La Tierra Palestina.
Hace pocas semanas volvieron a impedir la entrada en Palestina del eurodiputado andaluz Manu Pineda de la Izquierda Unitaria. Una semana después Israel prohibía la entrada de la europarlamentaria gallega Ana Miranda, de los Verdes. Incluso sin tener prevista visita el responsable de Exteriores de la UE, J Borrell, ha tenido declaraciones del gobierno sionista de que no sería bienvenido.
En otras geografías cuando estas situaciones ocurren se actúa en reciprocidad, prohibiendo que autoridades israelís entren a la UE. Pero..¿a que no ha sido así?. Sino todo lo contrario.
Uno de los ministros del que dicen gobierno más ultra de la historia del sionismo ha venido a París a declarar abierta y provocativamente, nada menos, que el pueblo palestino no existe, y que las fronteras del Gran Israel de la doctrina sionista cuestionan las fronteras de Jordania.
Jordania, por decisión unánime de su parlamento ha expulsado al embajador israelí, pero la UE.. No.
Sí, ha sido en París donde el ministro de finanzas del sionismo ha provocado de nuevo a toda la legalidad internacional: no solamente apropiándose en sus mapas sionistas de parte de Jordania, también de parte del Líbano, de Siria y de Arabia Saudí, además de la totalidad de Palestina.
No, no puede la UE, ni España ni nadie obviar lo que desde hace más de 100 años promueve y patrocina el sionismo, y lo que lleva a cabo a marchas forzadas: la ocupación ilegal, el sometimiento atroz, la limpieza étnica, el robo de tierras en Palestina y en el Sinaí, con promesa de cada día extender su control y apropiación a otros territorios y otros países.
El día de la Tierra Palestina, este 30 de marzo, vuelve a juntar la Memoria de la historia de 1976, cuando movilizaciones y huelgas potentes por la tierra fueron reprimidas, y 7 palestinos con ciudadanía israelí fueron asesinados, decenas fueron heridas y centenares detenidas, con el presente de lucha por la tierra, frente al robo descarado y continuado que cada día padece el pueblo palestino.
El 30 de marzo es otro día para exigir el cumplimiento de las numerosas resoluciones de NNUU y para rechazar la necropolítica que niega la propia existencia del pueblo palestino, que limpia y hace desaparecer su legado cultural, histórico, económico y social a través de la violencia y la represión.
El 30 de marzo es otro momento para contrarrestar, desde la vieja Europa también, el proceso de colonización y limpieza étnica de la Tierra Palestina que no ha cesado en los 47 años de aquella huelga por la tierra, Israel ha expandido sus colonias ilegales a todos los territorios palestinos ocupados, utilizando para ello todo tipo de infraestructuras militares y civiles, como el horrendo Muro del Apartheid declarado ilegal por la Corte de la Haya, las colonias ilegales y las leyes racistas. Ha privado de acceso a sus tierras y obligado a abandonar sus casas a decenas de miles de familias palestinas, incluyendo en Jerusalén Este, y mientras, la Franja de Gaza, entra en el decimoséptimo año de bloqueo terrestre, marítimo y aéreo.
“No hay nada más doloroso que hacer este viaje casi a diario al cementerio para enterrar a personas jóvenes”, dice Majed, refugiado de Palestina en Jenin. Su hijo es paramédico y ayudó a los heridos durante la última incursión de las fuerzas israelíes. Al menos 81 jóvenes palestinas/os han sido asesinadas/os este año, 14 en Jenin. 20 eran menores de edad.
En Palestina, más del 50% de la población tiene depresión (hasta el 71% en Gaza) porque cada día la esperanza da un paso atrás. Sólo en enero 1.926 permisos para que pacientes pudieran ser tratados en hospitales de Israel no fueron aprobados a tiempo, y lo mismo pasó con otros 3.040 permisos para acompañantes. ¿Cuántas de estas personas acabaron falleciendo y cuántas lo harán por no recibir sus diagnósticos y tratamientos a tiempo? Todo ello mientras los cortes de carreteras y los continuos ‘check point’ impiden el traslado del personal médico de un lugar a otro tanto de médicos locales como de los de las ONG que tratan de apoyar a una población en estrés existencial permanente.
El régimen israelí ya ha demolido más de 28.000 viviendas palestinas, a la vez que ha generado más de 200 asentamientos y puestos de avanzada en Cisjordania y Jerusalén Este, en los que residen ya -750.000 colonos judíos. Y la tendencia va en aumento, con continuos ataques en estos últimos meses. En Ramallah, se siente miedo continuamente. Incluso cuando hay que salir a comprar comida, se va con el temor de que llegue el ejército israelí y no se pueda escapar a sus disparos, que no se pueda correr. Como nunca se sabe cuándo ocurrirá, se compra lo imprescindible para volver pronto a casa y no tropezarse con ellos. Una tensión continua difícilmente soportable.
