En la apertura del alcuentru de muyeres Ana Andrés Ablanedo presentaba e introducia el sentido del encuentro, la directora de Cooperación Graciela Blanco animó a reforzar el papel de la sensibilización,
y dijo que el gobierno asturiano agradece la colaboración para la consolidación de dicha sensi y Educación para el Desarrollo,
después Esperanza y LLuci nos contaron el cuento del Amaranto versus Monsanto..
http://www.pachakuti.org/textos/hemeroteca/2014/amaranto-vs-monsanto.html
y luego, Luz Marina, Elisabeth e Isa..
entraron de lleno en la materia..Sur-Norte, el sistema alimentario con protagonismo de mujeres..
Elisabeth proyectó este video
Isabel colocó esta presentación:
Luz Marina, habló del Valle del Cauca:
a nombre pachakuti se decía que..
Güey yel día del maestru y la maestra…
Pero no los dejamos descansar…
Maestros nos acompañaron esta mañana a recorrer Oviedo y Castrillón en visita institucional…
Somos “menos” ahora..porque hoy viernes 14 de noviembre, hay convocadas 13 actividades simultáneas a esta hora… y sin embargo aquí estáis…
Mañana tenemos anunciada mucha más asistencia…
También hoy es el aniversario 39 de la traición franquista al Sáhara. El Acuerdo Tripartito de Madrid que fulminaba el Derecho a la Autodeterminación del pueblo Sarahaui y ratificaba la vergonzosa entrega a Marruecos. Nosotras el lunes proyectaremos El Maestro Saharaui en el CMI El Llano y antes, el domingo, en Madrid… Manifestación en Madrid…
Queremos deciros:
Bienvenidas a un nuevo Encuentro de sensibilización SUR-Norte con Muyeres como protagonistas, en este año 2014, declarado por Naciones Unidas como «Año de la agricultura familiar».
Un Encuentro en el que deseamos conectar los trabajos por la liberación y emancipación de la mujer con la defensa de la madre tierra, propiciando una nueva cosmología que nos ubique como seres humanos dentro y no sobre la Naturaleza.
Alimentación y agricultura son nombres de mujer.
Las mujeres, comenta la Declaración del Foro para la Soberanía Alimentaria en Nyeleni, Malí, en 2007, creadoras históricas de conocimientos en agricultura y en alimentación, continúan produciendo el 80% de los alimentos en los países más pobres. Son actualmente las principales guardianas de la biodiversidad y de las semillas de cultivo, siendo sin embargo las más afectadas por las políticas neoliberales sexistas.
Afectadas e invisibilizadas. Las mujeres han visto desvalorizado su rol en la construcción de las agro-culturas, su importante participación en el desarrollo de los sistemas alimentarios en el mundo, convertidas en innegables pilares éticos, sociales y afectivos en la acción por la Soberanía Alimentaria.
Soberanía alimentaria de la que hablaremos esta tarde y mañana, un principio político indisociable de una nueva forma de organización social en términos de igualdad para las mujeres: en el acceso a recursos, en la toma de decisiones…
Soberanía que trabajan movimientos como la Vía Campesina Internacional, que “reconoce la completa igualdad y valor tanto de hombres como de mujeres” pero que retrata, es consciente y combate la situación de desigualdad de género, clase y etnia que afecta, que nos afecta a millones de mujeres en el mundo.
De esa Vía Campesina Internacional, esta organización que hoy os da la bienvenida ha tenido la fortuna de recibir a muchas de sus miembros.
Pancha Rodríguez, Mama Pancha como la conocen, es miembro de ANAMURI, una organización que reúne a unas 10.000 mujeres campesinas e indígenas de Chile. Ella nos comentaba cómo se puso en marcha un instituto de agroecología para el campesinado femenino del sur americano con el objetivo de la producción de alimentos para resolver los problemas del hambre.
Anamuri y Asturias vienen teniendo relación desde hace varios años en términos de cooperación con diferentes instituciones: Aytos de Siero, Oviedo, Avilés, Castrillón, Langreo , Carreño y Axencia Asturiana de Cooperación.
Cada uno de los proyectos que se fueron presentando a las convocatorias públicas han formado parte de las diferentes fases de organización y programación de este IALA – Instituto Latinoamericano de Agroecología- que arrancó recién en Chile y que bebe de otras experiencias en otros lugares americanos- Bolivia, Venezuela…
Para las organizaciones que tenemos la fortuna de hacerles de puente y beber de sus saberes, trabajos y rebeldías, el avance de su trabajo en condiciones nada fáciles, nos enorgullece gozar de su amistad y confianza.
Las instituciones asturianas que han apoyado sus propuestas pueden ratificar con seguridad y optimismo su buen hacer en esta dirección y otras semejantes y ojalá atender futuros apoyos de índole parecida, convirtiendo el frecuente asistencialismo inmovilista en justicia y transformación social.
Pancha nos visitaba el año pasado y participó activamente en el Alcuentru de Muyeres pola Descolonización del Territoriu y del Pensamientu, y mostró a las numerosas jóvenes asistentes la historia de las luchas de las mujeres en el continente latinoamericano, y los procesos de incorporación del feminismo a las diversidades culturales de los pueblos que lo habitan.
Aunque tal vez sea más fácil de percibir por las mujeres del Sur más vinculadas a la tierra que las del norte, la necesidad de, como decíamos al principio, no sólo no superar a la naturaleza sino por el contrario, trabajar a su favor, en este entorno en que nos movemos, creemos, que tenemos que hacer el esfuerzo por aunar la lucha feminista con la lucha por la soberanía alimentaria.
