Pese a la lluvia, Xixón se pronunciaba por los derechos elementales en Colombia…un 7 de agosto.
Habrá un día en que todas/ al levantar la vista/ veremos una tierra/ que ponga Libertad..
200 años se cumplen hoy de la batalla de Boyacá. Una de las muchas gestas de la Independencia americana. Las tropas libertarias dirigidas por Bolívar estaban integradas por “criollos, mestizos, mulatos, zambos, negros e indígenas, generalmente gentes pobres, escasas de alimentos y vestidos, llamados por las autoridades españolas «insurgentes». El ejército tuvo mucho apoyo popular de los granadinos, y en especial de los campesinos de Tunja.”
Independencia, Libertad. ¿la tienen hoy las gentes colombianas, la tenemos aquí en estas tierras?
Un año se cumple de la toma de posesión de Duque, del partido ultra liderado por Uribe Vélez.
Indígenas, negritudes, campesinos pobres que ofrendaron sus vidas en Boyacá y son héroes anónimos, siguen siendo diezmados, amenazados, asesinados por políticas inspiradas, apoyadas, desarrolladas desde quien ostenta el poder que proviene de aquella gesta libertaria traicionada.
El 7 de agosto de doscientos años atrás propiciaría la creación de la Gran Colombia. Actuales estados de Venezuela, Ecuador, Colombia, Panamá. Duró poco, hasta 1830, y después en 1904 EEUU propició el desgajamiento de Panamá.
Este 7 de agosto hay una Denuncia gruesa contra el gobierno de Duque, contra su personaje tenebroso que comanda no tan en la sombra como Uribe Vélez, contra la determinación de los latifundistas colombianos de seguir robando tierras y recursos amparados en el guerrerismo y el militarismo.
El guerrerismo y el militarismo tienen sustento en una potentísima industria, que tiene esta semana referentes de terror, con la bomba lanzada en Hiroshima un 6 de agosto y en Nagasaki el 9 de agosto.
Bombas que de nuevo amenaza con utilizar Trump contra quien no siga sus designios, imperialistas, racistas, xenófobos, antihumanos.
Algunos le ríen las gracias a Trump, se las ríen en Colombia algunos irresponsables mandatarios que se ha enriquecido a costa de la guerra, y mantienen y refuerzan el exterminio de sus mejores gentes.
¿Poco o mucho podemos hacer? Al menos rechazar las sumisiones. Acompañar a quienes se movilizan por la Vida. Confraternizar con comunidades y colectivos que aspiran a las libertades e independencias fraguadas hace 200 años, desde las Resistencias, indígenas, negras, populares, de los 527 años.
Ha hablado la ONU, ha hablado la UE por la boca pequeña, se han expresado todas las instancias para detener las masacres, el Plan de exterminio de líderes sociales en Colombia, y nos corresponderá insistir y persistir en las exigencias de garantías. ¿Cómo?.
Tal vez arropando y no perjudicando iniciativas como el programa asturiano de ddhh, tal vez acompañando de forma cuidadosa, persistente, continuada, respetuosa cuantas iniciativas , riquezas sociales, movilizaciones y llamadas de atención para hacer cumplir Derechos, en que coincidamos desde estas tierras, desde los territorios colombianos.
Tal vez participando, reforzando las visitas al terreno, las que se propugnan y proponen desde las organizaciones colombianas, para que todas las instituciones ONUtarias, europeas, españolas, asturianas, gijonesas..se impliquen en la defensa de la Vida, de los derechos esenciales.
De entre los territorios más masacrados estos días en Colombia está el Cauca: desde allí las organizaciones indígenas, negras, campesinas, dicen que se está desarmonizando la vida, el territorio, y que hace falta de nuevo armonizar.
