«Dando la vuelta al mapa: experiencias pedagógicas desde otra mirada, la educación popular desde la tierra».
En formato de entrevista. En directo radio La Corredoria suena.
Y contando tres experiencias:
La de la pedagogía de la tierra del MST, el movimiento sin tierra de Brasil, con Janaina Stronzake, militante de ese movimiento e historiadora.
La de la pedagogía campesina colombiana, con Jenifer Burbano, abogada, Defensora de derechos humanos, docente universitaria, del equipo técnico de Fensuagro-CUT, portavoz en Asturias de la Marcha Patriótica y responsable para Alba Movimientos Sociales.
La del ímpetu pedagógico en tiempos revolucionarios, por ejemplo en la Nicaragua Sandinista, con Javier Arjona.
Aula Edupari. Educación y Participación. Edificio histórico UniOvi. Martes 4 de abril.[/bleu violet]
Después estudiantes realizaron preguntas concretas sobre la pedagogía de la tierra-pedagogía del oprimido que fueron respondidas dinámicamente por Janaina y Jenifer.
Pedagogía en tiempos revolucionarios.
Nicaragua, años 80. Recordemos. Triunfo popular el 19 de julio de 1979. Primeros meses de desconcierto, autoafirmación y alegrías. Después gana las elecciones gringas Reagan y comienza una intensa guerra de agresión, atroz, destructora, hasta 1990.
Guerra y revolución, pues. Y un intensísimo afán de aprender, de estudiar, por todas las esquinas del país. Y aquí en Asturias, siguiendo la senda de Gaspar García Laviana, que había muerto combatiendo medio año antes del triunfo, mucha gente, brigadas, gente curiosa, que fuimos a ver qué pasaba, qué estaba ocurriendo en aquella revolución bonita.
Participamos en dos de aquellas brigadas del mes de vacaciones, y nos quedamos tres años más… en Jalapa, al norte, frontera con Honduras.
Porque allí , en aquella comarca fértil, de mucha despensa de alimentos, se había determinado por un grupo de trabajadores agrícolas que hacía falta un instituto agropecuario. Y lo crearon. Y su historia no da tiempo a contarla completa. Sólo algunas pinceladas.
Era 1984, y en 1987 me eligieron los estudiantes para ser padrino de la primera promoción. En 2012 volvimos, 25 años después, para el aniversario. Para verificar cuántas cosas habían cambiado, pero que aquella pequeña gesta permanecía en buena parte,
En el mismo lugar donde se vivió intensamente una gesta pedagógica.. irrepetible.
…cuando nosotros regresamos a Asturias.. nos costaba mucho hacer entender lo que habíamos compartido, lograr explicar lo que la gente nica habían construido.. en tiempos dolorosos, el tiempo de la guerra de agresión, muy fuerte, especialmente virulenta en esa zona, con hermanos de los estudiantes asesinados por la contra, con profesores pero sobre todo estudiantes haciendo posta, guardia, todas las noches, con fusiles todas y todos..
Y en ese contexto de cruel guerra, trabajadores de la empresa estatal, estudiantes, toman la decisión de impulsar el centro, de que hacia falta en este preciso lugar de Jalapa, de que las condiciones materiales no se daban pero la necesidad sí, y..ahora, nadie puede negar lo rotundamente acertada que era esa decisión colectiva en el año 84.. de formar a técnico agropecuarios, porque los otros, los que se formaban en Estelí o en Managua, no se atrevían o no querían ir a Jalapa..
.. que era muy difícil en Asturias, (y lo intentamos muchas veces en numerosas actividades de solidaridad con Nicaragua desde el 86 hasta el 90) hacer entender el “poema pedagógico” que se construía en Jalapa.. mientras que, por el contrario, era mucho más fácil lograr la complicidad para rechazar de forma rotunda la feroz y sucia guerra de agresión del supergigante Goliat yanqui contra el humilde David nicaragüense..
..y entre esa gente que llegó de afuera, tratando de acompañar y rechazar la obscena agresión del Norte, fueron profesores en el agropecuario de Siuna, y que fallecieron por causas diferentes, dos asturianos como Montse y Joaco…
¿Cómo se hace pedagogía en esta situación peculiar donde los estudiantes tienen que hacer guardias por la noche para defender su propio centro, o se movilizan en numerosos grupos cuando alguna nueva fuerza de tarea de la contrarrevolución se supone que está quemando galerones de tabaco o destrozando vidas, o dedican parte de sus prácticas para levantar la producción agrícola, inevitablemente afectada por tanta gente campesina que ha tenido que coger el fusil para defender su territorio..?
¿Cómo se enseña con ausencia de aulas, en un clima donde las tardes lluviosas hacen llegar el agua hasta el encerado, o repiquetear el tejado de cinz haciendo imposible oírse unos a otros..?