Y esta mujer, que propicia construcción de un feminismo campesino y popular fue portavoz de la Vía Campesina en un encuentro de movimientos populares con el Papa de Roma, quien de forma aparentemente inédita escuchó parcialmente lo que nosotras, personas en movimiento, el pobrerío irredento teníamos que transmitir.
Casi nada o nada tiene el Vaticano que hable en su favor en relación a la defensa de los derechos de las mujeres, de los pueblos, de las comunidades… Sin embargo, en esta ocasión e incluso aunque solo fuera por “escaparatear” se ha escuchado al jefe de los católicos avalar la Reforma Agraria como una necesidad no solo política sino moral, denuncia el acaparamiento de tierras, la idolatrización del dinero y la destrucción del planeta… Ojalá podamos algún día confluir aunque sea en lo básico…
En ese mismo encuentro estaba también Berta Cáceres, Hondureña Coordinadora del Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas (COPINH) Y que este año, el 12 de octubre , recibía el premio Nota Sol, nota Cien, por su defensa irrestricta de los derechos de los pueblos indígenas y de los bienes comunes.
Ya que hablamos de Honduras…el país ha sido objeto de varios informes latinoamericanos sobre monocultivos y violaciones al derecho a la alimentación.
Los dueños de los cultivos de caña de azúcar y palma africana destinados a convertirse en combustible, se apropian con violencia de tierras y territorios campesinos e indígenas, encarcelando o matando a líderes y lideresas que defienden sus derechos, expulsando a comunidades enteras, condenándolas a la violencia, la exclusión y al empobrecimiento especialmente a sus miembros mujeres y niñas.
Nos toca aquí solidarizarnos, hoy, con la familia y compañeros/-as del líder campesino Juan Galindo asesinado en el Bajo Aguán- Honduras- hace 48 horas, y van más de 147 asesinados/-as, por defender tierra y territorio frente a los intereses terratenientes especuladores de la vida y traficantes del hambre.
Hambre o alimento, patriarcado capitalista o igualdad, agroindustria o agroecología, desastre ambiental o medioambiente sano… son consecuencia de nuestros actos políticos individuales y de aquellos responsabilidad de nuestros representantes en las instituciones.
En ese sentido es imprescindible el mejorar las condiciones sociales del campesinado- nos decía la eurodiputada Lidia Senra en Castrillón en Junio- reivindicar, promover y defender los DERECHOS DEL CAMPESINADO ha de ser prioridad en las agendas de trabajo, especialmente dirigidas a la defensa de derechos de las mujeres campesinas enfrentando mitos de superioridad masculina, reconfigurando las sociedades modernas, individualistas, sexistas, consumistas bajo principios de respeto, igualdad, paz, libertad, justicia…
Para ello habremos de ponernos en marcha y emprender acciones dirigidas a:
– la construcción de propuestas para la concientización de personas, colectivos, organizaciones e instituciones que vayan superando visiones culturales y políticas que nos impidan avanzar en igualdad.
– conquistar la soberanía de la tierra, del territorio y del cuerpo.
– a colocar en el centro la necesidad de recuperar la función social de la tierra y las prácticas campesinas e indígenas de uso y producción frente al saqueo y devastación de aquellos que entienden el alimento como mercancía.
– a propiciar el estudio y la educación como la mejor manera de luchar, como dice el vídeo de Rosa Cañadell sobre la educación del MST del Brasil, que coloca el valor de la tierra alimento, el diálogo entre generaciones desde el profundo amor por la Vida.
En definitiva, a darle vuelta a este modelo perverso de producción y consumo que nos enferma como seres humanos…
Las alternativas, los éxitos, las coordinaciones y las luchas son múltiples, de ello nos contarán las mujeres que nos acompañan en esta ocasión, desde Brasil, Colombia, Paraguay, País Vasco, Burgos, Llangréu y Xixón.
Les adelantamos los agradecimientos por su trabajo, la colaboración y el esfuerzo por estar estos dos días con nosotras. Aprovechémoslas.
Queremos por último dedicar los, seguramente, exitosos resultados de este encuentro a una de las más prominentes hijas de la Guajira, quien en vida fuera pionera de la Red de Mujeres Indígenas de Venezuela. La lideresa WayúuRenilda Martínez que nos acompañó en 2005 en el Encuentro por la Vida, Resistencia y Sabiduría de los Pueblos Indígenas y quien aun habiéndola perdido este año, estamos seguras de que nos acompañará todo el tiempo bien atenta.
Mujeres, guerreras, políticas, científicas, intelectuales, escritoras, campesinas, obreras, amas de casa, trabajadoras independientes, empleadas, rebuscadoras; de todos los colores, indígenas, negras, blancas y la gran mayoría mezclas históricamente mezcladas; todas luchadoras, andariegas…
Desde el origen de la humanidad hemos hecho historia, retratemos pues la historia de nuestro papel en la defensa de la alimentación.
http://www.pachakuti.org/textos/hemeroteca/2014/indi-camp-nast.html
http://www.pachakuti.org/textos/sensibilizacion/muyeres-alimenten/alc14-materiales.html
Elizabeth María Cardoso MAELA
feminista , agrónoma del Centro de Tecnologías Alternativas de Zona da Mata de Minas Gerais; coordinadora del Grupo de Trabajo de Mujeres de la Articulación Nacional de Agroecologia – ANA (Brasil); Comitê Político Pedagógico de la Escuela Continental de Formación Política en Agroecología del Movimiento Agroeológico de América Latina y el Caribe – MAELA
La Agroecología es el modelo de desarrollo rural que se opone al modelo de agronegocios que provoca la destrucción y fragmentación de la fuerza campesina e indígena del continente. MAELA representa a cientos de miles de campesinos-as, agricultores familiares, y pueblos indígenas que sostienen desde sus organizaciones y territorios sistemas agroalimentarios sanos, seguros y soberanos para alimentar a nuestros pueblos.
