28-D- Inocentes.
Netanyahu peor que Herodes.
Hoy, 28 de diciembre, el calendario cristiano conmemora la llamada Matanza de los Inocentes.
La tradición cristiana denomina así al asesinato de todos los niños menores de dos años ordenada por el rey Herodes.
Nosotras no necesitamos conmemorar, es decir, recordar, porque contemplamos, transmitido en directo al mundo entero, un infanticidio masivo, ordenado por el nuevo Herodes-Netanyahu y que alcanza a toda Palestina.
El ejército sionista ha declarado objetivos militares a viviendas, escuelas y hospitales acabando con la vida de miles de niñas y niños. Resulta difícil imaginarse el terror de las familias, al ver a los recién nacidos muriendo a mansalva, en incubadoras, o viéndoles pudrirse sin poder darles sepultura digna, con las excavadoras sionistas pasándoles por encima.
Como Herodes, también Netanyahu actúa protegido por el Imperio.
La ONG israelí “Breaking Silence” publicó que los soldados israelíes reciben órdenes de disparar a matar contra niños y niñas en Palestina. Según la OMS cada diez minutos se mata un niño palestino y Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, aseguró que Gaza se ha convertido en un cementerio de niños.
Parece de elemental humanidad hacer un llamamiento a la movilización ciudadana, a romper toda colaboración con Israel, a su aislamiento diplomático y al enjuiciamiento de sus dirigentes por crímenes de guerra.
¡Netanyahu ha superado con creces a Herodes!
Tras casi tres meses de la campaña militar del estado de Israel contra la población palestina en Gaza y Cisjordania ya no puede negarse que estamos ante un genocidio:
Hasta mediados del mes de diciembre, 24.711 palestinos habían sido asesinados, el 92% de los muertos en los ataques aéreos y de artillería israelíes contra la Franja de Gaza eran civiles, incluidos 9.643 niños, 3.109 mujeres, 210 miembros del personal sanitario y 86 periodistas.
Además, 50.112 palestinos han resultado heridos, muchos de ellos de gravedad.
Igualmente, 62.990 viviendas han sido completamente destruidas, mientras que otras 172.055 han resultado parcialmente dañadas. Israel también ha seguido causando destrucción masiva y graves daños a instalaciones vitales en la Franja de Gaza, atacando 286 escuelas, 1.356 instalaciones industriales, 124 centros de salud, incluidos 22 hospitales, 142 mezquitas, 3 iglesias y 140 responsables de prensa.
Se ha documentado también, la detención de más de 1.200 civiles palestinos. Estas detenciones se produjeron después de que las fuerzas israelíes irrumpieran en viviendas y escuelas que albergaban a miles de personas desplazadas. En los últimos días, se han documentado también ejecuciones sumarias de estos civiles.
Además de los ataques mortales indiscriminados que ignoran los principios de necesidad y proporcionalidad, el estado sionista está utilizando el hambre como arma, prohibiendo constantemente la entrada de alimento y suministros humanitarios, para subyugar al pueblo de Gaza. con el objetivo declarado de la limpieza étnica.
Esta violencia se extiende también a la Cisjordania ocupada, donde está aumentando el asesinato de civiles (más de trescientos), incluyendo niños (76), las detenciones arbitrarias (más de 1500) y la destrucción de casas y propiedades palestinas.
En fechas recientes, la Organización de la ONU para los refugiados (UNRWA), se ha mostrado conmocionada por un desastre del cual no encuentra precedentes: El desplazamiento forzoso afecta a casi dos millones de personas, de las cuales 1,3 millones se refugian en instalaciones de UNRWA, totalmente masificadas y en las que las enfermedades contagiosas son un riesgo para sus vidas
Se estima que hay 50.000 mujeres embarazadas en la franja de Gaza, y más de 180 dan a luz cada día en condiciones espantosas. Ahora sabemos que en la locura genocida del estado sionista hay método.
No matan al azar, las mujeres y los niños constituyen la mayoría de los asesinados, buscando cercenar el futuro demográfico del pueblo palestino.
Es también una forma de represalia y castigo colectivo.
Según un reciente informe del Programa Mundial de Alimentos (WFP), se confirma que toda la población de Gaza – 2,2 millones de personas– se encuentra en situación de inseguridad alimentaria aguda. El informe destaca que el 26% de los gazatíes (577.000 personas) ha agotado sus reservas de alimentos, no tiene cómo hacer frente a la situación y se asoma al abismo del hambre catastrófica y la inanición.