Es posible que esas dificultades hicieran crecer la inventiva, el espíritu solidario, e incluso la intensidad pedagógica, tanto como para que, cuando venían las personas de Managua para inspeccionar esos aspectos técnicos de la educación, llegaran a la conclusión, una vez que se les mostró clarito, de que allí se estaba produciendo un hecho irrepetible de formación., y de los tres días que tenían planificado para los análisis, dos los dedicaran a acompañar en el trabajo de campo, como cualquiera otra de las personas voluntarias.
Metodologías inventadas, contacto permanente con trabajadores del campo, las botas en el barro,… es que esta gente era brava con el machete, con el tabaco, con el frijol o el maíz o el arroz, y además la producción hortícola, las vacas, los chanchos, las conejeras.. ¿cómo se puede medir, en términos de burocracia de la educación, que de 60 estudiantes iniciales, 26 lograran graduarse a los tres años, apretando los cuatro previstos, acortando vacaciones, juntando asignaturas, aumentado el esfuerzo, y encima soportando a profesores extranjeros como nosotros..?
No estaba escrito en ningún lugar.. que tuvieran que empujar cada pocas horas un tractor que no tenía batería ni forma de conseguirla pero que era una joya para el centro, el primer Belarús, con el que a las cuatro de la mañana había que ir a moler el maíz para las tortillas,
Ni que cuando conseguimos el segundo Belarús, nuevecito, el trabajo de campo se incrementara, e incluso se trabajara, muchas horas en campos vecinos para conseguir unos córdobas para el presupuesto del centro, y muchas horas en las tierras propias del instituto logradas con mucha sabiduría por los propios estudiantes, ocupándolas de facto, y que puestas a producir supondrían un incremento notable de la alimentación, y por lo mismo de las condiciones elementales para el estudio.
No estaba escrito que estudiantes en turnos tuvieran que hacer las tareas de cocina, o construir la propia cocina Lorena, o ir a buscar leña al monte, y rajarla meticulosamente..
..con un profe castellano, que sí era maestro, Celedonio, quedó el recuerdo de sus clases impecables y duras de cálculo o física,.. hacia de farmacéutico y enfermero, y tuvo que afrontar algunas situaciones difíciles, de algunas balas perdidas y tres heridos en el dormitorio de varones, o el ron-ron que a un compañero se le había metido por el oído..
Agropecuario de Jalapa en su primera promoción. (publicado en el Nuevo Diario 1987)
El día 24 de abril se celebran los actos –modestos pero de indudable trascendencia- de graduación de la Primera Promoción de Técnicos Medios en Agronomía de 26 estudiantes de las zonas rurales de la Región I.
Durante tres años, con escasas vacaciones, este grupo de muchachas y muchachos se han formado en el trabajo agrario en contacto directo con las cooperativas y UPE del rico Valle de Jalapa, y al mismo tiempo HAN CONSTRUIDO con sus propias manos el Instituto Agropecuario de Jalapa.
Este poco tiempo de existencia y lo apartado e incomunicado de esta zona de Nicaragua hacen que todavía sea poco conocido este Agropecuario.
Con la salida al mercado de trabajo del primer contingente de cuadros técnicos que además de ser los primeros tienen el indudable mérito de haber sido los protagonistas y máximos responsables de la creación del Centro, el Agropecuario de Jalapa empezará así a dar a conocer otra forma de educar a los técnicos en estrecho contacto con la realidad productiva.
Ingentes han sido las vicisitudes de los primeros 60 alumnos que iniciaron tareas docentes en el 84. Escasez de profesores, falta de tierras y presupuesto, condiciones pedagógicas muy adversas, movilizaciones militares, ausencia total de infraestructura educativa.
Con el trabajo físico diario, el permanente seguimiento colectivo de los problemas, la movilización y presión ante las instituciones, se ha llegado a la situación actual con más de 200 estudiantes de Técnicos Medios y Técnicos Básicos, tierras de cultivo, algunas aulas construidas y proyectos pecuarios modelo en marcha.,
La modalidad de estructuras cooperativizadas que el MED pretende implantar en los agropecuarios del país ya ha sido ensayado en parte en Jalapa.
Esta experiencia de tres años en la que han ayudado las diversas organizaciones de la zona de Jalapa y que ha contado con algún pequeño aporte solidario del exterior ha sido posible fundamentalmente gracias al empuje, la valentía, y seriedad de los estudiantes que ahora se gradúan con méritos, estando muy por delante incluso de la dirección del Centro.
La voluntad del MED-Agropecuario es que el Instituto continúe con ritmo ascendente y creciente, y no siga funcionando por inercia una vez que esta promoción quede fuera de la escuela.
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El tanque de agua.
