En la senda de «la guerra del agua» de Cochabamba, sublevación popular contra la privatización, que fue seguida en las Aguas del Illimani y otras, Bolivia propuso y la ONU aprobó..El Agua como Derecho humano.
sin embargo…corporaciones como kaka-kola, acaparadora de agua, influyeron en el gobierno USA para abstenerse, o militares israelitas en su gobierno, para seguir robando el agua de los palestinos..
Felicitaciones al gobierno boliviano, y a las gentes de Cochabamba.
Agua, derecho fundamental
La Jornada
Por amplia mayoría, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó el 28 de julio una resolución, presentada por el gobierno de Bolivia, que reconoce al agua potable como un derecho humano básico y convoca a los estados y los organismos internacionales a proporcionar los medios necesarios para garantizar a la población mundial el acceso al vital líquido.
A pesar de que ningún país se opuso a la aprobación del documento referido, diversas delegaciones –entre ellas las de Estados Unidos, Israel, Canadá y el Reino Unido– decidieron abstenerse en la votación por considerar que no existe fundamento jurídico para sustentar el derecho al agua. La representación de Washington fue incluso más allá y defendió su postura al señalar que la propuesta boliviana intenta ser un atajo que podría afectar los trabajos que se realizan en esa misma materia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Tales resistencias resultan preocupantes, por cuanto ponen en relieve el choque de intereses en torno a un asunto que, dada su importancia y por elementales consideraciones éticas y humanitarias, habría debido derivar en un consenso unívoco.
Sin que ello demerite el valor histórico de la determinación adoptada en el seno de la Asamblea General de la ONU, es claro que la viabilidad práctica de ésta quedará condicionada en la medida en que no reciba el pleno respaldo de todas las naciones, empezando por aquellas que cuentan con mayor peso económico y geopolítico.
Por lo demás, el alegato legalista al que recurrieron las naciones referidas es por lo menos cuestionable: como señaló el especialista de Amnistía Internacional sobre el derecho al agua, Ashfaq Khalfan, no hay ninguna razón jurídica para que los países no apoyen la resolución, pues el derecho al agua ya forma parte del derecho internacional.
Es mucho más clara, en cambio, la importancia que tiene la resolución aprobada por la ONU como contrapeso al poder depredador de las grandes corporaciones que lucran con el agua.
En efecto, como han señalado diversos especialistas, el reconocer como un derecho humano el acceso a ese recurso contribuye a establecer un límite a los intereses de las grandes compañías que negocian con el vital líqudo, y a anteponer formalmente las necesidades de las personas a los intereses de los grandes capitales.
La consideración anterior no es ociosa si se toma en cuenta que los recursos hídricos del planeta son actualmente objeto de un proceso de privatización global avalado y hasta exigido por instituciones financieras del peso del Banco Mundial.
En las últimas décadas, los intentos de justificar esta oleada privatizadora han partido, por regla general, de la supuesta consigna de revertir la escasez del agua potable y garantizar su suministro a las personas, ante la incapacidad financiera de los estados para dotar del servicio y la infraestructura necesaria.
Sin embargo, como ha ocurrido con otros procesos privatizadores, el del agua no sólo no ha contribuido a garantizar el acceso universal a ese recurso; también ha incentivado, mediante la concentración y el control de los recursos hídricos por parte de grandes empresas, el encarecimiento del líquido y ha dificultado su acceso para las poblaciones de países pobres.
Según cifras de la propia ONU, al día de hoy más de 800 millones de personas en el mundo carecen de agua potable y 2 mil 500 millones sólo pueden acceder a este recurso a más de tres kilómetros de distancia de sus hogares.
En la hora presente, el reconocimiento del derecho humano al agua constituye un paso imprescindible en el proceso civilizatorio y en los esfuerzos por garantizar la viabilidad de la especie humana.
Cabe esperar que los gobiernos que no apoyaron la resolución adoptada por la ONU recapaciten y hagan cumplir, en sus respectivas naciones y fuera de ellas, este derecho fundamental.
la resolución:
La adopción de esta resolución estuvo precedida de una activa campaña liderada por el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma.
A continuación la intervención de Pablo Solón, representante Permanente del Estado Plurinacional de Bolivia, en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Derecho Humano al Agua y Saneamiento”
Señor Presidente
Permítanme empezar la presentación de esta Resolución recordando que “Los seres humanos somos esencialmente agua”. Alrededor de dos terceras partes de nuestro organismo están compuestas de agua. Un 75% de nuestro cerebro está constituido por agua, y el agua es el principal vehículo de las transmisiones electroquímicas de nuestro organismo.
Nuestra sangre circula como un enjambre de ríos en nuestro cuerpo. El agua en la sangre ayuda a transportar nutrientes y energía a nuestro organismo. El agua también aleja de nuestras células los productos de desecho para su excreción. El agua ayuda a regular la temperatura de nuestro cuerpo.
La pérdida de un 20% de agua del cuerpo puede causar la muerte. Es posible sobrevivir varias semanas sin alimento pero no es posible sobrevivir más de algunos días sin agua. “El agua, sin duda alguna, es vida”.
Por eso hoy presentamos esta histórica resolución a consideración del plenario de la Asamblea General los Estados copatrocinadores de:
Angola, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita, Azerbaijan, Bahrein, Bangladesh, Benin, Eritrea, el Estado Plurinational de Bolivia, Burundi, Congo, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Fiji, Georgia, Guinea, Haití, Islas Salomón, Madagascar, Maldivas, Mauricio, Nicaragua, Nigeria, Paraguay, República Centroafricana, República Dominicana, Samoa, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Serbia, Seychelles, Sri Lanka, Tuvalu, Uruguay, Vanuatu, la República Bolivariana de Venezuela, y Yemen.
