Hablan las comunidades indígenas de Oaxaca
EL MAIZ DEL FUTURO SI RECUPERAMOS LA TECNOLOGIA DEL PASADO.
Sobre advertencia no hay engaño
Hermanas y hermanas. Las comunidades que somos parte del Consejo Indígena Popular de Oaxaca «Ricardo Flores Magón» CIPO-RFM, agradecemos su invitación a nuestra palabra que no fue a la escuela pero camina, que no sabe de palabras interesantes pero platica, que no enseña pero comparte, que no es dueña de verdad alguna pero algo hace.
Todo lo que a continuación decimos es el resultado de platicar entre nosotros en varios talleres.
De piratas a caballeros
La historia dice que hace tiempo el pirata Drake llevo del Perú la papa que salvó de una hambruna a Inglaterra, razón por la cual lo hicieron caballero. Hoy en día, modernos piratas disfrazados de fundaciones, investigadores, ONG’s ambientalistas y desarrollo, o descaradamente organismos financieros mundiales van por el mundo robando y haciéndose caballeros con el engaño que están ayudando a mejorar cultivos, a usar la técnica y tecnología para el campo, convenciendo que nuestras formas de producción no sirven, haciendo que olvidemos nuestra cultura alimenticia, de curación y de vida. Después de este paso comienzan a vendernos su tecnología para exprimir en demasía a la tierra, su modo de alimentarnos, en una palabra su forma de morir y matar a la tierra.
Podrá decirse entonces que estamos contra la ciencia y la tecnología y nada será más falso, pues nosotros pensamos que la tecnología sirve y ayuda si se usa con sabiduría y respeto, que es la parte donde miramos la falla pues la tecnología moderna se impone, ignora y desprecia totalmente los saberes de nuestros pueblos, en lugar de dialogar con el conocimiento tradicional de nuestros antepasados. Es decir no se esta contra la tecnología sino contra la forma en que se aplica, pues esa manera daña las tierras de nuestras comunidades, destruye las variedades criollas, esteriliza nuestros terrenos, lava los montes, sustituye el trabajo de muchos campesinos, causa desempleo y emigración, aumenta la discriminación, sueldo mínimo y lo peor, el desprecio a nuestras formas de producción y convivencia durante las distintas etapas del trabajo en el campo.
Por eso nuestra lucha de hoy es construir una tecnología comunitaria para la siembra del maíz y demás granos alimenticios, una que considere lo que nosotros sabemos, pensamos y creemos, que aproveche la ciencia y tome en cuenta las comunidades y las personas donde se aplica. Es decir, nuestro rechazo es a la tecnología que deshumaniza la relación entre las personas y destruye el tejido social y cultural de los indígenas campesinos.
Maíz para destruir o conservar
Otro asunto que se habla mucho en las oficinas del gobierno, en las universidades y entre la gente investigadora es la cantidad que se produce, el tiempo que se produce. Todos están preocupados en hacer mas en menos tiempo, y dicen que es mejor el que mas hace con menos esfuerzo y trabajo, o sea con tecnología; nosotros pensamos un poquito diferente pues con esa idea lo que se produce, la forma en que se produce y la cantidad que se produce en nuestras comunidades ha cambiado, a raíz de las nuevas tecnologías impuestas por los gobiernos con el discurso del desarrollo.
La aplicación de las nuevas formas de sembrar el maíz que nos han estado imponiendo, aparte de que no ha resuelto el problema de aumentar la producción, ha venido a generar desempleo, a disminuir la calidad de vida, pues ahora se nos caen los dientes mas pronto y cuando comemos tortilla de maquina nos enfermamos del estomago, o sea, ahora las enfermedades nos pegan mas seguido, se destruye el ambiente, se lava la tierra. Nosotros pensamos que el mayor problema esta en que la forma moderna de cultivar el maíz es que mientras produce destruye en lugar de producir y conservar.
La forma moderna de sembrar el maíz se reduce a la práctica del monocultivo, con la idea de producir mucho de una cosa para comercializar. Para eso nos dicen que debemos sembrar con semillas mejoradas, matar las hierbas con herbicidas y ayudar a crecer la milpa con fertilizante químico. Lo que no dicen es que de esta manera se pierden las posibilidades de sobre vivencia de nuestros pueblos porque se hace una dependencias de las semillas, insecticidas y abonos que venden las grandes empresas, pues muchos de nosotros al ver de primeras que en verdad se produce más maíz con menos dinero y esfuerzo, pues vamos olvidando la selección natural del maíz que tenemos desde hace miles de años y que nos ha dado una vida sana.
