17 de abril
El embajador en funciones recibía a la delegación astur, compartiéndose apreciaciones sobre la situación de paz, ddhh, empresas, contexto de apoyo o no del gobierno español en modo de aumento, a la «paz total», y detalles del PAV-ddhh en el que las 6 personas que llegarán a Asturias están realizando los trámites en esta Embajada.
Por la tarde el señor embajador había sido invitado también por la ministra de agricultura a participar de la reunión en la Casa Republicana DAPRE con la delegación.
La que no alcanzó a llegar fue la propia ministra, pues a escasos 20 metros del mismo palacio, en el de Nariño, se estaba realizando un encuentro de alto nivel y significación estratégica entre los gobiernos colombiano y brasileño, con los Presidentes Petro y Lula a la cabeza.
Que un 17 de abril, día mundial de las LUCHAS campesinas, se hable de reforma agraria con el equipo del ministerio encargado de realizarla con los movimientos, tiene especial significación.
Y que entre ese equipo de profesionales asesores de la ministra se encuentre Héctor Mondragón refuerza el lazo astur-colombiano, dado que el profe había estado exiliado en Asturias (antes de que el PAV-ddhh existiera, y se lo vuelve a agradecer a Asturias en este espacio solemne), y en razón a que el economista ha acompañado no solamente al movimiento indígena y campesino colombiano, sino a la Solidaridad internacional y por lo mismo a la asturiana.
La apuesta por la reforma agraria se concreta en el mayor presupuesto de la historia (dicen) para compra masiva de tierras (5 billones), con el refuerzo de la aprobación en el Congreso del campesinado como sujeto de derechos (en relación con la Declaración campesina de la ONU de 2018), con el impulso a las Zonas de Reserva Campesina, con figuras como los Territorios Campesinos Agroalimentarios, con el intento de revisión de TLCs (en los que las extensiones de palma aceitera o de caña de azúcar quedan por fuera de regulaciones), y con algo más que gestos como la entrega de la finca La Emperatriz al movimiento indígena que la había reclamado con movilizaciones fuertes, muertos y heridos, durante muchos años.
No obstante, se comenta, que el movimiento campesino se encuentra dividido y debilitado para exigir con fuerza que los cambios se desarrollen a mayor ritmo, y ello debido a la persistencia de la guerra, que afecta en modo mayor al campesinado.
Por ello también en el ministerio consideran imprescindible lograr la paz en los territorios para implementar las medidas programadas, y por ello también desde la Presidencia se había propiciado la Convención Nacional Campesina que aglutinara la participación del mundo rural organizado en formato unitario.
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