Hugo Blanco en gira por europa. Reflexiones y propuestas desde el mundo indigena organizado. LAS MISMAS ¿no? que se proponen y defienden en el alcuentru de muyeres de los dias 12 y 13 de noviembre en Asturias.
Las mismas que se trasladan en movilización hacia Cancún en diciembre, en defensa de la Madre Tierra.
Lucha indígena en defensa de la Madre Tierra y de su organización
colectivista
(Transcripción de las charlas en la gira por Gran Bretaña )
El calentamiento global
Cuando era joven luchaba por una sociedad justa, pensaba que si mi
generación no la alcanzaba, lo harían las generaciones futuras.
Ahora veo que estaba equivocado: No habrá generaciones futuras si nosotros no alcanzamos a derribar el sistema depredador. Por lo tanto, si antes luchaba por una sociedad justa, ahora lucho fundamentalmente por la supervivencia de la humanidad.
El calentamiento global es indudable, la ONU ha tenido que inclinarse ante
la evidencia científica, así como los gobiernos de los países que más
calientan el planeta con la emisión de los denominados gases de
invernadero, producidos por las grandes empresas capitalistas.
No es que un grupo de capitalistas malos ha decidido extinguir la
humanidad. El objetivo de ellos no es éste, sino ganar dinero, si para
hacerlo tienen que lanzar a la humanidad a su desaparición, mala suerte.
Es posible que algunos de ellos suspiren por este subproducto del
cumplimiento de su sagrado mandamiento: Ganar más dinero en el menor
tiempo posible.
Richard Branson, empresario británico propietario de la línea aérea
Virgin, ofreció un premio de 25 millones de dólares a quien idee un
invento que elimine los gases de efecto invernadero de la atmósfera. La
gente le dijo «Tú estás contribuyendo al calentamiento con tu línea
aérea». Él les dio una respuesta que me parece magnífica: «¿Qué quieren?
Si saco mi empresa inmediatamente ocupa su lugar la British Airways».
Si hay un capitalista que por amor a sus descendientes deja de poner una
fábrica que emite gases de invernadero, viene otro capitalista y la pone.
No depende del conocimiento y la moral de los capitalistas individuales,
es la rueda imparable del sistema el que les lleva a acabar con la
humanidad. No se trata de matar a algún capitalista, a quien debemos matar
es al sistema que ordena que el destino de la humanidad esté en manos de
la voracidad del gran capital.
Efectos
La gente del campo, aunque en general no conoce su origen, sufre los
efectos del calentamiento más que la población urbana: Los arroyos están
desapareciendo. Los ríos están adelgazándose, hay ríos que para cruzarlos
se usaba puentes, los que cada vez son menos necesarios, el Amazonas está
más delgado que nunca. Los nevados se derriten, esto es una desgracia,
pues son fuentes de agua. Los glaciares de los polos también se derriten.
Antes el polo norte era un gigantesco bloque de hielo, ahora en verano ya
se puede navegar por él.
Los océanos aumentan su nivel: La isla conocida por los habitantes de
India como Nueva Moore y por los de Bengala como Talpatti Sur ha sido
devorada por el mar.
La isla Lohachara de 10,000 habitantes, en la región india de Sundanbans,
donde los ríos Ganges y Brahmaputra desembocan en la bahía de Bengala,
también fue devorada por el agua.
Una parte de Groenlandia se ha separado de ella, ha sido bautizada como
Isla del Calentamiento Warming Island o Uunartoq Qeqertoq en Inuit.
La República de Kiribati, un conjunto de 33 islas del Pacífico Central,
pidió ayuda internacional para organizar la evacuación de sus 97.000
habitantes. El aumento de las aguas saladas está devastando las tierras
cultivables y contaminando los pozos de agua dulce.
El territorio de los indígenas Kuna de las islas de Panamá, está amenazado
de desaparición, hemos escuchado que zonas del departamento peruano de
Piura también están amenazadas.