Además a ese maíz que se llama mejorado han destruido nuestros campos y está dañando a otras plantas y de seguro también harán daño a los animales y personas que comemos ese maíz. Esas semillas dicen que se llaman transgénicas, pero se llamen como se llamen son una agresión que trata de destruir nuestra capacidad alimentaria y cultural para hacernos totalmente dependientes de las políticas económicas que mandan los ladrones dueños del mundo, para que ellos puedan disponer de nuestra fuerza de trabajo a su conveniencia. Además, esas plantas causarán la destrucción de muchas variedades de maíz que se acomodaron los climas, altura y tipos de suelo de Oaxaca; bajarán la calidad nutricional del maíz y traerán nuevos tipos de enfermedades a los pueblos y comunidades como consecuencia del consumo de los granos que nos cambiaron.
Lo más grave es que la introducción de semillas transgénicas nos hará dependientes, en materia tecnológica, de la producción de maíz. También nos hará dependientes en materia alimentaria de las grandes compañías transnacionales productoras de alimentos, dañando la soberanía nacional desplazándonos a otros lugares donde seamos más fácil de ser explotados. Además el exceso de productividad con las semillas mejoradas abarata el precio de estos productos y eleva el costo de producción tradicional dificultando la venta del maíz criollo. El maíz de menor calidad obtenido del los transgénicos es más barato porque quiere acabar con la producción de autoconsumo generar dependencia alimentaria, lejos de mejorar la calidad de vida, dañan nuestra tierra y salud. Además la economía de las familias cada día es menos y esto obliga a consumir cosas mas baratas.
La propuesta comunitaria
Nosotros decimos que debemos seguir sembrando como lo hacíamos desde antes, al mismo tiempo el maíz, fríjol, calabazas, quelites entre otros. De este modo, a lo mejor no sacamos en una hectárea la cantidad de maíz que se consigue con los agroquímicos, pero en una sola cosecha obtenemos aparte del maíz, otros productos y ayudaremos a prevenir enfermedades, a mejorar nuestra calidad de vida y a conservar el ambiente.
Debemos cambiar año con año la siembra de un producto básico, un año el maíz, el próximo se riega el fríjol, al otro alberja, después haba y así sucesivamente, para que entre ellos se ayuden a generar nutrientes a la tierra.
No debemos destruir las plantas que nacen acompañando el maíz y dejarlas que florezcan como la ticañuma, verdolaga, quintoniles, etc., porque alguna función deben tener, no es que nazcan nomás porque si. Es decir, tenemos que dejar de destruir todo solo porque no sabemos para que sirven y pensamos que es malo y hace daño.
Debemos promover que se haga la limpia, aterrada, corte de espiga, doblado y pizca y rastrojo como se hacía antes, porque todo eso ayuda a conservar la tierra, a mejorar la producción y calidad del maíz, abonando como se hacía antes, dejando que los animales pasten en el lugar de siembra y ayudar con abonos naturales.
Hacer la selección de nuestras maíz semilla (shuaa ninn, en Zapoteco y nuni tataa en Mixteco) para siembra, así como juntar las variedades de otras semillas y hacer nuestro propio banco y con ellas hacer nuestras propias mezclas. No dejar de sembrar los maíces de todos los colores que se dan en cada lugar, porque tienen propiedades particulares que ayudan a la tierra y a las personas. Además no sustituir la siembra del maíz por productos únicos o que están de moda en el mercado, porque al final nos hace daño, sino que, sin dejar de cultivar nuestro maíz, cultivemos otras cosas.
Pero antes que otra cosas se requiere involucrar a las autoridades de todos los niveles y a las organizaciones que tienen que ver con el campo para que:
se detenga de manera inmediata la importación de granos de maíz y otras semillas transgénicas, como soya, algodón, canela, entre otros.
No aceptar ningún programa de «ayuda tecnológica» que implique la siembra de semillas mejoradas, si antes no nos dan toda la información relacionada con el programa, porque pueden ser transgénicos.
Exigir la realización de un plan de emergencia para atender los lugares afectados con maíz transgénico, por ejemplo en nuestras comunidades del rincón de la sierra Juárez y en la Mixteca oaxaqueña, para saber cuales predios están contaminados, se identifique las causa, el tipo de semillas transgénicas que han sido sembradas y se erradiquen. Para esto las comunidades debemos participar en su elaboración, operación y monitoreo.
Se estimule el desarrollo de la tecnología comunitaria que respete nuestras formas de siembra que ayude a conservar el maíz no sólo como razón alimentaria sino como generadora de relación social, como forma de convivencia para sobre vivir, como fortalecimiento de la soberanía alimentaria, la convivencia comunitaria, el contenido cultural y la defensa ante plagas y modas alimentarias y del mercado.
Fortalecer la siembra del maíz criollo como un eje articulador para la conservación y defensa de animales, plantas, tierra, agua y cultura, como instrumento de resistencia y construcción de autonomía.
Por la reconstitución y libre asociación de nuestros pueblos
por el Consejo Indígena Popular de Oaxaca «Ricardo Flores Magón» CIPO-RFM
la junta organizadora
Sta. Lucía del Camino, Oaxaca, junio 8 de 2003