María Velma Echavarría
guardiana de semillas colombiana
en Escuela de formación política del MAELA
A los monocultivos exportables impulsados por la “revolución verde” siguieron el rescate de la biodiversidad a través de las semillas nativas y criollas, que hoy se enfrenta la legislación privatizadora de ese patrimonio genético de la humanidad, nos cuenta una guardiana agroecológica.
Con presencia de una treintena de representantes de los grupos miembros del Movimiento Agroecológico de América Latina y Caribe (MAELA), provenientes de trece países, funcionó desde el lunes 20 de enero la primera edición de la Escuela Continental de Formación Política de ese Movimiento en la localidad de Cañuelas, provincia de Buenos Aires, Argentina.
En ese contexto dialogamos con María Velma Echavarría, integrante de la red de guardianes de semillas en el resguardo indígena de Cañamomo, municipio de Río Sucio en el departamento de Caldas, en pleno eje cafetero de ese país.
Tradicionalmente la dependencia de la producción y comercialización del café ha sido prácticamente total entre las familias de varios resguardos y municipios de la región de María Velma, donde además existe el denominado “micro-fundio”, con parcelas que promedian siempre menos de una hectárea.
El café entonces requiere la mayor parte de esa área, de por sí reducida. Si a ello se le suma la crisis de precio internacional de este producto, se explica la vulnerabilidad económica que afecta a las familias productoras, indica Velma, quien señala asimismo que el abandono de los cultivos de consumo doméstico y granos básicos fue promocionado en el marco de la denominada “revolución verde”, que afectara a Colombia.
Destrucción de monte nativo, sobre-explotación y monocultivo fueron las banderas de solución de la carencia de renta a las familias campesinas indígenas entre las cuales se encuentra la de María Velma. “Hubo que tumbar todos los árboles para plantar café y eso generó un desequilibrio muy importante: nuestros pequeños productores perdieron el sentido de la agricultura, que era de soberanía alimentaria”, dice.
Las semillas y el Plan de Vida
La organización social que nuclea a las comunidades indígenas de diferentes resguardos colombianos, entre ellos el de Cañamomo, el Cabildo Indígena, a través de una proyección estratégica conocida como “plan de vida” rescata el concepto de soberanía alimentaria desde la propia disponibilidad de semillas nativas para la producción de alimentos, comenta María Velma a Radio Mundo Real.
Así surge la figura del guardián y la guardiana de semillas. “No podemos hacer soberanía alimentaria con semillas de fuera”, dice, por lo cual se inicia con urgencia la creación de una estructura de rescate, cuidado, multiplicación y conservación de la riqueza fito-genética, a partir de un diagnóstico compartido respecto a la pérdida acelerada de variedades.
Como en Cañamomo fue el caso del café, en otras regiones colombianas el monocultivo que amenazaba esa biodiversidad pudo haber sido la caña de azúcar, la palma aceitera o el algodón.
Cañamomo fue el resguardo que inició este proceso, el cual se extendió por otros resguardos indígenas vecinos y generó la denominada “Casa de las Semillas” cuya intención es generar un ambiente adecuado para las semillas.
La necesidad de disponibilizar semillas propició inclusive
un sistema de comercialización por la cual los campesinos indígenas reciben renta, pero además evitan el ingreso de las semillas industrializadas, híbridas o transgénicas.
No obstante, María Velma señala que las políticas públicas del estado colombiano favorecen precisamente el paradigma opuesto. La reciente resolución 9.70 (ver documental publicado en Radio Mundo Real) ha criminalizado la producción autónoma de semilla, generando incluso quemas de semillas familiarmente producidas.
Ante ello, el posicionamiento es a la desobediencia civil: “ni nos vamos a registrar ni nos vamos a certificar; si todos hacemos lo mismo organizadamente, el ICA (Instituto Colombiano de Agricultura) no puede enviar un policía a cada finca”, dice la integrante de MAELA comentando el proceso de “entutelado” de la resolución por no cumplir con las exigencias de consulta libre, previa e informada, taxativa para los territorios indígenas.
La Escuela y el género
Soberanía Alimentaria y Agroecología, políticas de equidad de género, educación popular, mercados locales y economía solidaria entre otros, son los ejes de esta primera instancia continental de formación de este Movimiento, con presencia en veinte países de América latina y Caribe e integrado a articulaciones continentales como la Alianza por la Soberanía Alimentaria.
Sobre la significación de la Escuela de formación política del Movimiento, María Velma destacó la necesidad de incidencia en distintos espacios, así como la identificación de problemáticas, diagnósticos y resistencias comunes.