La Angélica es una finca que había pertenecido a un gringo que le puso ese nombre (el de su compañera de cama) y se dedicaba a criar caballos.
Parece ser que este hombre tuvo problemas con los bancos hondureños y nicas y se fue en el 79. O sea no por problemas políticos, porque incluso se comentaba que había colaborado algo con la guerrilla sandinista.
Cuando nosotros hicimos las gestiones para trasladarnos, porque en la anterior escuela ya no cabíamos y no había tierra, ni agua, la Angélica pertenecía al Estado y se dedicaba al cultivo de arroz. Pero mientras tanto el establo de caballos importado de Texas se dedicaba a bodega de almacenamiento de porquerías químicas y los silos daneses de secado de granos estaban paralizados por falta de repuestos. No había ningún tipo de edificio apto para la enseñanza.
Al comienzo del traslado, los estudiantes cocinaban (cuatro cada día) al aire libre, el galerón-bodega servía de dormitorio de varones y unas oficinas viejas las ampliamos para aula.
Mientras tanto construyeron una cocina adecuada y se fueron adecentando las viviendas viajas del yanqui para más aulas, dormitorio de profesores y alumnas, biblioteca y oficina.
Aunque inicialmente no había instalaciones adecuadas para nada que se pareciera a escuela o instituto, sí que había campo suficiente y un horizonte amplio en perspectiva. El primer año nos dejaron cultivar 20 manzanas, que se Irian ampliando cada año con más estudiantes y maquinarias. De ahí comíamos y nos quedaban excedentes para ir construyendo aulas y mejorando la escuela con instalaciones pecuarias. Y ésa sería nuestra principal fuente de aprendizaje.
Había dos pozos medio tapados pero con agua abundante, incluso para regar. El problema era sacar esa agua y distribuirla para tantísima gente, que lógicamente con el calor y con los trabajos de campo nos manchábamos en abundancia y había que facilitar varias duchas al día. Tardamos algún tiempo en conseguir las bombas de agua adecuadas y después el problema principal era el tanque de almacenamiento y distribución.
Se consiguió de la misma manera que la mayoría de las cosas del instituto: con mucho voluntarismo.
Los estudiantes se habían enterado de que había un gran tanque en una de las fincas estatales, que por su proximidad a la frontera no podía cultivarse a plenitud. Y empezamos a gestionar ante la empresa y con el Frente para que nos dejaran traerlo.
Después de un par de viajes de reconocimiento, y otro fallido con tractor, consiguieron los muchachos recuperar el depósito para su uso en la escuela.
Con una grúa grande todo habría sido sencillo, pero no había.. Así que después de llegar un grupo seleccionado de estudiantes, bien armados por si acaso, y con dos tractores y gran remolque del ejército, consiguieron hacerlo caer sobre un árbol grande que quedó destrozado, y con muchas maniobras y mañas cargarlo en el tractor y arrastrarlo.
En la escuela la operación era a la inversa: había que levantarlo hasta la vertical.
Primero lo pintaron con diversos verdes por dentro y por fuera, le soldaron dos agujeros de bala que tenía, se construyó una hermosa base de cemento para que no hundiera el suelo, y cuando estuvo listo, un día de mucho sol, procedimos a levantarlo.
Un tractor tiraba de un cable de alambres y otro tractor tiraba del primero. Por medio de una burra metálica se levantaba un lateral del depósito dos metros del suelo con ayuda de cadenas, y cuando los tractores tiraban, un muchacho tenía que desenganchar la burra-grúa subido desde el tanque en movimiento. Pero los dos tractores patinaban unas veces y otras el cable se rompía. Dos grupos de veinte estudiantes controlaban otros dos cables a ambos lados para que el tanque no cambiase de dirección durante el trayecto.
Hubo que llamar a otro tractor más potente y colocar otro en sentido contrario para evitar que el depósito diese vuelta completa y cayese a la otra parte.
Duraba ya varias horas el intento y muchos pensaban que no se conseguiría, nadie había ido a comer y se habían perdido dos clases, lo cual no era habitual pues incluso en los momentos de mayor trabajo las clases teóricas se impartían y en todo caso se cambiaban clases prácticas por otros trabajos.
Finalmente lo conseguimos y con un movimiento lento, señorial y firme, el tanque quedó vertical en la posición predominante que permitiría después localizar la escuela desde lejos, incorporado para siempre al paisaje de la Angélica, y sobresaliendo en todas las fotos y diapositivas que se hicieron desde entonces.
Al día siguiente Cele dedicó su clase de matemáticas a enseñar a calcular los volúmenes parciales y la capacidad total en galones y litros del tanque, así como la presión del agua y la media de galones de agua que cada alumno utilizaba para ducharse. Cálculo cotidiano.