La desprotección histórica de los pueblos indígenas está siendo de nuevo repetitiva para la vulnerabilidad de estos pueblos. http://gueligaites.org/?p=1847
Si recuerdan a Gabo y El Amor en tiempos del cólera, era el río Magdalena, grande y hermoso, por el que el protagonista se desplazaba y encontraba barcos contagiados por aquel mal y en cuarentena obligada.
Ahora podría ser en el río Amazonas, todavía más grande, de longitud, anchuras y países y territorios que recorre en sus 6500 km.
14 médicos muertos daban ayer en Iquitos, una ciudad de puerto fluvial junto al Amazonas (antes de que cambiara de curso, ahora con uno de sus brazos).
Iquitos ahora pertenece al Perú, y en otro tiempo fue de Ecuador, y allí las personas contagiadas de covid19 es tan numerosa y las posibilidades de atención tan escasas que la gente se va a sus casas a morir.
Siguiendo el curso del gran río en la triple frontera está Leticia. Allí la cárcel está totalmente contagiada; todos sus 90 presos. Pero también se ha publicado “el paseo de la muerte” que sufrió uno de sus habitantes famosos, don Antonio Bolívar, sabio indígena que había protagonizado la película el Abrazo de la Serpiente.
El “paseo de la muerte” nos lo han descrito varias veces las personas colombianas que llegan a protección temporal en Asturias, y particularmente quienes por defender la sanidad pública son perseguidos a muerte: una persona enferma o herida, que va de un centro de salud a otro y en ninguno quieren atenderle si no demuestra que tiene con qué pagar.
En ese recorrido muchos fallecen, y esta vez ha sido don Antonio Bolívar, Karamakate. (¿ven el parecido del nombre con Antonio José Bolivar Proaño, el Viejo-que-leía novelas-de-Amor, también en la Amazonía, del fenecido por virus, el chileno-astur Luís Sepúlveda?).
Antes de llegar al mar y dividirse en centenares de cauces y formar islas magníficas junto a una ciudad de millones de habitantes como Belén do Pará, mucho antes el río inmenso pasa por Manaos.
Su alcalde Arthur Virgilio Neto ha declarado que están viviendo una película de terror, con más 4.000 contagios y 620 muertos (hace una semana) lo que ha causado el colapso del sistema de salud de la principal ciudad amazónica brasileña, y las fotos de los enterramientos en fosas colectivas causan también terror visual..
«No queremos milagros. Lo que necesitamos es un avión lleno de escáneres, ventiladores, medicamentos y equipos de protección», ha dicho este alcalde ante la desatención flagrante del no menos terrorífico presidente Bolsonaro.
400 pueblos indígenas en el curso del inmenso río están en peligro total e indefensión que avergüenza, pues no se ha implementado ninguna acción o estrategia conjunta por parte de los gobiernos.
Y no será porque no haya habido avisos previos y con tiempo, pero la mayoría de los gobiernos, durante siglos, solo han visto a la Amazonía como un lugar del que se pueden sacar recursos, pero nunca donde invertir en temas como salud o educación.
Actualmente, el departamento del Amazonas es la provincia con mayor tasa de contagio por habitante en todo Colombia. Además del mencionado don Antonio Bolívar también el diputado indígena amazónico Camilo Suárez falleció, en su casa, porque nadie acudió a atenderle.
En la parte peruana el Pueblo Shipibo está de luto. El alcalde de Masisea, Silvio Valles Lomas, del pueblo shipibo-conibo falleció en el Hospital Amazónico de Yarinacocha.
El Amazonas, desde las montañas incas del Perú hasta la enormísima desembocadura en Belén, constituye milenariamente una grandiosa fuente de vida, y una gigante fábrica de aire limpio que contradice la galopante contaminación mundial. ¿Cómo es que ahora se ha convertido en un vehículo de transmisión de muerte?
Los pueblos indígenas en la Amazonía han estado en alerta ante los riesgos que la enfermedad podía traer a sus comunidades.
«A lo largo de la historia hemos sido víctimas de sucesivos invasores (…) por las enfermedades que portaban, como la gripe, la viruela y el sarampión».
No cuentan con una asistencia sanitaria adecuada porque al Estado no le ha importado hacerlo.
El virus ataca a los adultos mayores, y en las culturas indígenas, los más adultos son los que transmiten el conocimiento a los más jóvenes y son fuente de autoridad. La pérdida de este conocimiento será irreparable.
Ante la inacción de los gobiernos para atender las necesidades de los pueblos originarios frente a la expansión del Covid-10, la COICA, coordinadora de organizaciones indígenas de la Cuenca Amazónica, (Perú, Guyana, Brasil, Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Guyana francesa, Suriname) ha realizado un llamado a gobiernos, agencias de cooperación, organismos internacionales, fundaciones y ciudadanos a donar al Fondo de Emergencia para la Amazonía, que se ha creado con el objetivo de recaudar y canalizar recursos a las comunidades y organizaciones indígenas de base que enfrentan la emergencia COVID-19 en toda la cuenca del gran río Amazonas.
#AmazoníaVivaHumanidadSegura .