“Vemos que estamos en lo mismo, en la misma dinámica, pero también la Escuela me ha permitido fortalecer algunas cosas que desde nuestro proceso podemos estar en debilidad. Para nosotros el tema central es el de la semillas, sin ellas se cae todo el imaginario que uno tiene de la agroecología porque son la base de la soberanía alimentaria”, dice la integrante de MAELA.
Dentro de las parcelas, el trabajo de cuidado y conservación de las semillas tiene claramente rostro de mujer, en tanto los varones, generalmente, dedican su tiempo a los cultivos que generan renta, dice María Velma.
De ahí la importancia de la lectura de género y la división sexual del trabajo, con que contó la Escuela. “Desde que soy guardiana de semillas, me siento mejor persona. He logrado mirar al fondo de mí y avanzado en muchas cosas. Me siento mucho más comprometida y transmitiendo un mensaje, primero que todo a mis hijos: que logren entender y respetar la vida en toda su expresión”.
La I Escuela culminará el próximo 29 de enero con la realización de un Foro Público sobre Agroecología y Políticas Públicas a realizarse en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), actual Sitio de la Memoria, en la Capital Federal.
Myrian Rebeca Núñez Cruzabie– docente y miembru de la Coordinadora Nacional d’Organizaciones de Muyeres Trabayadores Rurales y Indíxenes del Paraguái –Conamuri.
Además de haber surgido de un golpe de estado, sus vínculos con el narcotráfico, su apertura de mercados y privatización de servicios públicos, el relacionamiento dependiente con Israel y otras señales que no se han hecho esperar, en Paraguay el gobierno de Horacio Cartes compara al país como una “mujer bonita” y llama a “usar y abusar de ella”.
Ante ello, el 7° Congreso de la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (CONAMURI, Vía Campesina) culminado el pasado 20 de octubre en Asunción, la capital paraguaya, definió la situación de su país como de “vigencia oficial del machismo empotrado en el poder, lo que significa una regresión en las conquistas de las mujeres sobre el mínimo respeto al trato igualitario y para no ser consideradas una mercancía en oferta. Nos falta al respeto, nos atropella en derechos básicos y nos expone a todo tipo de violencias que se vienen sucediendo con plena impunidad”.
Así lo señala la Declaración Política, resumen del Congreso. El mismo tuvo lugar a poco más de dos años del golpe de estado policial-latifundista que derrocara al sacerdote Fernando Lugo, en junio de 2012 y en el 15 aniversario de la CONAMURI.
La caracterización de Paraguay, uno de los países con mayor presencia campesina e indígena del Cono Sur americano, no es alentadora: “caracterizamos este momento crítico que atraviesa nuestro país como un regreso de la democracia hacia las fauces del autoritarismo y la dictadura, en donde se profundiza el modelo agroexportador y el extractivismo que benefician a las corporaciones transnacionales y donde la gran mayoría de la población queda excluida y relegada a la hora de repartir los beneficios y regalías”.
Los desalojos de población campesina e indígena son, dicen las mujeres de CONAMURI, moneda corriente y cotidiana en el Paraguay hoy, donde se reinstaló desde las esferas del orden público la idea del “enemigo interno”. “Para que no pretenda alentarnos la idea de regresar y ocupar lo que legítimamente nos pertenece, queman nuestras chozas y nuestras plantaciones de producción para autoconsumo y renta, matan nuestros animales domésticos y también matan nuestros sueños y el de nuestros hijos e hijas, dejándonos en total estado de indefensión e incertidumbre”, señala el documento.
Y cuando no hay notarios o escribanos a mano, la forma de expulsión de las poblaciones es… agrotóxica. “Si no nos pueden echar a fuerza de papeleos, de laberintos burocráticos o con el uso de la fuerza pública, nos fumigan sistemáticamente desde los monocultivos envenenados para obligarnos a salir corriendo y abandonar nuestras pequeñas parcelas hasta que sean devoradas por los cultivos masivos de soja y maíz genéticamente modificados”.
La concentración monopólica del poder es otra de las señas de identidad del Paraguay 2014: “las políticas del Gobierno de Cartes son claramente privatistas y antipopulares. Este gobierno con marcado proceso de concentración del poder en el Ejecutivo, con mayoría absoluta en el Parlamento y la complicidad del Sistema Judicial, hecho a medida, en tan solo un año ha aprobado y modificado leyes que contravienen principios constitucionales y encamina al país hacia un retroceso democrático muy profundo y la entrega del país a las empresas extranjeras”.
Militarización de territorios, quita de impuestos al agronegocio industrial, legislación de asociación público-privada y endeudamiento externo son algunos de los pasos dados por la administración Cartes.
Ante ello, la CONAMURI declara que “las mujeres del sector popular somos las víctimas más vulnerables de este sistema capitalista demencial y patriarcal, que roba nuestras semillas, nuestros territorios, que utiliza nuestros cuerpos como mercancía y que nos explota en los engranajes de la maquila absorbiendo nuestras vidas en sus máquinas impías, violando nuestros derechos humanos y soslayando nuestro derecho inalienable de tener una vida digna y sin violencia”.
Y propone la reedición de una experiencia de 2002, el Congreso Democrático del Pueblo, que logró movilizaciones masivas frenando algunos planes privatistas del gobierno de la época. Y para ello llaman a construir un proceso multisectorial unitario para “no permitir el retorno de la dictadura” ni el “triunfo de la injusticia”.
