XVIII DELEGACIÓN ASTURIANA DDHH COLOMBIA
No pudo pasar noche, como era la previsión, la delegación asturiana en la Comunidad de Paz, debido a un desprendimiento en la carretera ocasionado por las intensas lluvias. El taponamiento obligó a pernoctar en Apartadó capital, para al día siguiente seguir ruta tempranera, esta vez en un vehículo adaptado a los caminos difíciles, un campero popular, hasta la Comunidad de Paz.
Tampoco pudo llegar allá otra delegación de inspectores que certificarán el carácter orgánico del cacao que allí se produce, y cuando la delegación asturiana regresaba ya de la comunidad, dicha delegación seguía siendo esperada, es decir no tuvieron la diligencia o la posibilidad organizada que en nuestro caso se acrecienta para no perjudicar la agenda del recorrido de la delegación por varios territorios colombianos.
Repite pues presencia Asturias en la Comunidad de Paz (y se hacen fotos con la pancarta con bandera astur dejada años antes y que permanece allá indicando compromiso con la resistencia de esta Comunidad de Paz a la que tan difícil le están haciendo aspirar a esa paz que se les resiste y niega.
Miguel, Germán, Moreris, en nombre del consejo de gobierno de la Comunidad, explican y comparten las novedades de una sobrevivencia colectiva en medio de una enorme represión.
El 25 aniversario que se prepara para el 23 de marzo será ocasión de reflexión y análisis.
Llegarán embajadas e invitados de varios lugares. Ya han venido varios acompañantes internacionales. Ya se prepara con un compa francés seguidor del teatro del oprimido, una representación teatral con adultos y niñas de la Comunidad, así como habrá canciones (nos entregan un disco de composiciones que relatan Historia de las familias agrupadas), dibujos, nuevos murales, y hay ya “operativo” para garantizar la estadía de mucha gente para el aniversario.
El lugar visitado es el centro de la Comunidad de Paz, pero los lugares donde tienen sus cultivos pueden estar hasta 6 horas en caballo, como es el caso de Mulatos, donde ocurrió una de las masacres, la del 21-F de 2005, que ha tenido un recorrido escaso de justicia al condenar a algunos paramilitares, y al ser considerado crimen de lesa humanidad por un juez, pero los militares han quedado libres (y desde luego ni Uribe, ni el general Rito Alejo del Río, ni otros generales al mando de la represión, han sido tocados por la justicia).
El resto de los dos centenares de asesinatos permanecen en la impunidad, pero han sido entregadas las constancias, los testimonios, a la Comisión de la Verdad y a la JEP, para que no digan que no conocían el “libro gordo” que la Comunidad con constancia y paciencia ha estado poniendo a disposición de una justicia díscola e indolente.
Germán, Moreris, Miguel comparten su apreciación de que es posible que ahora haya menos personas que en otros años, que han sido asediadas las familias por la presión constante del paramilitarismo, a sus hijas, a sus parientes, a sus tierras, a su seguridad, pero que las que quedan son mucho más conscientes del proyecto de vida en paz y sin gente armada, en base a la experiencia y al dolor acumulados.
La confrontación con el “modelo” productivo basado en el cultivo de coca, protegido por paramilitares y políticos y empresarios es el pan de cada día, con la diferencia de que ahora el paramilitarismo obliga a las JAC, juntas de acción comunal del vecindario, a asumir ese modelo, que incluye el control de la explotación de madera y carne, y utilizar a esas JAC de campesinos para rodear, presionar, y confrontar con la Comunidad de Paz, hasta incluso tratar de meterse en sus tierras legalizadas para invadirlas.
Los finqueros siguen tumbando monte para extender su ganadería, y el gobierno y alcaldía proyectando caminos a ninguna parte que en realidad son la entrada a proyectos de minería a escala grande.
La RESISTENCIA a ese modelo, hace quedar en solitario a la Comunidad de Paz, si no fuera por cierta consideración internacional lograda con los hermanamientos (Alburquerque, Rivas, Burgos, y otras ciudades de Europa y EEUU).
La delegación asturiana realiza recorrido (cacao, trapiche, escuelita, lugar de la Memoria..), fotografía los trabajos artísticos de doña Brígida (que tiene exposición en el Museo Nacional de Bogotá, y otra en Cataluña), prueba sus exquisitos buñuelos y pan de queso, y conoce de su determinación, cuando de forma han humilde y sencilla comenta el “aquí estamos, seguimos vivas y resistiendo”.
La delegación ha llegado en horas tempranas cuando los caballos y mulas se van a las labores en las veredas, las niñas y niños entran a la escuelita con la maestra, que les ha hablado ya de Asturias, de Cataluña (de donde ha llegado una compañera de Maloka), y componen también pañuelos bordados con alusiones a la historia de la Comunidad, seguramente que para las ceremonias del aniversario (en tanto que numerosos perros y gatos felices comparten espacio: entre ellos Alegría, un perrito al que la gente de la Comunidad rescató maltrecho y moribundo de un botadero, y que por expresar la excitación de haber recuperado la vida pusieron ese nombre de Alegría).
Doña Brígida tuvo 9 hijos/as y mataron a 3, y también todos los hermanos de ella resultaron asesinados. Cuando estuvo en Asturias de la mano de Amnistía, se presentó una propuesta de hermanamiento con Oviedo, que no llegó a prosperar.
¿Tal vez ahora pueda volver a intentarse?
Habrá videos colectivos, habrá saludos desde muchos lugares del mundo, en el 25 aniversario que ya se aproxima, y que seguirá rumbo a reforzar la convicción de vida y paz, de esta Comunidad que se confronta con la guerra.