Amplia participación en el rechazo al militarismo y el ruido de guerra en Xixón
Taller de baile astur, taller de molinillos de viento, de bombas de semillas, de cuentacuentos, comida popular, concierto, exposición Esenciales, y otras variadas actividades conformaron la Folixa que de modo alternativo y confrontativo al desfile militar áereo, se preparó en Xixón.
SantaClara (medalla de oro de la ciudad) se había encargado de compartir el manifiesto pero una intervención médica se lo impidió, así que lo hicieron 5 personas refugiadas.
Dos días antes se había acompañado a la charanga Ventolín (también reconocida con medalla de la ciudad) en recorrido-pasacalles de rechazo al festival militar, y auspiciando una Cultura de Paz, que hoy ha tenido diversidad de expresiones. (en tanto que se ha tenido que soportar y ha tenido las interfenrencia nefastas de los ensayos de los aviones de destrucción y sus enormes contaminaciones acústicas que han amedrentado a menores, personas vulnerables y toda clase de animales. Una desvergüenza que ha llenado de rabia y dolor a muchas personas).
Dijeron:
Estamos en la víspera del Festival Aéreo Militar de Xixón, cuya propaganda de guerra ya estamos padeciendo estos días, y desde la Coordinadora Asturiana de ONGD, Acción en Red y el Conseyu de la Mocedá, lo hemos rechazado junto a otros colectivos y organizaciones.
Desde hace 10 años venimos proponiendo la abolición de dicho festival, aportando datos y preguntas sobre su enorme coste económico, ambiental, en deterioro de la salud. Y también proponiendo y organizando la Folixa pola Paz de manera alternativa.
Cuando en su día CODOPA, AeR y CMX planteamos al Ayuntamiento de Xixón una propuesta alternativa para suprimir y NO complementar el Festival Aéreo, titulada “Festival del Viento”, no pensamos que iban a tener tanto morro como para apropiárselo y ponerlo al servicio del militarismo, de la promoción de la venta de armamento y de incentivación o lavado de cara sucia de las guerras.
En estos tiempos de guerra, el festival militar aéreo resulta más propagandístico y belicista todavía.
En estos tiempos en que se decreta aumento de gasto militarista, a costa de los servicios más esenciales, para cumplir el dictado yanqui del 2% del PIB, anulando la soberanía nacional, con millonarias y obscenas cifras destinadas a la destrucción, el festival militar aéreo adquiere una dimensión más perversa todavía.
Va en contra de los valores de igualdad, feminismo y pacifismo que se vienen proclamando los últimos años desde las instituciones públicas de Asturias y en concreto desde el Ayuntamiento de Xixón. Y, sobre todo, en contra de la Paz que se viene proclamando a nivel internacional tras el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, una postura que, desde el Consejo de Cooperación para el Desarrollo y Solidaridad, se ha venido trasladando a la alcaldesa.
Se hacen más evidentes los efectos sanitarios y mentales que el sonido de los aviones provoca a los sectores más vulnerables de la población, y repercute en el bienestar animal.
La emisiones de gases de efecto invernadero de los aviones del Festival Militar Aéreo se llevarán por delante, superándolas, todas las medidas de reducción y movilidad que están en debate en el Concejo, supuestamente aprobadas para reducir contaminación y gases nocivos.
Entre los ensayos, las idas y venidas a la Morgal y a las bases militares de procedencia, y la propia exhibición militarista de los aviones de guerra, nos dejarán una huella ecológica impresionante, y esa debiera ser la primera medida y medición a efectuar por el consistorio gijonés.
El prestigioso IPB, que recibió el Nobel en 1910, sitúa el coste de un avión de combate al equivalente a 3.244 camas UCI.
Una hora de lo que quema uno de estos aviones de matar, supone el sueldo de dos enfermeras todo el año.
Menos armamento y más Salud entonces resulta un reclamo de lo más elemental.
