Reseña publicada por Soldepaz Pachakuti el 13 de marzo de 2020
En la mañana de hoy (11 de marzo de 2020), en las instalaciones de la Embajada Española en Bogotá, se ha celebrado un acto que ha contado con la presencia de Pablo Gómez de Olea, embajador español, de Juan Carlos Monje, de las Naciones Unidas, y de Mirsa Genecco, directora de DD. HH. del Ministerio de Exteriores del Gobierno Colombiano.
Estaban presentes también 70 líderes y lideresas del movimiento social colombiano, así como autoridades indígenas. El elemento común en todos los casos es la amenaza permanente a su integridad, que se extiende también a familiares y colectivos de pertenencia.
También ha estado presente la 16 Delegación asturiana de verificación a los DD. HH. que estos días está en Colombia y que se ha desplazado a territorios difíciles como Cauca, Casanare, Arauca, y Chocó.
Todas las intervenciones coincidieron en hacer una valoración sumamente positiva del trabajo desarrollado a lo largo de estos 20 años por el programa asturiano, que ha permitido que pasen por nuestra tierra hasta 124 personas defensoras.
El encuentro ha servido para recordar a los refugiadas y refugiadas que fueron protegidos por Asturies, especialmente a Luciano Romero y a Henry Ramírez, asesinados al retornar tras el periodo de acogida temporal en nuestra tierra.
Igualmente, se pudo transmitir a las autoridades diplomáticas españolas nuestra preocupación ante la grave situación que se vive en estos momentos en el Chocó, zona de Curvaradó, solicitando ayuda humanitaria urgente para la población que está a la espera de que comience a ejecutarse la restitución de tierras. También nos preocupa el acoso a que se encuentra sometida estas comunidades por grupos paramilitares, que limitan su libertad de desplazamiento mediante graves amenazas y coacciones.
Intervención del embajador Juan Carlos Monje.
Palabras de Javier Arjona, Soldepaz Pachakuti
Gracias. Para nosotras no es un momento protocolario, es un espacio de emoción.
Gracias por propiciar este encuentro. Embajador, autoridades de Colombia, de la ONU, autoridad indígena.
Un PAV que cumple 20 años, y un aniversario que sirve de excusa para juntarnos con la flor y nata de quienes colectiva y particularmente han dedicado sus vidas a la defensa de Derechos esenciales. Qué chévere.
Alguna vez que hemos rememorado este Programa hemos recordado lo sencillito, fácil y fluido que fue crearlo en 2001. Y hemos mencionado a Reyes Otero, de aquella en funciones de gobierno en materia de cooperación.
Su discurrir unitario allá, y su compromiso unitario acá, han sido elemental para fortalecerlo, para las sinergias-alianzas Bogotá-Asturias-Madrid.
Además de las personas, 119 más 5 pendientes de llegada, razón de ser del PAV, también están los Encuentros propiciados a su amparo: 2006, 2010, 2015, y el compromiso adquirido para otro este año entre el Ayuntamiento, la Alcaldía de Gijón y la Agencia Asturiana de Cooperación. En uno de esos encuentros participó activamente otro embajador en Colombia, Yago Pico de Coaña.
Pero quedan por contar mil y una historias del PAV.
Presentamos en primicia el trabajo de Andrea y Álvaro, con enfoque psicosocial, una aportación a estos 20 años, con encuesta, con valoraciones con recomendaciones.
Pero las mil-y-una-historias están por recoger, recontar y compartir… y podrían salir momentos como aquella pista de DD. HH., que decía un comandante de batallón, donde entrenaba a sus numerosos efectivos. Ese coronel del batallón Raveis Pizarro posteriormente resultó condenado.
…La perplejidad de la delegación astur ante la tumba de los niños violados, masacrados, malenterrados por un militar en Flor Amarillo, Tame…
Pero también sorpresas agradables de las fortalezas sociales encontradas en todos los territorios, los dos generales que bajaron de sus helicópteros para interceptar a la delegación en el Putumayo…, o la salida airosa del comandante Chanclas una noche sin luna en la Comunidad de Paz de San José Apartadó que acabó con rico café y estupendos buñuelos en una madrugada inolvidable… o tantas otras historias de las 119 personas, sus sorpresas, aprendizajes, melancolías, dolor en el exilio temporal asturiano.
Y todo resultará insuficiente para recoger y reconocer el esfuerzo, continuado, pertinaz, de muchas mujeres y hombres (como las Anas por las que están preguntando muchos de ustedes) para hacer sobrevivir un PAV como este ante una actitud de racanería del gobierno astur, un PAV que tal vez suponga como práctica un estadio superior de las solidaridades, que no olvida sino que complementa la propuesta y obligación de gobiernos como el nuestro de practicar el asilo y el refugio, ni olvida ni oculta la obligación del gobierno colombiano de proteger la vida de su gente, que se detenga la matazón, y el exterminio de líderes sociales es supremamente urgente.
Felicitaciones muy especiales a las organizaciones de Colombia.
Celebramos con ustedes la defensa de la vida, los DD. HH. contra la avaricia insaciable de la acumulación desmedida.
Honramos o tratamos de hacerlo, a tanta gente hermosa, valiente, arrecha, que lo pone todo al servicio de lo colectivo, de la paz, de vivir en paz, y agradecemos inmensamente este tiempo de aprendizaje, al que algunos como Orozco han dedicado la mitad de su vida.
Memoria para Luciano Romero Molina, para Henry Ramírez, para Alejandrino Betancur.
Larga vida a la defensa de los derechos. Salud. Solidaridades. Que el pachakuti, que significa tiempo de transformaciones profundas, nos acompañe, les acompañe, nos acompañe a todas las organizaciones. Millones de Gracias.