Finalmente reivindican el socialismo “como un horizonte al que aspiramos llegar construyendo poder popular junto con toda la clase trabajadora y explotada”, y al mismo tiempo afirman que “sin feminismo no hay socialismo” posible “ya que el feminismo campesino y popular es una herramienta que nos permite visibilizarnos y ser protagonistas de nuestras historias y la de nuestro país”.
Isa Álvarez de EHNE, y de la Alianza por la Soberanía de los Pueblos de EuskalHerria
SOBERANIA ALIMENTARIA DESDE EL CONSUMO RESPONSABLE
Isa Álvarez (Nekasarea-EHNE Bizkaia)
La alimentación es un derecho humano fundamental y para defender este derecho cada vez está más claro que debemos detener el sistema mercantilista que se está dando con nuestros alimentos. Si la comida de las personas se deja en manos de la agroindustria el resultado es el que tod@s conocemos: Hambre, desaparición de la agricultura campesina, comida de poca calidad y origen desconocido, además de la explotación a trabajador@s y contaminación de nuestro medio ambiente.
El Consumo responsable y la agroecología constituyen una reacción de la sociedad frente a los abusos del sistema en lo que a nuestra alimentación se refiere. Es un modelo totalmente diferente que se basa en principios como el diálogo y cooperación entre personas consumidoras y productoras, producción y consumo de alimentos de temporada, distribución en circuitos cortos y la finalidad de hacer dignos la vida y el trabajo en el campo.
Los colectivos comprometidos con este modelo defendemos nuestro derecho a la Soberanía Alimentaria, es decir nuestro derecho a decidir qué y cómo producir planteándonos las repercusiones sociales de nuestras acciones, siendo conscientes que con el sistema actual no se puede alimentar a todo el mundo y rechazando que para que algún@s lo tengamos todo, otros deban pasar hambre.
Es fundamental preservar el modelo campesino como un patrimonio común tanto por su trabajo en mantener viva nuestra tierra y nuestro medio ambiente como por su trabajo como cuidador@s de nuestros más grandes tesoros, nuestras fuentes de vida:
agua, tierra y semillas, frente a la privatización de éstas que se está dando por la connivencia de los gobiernos y las grandes multinacionales.
Para conseguirlo debemos formar redes tanto urbanas como rurales, basadas en relaciones directas entre consumidor@s y productor@s, apoyando la producción campesina frente a las multinacionales cuyos precios, aparentemente más bajos,
serían cien veces superiores si no pagásemos entre tod@s un coste social en contaminación, migraciones, explotación del trabajo y enfermedades alimentarias.
Los colectivos debemos aliarnos y garantizar la consolidación de estas redes con unas condiciones dignas de precios y condiciones laborales para las personas baserritarras. De esta forma podrán alejarse de la espiral en la que entran cuando empiezan a producir para grandes superficies o multinacionales, una espiral que les está llevando directamente a la desaparición de sus explotaciones, por las políticas de precios llevadas por estas empresas. Por otra parte conseguiremos que estas grandes empresas no tengan productores agroecológicos para poner su marca al lado de la palabra “ecológico” con el único fin de limpiar su imagen y continuar enriqueciéndose.
Por último buscamos una nueva manera de relacionarnos, volver a recuperar unas relaciones personales y humanas con las personas de nuestro entorno, poniendo rostro a las personas que nos alimentan e implicándonos en nuestra alimentación de forma activa siendo conscientes de que los cambios grandes comienzan siempre por los pequeños y más cercanos a nosotr@smism@s.
Emilse Paz. Indígena Nasa, lideresa del proceso indígena de la ACIN – Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca. Colombia
Mujer Indígena Nasa, lideresa del proceso indígena de la ACIN – Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca y, en el último tiempo, del proceso de las mujeres indígenas. Defensora de los derechos humanos, de los derechos de los pueblos indígenas y, en particular, de las mujeres indígenas.
Ha sido reconocida como Autoridad Tradicional siendo elegida como Gobernadora
Indígena del Resguardo de Jambaló para el periodo de junio 2013 a junio 2015. Anteriormente ha sido coordinadora Zonal del Tejido Mujer ACIN durante el 2012 y 2013.
Durante estos últimos años ha sido representante del proceso indígena zonal y de las mujeres indígenas en espacios como la Asamblea Nacional de Autoridades, la Mesa Nacional de Concertación entre los pueblos indígenas y el gobierno colombiano, así como de diferentes espacios de diálogos para la paz y de diferentes Comités de alto nivel dentro de los procesos comunitarios. Es de destacar que ha sido delegada del proceso de las mujeres indígenas ante la CEDAW para el examen al Estado Colombiano en su 56a sesión celebrada del 28 de septiembre al 03 de octubre de 2013 en Ginebra-Suiza.
Y sigue ejerciendo como docente, animadora comunitaria, comunera… toda una vida en función del proceso indígena.
Luz Marina Palacios Bocanegra, de la Asociación para el Desarrollo Social Integral (ECATE) una organización no gubernamental que desde 1998 ha acompañado procesos de visibilización de las problemáticas y exigibilidad de derechos de comunidades afrocolombianas, indígenas y campesinas, sindicatos de trabajadores, población en situación de desplazamiento y sectores vulnerables en las regiones del pacífico, norte, suroccidente y centro del Colombia.
Luz Marina es activista ambientalista y desde el CIDEA (Comité Interinstitucional de Educación Ambiental) se dedica, de manera particular, a la defensa del recurso al agua.