Solamente con el presupuesto dedicado a los aviones Eurofighter EF-2000 que sobrevolaron Xixón en años anteriores se podrían mantener 25 hospitales y 27.720 camas de hospital durante un año.
Si los ejércitos en general son responsables del 5-6% de las emisiones que contribuyen al desastre climático, con CO2, con gases tóxicos, con bombas, con bombas sin explotar.. la GUERRA desde luego es el peor de los enemigos del “Desarrollo Sostenible”, y su preparación y propaganda, como en los cielos de Gijón, también.
(Y si además, esos cazas llevaran armas atómicas.. sabido es que cada arma nuclear es un holocausto.)
Sí, el Ayto de Gijón “ha aprobado” los ODS. Pero para hablar y actuar contra el cambio climático, en energía, en transporte, en residuos, el Municipio precisa deshacerse del festival militar aéreo.
Se estima que los aviones de combate allí exhibidos cada hora y cada uno queman 6800 litros de combustible JP8, además de requerir 1,5 millones al año en formación y otras cantidades en mantenimiento, lo que equivale a miles y miles de coches, de los que con buena intención se pretende disminuir su impacto en la ciudad y en el aire ya contaminado de Gijón.
Los aviones de combate, como el Eurofighter, son usados para la destrucción en lugares como Yemen. Nuestro Congreso de los Diputados aprobaba un texto donde “se insta al Gobierno a que suspenda las transferencias que puedan utilizarse en Yemen para cometer crímenes de guerra», al tiempo que apela al Tratado de Comercio de Armas –suscrito por España– que impide precisamente la venta de armas a países involucrados en actos que puedan considerarse como crímenes de guerra.
Gijón no puede un día en su Pleno apoyar el Tratado de la ONU que prohíbe las armas nucleares y las declara ilegales, y otro día favorecer la propaganda de los aviones de guerra que lanzan esas bombas atómicas.
Pertinente resulta también la pregunta realizada en el Congreso sobre quién y cómo se hace cargo de los seguros de este festival militar aéreo, teniendo en cuenta que dos de los F-18 se estrellaron, y la lista de accidentes de estos cazabombarderos es muy amplia en nuestro país.
La Coordinadora asturiana de ONGd, Acción en Red, el Conseyu de la Mocedá, la cooperativa de finanzas éticas Coop57, Fiare, Coordinadoras de Pensionistas, o Asturies pola Paz, son algunas de las plataformas y organizaciones que han exigido la retirada del festival militar aéreo de Xixón, y con muchísimas más razones en tiempos de guerras.
Lo que Gijón necesita, ahora más que nunca, son acciones pacifistas. Fortalecer los Valores de la Paz, en todas sus formas.
Xixón podría ofrecer nuestra ciudad como sede para desarrollar conversaciones de paz que permitan alcanzar una paz justa y duradera en Ucrania, Yemen, Palestina o el Sahara, y ello si nos podría en el mapa de ciudades comprometidas con los derechos humanos y la resolución pacífica de conflictos.
Queremos un Xixón comprometido con los valores de la paz y no violencia, en los que fundamentamos nuestra repulsa hacia el belicismo que se oculta tras este festival, y bajo el que subyacen los mismos valores de violencia, obediencia acrítica y desprecio por la vida humana que constituyen la base de los ejércitos.
Y creemos que no es coherente que una ciudad abierta como Xixón, que siempre ha hecho gala de la solidaridad, defensa del medio ambiente o la interculturalidad, albergue este tipo de actos, especialmente cuando existen alternativas sanas, ecológicas y pacifistas. Este festival supone un gasto muy elevado, prima la falta de transparencia en su gestión y es perjudicial para las arcas públicas.
Volvemos a reiterar nuestro rechazo, mientras se siga promoviendo la presencia de artefactos del ejército, se siga obviando que son o fueron maquinaria bélica para atentar contra la vida y con ello se continúe haciendo apología de la militarización.
¡Festival Militar Aéreo NO en Xixón!