La alteración del ambiente por el calentamiento produce diversos desastres
climáticos: Los inviernos son más crudos que antes, como el último del
hemisferio norte, o el que sufrió hace poco Puno, Perú, causando la muerte
de muchos niños. Por otra parte se reportó de veranos excesivamente
calurosos en Brasil y África.
El «friaje» es una ola de frío que afecta negativamente a la selva
peruana, se anuncia que 11 de los 24 departamentos en que se divide el
Perú, serán afectados por ese fenómeno.
En la pasada temporada de lluvias, en mi departamento, Cusco, la
inundación hizo que de algunas poblaciones sólo se vieran los techos, mató
centenares de hectáreas de cultivos, un río de lodo atravesó la población
de Zurite durante semanas, sepultando entre otros un templo colonial, la
posta médica y el principal centro de estudios.
Hace poco la inundación afecto la cuarta parte del territorio de Paquistán.
Algunas de las víctimas del huracán Katrina que azotó Nueva Orleans en
EEUU, abrieron un proceso judicial contra las grandes empresas culpables
del calentamiento y por lo tanto del huracán.
La gran prensa, en manos de los productores del calentamiento global,
naturalmente no nos muestra estos desastres como efectos de él, sino como
«desastres naturales». Sabemos que de naturales no tienen nada, que son
provocados por los grandes capitales a través de la emisión cada vez mayor
de gases de efecto invernadero.
Las páginas centrales de nuestro periódico mensual «Lucha Indígena»
(http://www.luchaindigena.com), están dedicadas a los efectos mensuales
del calentamiento global contra el mundo, bajo el título de «Ataque del
gran capital a la humanidad», desgraciadamente, mes a mes, las dos páginas
quedan cada vez más pequeñas.
Manejo del problema
Los países más emisores de gases de efecto invernadero, situados en el
norte del planeta, realizaron una reunión el año 1997 en Kioto, Japón, en
la que se comprometieron a reducir por lo menos en un 5% la emisión de
gases de invernadero.
El acuerdo no fue ratificado, entre otros por los EEUU, que con una
población del 4% del mundo, es responsable de la emisión del 25% de gases
de invernadero. Se cumplió muy poco de lo acordado. En diciembre del 2009,
en Copenhague, se realizó una nueva reunión sobre el tema, también
impulsada por la ONU. En ella no hubo ningún acuerdo, los países
africanos, cuya población tiene que caminar días en búsqueda de agua,
exigían indemnización a los grandes contaminantes, de lo que éstos no
querían ni oír hablar. Fuera del encuentro oficial, Obama reunió a algunos
cómplices a quienes hizo firmar un papel que ahora llaman «el acuerdo de
Copenhague» en el que no hay ningún compromiso a reducir las emisiones de
gases de invernadero, sino solamente manifestación de buenas intenciones.
Posteriormente, EEUU compró firmas de más países.
Ecuador le respondió que si de dinero se trataba, lo recolectaría y
pagaría a EEUU para que firme el protocolo de Kioto.
El aspecto positivo de la reunión de Copenhague, fue que hubo 100,000
personas en el exterior de la reunión oficial que gritaban «¡Cambiemos el
Sistema, no el Clima!» y «¡Si el clima fuera un banco ya lo hubieran
salvado!».
Ante el fracaso de la reunión, el presidente boliviano Evo Morales convocó
a la «Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los
Derechos de la Madre Tierra» que se realizó del 12 al 19 de abril en
Cochabamba, Bolivia.
Fue una reunión exitosa en la medida en que reunió defensores de la
naturaleza de diversas partes del mundo que se contactaron entre sí,
desgraciadamente los humos del volcán de Islandia que impidieron los
vuelos, frustraron la asistencia de ciudadanos europeos. Fue desafortunado
que no se acordó la realización de acciones colectivas. Hubo una mesa en
el exterior de la reunión en la que se hizo críticas a la política
económica del gobierno que continuando el extractivismo de anteriores
gobiernos, afecta la naturaleza.