Asunción Cifuentes García Coordinadora del Centro de Cooperación y Acción Solidaria de la Universidad de Burgos (antes Aula de Paz) e integrante de Entrepueblos.
Patricia Simón: Periodista especializada en Relaciones Internacionales y en información con enfoque de género. Subdirectora de Periodismo Humano desde su fundación en 2010 hasta 2013.
Lucía González Antuña. Pedagoga. Autora de la guía pedagógica Programa de Acciones por la Justicia Ambiental.
Peru: Mujeres llaman a desarrollar el Buen Vivir y marchar el 10 de diciembre
Lima, 24 de octubre, 2014.- la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (Fenmucarinap) hizo un llamado a desarrollar alternativas orientadas al Buen Vivir, la sustentabilidad de la vida, la defensa de los bienes comunes y la Madre Tierra. Mediante un pronunciamiento publicado, Fenmucarinap también llamó a participar de la Marcha Global en Defensa de la Madre Tierra que se realizará el 10 de diciembre en Lima.
“Reivindicarnos la cultura de vida de los pueblos indígenas, originarios y campesinos, y su conmovisión en absoluta armonía con la naturaleza, como parte de la solución a la crisis climática” indica el pronunciamiento.
La Fenmucarinap expresó su rechazo a las falsas soluciones al calentamiento global como los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), la Reducción de Emisiones por Deforestación y Desgracian de los bosques (REDD) y la Agricultura Climáticamente Inteligente. En ese sentido exigieron que los gobiernos de América del Sur promuevan y apoyen a la agricultura campesina sostenible, que contribuye positivamente al equilibrio del carbono del planeta, el incremento de la biodiversidad y la recuperación de la materia orgánica del suelo.
Asimismo, la fenmucarinap se pronunció sobre las “amenazas ambientales directas” como los transgénicos, los megaproyectos hidroeléctricos, las centrales nucleares y la fractura hidráulica (“fracking”).
Respecto al rol de la mujer campesina, el pronunciamiento refirió que alrededor de seis millones de mujeres rurales representan la tercera parte de la sociedad peruana femenina, y quienes son los verdaderos agentes sociales y de desarrrollo rural. Sin embargo, son víctimas de una sociedad patriarcal y patrimonialista, que mantiene una inhumana situación de discriminación y violencia, donde se les concede pocas oportunidades, autonomía y participación real, ciudadana y política.
Esta discriminación por géneros, se evidencia por las grandes diferencias entre las mujeres de las diversas regiones del país. El último Censo Nacional Agrario (IV CENAGRO), demuestra que el analfabetismo femenino es del 15% en el área rural y 2,1% en el urbano; en la costa 3.2%, selva 7,5% y en la sierra es 10,4%. Solo 9 de cada 100 productoras mujeres reciben asistencia técnica; en el caso de los hombres es 16 por cada 100. Y 44.1% de las mujeres no cuenta con título de propiedad de su tierra.
Son las mujeres que se quedan al frente de la parcela y de los hijos, cuando los hombres van a trabajar a las minas, siendo hoy en día un 30,4% de parcelas en todo el Perú dirigidas por mujeres. En promedio la jornada laboral de la mujer rural es de 16 horas diarias.
Esta situación se agrava hoy en día con el cambio climático que vivimos, producto de un sistema explotador, extractivista y depredador de hombres y mujeres y de la naturaleza, que está acabando con nuestras fuentes de agua, tierras productivas y nuestra rica biodiversidad,generando trastorno en la naturaleza y el ambiente y ocasionando la aparición de nuevas plagas y enfermedades.
La organización Fenmucarinap es miembro en Perú de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) afiliado al Movimiento Internacional Vía Campesina.
También integra el Pacto de Unidad de Organizaciones Indígenas del Perú y la Comisión Política organizadora de la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático.
Guatemala: Mujeres por el derecho a la alimentación
En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, del día Mundial de la Alimentación y del día de Acción Global por la Soberanía Alimentaria, mujeres de varias organizaciones provenientes de diferentes comunidades, fueron parte de la feria donde expusieron diversidad de productos que ellas mismas cultivan y elaboran, en la feria también participaron mujeres de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo CLOC Vía Campesina.
Las mujeres de diferentes regiones del país, expusieron alimentos que ellas mismas producen en sus comunidades a través de las prácticas agroecológicas, obteniendo alimentos saludables libres de contaminación de químicos.
Asimismo las mujeres expusieron semillas nativas y expusieron y compartieron diferentes platillos típicos, así como diferentes productos que las mujeres elaboran con sus propias manos.
María Canil Grave delegada política de la región Centroamericana ante la Comisión Coordinadora Internacional CCI de la Vía Campesina, señaló que el aporte de las mujeres campesinas indígenas y mestizas, ha sido permanente en los diferentes espacios con el fin de alimentar de forma saludable a sus familias y a quienes les rodean en sus comunidades; a través de la agricultura familiar donde impulsan los procesos agroecológicos y así contribuyen a la soberanía alimentaria.
Por su parte María Josefa de la comisión política de la CLOC Vía en Guatemala, señaló que aunque el aporte de las mujeres para producir alimentos ha sido fundamental hasta el momento no existen política públicas y de Estado para que las mujeres sean propietarias de las tierras.
