A SUD informa
HACIA CANCUN
nace RIGAS
Red Italiana para la Justicia Ambiental y Social
EN ITALIA
Para discutir del camino hacia Cancun, de las posibilidades que ofrece a los movimientos sociales y a la sociedad civil en Italia, de las propuestas salidas de Cochabamba y de como traducir este camino en debate y acciones politicas aqui en Italia, nace la RED ITALIANA PARA LA JUSTICIA ECONOMICA y SOCIAL- Rigas.
La Red – conformada por decenas de organizaciones, asociaciones, comitès, sindicados, fuerzas politicas y abierta a incluir otras realidades en su camino – se encargarà en los proximos meses de promover asambleas, debates, encuentros, iniciativas con el fin de crear una red de realidades sociales que trabajen sobre el tema y que enlacen sus luchas y sus aportes a la cuestion global del clima.
Adjuntamos en seguida el documento fundativo que contiene los principios y las propuestas de la Red.
RED ITALIANA PARA LA JUSTICIA AMBIENTAL Y SOCIAL
Hacia Cancún. Cambiar el sistema, no el clima
El pasado 5 de junio diversas realidades y sujetos, en representación de comités, asociaciones, sindicatos y redes sociales de todo el país se reunieron en Roma para discutir la forma de afrontar, también en Italia, la que se ha definido como la más grave amenaza para la humanidad: el cambio climático.
Aquí comenzó el camino para la constitución de la ”Red Italiana para la Justicia Ambiental y Social”
En este momento son más de 600 millones los seres humanos que sufren las consecuencias negativas del cambio climático y cientos de miles los que han perdido la posibilidad de su propia supervivencia. En Cochabamba, en Bolivia, el pasado 22 de abril durante la primera Conferencia Mundial de los Pueblos por la Justicia Climática y los Derechos de la Madre Tierra los movimientos sociales y la sociedad civil internacional elaboraron una declaración llamada “Acuerdo de los Pueblos”.
Es el primer manifiesto de este milenio que busca afrontar de manera completa la responsabilidad y las causas, e identificar medidas eficaces para afrontar y resolver la crisis ecológica de nuestro hogar común, la madre Tierra. Las propuestas aquí contenidas, junto con los puntos surgidos en Cochabamba de la Mesa 18, plenamente compartidos por todos, serán la base sobre la cual iremos a Cancún, en Mexico, durante la última semana de noviembre y la primera de diciembre, cuando tendrá lugar el próximo COP 16 (Conference of the Parties) de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Después del vergonzoso fracaso del COP 15 de Copenhague, que ha demostrado la incapacidad de los actuales “gobernantes” globales para afrontar la crisis, la próxima cita podría marcar una etapa decisiva en la cual los movimientos y los pueblos del mundo deben poder jugar un papel importante. No nos podemos permitir otro retraso después de haber visto que las heridas infligidas a la biosfera ya han puesto en serio peligro a la humanidad. Peligros y catástrofes resumidos de una manera evidente por encuestas científicas en todo el mundo. Crisis ambiental y social que son el fruto de politicas y elecciones llevadas a cabo por el sistema económico capitalista, responsable de un colapso estructural que afecta a toda la humanidad, del sur al norte dle globo. Asistimos de hecho a una crisis con múltiples factores y niveles: económico, financiero, ecológico, energético, migratorio y alimentario. Nunca antes la humanidad se ha enfrentado a problemas así de complejos e interdependientes entre ellos.
Una crisis global inédita que es contemporánea de superproducción (al menos de determinados bienes no cubiertos por los ingresos necesarios para acceder a ellos) y de infraproducción (de tantas necesidades sociales que continúan insatisfechas), lo que vale tanto para el sur del mundo como para los países más industrializados.
Por esto hoy no es posible pensar afrontar y superar la crisis ecológica y el cambio climático generado por el modelo capitalista permaneciendo en una lectura parcial y separada del medio natural, como si se tratase de una cuestión secundaria y no relacionada con la crisis económica, social y democrática. Esto es todavía más evidente en un país como el nuestro.
Creemos que, poniendo en el centro el respeto por la vida y la naturaleza, sería todavía posible afrontar y comenzar a resolver al mismo tiempo todas las crisis.
Las explicaciones a las crisis que se están dando en nuestro país suenan siempre más discordantes y falseantes de la realidad, a diferencia de los razonamientos que en muchas partes del mundo se hacen para encontrar respuestas innovadoras. Como si las posiciones estuvieran cristalizadas y no se pudiera discutir fuera de los paradigmas tradicionales: crecimiento infinito-bienestar generalizado.
El mantra que continúa a sernos repetido como única solución es la idea de que la crisis puede ser superada mediante el relanzamiento de la crecida económica fundada sobre la desregulación, junto a la eliminación de cualquier restricción sobre la libertad de empresa y su expansión en la esfera de actividades de utilidad pública una vez gestionadas por el estado y que deben continuar siéndolo.
