Luciano 13 años. Crimen de Estado.
El 11 de septiembre de 2005, en Valledupar, Luciano Romero Molina fue secuestrado, torturado y asesinado por una alianza entre paramilitares y policías. Luciano era secretario de derechos humanos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos – SINALTRAINAL, y defensor de derechos humanos de la FCSPP. En Colombia gobernaba Uribe, y meses antes Luciano había estado protegido en Asturias.
Su asesinato está ligado a la destrucción de los sindicatos y la desaparición de sindicalistas en Colombia. Pero, además, saca a la luz la vinculación de la transnacional Nestlé en estos delitos.
Luciano había trabajado durante 20 años en CICOLAC, la filial de Nestlè en Colombia. Tres años antes de su asesinato, luego de soportar una violenta persecución por parte de la empresa Cicolac-Nestlé…, fue despedido junto a otros dirigentes de SINALTRAINAL. El despido se llevó a cabo con la complicidad del Ministerio de la Protección Social, que calificó como ilegal un paro que nunca existió, y que fue uno de los pasos para destruir el sindicato al interior de la empresa. La seccional de Sinaltrainal en Valledupar fue aniquilada en el 2003, luego de que la empresa lograra, a través de las amenazas y el terror, el retiro masivo de todos trabajadores.
El 29 de octubre de 2005, mes y medio después del día en que lo asesinaron, Romero iba a ser testigo de la política trasnacional de Nestlé en las sesiones del Tribunal Permanente de los Pueblos que se realizaría en Berna (Suiza). Según el expediente de su asesinato, Romero iba a denunciar las presuntas violaciones de los derechos laborales de la multinacional en Colombia ante el tribunal internacional de justicia alternativa.
La relación entre Cicolac, la filial de Nestlè en Colombia, y los paramilitares es otro punto que no se ha aclarado. La empresa alega que tuvo relación con personas que pertenecen a grupos militares antes de que dicha pertenencia fuese de conocimiento público. Sin embargo, los paramilitares han aportado información comprometedora, según testimonio del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso, Cicolac habría efectuado pagos a su unidad.
La justicia colombiana declaró este crimen como de lesa humanidad tras considerar que los principales motivos de los paramilitares para matarlo era su activismo en la defensa de los derechos humanos: condenó a un policía del D.A.S (antiguo servicio de inteligencia del Estado colombiano) y a 6 paramilitares como autores materiales del asesinato de Romero. Asimismo, señaló que otros sindicalistas y ex trabajadores de Nestlé, como Víctor Mieles, Alejandro Martínez Toribío y Harry Laguna, corrieron la misma suerte de Romero por cuenta de su férrea batalla sindical: todos perecieron a manos de los paramilitares, y ordenó abrir una investigación contra los directivos de la Empresa Cicolac – Nestlé, con el fin de “profundizar en la posible participación de la multinacional en la sistemática persecución contra los dirigentes sindicales”.
El juez recibió amenazas y tuvo que exiliarse en Estados Unidos. Allí, ante la Comisión de Educación y Trabajo de la Cámara, declaró que quienes ordenan y financian las ejecuciones, los autores intelectuales, son más culpables (que los autores materiales) de la persistencia de la violencia. Por tanto, la violencia no se detendrá mientras los verdaderos perpetradores no sean enjuiciados.
En total, 15 sindicalistas de Sinaltrainal que trabajaban para Nestlé han sido asesinados. En noviembre de 2013, Oscar López Triviño, trabajador de Nestlé, fue asesinado en Bugalagrande mientras se realizaba una huelga de hambre para exigir el cumplimiento de los derechos laborales y de la libertad sindical. Tal como en el caso de Luciano Romero, los gerentes colombianos de Nestlé estigmatizaron la protesta. La central de Nestlé en Suiza no lo impidió.
En 2010 era asesinado Henry Ramírez, que había sido presidente nacional del sindicato de trabajadores de la industria de las bebidas alcohólicas, SINTRABECOLICAS, y por las amenazas de muerte recibidas fue protegido temporalmente en Asturias.
13 años después del crimen de Luciano avanza en el Consejo de DDHH de la ONU una propuesta de instrumento jurídicamente vinculante para las empresas transnacionales. Para intentar quebrar su maldita Impunidad y practicar la Justicia.
Luciano y Henry, Memoria, Lucha, Resistencia.