500 Mujeres Indígenas de todo el mundo se han reunido virtualmente en la Segunda Conferencia Global de Mujeres Indígenas para abordar los obstáculos que siguen enfrentando para conseguir la igualdad, 26 años después de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. A lo largo de 47 mesas de diálogo –entre plenarias abiertas y grupos de trabajo– han debatido los desafíos comunes y las soluciones aplicadas. En la Declaración Política Global exigen a los Estados e Instituciones internacionales que acaten los compromisos ratificados para el cumplimiento efectivo de sus derechos, y no los releguen a los intereses corporativos.
Más de 500 Mujeres Indígenas, de las siete regiones socioculturales del mundo, se reunieron virtualmente en la Segunda Conferencia Global de Mujeres Indígenas, del 12 de agosto al 2 de septiembre de 2021, para fortalecer el movimiento de Mujeres Indígenas y acordar una agenda de incidencia global. Después de 47 mesas de diálogo, entre plenarias abiertas y grupos de trabajo, en los que se abordaron los grandes temas que afectan a las Mujeres Indígenas (desde la participación política hasta el cambio climático, pasando por las diferentes violencias que enfrentan y las estrategias de resiliencia); las Mujeres Indígenas concluyeron que “seguimos enfrentándonos a obstáculos que nos impiden ejercer plena y efectivamente nuestros derechos”. En particular, experimentan múltiples niveles de violencia estructural y sistémica; marginación, discriminación y racismo; la apropiación agresiva de sus territorios por parte de los Estados, las empresas transnacionales y el sector privado; violencia ambiental por contaminación del suelo, aire y fuentes de agua; la colonización; globalización; militarización de territorios; desplazamiento y migración forzados; criminalización y represión de la disentimiento social y de los defensores de derechos humanos; ataques de género; explotación y trata de personas, mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas; e inaccesibilidad a la justicia. Situaciones que se han exacerbado con la pandemia de Covid-19, que “ha demostrado las grandes disparidades que existen entre la sociedad civil y los Pueblos Indígenas del mundo”. Aún así, la importancia de los conocimientos ancestrales, junto con el diálogo y la transmisión intergeneracional, ha sido fundamental para la supervivencia de los Pueblos Indígenas. Cuando sus tierras y territorios están en riesgo, sus medicinas y su propia supervivencia también lo están. Por ello, critican el “enfoque paternalista” que mantienen todavía las diferentes instituciones de poder hacia los Pueblos Indígenas y exigen que se reemplace por uno de colaboración equitativa. Las jornadas de trabajo han permitido dar luz también a las acciones positivas y soluciones que están aplicando las Mujeres Indígenas para enfrentar las desigualdades y ejercer sus derechos, desde cómo enfrentan la violencia de género hasta cómo recuperan tierras con diques en los atolones del Pacífico Sur ante la subida del mar por el cambio climático. «Esta Conferencia nos permitió abordar nuestros sueños, propuestas, inquietudes y valores, y llegar a una reafirmación de nuestro sólido compromiso para con la promoción de nuestros derechos, nuestras culturas, nuestros medios de vida, y la gran responsabilidad de continuidad que le debemos a nuestras generaciones futuras y a nuestros pueblos”, han afirmado en la Declaración Política Global el jueves 2 de septiembre. Exigencias públicas En esta declaración política, las Mujeres Indígenas hacen un llamado a los Estados miembros, las agencias y los mecanismos de las Naciones Unidas a garantizar la implementación efectiva de los instrumentos internacionales que defienden los derechos de las Mujeres Indígenas y sus comunidades. Asimismo demandan a los Estados que alinear su legislación con estos compromisos. Y muestran su preocupación “por la infiltración o acaparamiento empresarial, a través de la formación de alianzas y otros mecanismos, entre las empresas, organismos, y mecanismos de la ONU, que socavan los derechos de los Pueblos Indígenas”, lo que no refleja una participación equitativa en estos espacios, donde se desarrollan las políticas y la toma de decisiones. Para las Mujeres Indígenas estas cuestiones las “alejan del cumplimiento de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y de cada uno de los Objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, con su objetivo principal de no dejar a nadie atrás”. Piden que se adopten acciones afirmativas y programas dirigidos a abordar la diversidad de las Mujeres Indígenas, ya sea de origen, funcional o sexual, para que se incorporen los derechos de las Mujeres Indígenas con discapacidad o LGTBQ+ en la implementación y monitoreo de la Agenda 2030. Reivindican sus prácticas curativas indígenas, el conocimiento medicinal y la propiedad intelectual, así como que los Estados aseguren que las Mujeres Indígenas accedan, controlen y utilicen sus tierras y recursos consuetudinarios. De hecho, a lo largo de las jornadas de la Conferencia se compartieron multitud de acciones positivas Alientan a todos los Estados a que establezcan mecanismos para que se cumplan las dimensiones colectivas del derecho a la igualdad, la no discriminación y la libre determinación; los derechos sociales y económicos, incluido el derecho al trabajo decente y el derecho a la tierra, el territorio y los recursos; derechos al agua y la alimentación; derechos culturales; derechos civiles y políticos; el derecho a vivir libre de cualquier forma de violencia, y el derecho a acceder al sistema de justicia sin temor a represalias para aquellas Mujeres y Niñas Indígenas que denuncien violaciones. La clausura, al igual que el resto de eventos, ha ido acompañada de una ceremonia espiritual multicultural con agradecimientos a las ancestras y la Madre Tierra. En el panel previo han participado, además de las Mujeres Indígenas, aliados como Francisco Cali, Relator Especial para los Derechos de los Pueblos Indígenas o Gladys Acosta, presidenta de la CEDAW. Igualmente durante el evento se han contado con la participación de lideresas Indígenas de renombre como la ministra de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, Nanaia Mahuta; la Ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización del Gobierno de Bolivia, Sabina Orellana; Rosalina Tuyuc Velásquez, ex diputada maya guatemalteca; Christina Henriksen, presidenta del Consejo Saami en Noruega; Pratima Gurung, de la Red Global de Personas Indígenas con Discapacidad, Victoria Tauli-Corpuz, ex relatora de la ONU para los Pueblos Indígenas, la activista quechua o la Presidenta de la Red de Mujeres Indígenas por la Biodiversidad, Lucy Mulenkei. El Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) en conjunto con Redes Regionales de Mujeres Indígenas han sido co-anfitrionas de la Conferencia, como parte de la estrategia para fortalecer las alianzas globales y facilitar la participación política plena y efectiva de las Mujeres Indígenas en los procesos internacionales de toma de decisiones, asegurando el seguimiento de los compromisos asumidos por los Estados partes.