Para caracterizar el grado de racismo y clasismo que impera en la región chocoana antioqueña…
nos remiten a una religiosa de las pocas defensoras de los pueblos indígenas, que por desarrollar modelos educativos avanzados, pese a proceder de clase adinerada, quemaron su escuela; eso era a principios del siglo XX, y 100 años después… los mismos con las mismas prerrogativas detentan el control político, sectario y excluyente, acudiendo a todos los métodos violentos, la guerra sucia y la exclusión absoluta de los pobladores negros, indígenas, campesinos, obreros del banano, del corte de caña, la palma aceitera o la ganadería extensiva, cuatro rubros dominantes que precisan de extensos territorios, robados con descaro y alevosía.
Pero como todo no es blanco y negro, y en las Resistencias de las comunidades han escrito millones de páginas heroicas en la preservación de los territorios, escuchamos también los matice, de quienes son herramienta del terror para los privilegios latifundistas: los paramilitares.
Aguilas Negras, Gaitanistas, ejército antirestitución..
Todas matan, todas ejercen control territorial, todas se alían y dependen de estructuras del estado y los militares, pero no del mismo modo.
Así que.. las Águilas Negras actuarían como militares de la noche y ostentarían sus intereses y su ideología de derecha extrema.
Mientras que el ejército antirestitución estaría a las órdenes de los grandes terratenientes, cuyas expresiones máximas de poder serían Fedegan, o el ex procurador Ordoñez.
Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, otras veces Clan del Golfo, «en cambio» estarían entre quienes se sienten «traicionados» por Uribe, en las promesas de máxima impunidad y prebendas de la supuesta desmovilización de 2005.
Todas trafican y controlan zonas de producción de drogas, pero al diferenciar intereses y actuaciones podría ser de utilidad si es que el gobierno en algún momento quisiera desmantelarlas, cosa que hasta ahora no ocurre, más allá de alguna escaramuza menor para aparentar que se hace algo contra estas estructuras criminales que permean el Estado y prolongan terroríficamente la acumulación, desposesión y control de millones de hectáreas, junto a militares, políticos y mafiosos, e imponen el silencio, complicidad obligada y sumisión a las comunidades: excepto muchas que se sublevan…y no admiten el despojo, el desorden violento, y han logrado, a un coste altísimo de muertes, preservar territorios y convertirse en piedra en el zapato de este estado de antiderechos,
pero que oficialmente rige como estado de derecho.
Bananeras extensas
se hacen visibles desde el avión de Medellín a Apartadó y en el recorrido por tierra hacia Curvaradó…la hermosa y rica banana.. nada sabe de otras historiad como las que cuentan numerosos lisiados del trabajo bananero a la 14 delegación astur en la Ciudad Educativa de Apartadó. Historias de un trabajo duro y peligroso, de persecución a quienes fundan sindicatos, y de un abandono brutal a quienes sufren algún accidente laboral (más de 3000 cuantifica el sindicato) y entran en una dinámica perversa de desconocimiento de derechos, laborales, sanitarios, les pagan algunos meses , la privada sanitaria les atiende un tiempo y después ambas les abandonan, se desentienden.
Si además se cuantifica cuánto miles de toneladas de veneno se fumigan sobre las bananeras, o se visualiza el número de líderes sociales asesinados en los territorios de acumulación capitalista en el Urabá… el «precio» de la banana que llega a Europa resulta en exceso elevado y cruel.