Más de 50 periodistas han sido asesinados en los últimos años. Los periodistas palestinos que trabajan en Jerusalén ocupada han experimentado durante años el puño de hierro de Israel. Es difícil encontrar un solo periodista palestino en la ciudad que no haya sido herido por balas, golpeado con porras, arrestado falsamente o humillado por agentes de policía.
El historiador estadounidense de origen palestino-libanés Rashid Khalidi, presentaba recién su libro Palestina: Cien años de colonialismo y resistencia, y mostraba su alerta por una nueva era de limpieza étnica abierta, como ocurrió en 1948, con la Nakba, y, en menor medida, en 1967.
Frente a ello, y frente al crimen de guerra de la ocupación, hacen falta alianzas fuertes y muchas fraternidades entre los pueblos, incluidos los palestinos, los árabes , los israelíes, y los europeos.
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional define el apartheid como crimen de lesa humanidad, caracterizado por la comisión de “actos inhumanos”, como el homicidio ilegítimo, la tortura y el traslado forzoso, con la intención de mantener un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas por parte de un grupo racial sobre otro. Y hace un año Amnistía Internacional en su Informe declaraba que dicho crimen de apartheid se está dando en Palestina por parte de Israel. Y que hay que desmantelarlo.
Pero la UE no opina lo mismo. Amnistía les replica que al no comprometerse con sus principios y desvincularse de la doctrina jurídica y la investigación, la Unión Europea no sólo da alas a Israel para que cometa nuevos crímenes contra la población palestina, sino que también perjudica la lucha contra el antisemitismo. Si la Comisión tiene verdadero interés en promover la paz y la justicia, debe reconocer que las autoridades israelíes cometen el delito de apartheid, y utilizar todos los instrumentos políticos y diplomáticos a su disposición para presionarlas y que pongan fin a esta situación.
En agosto eran asaltadas y vandalizadas las oficinas de siete asociaciones palestinas, incluyendo la sede de la Unión de Comités de Trabajo Agrícola, que hace parte de la Vía Campesina Internacional, en una peligrosa escalada, dirigida a las organizaciones palestinas de derechos humanos en un intento de silenciarlas por la fuerza e impedir su trabajo, dando continuidad a lo ocurrido contra otras como los comités de salud y la prisión de sus activistas, entre ellas Juani Ruíz.
La Unión de Comités de Trabajo Agrícola es la institución agrícola más grande de Palestina y fue establecida en 1986 para mejorar la situación de las/os agricultoras/es y pescadoras/es palestinas/os. Había recibido el prestigioso galardón Equator Prize en 2014 otorgado por la Agencia de Desarrollo de las Naciones Unidas por su destacado trabajo en materia de agricultura sustentable y conservación de semillas locales a través de su banco de semillas.
El robo de tierras, la apropiación de acuíferos, la destrucción de olivares por parte del régimen ocupante israelí, hacen parte de la doctrina sionista de destrucción ambiental, y debe ser específicamente rechazada.
Este 30 de marzo, día de la tierra palestina, se volverán a plantar olivos, símbolo de la resistencia y de la permanencia en los territorios.
Y en Asturias, volveremos a honrar su simbología en los concejos de Langreo, Xixón, Corvera, Castrillón, Avilés, Oviedo.
Que Viva el día de la Tierra Palestina.
Escrito en el tronco de un olivo
Porque yo no hilo lana
porque yo estoy expuesto cada día
a órdenes de arresto
y mi casa está expuesta a las visitas policíacas
a las pesquisas, a las “operaciones de limpieza”
porque me encuentro en la imposibilidad
de comprar papel
grabaré todo lo que me sucede, grabaré todos mis secretos
en un olivo del patio de mi casa
yo grabaré mi historia y el retablo de mi drama
y mis suspiros en mi jardín
y las tumbas de mis muertos
y grabaré
todas las amarguras que borrará un décimo de las dulzuras por venir
grabaré el número
de cada caballería despojada
de nuestra tierra
el emplazamiento de mi aldea, sus límites
las casas dinamitadas, mis árboles arrancados
cada florecita aplastada, los hombres de los que se han regodeado
en descomponer mis nervios y mi hálito
los hombres de las prisiones, las marcas de todas las esposas
cerrada en mis puños
las botas de mis carceleros
cada juramento arrojado a mi cabeza
y grabaré Kafr Kassem*
yo no lo olvidaré
y grabaré
Deir Yassin*
tu recuerdo me devora
y grabaré
hemos alcanzado la cima de la tragedia
la hemos alcanzado
grabaré todo lo que me descubre el sol
me murmura la luna
lo que me narra la tórtola
en los pozos
cuyos enamorados se han exiliado
para que lo recuerde
me quedaré de pie para grabar
todo el retablo de mi drama
y todas las etapas de la derrota
de lo infinitamente pequeño
a lo infinitamente grande
en un tronco de olivo
en el patio de mi casa.
Tawfiq Ziyad, poeta palestino miembro del Parlamento y alcalde de Nazaret hasta su muerte, en 1994.
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