La historia que hoy confronta a los Benetton con el Pueblo Mapuche se originó en los años 1870-90 con la apropiación territorial foránea con la guerra, genocidio y crímenes de lesa humanidad del recién nacido Estado argentino, el que facilitó fraudulentas maniobras financieras, administrativas y políticas para consolidar una de las mayores concentraciones de tierras de la Argentina.
En los últimos años del siglo XIX una empresa formada en Londres, “Compañía de Tierras del Sud Argentino”, recibió como regalo del gobierno nacional la propiedad de casi un millón de hectáreas en el norte de la Patagonia.
La Compañía financió a través de sus inversiones y empréstitos con la corona británica el genocidio indígena realizado por el Ejército argentino en la campaña genocida del coronel Julio A. Roca, obteniendo a cambio las mejores tierras periféricas a la línea del ferrocarril construido por una de sus más de 50 empresas vinculadas, a través del cual exportaba su producción ganadera y lanera (hoy además minera y forestal) sin ningún tipo de control, tasa ni tributo, recibiendo como si fuera poco todo tipo de exenciones, incluso importar bienes de consumo con los que abastecía sus estancias, reduciendo la remuneración de los trabajadores y limitando opciones de consumo puertas afuera, eliminando con sus “vales de consumo” la posibilidad de competencia y de emergencia de economías regionales o de colonias.
Desde el año 1991 Benetton controla a la Compañía, nacionalizada en 1982 bajo la razón social “Compañía de Tierras del Sur Argentino S.A.” . En 1996 la CTSA modificó sus estatutos para incorporar la explotación minera como uno de sus objetivos. Entre ese año y el 2002, en las tierras de la empresa y aledañas se realizaron cateos que detectaron yacimientos auríferos y argentíferos. El 9 de mayo de 2003 crearon la Minera del Sud Argentino para explotar esos yacimientos que, curiosamente, eran desconocidos por el Estado.
Benetton, comprador de la CTSA, logró la orden de desalojo en 2004, que fue violento, destruyendo todo lo que habían construido y sembrado las familias mapuche, y fue sentido como una afrenta por todo el Pueblo Mapuche en la zona.
El apoyo brindado por familias y organizaciones permitió mantener activo el conflicto, que adquirió notoriedad a nivel nacional e internacional, llegándose incluso a una mediación entre las familias Mapuche y los Benetton, propuesta por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, en la que los terratenientes ofrecieron donar tierras en otro lugar, lo que no fue aceptado por los Mapuche que consideran que ellos pertenecen a esas tierras, que les corresponde la propiedad comunitaria por integrar su territorio tradicional y que por el derecho argentino no se puede recibir por donación algo que ya es propio.
En ese proceso maduró la conciencia de su identidad Mapuche así como su decisión de mantener la lucha por el territorio, sin convalidar los despojos ni las concesiones ilegítimas, al tiempo que fue tomando cuerpo la organización de las familias bajo la categoría de “comunidad indígena”: nacía así la Comunidad Mapuche Santa Rosa Leleque (la Comunidad) en alusión a la pertenencia que sus integrantes sienten con el sitio que ocupan tradicionalmente.
El 14 de febrero de 2007 la Comunidad, entonces compuesta además por otras familias Mapuche, recuperó como tal la porción del territorio en cuestión.
La acción penal de Benetton fue repelida por la Comunidad y desestimada por la Justicia en lo penal el mismo año. En cambio, la acción civil impulsada por los italianos logró sentencia favorable de primera instancia en marzo de 2012, dictándose así la orden de desalojo.
Dicha sentencia fue apelada por la Comunidad. El trámite se encuentra suspendido por la Cámara de Apelaciones del Noroeste de Chubut .
La violación al principio de autodeterminación de la identidad, al principio de igualdad, al territorio, al desarrollo, a los recursos, incluidos en la Constitución nacional, el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas tanto por la Justicia de la provincia como por el poder ejecutivo provincial, habilitan la revisión del caso por la Corte Suprema nacional, así como por la Comisión y eventualmente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Junto al hostigamiento judicial los empresarios italianos formularon querella penal contra los integrantes de la Comunidad, desestimándose la denuncia, tras varios pedidos de la Comunidad para que se dictase el sobreseimiento de los denunciados.
Otro escollo con el que la Comunidad ha debido confrontar es la política negadora y discriminatoria de la provincia de Chubut con las comunidades indígenas.
La falta de institucionalización de la política de acceso a la tierra en un ámbito democrático y participativo en la provincia se plasmó en la cultura dictatorial como la norma aceptada.
En este contexto de desinterés y postergación para los pueblos indígenas, la provincia de Chubut le niega a la Comunidad la instalación del servicio de energía eléctrica. No es la primera vez: otras Comunidades (Motoco Cárdenas en Lago Puelo) de la zona también sufrieron este rechazo, debiendo acudir a instancias judiciales para lograr la instalación.
El intenso lobby de los grandes concentradores de tierras para impedir la revisión de las concesiones fraudulentas, su anulación e impedir con ello el reconocimiento de derechos humanos fundamentales a los Mapuche se dirigió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación donde los Benetton demandaron en 2012 al Estado nacional y provincial pretendiendo que se anulase el relevamiento territorial realizado a la Comunidad.
El relevamiento fue implementado en la provincia de Chubut por intermedio de la Universidad Nacional de la Patagonia como Equipo Técnico Operativo con la intervención de reconocidos especialistas en derecho indígena. La Comunidad fue relevada entre diciembre de 2011 y marzo de 2012.
Estos días de 2017 centenares de gendarmes armados como para una guerra han entrado disparando en La Comunidad, originando numerosos heridos. En la Comunidad eran 10 adultos y 5 menores.
