidez perfecta sobre la naturaleza de este gobierno. Pero lo que hay dentro MST, es una discusión interna para saber que política adoptar frente a este gobierno. Por ahora, con el gobierno la relación es de “ni guerra, ni paz”.
Hernán: ¿Esta situación en el PT no estaba prevista antes de acceder al poder?
Plínio Arruda: Yo personalmente sabía o creía que el gobierno no tendría fuerza para hacer los cambios, porque como ustedes ven yo hablo un español razonable para un brasileño, yo lo aprendí en Chile, porque mi papá fue exilado en el ’64, entonces de chiquillo aprendí a hablar español y asistí a lo que pasó en el gobierno de (Salvador) Allende. Conocí el proceso, lo que sucedió allí, conozco lo difícil que es para cambiar las cosas aquí en nuestro continente. Entonces yo era muy escéptico en relación a la capacidad de este gobierno de promover cambios profundos.
Pero confieso que me sorprendí, con el entusiasmo neoliberal del gobierno, yo creí que el gobierno iba a intentar cambiar algo tímido pero que no lo iba a conseguir, pero jamás imaginé que el gobierno se fuera a rendir al neoliberalismo. Diría que el conjunto de los compañeros que salieron conmigo, aunque tenían mucha sospecha en relación al movimiento del gobierno, aunque ya desde el inicio estaban muy insatisfechos con la timidez del programa, varios creían que sería posible con la movilización social, llevar el gobierno, empujar el gobierno para los cambios, para las transformaciones
José Luis Vázquez: ¿A Ustedes que se fueron del PT no los juzgan como poniendo un palo en la rueda del gobierno supuestamente progresista de Lula?
Arruda: Mira, es una buena pregunta, porque la realidad es que nosotros queremos es meterle un palo a las políticas de Lula porque ellas no son progresista, ellas son regresivas.
Entonces la reacción de la dirección del Partido fue una reacción muy curiosa porque fue una reacción de mucha cautela y una cautela que revela de alguna manera, y así lo leo yo, un cierto temor, un temor de que la gente buena del PT comience a salir. Porque ellos saben que no están haciendo las políticas de cambio, porque eso es absolutamente evidente y hay en el interior del partido una rebelión muy fuerte, por eso yo bromeo, nosotros somos apenas la primera fisura del dique pero mucha gente va a salir en los próximos meses y con seguridad el próximo año. Es que los petistas fuimos formados como gente de lucha y nosotros bueno, hay mucha gente perpleja, mucha gente que quiere tener la seguridad de que no está haciendo el movimiento falso, pero toda la gente sabe que lo que está haciendo el PT, toda la gente sabe, la gente digo comprometida con los cambios sociales, no está bien
Hernán: Ante ese panorama y ese impacto de lo que están viendo del PT ¿qué van a hacer, se van para la casa?
Arruda: No, por eso salimos de una manera colectiva, para demostrar que nosotros no estamos regresando a la casa. No se trata de desistir en la lucha, pero se cierra, digamos, el ciclo PT para abrir espacios para nuevas formas de organización política.
Digamos que estamos en una separación del PT y en esta separación nosotros estamos disputando -por así decirlo- la custodia de los hijos: nosotros disputamos la militancia del PT, nosotros queremos disputar el imaginario del PT en el pueblo brasileño, el imaginario del PT como un instrumento de cambio y nosotros vamos a alegar en esta separación, nosotros vamos a ’alegar al juez’, que la dirección del PT abandonó el ’hogar’, porque cambió de lado y esta es la disputa política que estamos haciendo aquí en Brasil
José Luis Vázquez: La alternativa en el continente aparece impulsada un poco por Venezuela, por el proceso bolivariano de (Hugo) Chávez, aparentemente ahora muy cerca con (Néstor) Kirchner también y Cuba, ¿Ustedes la ven por ahí?
Arruda: Usted menciona el ejemplo venezolano y sin duda Venezuela demuestra que sí es posible cambiar. Si el pueblo quiere cambiar y los dirigentes frenan los cambios, es posible imponer un proceso de cambio.
En Venezuela una de la debilidades del presidente Chávez es la ausencia de un partido de cambio, en cambio nosotros en Brasil teníamos el partido organizado nacionalmente durante 25 años, con experiencia y lo que nos faltó fue la dirección, porque la dirección en el momento decisivo cambió de lado entonces no hay duda alguna, América Latina quiere cambios.
Ustedes ahí en Uruguay también dieron, el pueblo dio varias demostraciones, nosotros aquí en el Brasil los acompañamos con mucha atención de que quieren cambiar; al igual que en Argentina también, Bolivia, en todo el continente.
Estamos en un momento de cambio pero para cambiar nosotros vamos a tener que vencer las fuerzas que frenan el cambio, la fuerzas del contracambio y para esto es necesario el pueblo movilizado de abajo. Y Venezuela nos da, sin duda alguna, ejemplo de eso.
