Aconsejar y corregir desde el corazón, es el modo central en que las autoridades indígenas en su actuar como jueces para administrar justicia propia, intervienen en los territorios.
Así se lo contaban autoridades, cuerpo de tútenas, kiwetegnas-guardianes del territorio y la vida, en el espacio de formación que la ACIN tiene a las afueras de Santander de Quilichao, y en el resguardo de López Adentro, los dos primeros lugares de visita de la Vígésima Delegación asturiana de verificación a los DDHH en Colombia.
La ACIN agrupa a comunidades indígenas del norte del Cauca, y organiza 126mil comuneras/os en 8 municipios. 22 territorios y 7 Planes de Vida.
Es decir, un, tejido comunitario, que, en sus testimonios de los hechos recientes de violencia, se confrontan con quienes pretenden seguir robando las tierras que históricamente han preservado, pese a la desposesión continuada desde la colonia.
Si antes fueron robadas las tierras del Valle (donde asientan los latifundios de la caña de azúcar) ahora no ha terminado el control territorial de grupos armados, (demasiados grupos armados diferentes, desde que el Acuerdo de Paz de 2016 y su prolongado incumplimiento, diera lugar a la fragmentación de las disidencias, o la vuelta a la guerra de grupos que habían firmado la paz pero que viendo como seguían matando a sus compañeros, optaron por el regreso a las armas.
Menudo lio para las autoridades indígenas. Incrementado por los ceses al fuego del gobierno actual con estos grupos, que se rompen y se reinician a cada incumplimiento flagrante. ¿Con quién hablar? ¿A quién dirigirnos? ¿qué resultados se pueden esperar de esos posibles diálogos?
Ejemplo de tal incertidumbre son los recientes ataques en Toribío. La comunidad no se aguntó más y se levantó y retuvo al jefe del grupo armado que estaba reclutando menores. Como resultado asesinaron a la comunera Carmelina Yule. ¿podrá haber cobardía más vil?, se preguntan, por el crimen de esta “mayora” y kiwe tegna.
Tras estos hechos de sangre las autoridades hicieron un recorrido territorial, nos cuentan, para reforzar los puestos de control indígena, fortalecieron los centros de armonización, reforzaron el muralismo, las acciones simbólicas y espirituales, las músicas, y por supuesto la guardia indígena, desarmada pero muy activa.
Un plan de contingencia que las asambleas ratifican, y que piden sea visibilizado por la comunidad internacional.
¿Cómo superar estas desarmonías?.
Los combates y el fuego cruzado afecta también a la comunidad, pero en vez de llamar desplazamiento a uno de sus efectos, lo acuerdan como “asamblea permanente” hasta que los efectos de los combates son superados.
Aseguran que la lucha por vivir debe ser similar en cualquier lugar, en España o en el Cauca. Pero la retórica de los DDHH debe ser superada con acciones que conlleven su cumplimiento, para los informes de la ONU, para los numerosos informes que entregan al gobierno colombiano, o para el informe asturiano de esta delegación.
En el norte del Cauca el narcotráfico, dicen, está imponiéndose a todos los actores políticos, indicándoles lo que deben hacer.
Su experiencia territorial fue que los Acuerdos de 2016 supusieron 6 meses de tranquilidad.
Pero enseguida llegaron otros grupos armados a sustituir a las FARC, y volvieron los asesinatos de comuneros.
La denuncia de reclutamiento de menores se repite: en esta zona 170 en el año 2020, 272 en 2021, 250 en 2022, hasta un total de más de 700 menores indígenas reclutados.
En el Informe de Desarmonías que han entregado llegan a sentir que el formato actual de guerra se dirige especialmente contra el gobierno indígena y su tejido organizativo, y para ello instrumentalizan también a la niñez indígena.
Hacen entrega de otro texto del Observatorio de ddhh y violencias contra las mujeres indígenas Cxhab Wala Kiwe.
Dos cuestiones positivas son compartidas: algunos conflictos entre comunidades indígenas, negras y campesinas, por un mismo territorio, comienzan a ser superados en los llamados consejos interétnicos en los que participan de las instancias.
Y la recuperación de algunas tierras al latifundio cañero, en lo que durante años han llamado Liberación de la Madre Tierra, ha logrado colocar 12.500 hectáreas en esta condición, incluida la entrega formal de la finca la Emperatriz, tras muchos años de lucha, lo que puede considerarse una muy pequeñita reforma agraria de esa superficie recuperada.
En López Adentro, un resguardo con dos territorios y dos gobernadoras distintas, se incluyen 950 familias, que suponen más de 2000 personas.
Su cercanía a la carretera (que es de tránsito fluido en los corredores de cultivos ilícitos) les dificulta a las autoridades los controles, para contrarrestar las violencias de los grupos armados, que han asesinado a 60 personas desde 2016, y en particular en los últimos 14 meses son 22 los jóvenes asesinados.
Consideran que no viven ni sabroso y relajados (como prometía el actual gobierno en campaña), uniéndose a los crímenes la existencia de más de 80 personas amenazadas.
Proteger a los jóvenes para que no se los lleven o no los maten “en una guerra que nos es nuestra”, y mantener unida a la comunidad, es tarea ingente para las autoridades elegidas y para los guardianes y guardianas del territorio y la vida en López Adentro, y para el conjunto de la ACIN, cuyo himno cantando en la audiencia con la delegación asturiana, honra las figuras históricas de la lucha indígenas “Álvaro y Benjamín, La Gaitana y Quintín”. https://www.youtube.com/watch?v=j7nSb_vDsdM
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