Ayer sábado el colectivo pachakuti-astur (porque muy numerosos son quienes se reclaman del pachakuti-tiempos de transformaciones profundas, particularmente en el territorio andino-amazónico) se declaraba en luto.
Aunque luto y pachakuti puedan parecer términos en contradicción. Si es que las transformaciones profundas requieren de lutos, de cambios estructurales, de aprendizajes en vida y muerte.
Y ese luto ¿era debido a las numerosas muertes pandémicas en los territorios amazónico-andinos? ¿o tal vez por la aumentada pandemia de violencia contra líderes sociales, confinados y vulnerables, en Colombia, en Honduras, en Guatemala, en México, en Chile..?
Pues sí, pero también por otras muertes cercanas en los geográfico. Genovés el pintor de los abrazos, Quilino y Samuel los enlaces de fugaos en les cuenques, o el propio Julio.
Nada influye la composición plural del pachakuti-astur, pues estos referentes, y otras, son universales por sus principios, convicciones y valores.
El cordobés ha tenido despedidas improvisadas a la puerta del Ayto, y cientos de miles de mensajes en las ondas del internet, que están compartiendo sentimientos comunes. No solamente de tristeza o nostalgias. También de aspiraciones que algunas partes de “la obra” militante de Anguita ha legado para todas.
Pero si de todo ello hablan y escriben estos días en numerosas publicaciones, y si de muy lejanas geografías llegan los saludos amistosos y de melancólico dolor, la parte que correspondería relacionar con todos los pachakutis se asienta, como no, en los valores de las solidaridades.
¿Y tiene mucho o poco que ver, en apariencia, con la figura de Julio Anguita?
Sin duda en les cuenques algo saben de ello. Y no solamente por haber compartido, por ejemplo, dicha y jovialidad con Julio, al calor de tres platos de fabada preparadas por la concejala Severina en Blimea, con algunos aportes gastronómicos de su compañero Ramón, el cantante minero de Stukas. No solamente por haber acompañado las demandas, las propuestas, las esperanzas rotas del protagonismo minero durante décadas.
El profe, el activista, el dirigente político, ¿acaso propuso cosas distintas, siempre, de las que relacionan la solidaridad con la ética, la desigualdad, los poderes espúreos, las mentiras del dinero y las verdades de las injusticias?
Sí, puede vérsele en foto con Fidel, recibir condolencia del presidente de Venezuela, del derrocado presidente boliviano, o de todas las autoridades Polisarias y de la militancia palestina. Y en todas ellas seguramente por su reconocimiento político, pero basado en Solidaridades concretas, en apoyos a causas Justas, en aspiraciones de transformaciones sociales sustentadas en las soberanías de los pueblos.
Conocido es el lamento fuerte por la muerte de su hijo periodista en la invasión de Iraq, mismo año del asesinato de Couso, padre militar, tanto los Couso como Julio, y por lo mismo antiguerras y antimilitaristas, y anti-Otan, elementos sustanciales de cualquier grado de solidaridades.
Pocas personas saben, porque mucho se ha trabajado por esconderlo, de los esfuerzos de Anguita por mimar y desarrollar las áreas de paz y solidaridad, alguna de las cuales él llegó a coordinar directamente, ante las zancadillas internas para que no prosperaran “otras formas” de hacer política.
Pero eso.. allá en su partido y su organización que tengan ganas y espacio para analizar y reflexionar por si les resulta de utilidad: porque más allá del espacio partidario hay propuestas que han salido al mundo, a las gentes, en formato de valores, reconocidos sí, ensalzados también, pero necesitados de mayores apoyos y alianzas para llevarlos a término feliz. En aras de transformaciones de calado e irreversibles a favor del pobrerío.
Así es que el luto Pachakuti es homenaje y es compromiso y es memoria para las luchas subsiguientes.