¿qué vamos a hacer en este tiempo constituyente?
Se reflexiona y se propone desde ámbitos diferenciados, el nuevo tiempo que correspondería construir tras el desbarajuste que al capitalismo y a la vida y a las comunidades le ha producido la epidemia viral.
¿Volver a lo mismo, pese a la demostrada capacidad de depredación del neoliberalismo-capitalismo en todas las esquinas del mundo?
¿Insistir en el militarismo, el autoritarismo, las violencias, para imponer los intereses de minoría multimillonaria sobre miles de millones de personas?
¿Aventurarse de nuevo a la superexplotación de los recursos de la naturaleza, como si nada hubiese estado ocurriendo?
¿O ponerlo todo Patas arriba: la Escuela del mundo al revés, como nos proponía el sabio Eduardo Galeano ? .
Dice Stella Calloni que
“Nadie escucha cuando la muerte muerde los talones y los desesperados buscan el amparo de los más estables, los más dignos, los que le dan la respuesta que buscan. La falta de respuesta de un sistema que resultaba siempre triunfador en sus políticas de dominación, de saqueo, de muerte, de despojo de la humanidad, los ha dejado desnudos.
Está en nosotros acostumbrados a una eterna resistencia nunca tan necesaria como en estos momentos, deshacer los hechizos brutales del capitalismo, apagar el imperio o al menos comenzar a hacerlo recurriendo a toda la capacidad de imaginación que también hemos visto resurgir en estos tiempos, como ha resurgido nuestras memoria histórica, la creatividad, nuestra memoria cultural y hemos comenzado a identificarnos, a tocarnos sin tocarnos, a llorar juntos a nuestros muertos, pero también a reinventar la vida que es en todos los casos un camino de liberación”.
Pachakuti es un término andino que interpreta «la transformación de todo», el “nuevo comienzo”, y la situación provocada por el coronavirus de forma global podría inducir a apropiarnos de ella para ayudarnos a reinventar el futuro.
En el Programa de uno de los movimientos andinos que se reclama “del Pachakuti”, se pueden leer propuestas como:
Una Constitución de todas las naciones, sin discriminación ni exclusiones. Un estado que asegure techo, educación, salud y soberanía alimentaria. Una economía libre de monopolios que permita desarrollar nuestros mercados al servicio de nuestros pueblos. Una Confederación de países de alianza natural, una verdadera Independencia.
Esa mirada comparte valoración con muchas otras de latitudes diferentes sobre que la destrucción de la naturaleza tiene relación directa con las pandemias, y que las luchas de los pueblos por defender territorios, culturas, y derechos resulta estratégico y vital para los “nuevos comienzos”.
Se ha reafirmado lo que el pueblo Lakota enseñaba
“…Cuando la Tierra esté muriendo, cuando la humanidad esté en caos, cuando esté al borde del abismo, emergerán vigorosos del sur, “los guerreros del arco iris”, para devolver el equilibrio y la armonía a la Madre Tierra. Ellos pondrán su fe en acciones, no en palabras…”. “Llegará el tiempo en que habremos de necesitar a los que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas las viejas costumbres de los pueblos”, para que ellos nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y el respeto a la vida.
Alberto Acosta, que fue ministro y que presidió una asamblea constituyente nos dice que..
“Desde la cosmovisión indígena el mejoramiento social es una categoría en permanente construcción y reproducción. Las acciones humanas que propician el Buen Vivir, los bienes materiales no son los únicos determinantes. Hay otros valores en juego: el conocimiento, el reconocimiento social y cultural, los códigos de conductas éticas e incluso espirituales en la relación con la sociedad y la Naturaleza, los valores humanos, la visión de futuro, entre otros. El Buen Vivir constituye una categoría central de la filosofía de vida de las sociedades indígenas. Y su aporte nos invita a asumir otros “saberes” y otras prácticas.”
El Pachakuti, el tiempo de las transformaciones profundas.. ¿podrá ser impulsado ahorita, en tiempos de pandemias?
Es decir, la transformación de la naturaleza, de la historia y la sociedad, el despertar de una nueva conciencia en sincronía y con la energía revitalizadora de la Pachamama.
Dependerá sin duda de las capacidades movilizadoras de Todas/os.
De los esfuerzos, la valentía, y la determinación colectiva en este “momento constituyente” y descolonizador.