Tras el crimen de Luciano el colectivo de refugio temporal en Asturias adoptó su nombre para rememorarlo: Luciano Romero Molina.
Acto en memoria de LUCIANO ROMERO, sindicalista colombiano secuestrado el 10 de septiembre del 2005, apareció asesinado el 11-S , al medio año de regresar de Asturias
En solidaridad con las víctimas, familiares, procesos y organizaciones afectadas por el genocidio contra el liderazgo social.
Por quienes luchan por la vida, la paz, las libertades y la justicia social en Colombia.
El 10 de septiembre del 2005 la policía secreta colombiana en contubernio con un grupo narco-paramilitar torturó y asesinó al compañero LUCIANO ROMERO MOLINA, dirigente sindical en Nestlé, defensor de derechos humanos amenazado de muerte, circunstancia por la que estuvo refugiado en Asturias entre octubre del 2004 y abril del 2005.
El exterminio de las buenas personas como Luciano continúa. En los últimos tres años han sido asesinadas más de 700 personas con liderazgo social en la absoluta impunidad. La justicia no actúa para establecer quiénes dan la orden de asesinar, el gobierno no da garantías para el derecho a la vida y las organizaciones sociales señalan la complicidad del gobierno, de los políticos corruptos, de la fuerza pública aliada con paramilitares y narcotraficantes.
El genocidio en curso beneficia a los terratenientes, a los inversionistas criollos y a las empresas multinacionales que quieren trabajadores-as sin derechos y territorios a su disposición, sin dueños, ocupantes ni reclamantes.
Tanta violencia impune tolerada por el Estado, el incumplimiento de los acuerdos de paz suscritos con las FARC, la falta de diálogo con el ELN y la expansión del paramilitarismo en un año electoral como el presente, nos hace temer por la vida de muchas personas que en estos momentos dan la cara al terror por sus comunidades y organizaciones legítimas.
En memoria de LUCIANO y de tantas personas asesinadas en Colombia por su liderazgo social, por defender los derechos humanos y la vida en sus territorios,
NOS CONVOCAMOS a un acto solidario e internacionalista:
Martes 10 de septiembre, a las 19 horas en la Plaza del parchís en [fond jaune]Xixón[/fond jaune]
Colectivo de refugio Luciano Romero
Comité de Solidaridad con América Latina COSAL
Acción en Red.
La Casa Azul de Navia.
CSI
Soldepaz.Pachakuti
Ingeniería Sin Fronteras ISF
Mocedá Comunista
Asc. Alambique contra la exclusión social.
Picu Rabicu-Comerciu Xustu
Local Cambalache
Paz y Solidaridad
CCOO
Asamblea Moza d´Asturies
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
Colectivo Güeligaites
Muyeres en Llucha.CSI
Luciano gozaba de medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En el Juzgado Primero Laboral del Circuito de Valledupar cursaba una demanda laboral por reintegro a su puesto de trabajo, instaurada contra las empresas Nestlé de Colombia.
Luciano era un destacado dirigente de Sinaltrainal y delegado ante la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, desde donde realizaba sus actividades de solidaridad y atención humanitaria con los detenidos.
Durante sus últimos cinco años de vida, Luciano Enrique Romero Molina denunció la fuerte presencia los grupos paramilitares en la ciudad de Valledupar y violaciones de derechos humanos, así como también la omisión de las autoridades civiles y militares al respecto; razón por la cual se generaron constantes amenazas y hostigamientos contra su vida. Su sindicato propuso que viajara por 6 meses al PAV-DDHH de Asturias.
El crimen de Luciano Enrique Romero Molina conmovió al movimiento sindical y en general al movimiento popular en Colombia. El nivel de violencia registrada en su humanidad solo es entendible al abordar históricamente los actos de violencia estatal contra los movimientos que defienden la autodeterminación y soberanía de los pueblos.
La terquedad de Sinaltrainal y el valor de su familia, sumado a la solidaridad desde los pueblos, ha permitido que lo ocurrido a Luciano se convierta en un reto de construcción colectiva de memoria en perspectiva de subvertir las estructuras que confrontó dignamente Luciano con su vida.
Luciano, en compañía de tres dirigentes sociales amenazados de muerte por la extrema derecha colombiana, vivió en Gijón y desplegó en Asturias su activismo por la paz y los derechos humanos dentro de las campañas de solidaridad con los presos políticos, en el boicot a Coca Cola y en las denuncias contra Nestlé por su responsabilidad en la mortal persecución a los sindicalistas.
Como se demostró en el proceso penal, el asesinato de Luciano lo cometió el grupo paramilitar de alias «Jorge 40» en alianza con miembros del Departamento Administrativo de Seguridad «DAS», que dependía de la Presidencia de la República. Un juzgado penal del Circuito OIT lo calificó como crimen de lesa humanidad.