En vez de retirarse de las acciones militaristas el ayto de Gijón emprende un operativo militar de envergadura para disfrazar el contenido guerrerista del desfile militar aéreo de julio.
En vez de escuchar las recomendaciones del consejo municipal de cooperación que instaba a eliminar esa propaganda de guerra en los cielos de Xixón, el equipo gobernante persiste en mantener el desfile militar aéreo del estado financiado por el ejército.
Y en vez de fortalecer los valores pacifistas en tiempos de guerras, el ayto y su alcaldesa se apropian indebidamente de las propuestas alternativas presentadas por las ONG, y pervierten su sentido alternativo para ponerlas al servicio de la guerra:
El festival de viento propuesto a los grupos municipales era y es para sustituir a los aviones de matar, no para ponerlos perversamente a su servicio.
Ese robo de ideas es una acción indecente que debe revertirse, como debe revertirse toda presencia de aviones e instrumentos de guerra en nuestros cielos.
Lo que Gijón necesita, ahora más que nunca, son acciones pacifistas. Fortalecer los Valores de la Paz, en todas sus formas.
Lo que Gijón y España precisan es disminuir el enorme gasto militar, para dedicarlo a las atenciones sociales urgentes, en vez de aumentar dicho gasto militarista porque lo diga el señor Trump y lo mantenga el señor Biden, por encima de nuestra soberanía nacional.
Gijón no puede ser la punta de lanza de la propaganda militar: esos recursos hacen falta para atender las necesidades sociales elementales, y las nuevas derivadas de los virus.
Mucha más Salud hace falta y mucho menos armamento.
El virus del militarismo, contradice todos los valores de la igualdad, y supone un varapalo para las propuestas feministas, que son esencialmente pacifistas.
Gijón no puede un día en su Pleno apoyar el Tratado de la ONU que prohíbe las armas nucleares y las declara ilegales, y otro día favorecer la propaganda de los aviones de guerra que lanzan esas bombas atómicas.
Al rechazar esta nueva aventura militarista con disfraces y efectos colaterales, estamos también rechazando los efectos sanitarios y sicosociales sobre nuestros sectores más vulnerables en la población anciana e infantil, y también los efectos estresantes en los animales de compañía de Gijón y alrededores, en la contaminación acústica y medioambiental.
De nuevo, como otros años, pero esta vez con incremento de razones, volvemos a exigir, señora Alcaldesa, que elimine el festival militar aéreo de nuestros cielos.