El gran capital continúa haciendo lo posible por negar o minimizar los
efectos del calentamiento. Hace algunos meses hubo una campaña de
desprestigio a científicos encargados de estudiarlo, luego se comprobó que
eran acusaciones falsas. Una asociación de grandes empresarios de EEUU
reclutó periodistas y «científicos» que se encargaran del tema de acuerdo
a la conveniencia de los emisores de gases de efecto invernadero. La gran
prensa del mundo que está en sus manos, continúa llamando «desastres
naturales» a los efectos del calentamiento. Tratan de convencer que
desastres parecidos se han dado en varias épocas históricas, que son
«naturales». Dicen que los mayas predijeron el fin del mundo para el 2012,
lo cual ha sido desmentido por especialistas en escritos mayas que
declaran que los mayas hablaron de sucesos posteriores a esa fecha.
Todo esto hace el gran capital para que la gente se resigne y no luche por
acabar con el sistema.
La ONU ha programado la próxima reunión oficial sobre el tema que se
realizará en Cancún, México, del 29 de noviembre al 10 de diciembre de
este año.
No se necesita ser adivino para afirmar que en dicha reunión tampoco se
aprobará nada positivo, sólo serán palabras hermosas.
Desgraciadamente en el exterior de la reunión no podrán estar los 100,000
que estuvieron en Copenhague, porque los pasajes son muy elevados para que
estén los europeos, porque los latinoamericanos no tenemos dinero para ir
y porque la represión será más fuerte que en Copenhague.
En Viena, Austria, escuché una proposición excelente: «Hagamos cientos de
Cancún en el mundo». En las fechas de la reunión oficial organicemos
reuniones en todas las ciudades posibles, para analizar qué significa el
calentamiento global, quiénes lo producen, qué males trae, cómo
combatirlo. Estas reuniones en su conjunto serán infinitamente más
eficientes contra el calentamiento global que la reunión oficial en
Cancún.
Resistencia indígena
He señalado que la gente del campo es la que más sufre los efectos del
calentamiento global, sin embargo, en su gran mayoría no conoce sus
origen, considera que son «desastres naturales».
Lo que sí entiende perfectamente como tales, son los otros ataques del
gran capital a la naturaleza, que en quechua llamamos Pacha Mama, (madre
tierra o madre naturaleza).
Los indígenas son quienes menos disfrutan de los beneficios de la
civilización y que conocen al «progreso» sólo por los ataques que de él
son víctimas.
Todos vivimos de la naturaleza, pero en las ciudades los niños creen que
es el supermercado quien nos alimenta y muchos mayores están cerca de eso
pues no les interesa la depredación del campo.
En cambio la población indígena siente claramente que de la naturaleza
depende su vida.
Por eso es en especial la población indígena la que reacciona contra los
ataques a la Madre Tierra, señalemos algunos de esos ataques:
La minería.- Especialmente la de cielo abierto que es más nociva que la de
socavones pues destruye montañas para extraer minerales. Roba agua de la
agricultura y la envenena, matando personas, animales, vegetales y suelo.
La extracción de petróleo y gas.- Envenena los ríos amazónicos matando a
los peces de los que se nutre la población, deja sin agua a la gente y
animales.
La construcción de centrales hidroeléctricas.- Roba el agua de la
agricultura de consumo humano para proveer de electricidad a la minería.
(Caso de Salcapucara en Canchis, Cusco, Perú).
El proyecto de la represa de Inambari.- Intentan desalojar de territorios
de 3 departamentos del Perú a miles de indígenas de sus viviendas y sus
cultivos para construir una gran represa que proveería de electricidad a
empresas multinacionales radicadas en Brasil.
La tala de la selva para la extracción de madera.- Como la capa de tierra
fértil en la Amazonía es delgada, en pocos años de precipitación pluvial
que en la zona es intensa, quedará tierra desierta.
La tala de la selva para criar ganado.- Los selváticos se alimentan de la
caza, el ganado es para las ciudades. También convertirá en desierto lo
que ahora es selva.
