Cuidemos al Planeta A.
22 de abril. Día de la Madre Tierra.
Fue establecido en NNUU a propuesta de Bolivia, como reconocimiento a la Tierra y sus ecosistemas como nuestro hogar, y para promover conciencia para alcanzar el justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, a través de la armonía con la naturaleza y la Tierra.
Este año además, y para el ámbito latinoamericano, se cumplen tres años desde la adopción del Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como el Acuerdo de Escazú, el primer tratado ambiental de la región y el primero en el mundo en contener disposiciones específicas sobre defensoras/es de derechos humanos en asuntos ambientales.
La fecha reviste gran importancia dado que, habiéndose alcanzado las ratificaciones necesarias, el Acuerdo entrará en vigor este 22 de abril de 2021.
Dice la ONU: “La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos. La naturaleza sufre. Los incendios en Australia, los mayores registros de calor terrestre y la peor invasión de langostas en Kenia… Ahora nos enfrentamos a COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (enfermedades zoonóticas).
De acuerdo con PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses. De estas enfermedades, el 75% provienen de animales.
Esto muestra las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental.
Recordemos más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía con la naturaleza y la Tierra.”
Los numerosos conflictos socioambientales y el elevado número de asesinatos de líderes ambientales como Berta Cáceres o Samir Flores han llevado a considerar a América Latina y Caribe como la región más peligrosa del mundo para ser defensora o defensor de los derechos humanos, de la tierra o activista medioambiental.
El Acuerdo de Escazú que entra en vigor este 22 de abril es no sólo el primer tratado ambiental de América Latina y Caribe, sino también del único acuerdo vinculante adoptado hasta la fecha derivado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20).
Reconoce el derecho fundamental a un medio ambiente sano, al paso que da voz a las mujeres, a los pueblos indígenas, a los jóvenes, a las personas con discapacidad y a las comunidades vulnerables para que luchen por sus derechos y tengan garantías de protección en este proceso.
Sin embargo, paralelamente a la expansión de la agroindustria, la tala de bosques tropicales y la generación de grandes ganancias para las principales corporaciones mundiales producto de la minería, se dan ataques cada vez más brutales contra las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente.
Podemos ejemplificar en algunas de ellas, como Jani Silva.
Jani Silva es una defensora ambiental que, a pesar de las amenazas contra su vida, continúa luchando por la conservación del ecosistema de la Amazonía y por los derechos de cientos de personas campesinas.
Jani Silva te está ayudando a respirar. Sí, a ti. A pesar de los ataques, lucha para proteger el ecosistema de la Amazonía. Es consciente de su importancia: el agua, los bosques y los humedales que contiene producen el oxígeno que permite respirar al mundo entero.
Colombia es el lugar más peligroso de las Américas para defender el medioambiente. Cada día, personas como Jani, que defienden el rico ecosistema de Colombia y a quienes viven en él, son atacadas, perseguidas e incluso asesinadas. Jani se enfrenta a amenazas de grupos ilegales, del ejército, de narcotraficantes y de empresas multinacionales.
Aun así, se levanta cada día a las cinco y media de la mañana y trabaja con cientos de personas campesinas de su comunidad sobre una diversidad de proyectos fundamentales, desde reforestación hasta empoderamiento juvenil.
Respira profundamente.
Para seguir respirando, debemos proteger nuestro planeta. Para proteger nuestro planeta, debemos proteger a personas como Jani Silva.
Pide al presidente de Colombia que:
• garantice que Jani Silva y las personas con quienes trabaja tienen acceso a un plan de protección colectiva.
«El Día Internacional de la Madre Tierra propone una concepción de la Tierra como una entidad que sostiene a todos los seres vivientes del planeta»,
afirmó Miguel D’Escoto, que presidia la Asamblea de la ONU ese año de 2009.
Al proclamar esta fecha la Asamblea reconoció que “Madre Tierra” es una expresión común en varios países y regiones, reflejando la interdependencia que existe entre los seres humanos, otras especies y el planeta que habitamos.
Solicitó que los Estados Miembros, los órganos de Naciones Unidas, organismos internacionales, regionales, subregionales, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil observen y creen conciencia del Día.
Bolivia fue el país que realizó la propuesta aprobada, y además implementó dos leyes propias: la de Derechos de la Madre Tierra, en diciembre de 2010 y de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien en octubre de 2012.
En ellas se establece una visión y fundamentos de desarrollo integral en armonía y equilibrio con la Madre Tierra para Vivir Bien, garantizando la continuidad de la capacidad de regeneración de los componentes y sistemas de vida de la Madre Tierra, recuperando y fortaleciendo los saberes locales y conocimientos ancestrales, en el marco de la complementariedad de derechos, obligaciones y deberes;
así como los objetivos del desarrollo integral como medio para lograr el Vivir Bien, las bases para la planificación, gestión pública e inversiones y el marco institucional estratégico para su implementación.
