Este 18 de julio, si no hubieras partido a la eternidad, tendrías 106 venerables primaveras, y llevamos ya 14 años, a instancias de Naciones Unidas, conmemorando el día de tu nacimiento, para ver si es posible contagiarse de tu ejemplo, de tu historia, la lucha y los valores que representas como alguien que supo enfrentar el racismo, la discriminación y el encarcelamiento por defender sus ideales de libertad.
Y hasta se ha determinado un “Decenio por la Paz Nelson Mandela”, instando a todos los Estados Miembros a redoblar esfuerzos para lograr la paz y la seguridad internacional, como el desarrollo y el respeto a los Derechos Humanos.
Porque sigues siendo más que leyenda, un símbolo de la paz.
“Lo más fácil es romper y destruir. Los héroes son los que firman la paz y construyen”. Dicen que dijiste alguna vez.
Lo cierto es que las cosas, en estas materias tan fundamentales, no van nada bien.
Hasta el propio secretario general de la ONU ha tenido que recordarnos que:
“Los llamamientos de Nelson Mandela en favor de la cohesión social y el fin del racismo son particularmente pertinentes hoy en día, cuando el discurso de odio está cada vez más presente en todo el mundo. En nuestra labor colectiva en pro de la paz, la estabilidad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos para todos, haríamos bien en recordar el ejemplo de Nelson Mandela.”
Nada bien van en materia de paz, pues no solo las guerras siguen destruyendo el mundo y sus valores, sino que estamos en una creciente y acelerada ganancia de capitales a través del armamento, es decir en una espiral de GASTOS MILITARES como nunca antes se habían visto.
Y tú bien lo sabes, si dedicamos los recursos en preparar la guerra, la guerra inevitablemente llega.
Así que sí, en este tiempo de genocidio en Palestina, tu ejemplo de solidaridad es más necesario que nunca, y lo mismo que tu país, Sudáfrica, logró salir del yugo del apartheid, urge quebrar esa cadena antihumana del apartheid israelí, del colonialismo que también afectó tan brutalmente a Sudáfrica por 350 años.
Urge, querido Madiba, que tu ejemplo, el ejemplo de tu familia y de tu pueblo y gobierno sudafricano, que llevó a Israel a la corte de justicia buscando el cese de su impunidad genocida, nos saque al resto del mundo del shock que nos provoca el exterminio inmisericorde de gente palestina, y logremos DETENER el genocidio.
Dice la ONU que hay que ir buscando que cada persona dedique tiempo a la promoción de la paz y al servicio comunitario, impulsando acciones que mejoren sus comunidades, siguiendo tu legado.
Y sí que es más imprescindible que nunca lograr detener el militarismo, el mental y el económico, que deja una horrenda pisada ambiental que hace imposibles las formulaciones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Porque en esa contradicción estamos: Ahora, la ONU, la misma que rescata tu legado, y te recuerda este 18 de julio, tiene ante sí el reto de cumplir con el compromiso asumido de llevar a buen puerto la “Agenda 2030 de desarrollo sostenible”, presentada como “una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás”. Sus ambiciosos objetivos abarcan desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, pasando por la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente y el diseño de nuestras ciudades.
Más necesario y perentorio es ahora insistir en la diversidad cultural, étnica, racial y religiosa que son esenciales para la existencia de una paz duradera, la comprensión y amistad entre los pueblos, las naciones, las civilizaciones, las culturas y las personas.
Entre tantos reconocimientos que recibiste en vida, el Premio Nobel de la Paz, la Medalla Presidencial de la Libertad o el Premio Lenin de la Paz, los jefes de estado del mundo te rindieron una última pleitesía en los funerales y en el estadio el día de tu partida.
Pero hoy más que nunca, los jefes y jefas de estado de todo el mundo, si quieren de verdad honrar tu memoria y tu incitación a la PAZ, además de cumplir con las resoluciones y orientaciones del “Decenio Mandela” y del “día Nelson Mandela para la Paz”, deberían ponerse a tiempo completo a preparar esa paz, rechazando las presiones de la industria de la muerte, dedicando los esfuerzos humanos y económicos a las necesidades sociales de las gentes del planeta, y a la preservación, URGENTE, como nos dejó dicho Berta Cáceres, de la Madre Tierra.
Gracias Madiba.
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