La gran agroindustria.- Aplica a la naturaleza la lógica de la fábrica:
Cuanto más producto del mismo tipo se fabrique año tras año, mejor. Por
eso produce la variedad más productiva de una especie año tras año. Eso se
llama monocultivo y es dañino para el suelo. Usa agroquímicos:
fertilizantes, insecticidas y herbicidas. Con todo esto matará el suelo en
pocos años. No le importa, luego de matar el suelo en Perú, se irá a otro
país de América, Asia, África, Oceanía para continuar matando el suelo.
En cambio el indígena, pensando que sus abuelos vivieron de esa tierra y
sus nietos vivirán de ella, la cuida. Con 10,000 años de conocimientos
agrícolas, sabe que tiene que practicar la rotación de cultivos, un año
siembra leguminosas para que inspiren el nitrógeno del aire que será
llevado a las raíces, al año siguiente siembra papas que aprovecharán ese
nitrógeno. También practica los cultivos asociados, varias especies
juntas, lo que es bueno para el suelo y malo para los parásitos. Además
sabe que hay tierras que tienen que descansar, uno, dos, tres años, él que
conoce su suelo sabe cuántos. A ese descanso en quechua lo llamamos
«layme»; mientras ese terreno está descansando de la agricultura, lo usa
como terreno de pastoreo. Usa abono orgánico.
El gobierno peruano pretende robar el agua de la pequeña agricultura de
Espinar, que alimenta al Cusco, para irrigar la gran agroindustria que
exportará a Estados Unidos, en esta lucha ya hay heridos, inclusive niños.
Alan García, presidente del Perú, llama «perro del hortelano» a los
indígenas, opina que si ellos no tienen grandes capitales para trabajar,
dejen que las poderosas compañías lo hagan, así progresará el Perú.
Usurpación de territorio indígena para el turismo.- Este tipo de ataque
lo sufren indígenas de Columbia Británica en Canadá, indígenas de Chiapas,
México, indígenas de África.
No sólo los indígenas luchan por la Madre Tierra
Lo hacen todos quienes se sienten afectados por la depredación
capitalista, como los valerosos pobladores de Andalgalá, Catamarca,
Argentina.
La población urbana del departamento de Moquegua, Perú, luchó
valientemente en defensa del agua.
Todos los indígenas del mundo
He puesto ejemplos del Perú, pero no son sólo los indígenas peruanos
quienes luchan en defensa de la madre tierra. Vemos que es el empuje
indígena que puso a Evo Morales como presidente de Bolivia y que fue él
quien convocó a la reunión internacional contra el cambio climático. La
nueva constitución boliviana reconoce los derechos de la Madre Tierra.
Están luchando en defensa de la Madre Tierra los indígenas de Chile,
Argentina, Guatemala, Panamá, Canadá, Estados Unidos, los Dongria Condh de
la India, los bosquimanos de África, en Australia rechazan los residuos
nucleares.
Esto muestra que la lucha indígena por la defensa de la Madre Tierra no es
un tema étnico, sino cultural.
Eduardo Galeano en su último libro, «Espejos», dice:
¿Cómo pudimos?
Ser boca o ser bocado, cazador o cazado. Esa era la cuestión.
Merecíamos desprecio, o a lo sumo lástima. En la intemperie enemiga, nadie
nos respetaba y nadie nos temía. La noche y la selva nos daban terror.
Éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre, cachorros
inútiles, adultos pocacosa, sin garras, ni grandes colmillos, ni patas
veloces, ni olfato largo.
Nuestra historia primera se nos pierde en la neblina. Según parece,
estábamos dedicados no más que a partir piedras y a repartir garrotazos.
Pero uno bien puede preguntarse: ¿No habremos sido capaces de sobrevivir,
cuando sobrevivir era imposible, porque supimos defendernos juntos y
compartir la comida? Esta humanidad de ahora, esta civilización del
sálvese quien pueda y cada cual a lo suyo, ¿habría durado algo más que un
ratito en el mundo?
El gran amor a la Madre Tierra era una parte de esa ética general en los
albores de la humanidad.