Se ha denunciado que la ministra de seguridad ha viajado a Israel para importar parafernalia represiva y doctrina de cómo utilizarla y que se ha firmado un convenio con la Guardia Nacional del estado norteamericano de Georgia, sede del Comando Sur de Estados Unidos, para luchar contra el “indigenismo”, que consideran una de las nuevas amenazas regionales.
En estas tierras, casi un millón de hectáreas, el gigante de la moda se dedica sobre todo a la cría de ovejas para la producción de lana con 260.000 cabezas de ganado y una capacidad de producción de 1.300.000 kilos. La Comunidad mapuche disputa únicamente 600 has.
Benetton hace su publicidad corporativa diciendo que rechaza las divisiones de colores y de raza. Pero en el caso de las comunidades mapuche hace lo contrario, vulnerando las leyes internacionales.
El pueblo nación mapuche (que significa gente de la tierra) se encuentra dividido entre los estados de Chile y Argentina.
Denominan Wallmapu al territorio mapuche del oeste, en Chile, y Puelmapu al territorio mapuche del este, en Argentina.
Dichos territorios nunca fueron conquistados por los españoles, durante 300 años de guerras, en las que se establecieron “parlamentos” o pactos en que se reconocían los límites territoriales. Fue tras la independencia cuando los estados republicanos se lanzaron a operaciones con fuerte financiamiento extranjero a “la conquista del desierto”, liderada por el general Roca en Argentina, y a la “pacificación de la Araucanía”, liderada por el coronel Saavedra en Chile, operativos de exterminio que contaron con las ventajas de la tecnología de la época, el ferrocarril, el telégrafo y el rifle de repetición, para someter y “conquistar” al pueblo mapuche y robarles sus territorios y ponerlos en su mayoría en manos extranjeras. Como los Benetton.
Finalizada la campaña militar, los mapuche fueron implacablemente perseguidos por los colonos, que contrataban bandas armadas conocidas como los “cazadores de indios”, cuya paga dependía del número de mapuche que asesinaban; la organización social y autoridades tradicionales fueron combatidas; las tumbas de sus héroes profanadas y exhibidos como trofeos de guerra en los museos; sus nombres indígenas proscritos y hasta la mención del vocablo Mapuche censurado. La historia escrita por los vencedores de la guerra que justifica la anexión territorial y el genocidio del pueblo Mapuche, está colmada de elementos racistas
Los terratenientes Benetton tienen también suculentos negocios en autopistas y aeropuertos, son mayoritarios en Autogrill.
Los colores invisibles de Benetton. El nuevo dueño de la Patagonia.
Manifestamos nuestro repudio a los actos de Terrorismo de Estado cometidos por Gendarmería y Policía argentinas contra el pueblo nación Mapuche en la provincia de Chubut, en una evidente connivencia de los poderes del Estado con el terrateniente Luciano Benetton.
Los hechos ocurrido hace unos días no son desgraciadamente, nada nuevo, ya que los hombres, mujeres y niñxs de las comunidades Mapuche sufren desde hace años la persecución y la represión del Estado argentino; pero sí podemos decir que han cobrado una inusual intensidad y una desesperante reiteración.
En esta ocasión, además de golpear y herir a varixs integrantes de la comunidad, apresaron a varias personas. Más tarde la violencia recrudeció y se multiplicó bajo la forma de una emboscada, que incluyó persecuciones y agresiones hasta en el interior del Hospital de El Maitén. De resultas de esa segunda operación terrorista quedaron detenidas siete personas más.
Queremos manifestar nuestra preocupación, cerca de la desesperación, por una situación que bien podríamos tipificar como Terrorismo de Estado en Chubut, donde las víctimas son una vez más lxs integrantes de uno de los pueblos originarios y preexistentes al Estado argentino, con la evidente intención de negarles todos sus derechos, empezando por el derecho a la tierra, en la que pretende erigirse como amo y señor un terrateniente italiano de apellido Benetton.
Exigimos el cese inmediato de la represión y la persecución al pueblo mapuche.
La Libertad de todas las personas detenidas.
La investigación imparcial de toda la escalada de violencia con forma de terrorismo de estado.
El cumplimiento por parte del estado argentino de las leyes internacionales, incluida la declaración de derechos de los pueblos indígenas de la ONU de 2007.
La devolución de las tierras mapuche a sus legítimos e históricos dueños de las comunidades mapuche.
Trasladamos nuestra total Solidaridad con el pueblo mapuche y su derecho ancestral al territorio.
Hacemos responsable al gobernador de Chubut, Mario das Neves, y al presidente de Argentina, Mauricio Macri, de la integridad física de todas las personas de la Comunidad Pu Lof Cushamen, y muy especialmente de quienes sufrieron detenciones, heridas y otras agresiones, incluyendo mujeres y niñas.
Fuera Benetton de la Patagonia.
CARTA ABIERTA DE LAS MADRES A BENETTON
16 enero, 2017
A Benetton, ladrón, explotador, expoliador, asesino de pueblos indígenas:
Las Madres de Plaza de Mayo le queremos decir que pare la mano porque usted en el afán de juntar más dinero para su familia no mide las consecuencias.
Usted y su familia son torturadores y asesinos de nuestros pueblos. Sus bienes están llenos de sangre indígena. La comida que ustedes comen está llena de niños que ustedes con su actitud matan todos los días.
Benetton, cuando se mueran y se lo coman los gusanos, se van a intoxicar con su cuerpo lleno de crímenes de hombres, mujeres y niños que usted asesinó durante tantos años.
¿Quiénes compran la ropa de su marca saben que está llena de sangre?
No va a alcanzar el fuego del infierno para quemar un cuerpo como el suyo con tantos pecados capitales.