Dijo que desde las organizaciones que integran la CLOC Vía Campesina el trabajo de las mujeres ha sido fundamental porque se visibiliza el aporte de conocimientos para producir la tierra sin contaminarla porque el proceso es de forma agroecológica, reiteró que las mujeres no están en contra del desarrollo pero si de las políticas del sistema económico que daña y contamina la tierra a través del impulso de proyectos mineros, hidroeléctricos y de monocultivos porque no están encaminados a producir alimentos sino son enfocados a despojar a los pueblos de sus tierras y los bienes naturales.
En el día Internacional de las Mujeres Rurales y del Día Mundial de la Alimentación las mujeres recordaron que a pesar de poseer menos del 2% de las tierras en Guatemala, pequeños productores y mujeres rurales producen más del 60% de los alimentos que se consumen en el país.
Las mujeres exigieron al Estado de Guatemala promover y aprobar una política pública de acceso a la tierra y que se implementen acciones para la equidad en la tenencia y uso de la tierra para gozar del derecho a una verdadera soberanía alimentaria y justicia para las mujeres del campo.
Manifiesto de las mujeres de la CLOC-Vía Campesina Perú en el marco del I Encuentro Nacional de Mujeres por la Justicia Climática en Defensa de la Madre Tierra, hacia la COP20
Nuestro continente AbyaYala, destaca por poseer una de las mayores fuentes de biodiversidad, siendo en consecuencia también uno de los más vulnerables a los impactos del Cambio Climático. Este fenómeno está afectando a la flora, fauna y a nuestras poblaciones con especial incidencia en las regiones rurales, andinas, de costa y selva, quienes paradógicamente además son los sectores que cuentan con menores recursos para enfrentar los desastres climáticos y sus impactos en sus propias vidas. Además estas problemáticas generadas a causa del calentamiento global, nos afectan de manera diferente a las mujeres que a los varones, incidiendo especialmente en las mujeres campesinas indígenas que nos dedicamos a la agricultura familiar.
En este contexto, el próximo diciembre el Perú acogerá la 20º Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20), en la que 195 naciones tienen el reto de alcanzar consensos vinculantes respecto al Cambio Climático a escala planetaria.
Por ello, las mujeres campesinas indígenas y originarias, organizadas en la articulación nacional de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – Vía Campesina- Perú, procedentes de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), la Confederación Nacional Agraria (CNA); y la Confederación Campesina del Perú (CCP), nos reunimos del 17 al 19 de Junio, en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres por la Justicia Climática en Defensa de la Madre Tierra, hacia la COP20, y como resultado de nuestro trabajo, elevamos nuestras voces manifestando lo siguiente:
– Nosotras las mujeres del campo y la ciudad, denunciamos que el Cambio Climático es consecuencia de un orden mundial patriarcal y un modelo productivo de consumo mercantilista y depredador que prioriza el crecimiento ecónomico en base a actividades industriales que provocan el calentamiento global; por ello el Cambio Clímatico no es solo un problema ambiental, es sobre todo un problema social y político.
– Esta alteración del clima en nuestros países afecta de manera directa a nuestras actividades primarias productivas basadas en la agricultura y ganadería, generando una sobrecarga de actividades domésticas y laborales que vulneran nuestra salud y agreden nuestros cuerpos. El acarreo de agua, el trabajo para salvar nuestras cocechas y animales, ya sea de sequías o inundaciones, el enfrentar inclemencias del tiempo, ha cambiando mucho la vida de las mujeres, principalmente en la alimentación de nuestras familias.
– Nosotras guardianas de la biodiversidad y las semillas de nuestros pueblos, somos las principales afectadas por el uso de agrotóxicos y otras sustancias químicas utilizadas por las grandes industrias, los cuales contaminan nuestros alimentos y nuestra tierra afectando la riqueza natural de nuestros territorios.
– La crisis climática se acompaña de una crisis de valores a escala global que afecta a nuestro modo de relacionarnos y por sobre todo afecta a nuestra Madre Tierra, mercantilizando nuestros recursos naturales y poniendo en peligro nuestra sostenibilidad y la de las generaciones venideras.
En este sentido, como mujeres campesinas, indígenas, asalariadas y artesanas planteamos dos frentes de lucha frente a las consecuencias del cambio climático en nuestras vidas:
1. A nivel nacional destacando 5 ejes de acción, en los que reclamamos lo siguiente:
Incidencia Política
– Acceso a la tierra, al agua y al territorio para las mujeres, una redistribución real de la tierra donde seamos sujetas activas y propietarias efectivas de nuestros territorios. Este reconocimiento es indispensable para poder enfrentar los efectos que el cambio climático genera sobre nuestras vidas.
– La protección de nuestras semillas ancestrales y biodiversidad, las cuales son parte de nuestra identidad cultural y conocimiento originario respetuoso con nuestra Madre Tierra.
– Presencia imprescindible en los espacios de decisión política, así como fortalecer nuestra influencia real en los espacios de toma de decisión a nivel, local, regional y nacional, haciendo valer nuestro derecho a participar por igual en la gobernanza democrática.
– El cumplimiento de leyes y normativas por parte de los poderes públicos, ante un sistemático incumplimiento y falta de implementación de las mismas en contra de nuestros derechos y oportunidades, como la Ley 28983, Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, así como la Ley N° 29785, Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u originarios, reconocido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
– El fortalecimiento y visibilización del trabajo que realizamos las organizaciones de mujeres, a favor de una modelo de desarrollo que prima la vida y los valores humanos ante todo.
Salud
– Protección al territorio de nuestros cuerpos favoreciendo nuestro autocuidado, eliminando cualquier tipo de violencia que nos dañe física o emocionalmente.
