La revista asturiana Atlántica22
en su número 18 se hace eco de esta nota:
Las Madres en el Pozo Sotón.
En la Casa de las Madres de la Plaza de Mayo,
en la plaza del Congreso argentino,
hay un pañuelo blanco manchado de carbón asturiano..
Junto a otros miles de objetos del reconocimiento mundial a las Queridas Madres,
y junto a otros pañuelos, como el manchado de sangre,
de la penúltima golpiza en la Plaza (los caballos enviados por el demócrata De La Rua, en “el corralito” de 2001.
–por cierto ¿cuánto se parece aquellas crisis argentina, con la deuda y la crisis española de ahora?)
Dos viejitas bajaron a la mina, y quisieron conocer cómo trabajaban los mineros,
y después, se fueron al comedor, y conversaron largo y tendido con las trabajadoras,
y antes, con los ingenieros y tècnicos, y antes de todo, hablaron subidas al banco,
en la asamblea de las 6 de la mañana.. hasta dejar encogidos el corazón
y las nervaduras a los trabajadores mineros del primer relevo..
cuando volvieron a hablar, desde las entrañas, como tantísimas veces,
de sus Hijos desaparecidos por la dictadura militar y sus cómplices.
Diez visitas contabilizamos de las Madres a Asturies: y estuvieron
con los Insumisos presos en Villabona,
con los encerrados de Duro-Felguera arriba en la catedral,
con los acampados de mina Jovesa,
con los de Ambulancias,
con los encerrados del Ciata,
al interior del pozo Sotón,
etc,
además de su presencia en muchas alcaldías, parlamento, rectorado de la Universidad, y presidencia del PP en el gobierno autonómico con Marqués , o recibimiento del Premio DDHH de Siero, o participando de las inquietudes que diversos colectivos tienen respecto a la persecución a luchas por derechos colectivos, de inmigrantes, antifascistas, laborales, como el enjuiciamiento que las instituciones han personalizado en Cándido y Morala.
Las Queridas Madres, que han universalizado el símbolo rebelde del pañuelo blanco,
y se han convertido en las internacionalistas más consecuentes,
también en Asturies compartieron abrazo solidario con el Sahara, Palestina, Colombia, Cuba, Venezuela, Iraq….
En Iraq asesinaron a José Couso,
y en la Plaza de Mayo, marchando un jueves tras las Madres,
conocimos a Javier Couso, y la madre de ambos,
Isabel Permuy , compartió mesa con las Madres en el antiguo instituto de Xixón,
hablando de experiencias de Lucha contra la maldita Impunidad.
Esa lucha contra la Impunidad..es casi eterna,
permanente,
necesaria
o imprescindible
para discernir las fronteras de la dignidad humana.
Las Madres, sin ninguna duda, cada vez más,
forman parte de la vanguardia mundial de la Dignidad,
y Nadie puede pisotearlas.
El pequeño símbolo de un pañuelo blanco manchado con el carbón asturiano,
tras un humilde cristal en Buenos Aires, nos lo recuerda también.