Se constata que los habitantes de Gaza han agotado todos sus recursos, los medios de subsistencia han colapsado, las panaderías están destruidas, las tiendas vacías y las familias no encuentran alimentos. Las personas entrevistadas dijeron pasar días enteros sin comer, mientras que muchos adultos pasan hambre para que los niños puedan alimentarse mínimamente.
El estado de Israel ha violado flagrantemente los términos del derecho internacional humanitario, que prohíbe los daños a la propiedad como «medio preventivo» y la destrucción de la propiedad como medio de disuasión, incluso con fines militares tal como recoge la Convención de Ginebra de 1949, y el Estatuto de Roma, que rige la Corte Penal Internacional. No existen disculpas para la UE o para los USA, que se están alineando y son cómplices de un estado delincuente y genocida.
Es evidente que en esta situación y en un futuro inmediato, lo prioritario es obligar a Israel a un alto el fuego inmediato, seguido de la ayuda internacional masiva e incondicional a la población palestina. Es una exigencia de las NNUU, señalando Antonio Guterres que
“El derecho internacional humanitario incluye el deber de proteger a la población civil y de respetar los principios de distinción, proporcionalidad y precaución. El derecho de la guerra dispone además la obligación de atender las necesidades básicas de la población civil, incluso facilitando la entrega sin trabas de la ayuda humanitaria”.
Mientras en Roma el papa Francisco califica de «terrorismo» la guerra que Israel lleva a cabo en Palestina, y señala en su mensaje navideño que «Para decir no a la guerra es necesario decir no a las armas», nos encontramos con silencios y complicidades más cercanas.
Es el caso del Arzobispo de Oviedo, tan dado a pronunciarse sobre otros temas que no son de su competencia y al que reclamamos un gesto cristiano ante las víctimas inocentes. Mientras participa del negocio de los viajes a “Tierra Santa” en connivencia con los sionistas, estos hacen escarnio de los cristianos palestinos, como nos ha testimoniado hace poco Ignacio Gutiérrez de Terán, buen conocedor del tema:
“Pero, no sólo obran así con los recintos sagrados musulmanes: también con las iglesias, capillas y monasterios de las diferentes comunidades cristianas que siguen existiendo en tierras palestinas. En Gaza se han cargado la iglesia de San Porfirio, una de las más antiguas del mundo, asesinando además a decenas de personas que se refugiaban en sus sótanos. En Cisjordania se cuentan por millares las agresiones a sacerdotes y monjas, así como las restricciones a las procesiones o la irrupción, como en las mezquitas, en iglesias. En especial por parte de los ultraortodoxos y los colonos (en numerosas ocasiones son ambos, colonos ultraortodoxos), que se han convertido en una especie de camisas pardas del régimen nazisionista.
Hay un sacerdote que cuando pasó de las sesenta veces que le escupieron –esto es cosa de los ultraortodoxos, que hacen campeonatos entre ellos con estas prácticas- no se molestó en continuar con el cómputo. También escupen a las monjas, da igual que sean europeas, palestinas o africanas, a los palestinos que van en las procesiones y hasta a los obispos, popes y archimandritas. Les da igual. Si el ejército, criminal y sangriento, bombardea un hospital gazatí regido por la Iglesia anabaptista mundial, con sede en Londres, y acaba con la vida de decenas de civiles indefensos, ¿por qué no iban sus soldados a jugar al karaoke de hits hebreos en una mezquita o sus colonos porfiar por ver quién le da en la cofia a la monja de en medio? Mucha gente en occidente, alienada por la maquinaria informativa sionista, no se lo cree, o piensa que se trata de excesos cometidos por unos pocos. Pero no: se trata de una estrategia continuada desde hace décadas para desposeer a los palestinos, obligarles a desistir y quedarse de una vez por todas con todo el territorio de Palestina.”
GRACIAS a todas por estar hoy aquí, mostrando vuestra solidaridad con el pueblo palestino, porque la violencia que sufren está más allá de cualquier motivación religiosa, está en la codicia y la rapiña colonizadora, a las cuales resisten, con dignidad y coraje, desde hace un siglo.
¡¡ALTO AL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO!!
¡¡VIVA PALESTINA LIBRE!!
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