Debemos invertir en programas de investigación agrícola que ayuden a la población a prepararse para eventos como los desastres naturales, las plagas y el cambio climático, llevan diciendo mucho tiempo desde la Vía Campesina.
En las experiencias, que están creciendo en Asturias, de producción agroecológica, y sus aliados naturales, los grupos de consumo, se precisa complementar y reforzar con la formación, técnica y política sobre los modelos de agricultura.
La agricultura industrial que destruye el medio, participa del 50% del calentamiento global, favorece las mercancías kilométricas de comida chatarra, acapara tierras, fumiga millones de toneladas de agrotóxicos, impone monocultivos transgénicos ,desbarata la biodiversidad , reproduce el esclavismo en el campo y nos envenena la vida.
La agricultura campesina que “enfria” el planeta, es respetuosa con la biodiversidad, fortalece la economía local y los alimentos sanos y de proximidad, respeta y promueve la organización social comunitaria, permite un mundo rural vivo, y se relaciona con las consumidoras a través también de mercados locales y grupos de consumo. Y reafirma la vida digna en los territorios.
Al celebrar las luchas campesinas nos congratulamos también de los logros.
Sin obviar las impunidades, por el crimen de ElDorado dos Carajás. Por los miles de asesinatos de campesinas, de campesinos organizados, de reclamantes de tierras robadas, de activistas indígenas, de ambientalistas en todo el mundo, de defensoras de la Tierra Madre, como Berta Cáceres en Honduras y otras miles como ella.
Hace 27 años un día como hoy estaban masacrando a 21 Sin Tierra en el estado de Pará en Brasil. 46 más quedaron heridos. Oscar Niemeyer hizo después sus esculturas para honrar a la campesinada, Y la Vía Campesina Internacional se hizo cargo de la fecha para conmemorar desde entonces las luchas, en todo el mundo.
Para poner en candelero y en la agenda política los Derechos del campesinado.
Para establecer metas futuras y presentes como el logro y construcción de la soberanía alimentaria.
Para incrementar las movilizaciones, ante los foros mundiales, ante los proyectos extractivistas, ante los monocultivos del desierto verde, ante los fabricantes de venenos, ante los acaparadores de tierras y los gobiernos que les son sumisos,
Y reclamar y ensalzar y construir la agroecología, y la formación de cuadros sociales y políticos, y cultivar sano, y defender leyes, municipales, regionales, estatales, mundiales, para darle la vuelta a la dominación de las corporaciones que nos imponen comida basura, que se apoderan de la distribución de alimentos, que nos envenena la vida, los campos , los ríos, el océano y condenan al hambre masiva a cientos de millones de personas.
El derecho de los pueblos a decidir cómo producir y distribuir sus propios alimentos, garantizando la alimentación de todas las personas se sostiene en el trabajo de los campesinos y campesinas, de las pequeñas y medianas productoras, de las pescadoras, de las pastoras, de las indígenas que son quienes mantienen la producción de alimentos basándose en los conocimientos tradicionales y en la conservación de la biodiversidad.
Eso, todo ello, es lo que difundimos, apoyamos, exigimos.
Reconociendo y visibilizando el papel de las mujeres en estas luchas.
Rechazando los Tratados llamados falsamente “de Libre Comercio” impuestos a los parlamentos y gobiernos por las transnacionales que amenazan con acabar con lo poco que queda de las economías locales y con lo poco que queda de las soberanías nacionales.
Propugnando el derecho a una vida digna en el campo y alianzas fértiles entre campo y ciudades.
Explicando sin descanso que el Agua, los bosques y semillas son patrimonio de los pueblos, y no se pueden privatizar.
Apoyando la creación de grupos de consumo por todas las geografías asturianas que a su vez fortalezcan a las campesinas y agricultores de cada zona y revaloricen nuestro mundo rural y los valores comunitarios.
Acompañando los derechos de los pueblos indígenas, campesinos, ribereños a sus territorios y a la integralidad de esos territorios que han sabido cuidar por milenios.
Promoviendo el comercio justo, rechazando el racismo y el patriarcado, los transgénicos y los agro-tóxicos, así como la ideología supertóxica del capitalismo que destruye a las comunidades y al planeta.
Honrando la historia de resistencias y luchas de las y los campesinos de quienes somos orgullosamente agrodescendientes.
Contribuyendo, desde la responsabilidad y desde el afecto, desde la emoción y la organización, a las transformaciones profundas de la realidad injusta. (que en algunos lugares llaman el pachakuti).
Globalicemos la Lucha. Globalicemos la Esperanza.
Globalizar las luchas no es solamente una consigna de la Vía Campesina: supone una estrategia política de calado de un movimiento que tiene en la solidaridad y el internacionalismo buena parte de sus fortalezas.
Defender la tierra y honrar la Vida.
Vivan los movimientos campesinos en todo el mundo.
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