Pero, ¿cómo es posible sostener una idea ahora mismo demostrada no sólo errónea, sino además contraproducente, e impugnada por los más serios economistas mundiales? Es simplemente imposible imaginar un crecimiento económico infinito frente a un mundo con recursos y bienes limitados.
La dramática crisis ecológica es el proprio reflejo de una posición dogmática que continúa a guiar la mayor parte de las decisiones de a política.
Es necesario redefinir el concepto de riqueza y de bienestar. El mismo “desarrollo” es una palabra “bastarda” – según se ha afirmado – porque contiene el error del crecimiento, y el crecimiento contiene la idea de la acumulación financiera. Es necesario en cambio imaginar otro modelo de relaciones económicas que sean contemporanea, social y ambientalmente sostenibles.
Se trata de la cuestión del uso más racional y apropiado de los recursos naturales y culturales y de las fuentes energéticas, las tipologías de los productos, los medios de transporte, las ciudades, los modelos sociales y los estilos de vida. En resúmen, lo que presupone una capacidad colectiva de programación, de decisión compartida sobre las cosas que hacen crecer y las que hacen decrecer, un modelo productivo y de consumo que sustituya la identidad basada sobre lo que se posee individualmente, sobre los valores del “bien vivir” para todos.
Un objetivo ciertamente ambicioso, que pasa por la reconversión del actual modelo prevalente de producción y consumo y que no puede ser preacordado con un criterio idealista, y mucho menos con imposiciones autoritarias. Se consigue sólo mediante una proyectación común de todos los sujetos que, partiendo de su propia especificidad, tienen la necesidad de cambiar el estado de las cosas existentes. Es necesario volver a situar la cuestión de “qué, cómo, dónde y para quién producir”. Pero para modificar de una forma seria los modelos de desarrollo y los ciclos productivos, sirven de igual forma intervenciones y competencias externas y la participación activa y consciente de quien opera en el interior de los ciclos productivos, que son los trabajadores y sus representantes.
¿Cómo es posible dejarse guiar por la mano (in)visible de la empresa para organizar y gestionar la producción y distribución de los bienes y servicios indispensables para adegurar la dignidad y la cohesión social entre la población?
¿Cómo podemos pensar en construir una nueva sociedad de trabajo creativo y selecto sin asumir como objeto mismo del esfuerzo productivo social la salvaguarda y la regeneración de los bienes comunes naturales y culturales?
La contraposición entre trabajo y medio ambiente continúa a reflejar dramaticamente el fallo del modelo económico dominante y de los gobiernos globales que en estos últimos veinte años ha llevado al aumento de la gente que pasa habre y sed, de los prófugos ambientales, de los pobres, de los desocupados, de los emigrantes económicos, de la criminalidad y la corrupción… de las guerras. Esto también ha sido denunciado por Via Campesina, el movimiento mundial de los pequeños ciudadanos, que sosteniendo el modelo de Soberanía Alimentaria defienden la agricultura familiar de subsistencia, amenazada por el Agrobussines de multinacionales y transnacionales responsables de una masiva producción de CO2 y del empobrecimiento de las familias obligadas a emigrar. Cambio climático y empobrecimiento no se pueden separar. Y estaría bien recordar que las mujeres pagan un precio todavía más alto, en términos de violaciones de sus derechos, además de la falta de reconocimiento de su trabajo doméstico y asistencial, que se carga, todavía más y en modo inconcebible, sobre sus hombros.
Estamos convencidos de que sólo abordando estas cuestiones con la necesaria radicalidad se pueden poner en marcha otros escenarios para salir de la crisis. Esta batalla deverá encontrar el máximo de convergencia entre todos los movimientos y los sujetos sociales, políticos e institucionales disponibles, comenzando ya en el próximo vértice de Cancún.
Queremos afrontar la crisis ecológica no con la idea de “cambiar” el clima y comenzar la enésima privatización, esta vez de la biosfera, sino comprometiéndonos a cambiar el “sistema” mediante una nueva Democracia de la Tierra.