Pero no es la única homogeneidad, hay otras. Los indígenas del mundo son
los más puros guardadores de esa ética.
Veamos los otros aspectos de la cultura humana primitiva que es común a
los pueblos indígenas del mundo:
Colectivismo
Los problemas que afectan a la comunidad, los resuelve la comunidad, no el
individuo ni un pequeño grupo.
Si esa fuera la lógica de la humanidad actual, no habría calentamiento
global, pues no sería la empresa la que decida si monta o no una fábrica
que emita gases de invernadero, sería la sociedad en su conjunto.
Donde hay indígenas, hay comunidad indígena, que es un pequeño organismo
en el que el mandato es colectivo, es un pequeño poder político, muy
limitado por el estado central, pero lo es; a veces está algo corrompido
pues vive en un entorno corrupto, pero en general se mantiene como pequeño
gobierno realmente democrático. Está reconocido por muchas constituciones,
como la peruana.
A veces hay comunidad de comunidades, en algunos lugares de la selva
peruana al parecer existen, en la sierra no, pues las federaciones
distritales son instrumentos de lucha, pero no de gobierno.
Existen en el Cauca, Colombia, donde están reconocidas por la Constitución.
Tambien la comunidad de comunidades Kuna de las islas de Panamá, está
reconocida por la Constitución, al parecer es una conquista que se logró
con la revolución cuna de 1929.
Donde existe más clara es en un pequeño sector de Chiapas, México, ahí
desde hace 16 años gobiernan los indígenas a través de las «Juntas de Buen
Gobierno» que son cuerpos colectivos que de tiempo en tiempo son
cambiados, sus miembros son revocables en cualquier momento.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional está encargado de resguardar
la zona liberada de los ataques del «mal gobierno», que es como denominan
al gobierno de México, si uno de sus miembros quiere pertenecer a una
junta, debe renunciar al ejército.
Como en nuestras comunidades, los miembros de las juntas no ganan ni un
centavo, pues saben y practican el principio indígena de que el puesto
público no es para servirse sino para servir, completamente diferente a
nuestros regímenes denominados «democráticos» en que todos se pelean por
un cargo como perros por una presa de carne, pues saben que les servirá
para ganar mucho dinero, para recibir sobornos y para dar colocación a
parientes y amigos. Hace algún tiempo asistí a una elección comunal,
cuando propusieron para presidente a un compañero, éste se paro y dijo que
él ya había servido a la comunidad en varias oportunidades, que eligieran
a alguien que todavía no lo había hecho.
El enemigo sabe muy bien que la organización comunal es la defensora del
medio ambiente, por eso la ataca. En México y Perú, casi simultáneamente
Salinas y Fujimori sacaron leyes intentando disolverla. En el torrente de
decretos ley de Alan García no sólo hay muchos que impulsan la depredación
del medio ambiente, sino también los hay que atacan a la comunidad.
La comunidad indígena es un núcleo inicial para la construcción de una
sociedad horizontal, un paso más adelante significan las comunidades de
comunidades que mencioné. La mayoría de los indígenas no son concientes de
ello, pero eso no invalida dicha construcción.
Naturalmente que no aconsejamos a la población urbana seguir el mismo
camino, ella sabrá qué pasos tomar en la construcción de una sociedad que
no esté dividida entre los que mandan y los que obedecen, por ejemplo las
fábricas administradas por los trabajadores en Argentina son un paso
importante en este sentido.
Ecosocialismo
Estas dos características de los pueblos indígenas, el gran amor por la
naturaleza y su forma de organización colectiva, son las que llamaron la
atención de los compañeros europeos ecosocialistas, pues, precisamente
estas dos características son su meta. Entienden que la única forma
coherente de lograr que se respete la ecología es que el poder no sea
ejercido por las empresas capitalistas, sino que la población se organice
horizontalmente dirigiéndose a sí misma.