Desde esa concepción política y espiritual de los pueblos indígenas, que el viernes 9 celebran su día universal y volveremos acompañar sus demandas en el paso Begoña, tal vez corresponda insistir un poco más ante nuestras autoridades nuevas en Aytos y autonomía, para que esa enorme construcción jurídica y política de las Declaraciones, de los Tratados, de los Derechos reconocidos, no se queden en retórica hueca, y se hagan cumplir, empezando por el derecho a la Vida, a preservar la vida de quienes son designados portavoces de sus comunidades, de quienes optan a responsabilidades institucionales en las elecciones de octubre (porque siempre, en elecciones, el terror se incrementa ventajosamente para las estructuras de poder corrupto, y sus herramientas paramilitares).
Un Premio Nobel de la Paz, ha expresado recientemente sobre Colombia que:
“hay crímenes contra la humanidad, con directa responsabilidad del Estado y que engloban actos que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil inocente e indefensa, principalmente defensores de DDHH y de territorios .”
Hace pocos días que se producía “El Grito”, el 26 de Julio, en que 130 ciudades en el mundo, incluida Gijón, se solidarizaron con los líderes, lideresas, defensores, defensoras de derechos humanos y excombatientes de Colombia, y exigieron la protección de la vida en el país. Sus propuestas-demandas son elementales:
1-Modificar el Plan de Acción Oportuna e inscribirla dentro de la medidas políticas y de orientación criminal de la Comisión Nacional de Garantías del Acuerdo de Paz.
2. Reactivar la mesa de conversaciones con el ELN a partir de los avances sustanciales dados durante el gobierno anterior .
3. Iniciar un debate con definición de nuevas políticas expresas, explícitas, precisas de la Doctrina Militar de la Seguridad Nacional por una Doctrina Militar de la Seguridad Humana Ambiental, y él de la Seguridad Ciudadana, que supere la prejuiciosa y criminal del enemigo interno que continúa rondando en muchos sectores militares y policiales.
4. Reconstituir una propuesta de desmantelamiento de estructuras paramilitares y criminales,
y 5. Exigir resultados de la Unidad de Investigación y desmonte del paramilitarismo por lo menos en tres dinámicas regionales..
Son elementales y están reforzadas y avaladas por los organismos internacionales que se comprometieron con la paz colombiana. Pero el gobierno se niega a cumplir, esboza un negacionismo infantil respecto a los crímenes, y produce y provoca con la impunidad generada una espiral de nuevos crímenes.
El Grito del 26 de julio y el nuevo Movimiento Defendamos la Paz se fortalece. Pero hay muchas y diversas otras iniciativas complementarias y buenas para defender los elementales derechos de las gentes. Culturales, comunitarios, populares, o de colectivos con personalidad propia.
#unliderenmilugar propicia dar voz en relevantes espacios a líderesas sociales amenazas con el exterminio.
#vocesvalientes que no aceptan ser silenciadas por el terrorismo de estado.
#esclarecimiento de la Verdad sobre los crímenes cometidos, como paso principal para SANAR las heridas de una guerra que no quieren que termine.
víctimas #CuentenConmigo, y #contemoslaVerdad , que busca a 86Mil Desaparecidas/os, y propugna entregar sus restos dignamente a sus familiares (OFB con algún apoyo significativo de la Axencia asturiana de cooperación).Las propias guardias indígenas, cimarronas, campesinas, las tres diferentes, pero con opción organizada común para tratar de proteger la vida y la integridad de quienes son elegidos representantes naturales de las comunidades.
#yonovoyalaguerra rechaza la participación en la cruenta y disparatada y sometida al criterio TRUMPista guerra de exterminio en las tierras de Macondo.
#defendamoslapaz y #caminemosporlaVida como expresiones masivas para que se puedan preservar las vidas de quienes debieran tener el mayor protagonismo en la construcción de la paz en Colombia.
En la aspiración de una Colombia independiente, democrática, soberana, en paz y con respeto a los derechos humanos, a doscientos años de la batalla de Boyacá.
A doscientos años, retumba en las calles del país ya no un grito de independencia, si no de dignidad y de esperanza por un país soberano, en paz y con derechos para vivir plenamente la vida con dignidad.