En 2010, 20-21-22 de abril, Bolivia convocaba su primera Cumbre mundial sobre cambio climático y derechos de la Madre Tierra. En 2015, 10-11-12 de octubre, convocaría la Segunda Cumbre. De Pueblos, cambio climático y Defensa de la Vida. Delegaciones astures participaban en ambas.
http://miradoriu.org/spip.php?article115
«La proclamación del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra tiene por objeto invitar a los Estados, las Naciones Unidas y el resto del sistema intergubernamental, la sociedad civil organizada y demás interesados a que observen el día cada año. Nos ofrece una buena oportunidad de concienciar al mundo acerca de los desafíos que tenemos ante nosotros para asegurar el bienestar del planeta y de toda la vida que sustenta.»
El presidente de la Asamblea General seguía diciendo en 2009:
«Como señalan los científicos, nos estamos acercando, y quizá ya hemos llegado, a un punto de inflexión en el que el daño que estamos infligiendo al medio ambiente es irreversible. Es posible que enfrentemos un futuro de decadencia inexorable a medida que destruimos los frágiles ecosistemas que sustentan toda la vida en el planeta. Lo que debemos preguntarnos ahora es cómo hacer más lenta esta decadencia o, en el mejor de los casos, cómo invertirla y devolver la salud a nuestro planeta.
También nos estamos acercando a un punto de inflexión en nuestra conciencia colectiva del terrible daño que nuestra especie está infligiendo a nuestra querida Madre Tierra.
Somos ahora conscientes de la milagrosa complejidad de nuestra diversidad biológica terrestre y marina y de su fragilidad. Hace dos años, este noble órgano declaró el 2010 «Año Internacional de la Diversidad Biológica» como parte de los esfuerzos por hacer más lento el horrendo ritmo de la pérdida de la riqueza de nuestro planeta. Sin embargo, seguimos despilfarrando nuestra abundancia natural en nombre de una fe cuasireligiosa en las ganancias y en el mercado. La crisis económica y financiera que se está propagando debe ser considerada no sólo un fracaso de las políticas, sino una señal de alerta de que nuestro hiperconsumo, nuestra codicia sin límites y la obsesiva acumulación de poder y dominio no tienen futuro si queremos sobrevivir.
La Asamblea está enviando un mensaje especial de esperanza en el Día de la Madre Tierra. Estamos haciendo de las personas y el bienestar del planeta el centro de nuestra atención y reconociendo que la buena administración de nuestros recursos menguantes es una responsabilidad compartida. Después de todo, la Madre Tierra nutre y sostiene la vida y nuestra propia humanidad.
Debemos, como hermanas y hermanos que somos, cuidar de la Madre Tierra a nuestra vez.
Convirtámonos una vez más en buenos administradores. Oigamos los sabios consejos de los pueblos indígenas, que, contra viento y madera, han mantenido sus profundos vínculos con la naturaleza. Apoyemos a los miles de millones de pequeños productores de alimentos que, con métodos de agricultura sostenible, pueden seguir brindándonos alimentos saludables y no ser empujados a caer en la miseria por políticas comerciales injustas y agroindustrias codiciosas. Nuestra decisión hoy es un paso simbólico más para cambiar la mentalidad dominante que nos ha llevado tan cerca de la autodestrucción.»
«Está claro que debemos movilizar nuestras fuerzas a nivel mundial para afrontar los problemas que hemos creado. No tengo ninguna duda de que las Naciones Unidas nos proporcionan la mejor plataforma para las enormes tareas que tenemos ante nosotros. Este foro también necesita la inspiración y la visión que nuestros científicos, activistas de la sociedad civil y líderes políticos pueden brindarnos.»
El concepto Madre Tierra tiene sus orígenes en la cosmogonía de la Pachamama, pero la lucha por defenderlo es universal.
Además: De 2021 a 2030, año en el que también concluyen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se extiende el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.
Este es el plazo límite que, según las personas expertas, representa la última oportunidad de prevenir un cambio climático catastrófico.
El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas es un llamamiento a proteger y recuperar los ecosistemas a escala mundial, en beneficio de la humanidad y la naturaleza. Tiene por objeto poner fin a la degradación de los ecosistemas y restaurarlos para cumplir los objetivos mundiales. Contar con ecosistemas saludables es la única forma de mejorar los medios de subsistencia de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener la pérdida de la biodiversidad.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado el Decenio de las Naciones Unidas a raíz de una propuesta de acción impulsada por más de 70 países de todos los rincones del planeta.
¿Logrará, lograremos cumplir el objetivo?
¿Si no existe PLANeta B, no habrá que CUIDAR MUCHO MÁS este único planeta A en el que habitamos, la Madre Tierra?