Buen vivir
Aunque en lenguaje indígena no existe ese término, pues para el indígena
simplemente es vivir, me parece que es un aporte interesante de los
intelectuales indigenistas para contraponerlo al concepto capitalista de
que la felicidad consiste en acumular mucho dinero en el menor tiempo
posible y con ese dinero comprar lo que la publicidad y la moda ordenan,
para así producir la envidia y el respeto de nuestros congéneres.
El buen vivir entiende la felicidad como vivir satisfactoriamente.
Pongo algunos ejemplos para explicarlo.
Un indígena quechua, hablando en nuestro idioma me dijo que los amazónicos
eran ociosos, para demostrarlo me relató lo siguiente: Un hacendado pidió
a un indígena amazónico que talara cierta extensión de bosque para
dedicarla al cultivo y le dijo que le pagaría con un machete. El amazónico
hizo tan bien y tan rápido el trabajo, que el hacendado quedó
impresionado, le dio el machete y le dijo: «Ahora te ofrezco un negocio
redondo, talas la cuarta parte de lo que acabas de hacer y te doy otro
machete». El amazónico lo miró extrañado y respondió: «Tengo sólo una mano
derecha ¿Para qué necesito dos machetes?» y se fue. No quería progresar,
sólo quería vivir. Relato esto no sólo para mostrar el concepto del buen
vivir de los amazónicos, sino también que los quechuas estamos más
domesticados que ellos por la sociedad de consumo.
Sin embargo, hay ejemplos de Buen Vivir entre los quechuas: Cuando uno
pregunta a un indígena qué produce su tierra, no habla de cantidades ni de
precios, contesta «¡hunt’asqa!» que significa «¡completo!», es decir que
produce múltiples especies. Los jurados de ferias, docentes de la facultad
de agronomía, ya han aprendido que no deben premiar a quien produce las
papas más grandes ni mayor cantidad por hectárea, sino que el premio
corresponde a quien tiene la mayor cantidad de variedades, pues eso es lo
que constituye el orgullo indígena.
He encontrado un vendedor adulto o niño que está vendiendo en el suelo un
producto en pequeña cantidad, pregunto el precio, me responde, le digo que
le compro todo sin pedirle rebaja, se niega, pregunto por qué no, me
responde: «Si todo te vendo a ti ¿Qué cosa ya vendería al resto?». El
vender no es sólo una acción comercial, es una forma de relación social.
Así como el amor a la naturaleza y la búsqueda de una sociedad horizontal
no son exclusivamente indígenas y también piensan así los ecosocialistas,
he encontrado el Buen Vivir en gente civilizada: En Estocolmo a un amigo
sueco le gustaba visitar los grandes supermercados, cuando le pregunté por
qué, me respondió: «No sabes el placer que siento viendo sin cuánta cosa
puedo ser feliz».
Amor a los antepasados y a los descendientes
Elinor Ostrom, premio Nóbel de Economía del 2009 dijo: «Estoy muy
reconocida a los indígenas norteamericanos que me han enseñado que piensan
en la sétima generación».
De acuerdo a ello actúan, calculando que si lo que hoy hacen ha de
perjudicar o beneficiar a la sétima generación.
Eso es completamente diferente al desdén de mucha gente educada por el
capitalismo, a la que no le importa si sus nietos tendrán agua para beber.
Respeto a la diversidad
En el Perú decenas de pueblos amazónicos, hablando diferentes lenguas, se
unieron en un solo puño para luchar en defensa de la selva.
Cada pueblo indígena se viste en forma diferente y todos se respetan entre
sí.
En Chiapas un indígena me pregunto si yo era indígena, le respondí que era
quechua. Me miró con desdén y me preguntó «¡Así se visten en tu pueblo!»,
refiriéndose al uniforme occidental que yo llevaba.
Conclusión
He mostrado el pensamiento indígena en general, pero naturalmente no todos
los indígenas piensan lo mismo. Por ejemplo en el Perú tuvimos un
presidente de sangre indígena pero que tiene cerebro de Harward, apellida
Toledo.