Lo de Kirchner, hablé con los amigos argentinos, es una situación más compleja, desde mi punto de vista; pero ustedes ahí en Uruguay lo conocen mucho mejor y yo puedo estar equivocado. Pero los argentinos viven un drama muy fuerte, porque pagaron todos los precios del cambio que es la moratoria y no lograron cambiar todavía de manera cualitativa el modelo económico
Hernan: Profesor Plínio Arruda Sampaio ha sido un gusto conversar con usted este rato y por supuesto no va a ser la primera vez que lo hagamos, que lo pongamos a Usted en diálogo con la audiencia de Radio Centenario de Montevideo -Uruguay.
Le mandamos un abrazo y vamos a estar siguiendo atentamente todo lo que se está viviendo en Brasil por supuesto
Arruda: Soy yo que agradece la atención que ustedes tienen con Brasil y para mi es un gran gusto poder hablar con los uruguayos y hablar con el público latinoamericano.
De Radio Centenario, Montevideo, Uruguay
Belén Gopegui “Sin Cuba no habría hoy una Revolución como la que hay en Venezuela”
x Belén Gopegui
Había que empezar por el principio. Había que contar las cosas fundando, de tal modo que un paso llevara al siguiente, y ese al siguiente paso.
Aquel periodista observaba la plaza de la Revolución, las más de doscientas mil personas que habían asistido a la entrega del premio José Martí de la UNESCO al presidente Hugo Chávez, mientras pensaba en cuál sería el titular para su artículo, en cuál de todas aquellas cosas que estaba escuchando sería la que mejor podría transmitir el significado de aquel momento. Porque aquel periodista no era de Cuba ni procedía de un país latinoamericano. Aquel periodista venía de Madrid y se preguntaba por dónde empezar. Palabras como integración latinoamericana, palabras como lucha contra el imperialismo, palabras como misión Barrio Adentro, misión Milagro, palabras como territorio libre de analfabetismo eran importantes para el periodista porque él procedía de un país del llamado Primer Mundo donde aún había algo de analfabetismo y donde había cifras preocupantes de analfabetismo funcional. Procedía de un país donde la atención médica, pese a ser universal, estaba siendo cada día más desatendida debido a una perversa —pensaba el periodista— perversa voluntad de deteriorarla con el fin de estimular la medicina privada. Y donde el desamparo era un extraño derecho, un derecho inhumano; pero vigente en multitud de barrios y de vidas.
La integración latinoamericana era, pensaba el periodista, un primer paso de algo que un día sería aún más grande: la defensa de la patria común, la defensa de la Humanidad a la que el periodista pertenecía como pertenecían tantos millones de personas del continente latinoamericano. Pero aún se preguntaba por dónde empezar.
El periodista escuchó las palabras de Fidel después de hacer la entrega del premio. El Comandante y Presidente decía: “es salvaje saber que solo uno de cada cinco niños termina la escuela primaria”, refiriéndose a la situación en que se encontraba Venezuela antes de la Revolución Bolivariana. El conocimiento a veces podía ser salvaje si no venía seguido por la acción. Y el periodista tomaba notas de las palabras de Fidel, y el cuaderno se le iba llenando de titulares. Pero él solo podía escoger uno. Él disponía de muy poco espacio si es que llegaba a disponer de alguno porque el suyo era en cierto modo un país salvaje en donde había espacio para conocer el terror y permanecer indiferente, pero apenas si había espacio para conocer aquellos lugares en donde se luchaba por paliar el terror, por doblegarlo, en donde se luchaba para que desapareciera.
Fue entonces cuando el periodista oyó decir a Chávez: “Sin Cuba no habría hoy una Revolución como la que hay en Venezuela, esa es la verdad, esa es la más pura verdad”. Y el periodista supo que ese sería su titular. Pues había que empezar por el principio. Había que contar las cosas fundando, de tal modo que un paso llevara al siguiente, y ese al siguiente paso. Y la verdad que había dicho Hugo Chávez no era apenas conocida en su país. Había quien admiraba la Revolución Bolivariana y tenía miedo de Cuba, sin saber, sin haber podido conocer otras historias que no fueran las mentiras de los grandes medios. Pensó que decir “sin Cuba” era decir también sin socialismo, era decir también sin otra forma de soñar la condición humana. Pensó que en la frase de su titular debiera estar también el tono de voz, pues la frase no había sido dicha alzando la voz como quien quiere llegar a la última fila de la frase, sino bajándola como quien quiere que la última fila de la plaza y del mundo llegue hasta la frase. Chávez había bajado la voz, había hablado más despacio durante unos segundos, y al hablar no había pretendido quitar el mérito a una sola de las personas que en Venezuela y en otros lugares del mundo estaban contribuyendo a la Revolución. Pero había dicho una verdad y era como haber dicho que, a riesgo de perecer, la humanidad no podía desconocer el sueño que había germinado en Cuba.