El derecho a la salud fue originalmente reconocido en 1946 por la Organización Mundial de la Salud. En 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos declaró entre otros el “derecho a la vida”, el “derecho a la educación” y el “derecho al trabajo”. En 1966 se avanzó en el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales con el reconocimiento entre varios otros del “derecho a la seguridad social”, y “el derecho a un nivel de vida adecuado” que incluye una alimentación, vestido y vivienda adecuados.
Sin embargo el “derecho humano al agua” ha seguido sin ser reconocido plenamente aunque existen claras referencias en varios instrumentos internacionales como: la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Por eso los copatrocinadores presentamos esta resolución para que se reconozca el derecho humano al agua y al saneamiento en momentos en los cuales las enfermedades provocadas por falta de agua potable y saneamiento provocan más muertes que cualquiera de las guerras.
Cada año más de 3 millones y medio de personas mueren por enfermedades transmitidas por agua contaminada.
La diarrea es la segunda causa más importante de muertes de niños por debajo de los 5 años. La falta de acceso a agua potable mata más niños que el SIDA, la malaria y la viruela juntos.
A nivel mundial aproximadamente una de cada 8 personas no tiene agua potable.
En solo un día más de 200 millones de horas del tiempo de las mujeres se consumen en recolectar y transportar agua para sus hogares.
La situación de la falta de saneamiento es aún mucho peor porque afecta a 2.600 millones de personas que equivalen a un 40% de la población mundial.
Según el Informe de la Experta Independiente sobre saneamiento que ha sido un importante aporte para esta resolución y que contribuirá aun mas a su implementación:
“El saneamiento, más que muchos otras cuestiones de derechos humanos, evoca el concepto de la dignidad humana; se debe considerar la vulnerabilidad y la vergüenza que tantas personas experimentan cada día cuando, una vez más, se ven obligadas a defecar al aire libre, en un cubo o una bolsa de plástico. Es lo indigno de esta situación lo que causa vergüenza.”
La gran mayoría de enfermedades en el mundo son causados por materia fecal. Se estima que el saneamiento podría reducir en más de un tercio las muertes niños por diarrea.
En todo momento la mitad de las camas de los hospitales de todo el mundo están ocupadas por pacientes que padecen enfermedades asociadas con la falta de acceso al agua potable y la falta de saneamiento.
Señor Presidente
Los derechos humanos no nacieron como conceptos totalmente desarrollados, son fruto de una construcción dada por la realidad y la experiencia. Por ejemplo el derecho humano a la educación y al trabajo que están en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se fueron construyendo y precisando en el tiempo, con el Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en otros instrumentos internacionales tales como la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Lo mismo ocurrirá con el derecho humano al agua y al saneamiento.
Por eso saludamos y alentamos en el tercer párrafo operativo de esta resolución a que la experta independiente siga trabajando en todos los aspectos de su mandato y presente a la Asamblea General las principales dificultades relacionadas con la realización del derecho humano al agua potable y al saneamiento, y el efecto de éstas en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
La Cumbre Mundial sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio está muy próxima y es necesario dar una señal muy clara al mundo de que el agua potable y el saneamiento son un derecho humano, y que vamos a hacer todo lo posible para avanzar en la consecución de esta meta para la cual apenas nos quedan 5 años.
Por eso la importancia del segundo párrafo operativo de la resolución que exhorta a los Estados y las organizaciones internacionales a que proporcionen recursos financieros y propicien el aumento de la capacidad y la transferencia de tecnología por medio de la asistencia y la cooperación internacionales, en particular a los países en desarrollo, a fin de intensificar los esfuerzos por proporcionar a toda la población un acceso económico al agua potable y el saneamiento.
Toda resolución tiene un corazón. Y el corazón de esta resolución está en su primer párrafo operativo. A lo largo de varias consultas informales hemos buscado acomodar las diferentes preocupaciones de los Estados Miembros, dejando de lado las cuestiones que no son propias de esta resolución y buscando siempre el equilibrio sin perder la esencia de esta resolución.
El derecho al agua potable y al saneamiento es un derecho humano esencial para el disfrute pleno de la vida.
El agua potable y el saneamiento no son solamente elementos o componentes principales de otros derechos como “el derecho a un nivel de vida adecuado”.
El derecho al agua potable y al saneamiento son derechos independientes que como tal deben ser reconocidos.
No es suficiente exhortar a los Estados a que cumplan con sus obligaciones de derechos humanos relativas al acceso al agua potable y al saneamiento.
Es necesario convocar a los Estados a promover y proteger el derecho humano al agua potable y al saneamiento.
Señor Presidente,
Nuevamente y siguiendo el camino transparente de buscar siempre un amplio entendimiento y sin que se pierda la perspectiva sobre la esencia misma de este proyecto de resolución, a nombre de los copatrocinadores queremos proponer una enmienda oral al primer párrafo de la parte resolutiva para reemplazar el termino “declarar” por la expresión “reconocer.”
Señor Presidente
Antes de pasar a considerar esta resolución quiero traer a la mente de todas delegaciones que, según el reporte del 2009 de la Organización Mundial de la Salud y de UNICEF que lleva por título “Diarrea: Por qué los niños siguen muriendo y qué se puede hacer”: cada día, 24.000 niños mueren en los países en desarrollo por causas que se pueden prevenir como la diarrea producto de agua contaminada. Esto significa que muere un niño cada tres segundos.
Uno, dos, tres…
Como dice mi pueblo “Ahora es cuando”
Muchas gracias
Fuente: http://alainet.org/active/39863