Hay una conexión también en Italia entre la arrogancia y el autismo de la política clásica y su incapacidad de oponerse a un sistema antidemocrático y construir uno alternativo. Una política incapaz de ser representativa de la ciudadanía, pasivamente heterodirigida frecuentemente a su pesar, sin disponer de instrumentos participativos reales. Hay conexiones entre el aumento de la desocupación, la precariedad del trabajo y de la vida, el enrudecimiento social, la destrucción de nuestro biorreproductivo, la urbanización salvaje, las leyes financieras clasistas que atentan contra la unidad del país y contra el sistema de valores de nuestra Constitución, las privatizaciones de los bienes comunes y las haciendas municipales, la propuesta de volver al uso de la energía nuclear (grave desde el punto de vista de la seguridad ambiental y sanitaria, además de poco conveniente desde el punto de vista económico) cortando al mismo tiempo los recursos para el desarrollo de las energías renovables, el aumento de la corrupción y del poder de las mafias junto a un nivel sin precedentes de intromisiones y colusiones en el sistema para dañar cada bien común, medio ambiente, desarrollo, trabajo, derechos y cultura. Estas conexiones dan una medida del falo de las propuestas políticas adoptadas para afrontar la crisis.
La Red Italiana para la Justicia Ambiental y Social sostiene que es indispensable para responder a la emergencia y a la deriva de la democracia en nuestro país trabajar para afrontar los nexos entre viejas y nuevas luchas y movilizaciones presentes en casi todas partes, con el objetivo de construir un horizonte común y una narración diferente de la política, a partir del desafío más grande que espera ya hoy a toda la humanidad.
Nuestro objetivo es por lo tanto, contribuir a salvar nuestra casa común, nuestra Madre Tierra y al mismo tiempo dar voz y fuerza a esa parte de nuestro país que lucha diariamente por la justicia social y ambiental, construyendo un espacio público abierto a todos los sujetos que sienten como propia esta necesidad y este anhelo de un cambio.
En nuestro país son tantísimos los hombres y mujeres ocupados diariamente en defender los bienes comunes, el derecho al trabajo, los propios territorios, la posibilidad de escoger críticamente el consumo proprio, con estilos de vida responsables y la posibilidad de volver a participar en las elecciones que inciden directamente sobre nuestra vida.
Es por esto que creemos posible también en Italia construir una “Geografía de la esperanza” capaz de representar hoy la alternativa concreta para unir lo local con lo global y escapar de la barbarie a la cual este modelo y esta clase dirigente nos quiere condenar.
Por esto pensamos oportuno, para ampliar y profundizar el trabajo de la red, proponer para final de julio un momento de profundización y autoformación en la ciudad de l’Aquila, golpeada por el seísmo de la mala política, de la especulación y del mal hacer, pero capaz con sus ciudadanos de promover formas de reconstrucción sostenibles no sólo de las casas, sino de la propia comunidad y la democracia.
Así como nos encargamos de sostener y promover las movilizaciones contra la construcción del puente sobre el Estrecho de Messina, construyendo y analizando los nexos entre las luchas contra la mafia, las megaobras y la recuperación de la palabra y del protagonismo social de los movimientos y de las nuevas subjetividades en el sur de Italia ocupada en la larda Marcha de la Memoria.
Y naturalmente continuaremos a sentirnos directamente implicados en la campaña de referendum por la desprivatización del agua, que en estos meses ha visto la emersión de una extraordinaria participación popular en todos los territorios del país.
Para llegar al sábado 11 de septiembre a Vicenza al Festival no Dal Molin, promovido por el Presidio Permanente, a una gran asamblea nacional de la Red como momento de encuentro horizontal y participativo en el que afrontar y decidir las propuestas de la Red Italiana por la Justicia Ambiental y Social con vistas a Cancún.
ADHESIONES:
Acra, Action Diritti in Movimento (Roma), AltroVe (Altro Veneto), Amig@s Sem terra, Aspem Cantù, A Sud, Attac Italia, Ass. Da Sud, Ass. Italiana Decrescita, Ass. Michele Mancino (Latina), Ass. MISA bioarchitettura e agricoltura rurale APS (L’Aquila), Ass. Prima Persone, Ass. Punto Rosso, Ass. Ya Basta Italia, Audiozone, Brigate della solidarietà attiva, Carta, Casa Internazionale delle donne (Roma), CDCA – Centro Documentazione Conflitti Ambientali, Centro Studi Pax Christi, Cevi, Comitato 3e32 L’Aquila, Comitato NO EXPO, Contratto Mondiale Acqua, Co.re.ri. (Campania), Csoa Ex Mattatoio (Perugia), Desr Parco Sud, Eddyburg, FIOM CGIL, Fratelli dell’uomo, Focuspuller, Gruppo Come, ICEI, Intervita, Lo sbarco dei diritti (Genova), No Coke Civitavecchia, No Dal Molin (Vicenza), Organizzazione Lucana Ambientalista, PRC, Rete @ Sinistra, Rete Internazionale delle Donne per la Pace, Rete no turbogas Aprilia, Rifondazione Comunista, SEM Sinistra Euro Mediterranea – rete@sinistra, Terremutanti , Terres des Hommes, Trasform Italia!, Unaltralombardia, Unione degli studenti, Upter (Università popolare di Roma)
Para seguir los encuentros, los alcances y los pasos de este proceso,
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