– Acceso a seguros de salud sin exclusión ni discriminación, acceso a recursos de agua y saneamiento seguros y a una alimentación sana y saludable.
– Reconocimiento de la medicina tradicional y nuestras prácticas culturales en salud.
Trabajo
– Reconocimiento y visibilización del aporte económico, social y cultural de las mujeres del campo y de la ciudad en los mercados locales, nacionales e internacionales de producción, dando valor agregado a nuestros productos.
– Valorización de las prácticas tradicionales, saberes originarios y ancestrales, que mitigan los efectos del cambio climático sobre nuestra Madre Tierra.
– Presupuestos que prevengan y mitiguen los efectos causados por los fenómenos naturales producidos a consecuencia del Cambio Climático para la pequeña agricultura y ganadería.
– Acceso a capacitación técnica a productoras rurales para la adaptación al cambio climático, así como tener acceso a nuevas tecnologías e investigaciones que pueda mitigar el CC en nuestras comunidades.
– Sistema Nacional Agrario incluyente que contemple seguros agrarios y acceso a crédito para las productoras y campesinas, así como un trabajo digno y salario justo para las trabajadoras del campo.
– Acceso para nuestras hijas e hijos a oportunidades laborales con derechos, para evitar así la migración forzada de muchos de ellas y ellos a las ciudades.
Educación
– Promover la incorporación en la currícula educativa de la realidad del cambio climático como amenaza para nuestra generación y las futuras venideras, en busca sensibilizar a nuestros hijos e hijas del respeto el cuidado al ambiente.
– Favorecer el acceso de las mujeres a la información y conocimiento para el efectivo uso y disfrute de nuestros derechos.
– Uso del lenguaje inclusivo e intercultural en todos los espacios educativos y de socialización.
Soberanía Alimentaria
– Aprobación de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional.
– Aprobación de la Ley Marco para la gestión del Cambio Climático (Proyecto de Ley Nª 3356/2013-CR), así como políticas públicas que incorporen el enfoque de género e interculturalidad frente al cambio climático con designación de presupuestos especiales en este ámbito.
– Promoción de un modelo agropecuario campesino e indígena sostenible y orgánico que mejore la calidad de vida de nuestro territorio, libre de agrotóxicos y transgénicos.
– Respeto a nuestra autodeterminación sobre los que producimos y comemos
2. A nivel global
– Rechazamos enérgicamente “falsas soluciones” al calentamiento global. Las negociaciones climáticas se han convertido en un gran mercado, donde se han creado herramientas y mecanismos para limpiar la imagen de los países más contaminantes y sus empresas como con los “Mecanismos para un Desarrollo Limpio” (MDL) o los REDD (Reducción de las Emisiones por Deforestación y Degradación), herramientas que permiten que el sistema capitalista siga consumiendo los recursos naturales, nuestros bienes comunes de toda la humanidad.
– Exigimos a los gobiernos de los países del Sur que se nieguen a implementar estas falsas soluciones y promuevan y den apoyo a la agricultura campesina sostenible, orientando la producción hacia los mercados internos, estableciendo políticas de ahorro de energía efectivas por parte de la industria.
– Afirmamos que la agricultura campesina contribuye positivamente al equilibrio de carbono del planeta, incrementa la biodiversidad, recupera la materia orgánica del suelo, sustituye la producción industrial de carne por una producción diversificada a pequeña escala, expandir los mercados locales, parar la deforestación y hacer un manejo integral del bosque por lo que consideramos es la mejor manera de luchar contra el hambre, la desnutrición y la crisis alimentaria actual.
– Exigimos a escala global el pleno derecho a la tierra y la recuperación de los territorios en especial por parte de las mujeres, la soberanía alimentaria de todos los pueblos, el acceso al agua como bien social y derecho humano, el derecho a usar, conservar e intercambiar libremente nuestras semillas, y el fomento a los mercados locales favoreciendo un consumo más responsable y sostenible con nuestra Madre Tierra.
Por todo ello nosotras las mujeres campesinas e indígenas pensamos que ante la amenaza de la crisis climática este es un momento estratégico para la construcción de modelos más justos y equitativos, donde la acción sea por y para las personas, promoviendo la autodeterminación de los pueblos, el Buen Vivir y la equidad de género como bases reales para el cambio.
Es por esto que como representantes, lideresas, hacemos un llamado a todas nuestras organizaciones, a nuestros aliados, a nuestras hermanas y hermanos en la lucha y a todas las personas comprometidas con un futuro mejor, a participar en la próxima Cumbre de los Pueblos que tendrá lugar en el mes de diciembre en Lima, paralela a la Cumbre Oficial COP20 y alzar conjuntamente una sola voz en un espacio de construcción y movilización colectiva
Nosotras y nosotros mujeres campesinas, indígenas y originarias del Perú en lucha en defensa de la justicia climática, la agricultura sostenible, la soberanía almentaria, contra la mercantilización de los bienes comunes y en defensa de los derechos de Nuestra Madre Tierra.
¡Las mujeres campesinas, indígenas, originarias del Perú tenemos propuestas para enfrentar al cambio climático!
¡Nosotras campesinas e indígenas alimentamos al mundo y enfriamos el planeta!
¡Mujeres campesinas e indígenas del mundo en defensa de Nuestra Madre Tierra por la Soberanía Alimentaria y la Autodeterminación de nuestros Pueblos!