Reitero, los principios éticos acá expuestos no son de exclusividad de los
indígenas, hay muchos en el mundo civilizado que piensan lo mismo.
Es notorio que los indígenas menos domesticados por el sistema, los
denominados «salvajes», son quienes mejor luchan, eso se ve en Perú y en
Ecuador. Mirando el pasado, vemos lo mismo. Cuando vinieron los invasores
europeos, encontraron dos civilizaciones avanzadas: La Azteca y la Inka,
las dos fueron rápidamente derrotadas, mientras que los pueblos «salvajes»
continuaron luchando: En Cuba tuvieron que exterminarlos. En Argentina, el
presidente Sarmiento, «educador de las Américas» continuó luchando contra
ellos, es interesante leer las frases racistas de este «educador». En
Estados Unidos dieron tema a las películas de «cowboy».
Hay indígenas que actuando contra siglos de opresión, reaccionan en forma
hostil contra los occidentales y lo occidental, es entendible.
Afortunadamente son los menos, ninguna organización indígena de
importancia piensa así.
Los indígenas de Chiapas, México dijeron: «Somos indígenas, estamos
orgullosos de serlo, queremos que se nos respete como a indígenas. Somos
hermanos de los pobres de México y de todos los pobres del mundo». Estas
no fueron sólo palabras, convocaron a la primera reunión «Contra el
Neoliberalismo, por la Humanidad» que reunió a ciudadanos de 70 países,
incluyendo Europa y Estados Unidos. Esto fue mucho antes de los Foros
Sociales Mundiales.
Los gobiernos europeos, representantes del gran capital, pretenden
descargar el peso de la crisis producida por ellos, sobre los hombros de
la población, aumentando la edad de jubilación y recortando los gastos en
beneficio de los sectores con necesidad de apoyo. En Grecia, Francia,
España, Gran Bretaña, etc., el pueblo se levanta contra el atropello.
El enemigo de ellos y de nosotros es el mismo: El gran capital que depreda
la naturaleza en nuestros países y descarga sobre las poblaciones del
mundo el peso de la crisis provocada por él.
La depredación de la naturaleza en nuestros países no sólo nos perjudica a
nosotros sino a toda la humanidad.
La experiencia ha mostrado que la solidaridad de compañeros de los países
ricos con las luchas por la defensa de la naturaleza en el llamado tercer
mundo, son fructíferas. Se detuvo la depredación del agrícolamente rico
valle de Tanbogrande, en Piura, Perú, gracias a la valiente lucha de su
pueblo y a la solidaridad nacional e internacional, los ecologistas
canadienses denunciaron la depredación que preparaba una empresa minera
canadiense. La manifestación de ciudadanos británicos ante la Junta
General de Accionistas Anual de la empresa Vedanta Resources en
Westminster, empresa británica, fue eficiente e hizo retroceder al
gobierno servil de la India en el caso de la depredación minera que iban a
sufrir los indígenas Dongria Condh.
Considero que la humanidad podrá sobrevivir sólo si recupera su ética
original.
Continuar aceptando sin objeción que sean las grandes empresas quienes
gobiernen y no la sociedad en su conjunto, nos llevará inexorablemente al
fin de la especie.
Volver a la ética original no significa volver a la vida primitiva.
Cuando la ciencia y la técnica dejen de estar al servicio del gran capital
y pasen a estar al servicio de la humanidad, ellas nos dirán de qué
beneficios de la civilización podemos seguir disfrutando sin poner en
peligro la supervivencia de la especie. Probablemente nos digan que usando
la energía eólica y solar podremos continuar aprovechando muchos de los
inventos de la civilización.
Conozcámonos más unos a otros, comprendamos las diversas formas de lucha
de resistencia, no pretendamos uniformizarlas, colaboremos entre nosotros,
respetemos la diversidad que es fructífera. Aprendamos unos de otros pero
no copiemos.
Frente a la globalización de la economía mundial en provecho del gran
capital y contra la humanidad, debemos globalizar la resistencia de la
humanidad por su propia supervivencia.
Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza
Hugo Blanco