Fosas en Derecho de Oviedo.
En una de las clases de estudiantes de Derecho-y-Economía de la UniOvi
se desarrollaba una clase muy especial:
Carolina Hoyos e Isabel Ortigosa mostraban una síntesis de su trabajo en lo que la prensa anunció como la “fosa común mayor de Latinoamérica”, municipio La Macarena, departamento del Meta, Colombia.
En el mismo lenguaje jurídico explicaron cómo en 5 años , con metodología piloto experimental, con alianza con instituciones del estado “adversas” a este tipo de investigaciones, más de 20mil cuerpos enterrados en cementerios municipales como no identificados, estaban “a la espera” de que alguien les diera nombre y procedencia.
La “explicación” de tanto horror (una expresión nunca mencionada en el aula) tendría que ver con…
la guerra por supuesto, con las sucesivas tentativas de conseguir la paz, y que en una de ellas, conocida como “la del Caguán” durante el mandato del presidente Pastrana, ese municipio hubiera sido acordado por gobierno y guerrilla, para llevar a cabo allí los diálogos. Y que una vez fracasados, el siguiente presidente Uribe, para “borrar” cualquier huella, hubiera determinado el incremento de la guerra, incluida la guerra sucia, para con ese y otros municipios: en tal contexto, una práctica que ya existía y sigue existiendo, tuvo en ese periodo especial incremento: incentivos y exigencia a los militares para tener “positivos” en el marco de la financiación exterior conocidos como Plan Colombia y Plan Patriota.
Había que mostrar “resultados” para justificar ante EEUU ese apoyo militar y financiero. Y esos resultados eran…muertos.
Y si esos muertos no se conseguían en combate, entonces se capturaban campesinos, jóvenes desempleados de las ciudades, incluso personas con diversas insuficiencias físicas y síquicas, se las liquidaba y se las disfrazaba burdamente y se presentaban como “bajas en combate”. Son los conocidos como “falsos positivos”, o sea ejecuciones extrajudiciales que en número de varios miles están siendo investigados en la fiscalía, sobretodo gracias a la denuncia e insistencia de las “Mamitas de Soacha”, Aguachica y otras .
Isabel y Carolina contaron cómo su colectivo Orlando Fals Borda al llegar a esos cementerios municipales de pequeños núcleos rurales se encontraron con rutinas de muerte: militares que entregaban cada día cuerpos al sepulturero y colaboraban en su enterramiento sin nombres ni identificación. Hasta un número tan desmesurado y unos enterramientos tan insuficientes que las aguas de consumo se contaminaban, o que la alcaldía no completaba presupuesto para las bolsas.
Y cómo, una vez cotejados datos con la Registraduría, que emite las cédulas de identidad, y con Medicina Legal, y con la Fiscalía.. se armaba un censo terrorífico, con tres categorizaciones: 1-cuerpos que en apariencia sí pertenecían a combatientes, justificado sobretodo en el testimonio de sus familias. 2-cuerpos de ejecuciones extrajudiciales, constatados no sólo por el testimonio familiar de quienes “salieron un día o dos antes de la casa”, sino también por la “rapidez” con que el ejército presentaba las “pruebas” de su escenario montado del crimen: disparos a quemarropa, o por la espalda, agujeros en el cuerpo que no estaban en la ropa, botas con el precio marcado sin quitar, armas colocadas en la mano que no estaba apta, ropas de camuflaje nuevecitas.. 3-cuerpos de personas desaparecidas.. y ni siquiera vestidas después con apariencia combatiente.
Para cada una de las tres categorías, el colectivo utiliza fases diferentes, pues los combatientes, si lo han sido, merecen una entrega digna a sus familiares. Y los asesinados, además de la identificación plena y segura, ameritan una investigación para llegar a la verdad.. y hasta el momento solamente una cincuentena de militares de bajo rango en el mando están procesados, mientras que la mayoría de quienes dieron la orden, se mantienen en la impunidad.
Para llegar a este nivel de trabajo, antes hubo de hacerse con cobertura internacional (europarlamentarios , ONU, iglesias..) una Audiencia Pública en los Llanos Orientales, que puso nervioso al gobierno, el presidente Uribe llegó allí al día siguiente para insultar públicamente a los participantes…pero se vio obligado a tomar algunas medidas, regateando en los medios dominantes de comunicación sobre el número de víctimas, lo que resultó en un reconocimiento de la práctica sistemática y del prontuario.
Y para continuar realizando la labor.. el colectivo sigue precisando protección, para su integridad, para que no vuelvan a meterse en sus oficinas a robarles computadoras y datos, o como ocurrió en la propia casa de Carolina Hoyos, en lo que también es una práctica recurrente de la “inteligencia” de los militares colombianos.
Pero estas mujeres valientes trasladaron al estudiantado asturiano.. esperanzas y expectativas: este mismo sábado se anunciaba en la Habana, sede de las conversaciones avanzadas entre el gobierno colombiano y una de las guerrillas, con el auspicio de Noruega, Chile, Venezuela y Cuba, un preacuerdo sobre…personas desaparecidas. Y la posibilidad de que la metodología en los Llanos Orientales sea la que se utilice para todo el país hasta alcanzar la Verdad de lo ocurrido.
Conveniente es llamar la atención sobre que “esta” investigación solamente contempla cementerios municipales de pequeñas localidades. Y que precisamente llamaron la atención por la desmesura de las cifras de cuerpos respecto de la población : conocido es y denunciados están otros lugares de crímenes y masacres donde las víctimas…o son troceadas, o son tiradas a los caudalosos ríos de Colombia (masacre de Trujillo-cuyas Víctimas recibieron el Premio Internacional DDHH del ayto de Siero), o fueron enterradas en fosas clandestinas (masacre en San José Apartadó), o son incineradas en hornos crematorios (confesiones de paramilitares)… y otras modalidades del horror para exterminar al opositor, como el uso de caimanes para desaparecer los cuerpos (caso del exembajador ante la Unión Europea, Carlos Arturo Marulanda, de robo de tierras a campesinos, uso del terror en la finca, quien estuvo preso poco tiempo en Madrid y luego extraditado y libre en Colombia..)
45.000 es la cifra de desapariciones forzadas con que se intenta trabajar en Colombia, lo que da idea de la magnitud de la tarea ingente para conseguir la ansiada Verdad, sin la cual ninguna de las conversaciones de paz podría tener expectativas de llegar a cumplirse.
Por ello, las propuestas de pronunciamientos institucionales dejadas por la Fals Borda a su paso breve por Asturias (Parlamento, Ayto de Oviedo, Gobierno de Asturias) llevan ese contenido: “..demanda de que el acuerdo de paz que debe firmarse antes de marzo de 2016 contemple como una decisión prioritaria el derecho de las víctimas a la Verdad, Justicia y Reparación, incluyendo el proceso de exhumación, identificación y entrega digna de los restos de las personas inhumadas como no identificadas en cementerios del país, tal y como se incluye en el preacuerdo sobre Desaparición forzada hecho público esta semana.”
Porque, dejaron demostrado en nuestra tierra Carolina e Isabel, sin ese acompañamiento e insistencia internacional, el silencio de cementerios como el de la Macarena habría permanecido eterno, y el miedo y el terror en la familias seguiría causando desastres, sociales, políticos, de imposible cura.
http://www.colectivoofb.org/cementerios-de-nn-s/cementerios-de-los-llanos-orientales/itemlist/category/10-cementerio-de-la-macarena-meta
http://www.colectivoofb.org/acciones-juridicas/item/8-el-silencio-de-la-macarena
http://www.jornada.unam.mx/2010/09/08/politica/002n1pol