Entrevista con Javier Orozco Peñaranda, director del Programa Asturiano de Derechos Humanos.
P:-En una semana serán las elecciones presidenciales (¿salvo que el uribismo consiga aplazarlas?). ¿Qué perspectiva hay desde los diversos movimientos sociales, sindicales y políticos del país?
J.Orozco: Es muy probable que en Colombia el próximo domingo 29 de mayo resulte elegido como presidente de la república Gustavo Petro y como vicepresidenta Francia Márquez. Las expectativas en el movimiento social colombiano son muchas. Por primera vez en los dos siglos de vida republicana nuestro país estaría gobernado por personas de izquierda, ajenas a las élites que nos llevaron al estado de cosas actual, de guerra interminable, inequidad, pobreza, violencia, corrupción, pérdida del Estado de Derecho y de la soberanía nacional y alimentaria.
En el crucial asunto de la paz tenemos la perspectiva de superar el conflicto armado interno, cumplir el acuerdo de paz que el Estado firmó con las FARC, llegar a una solución política dialogada con el ELN y al sometimiento a la justicia de los grupos narco paramilitares que coparon -con la complicidad de la fuerza pública- los territorios controlados medio silgo por las FARC.
Tenemos la promesa de Petro y la fuerza social necesaria -a pesar del terror desatado contra el movimiento popular- para avanzar en la construcción del Estado Social. El movimiento social es poderoso, ha logrado resistir al terror del Estado, el de sectores del empresariado y el de los narcotraficantes, y va de frente por la superación de la inequidad histórica. Petro promete sacar del mercado, es decir de la privatización, derechos como la alimentación, la salud, la educación, las pensiones, la energía, las telecomunicaciones, los servicios públicos, la vivienda, eliminar la corrupción y establecer impuestos progresivos para que el Estado ausente cumpla sus deberes.
Hay también la perspectiva de que se restablezca el Estado de Derecho, es decir el respeto por la independencia de la justicia y de los órganos de control, eliminados por el uribismo que tomó y corrompió amplios sectores de los tres poderes públicos.
El campesinado aspira a que el derecho de acceso a la propiedad de la tierra se cumpla para preservar la economía campesina y la seguridad y soberanía alimentaria en un país en el que el 70% de su población pasa hambre. Los pueblos indígenas y las comunidades negras aspiran a que se respeten sus derechos territoriales y su autonomía.
Hay un amplio consenso social en impulsar la lucha contra el cambio climático, dejando atrás el extractivismo, impulsando energías alternativas.
Aspiramos a dejar de ser país títere de los intereses de los Estados Unidos y de las estrategias de la OTAN. Petro ha declarado que respetará la soberanía de Venezuela y la de otros países hermanos y vecinos de Nuestra América.
Un tema que se ha destacado mucho en la campaña es la necesidad de la inclusión de las mujeres en todas las transformaciones que requiere el país.
Los sectores populares de Colombia aspiramos a la democratización de la tierra, de los espacios urbanos, del crédito y del acceso a las tecnologías, y a una atención integral a las víctimas de la acumulación de capital por despojo.
P: –Hace pocos días concluía un “paro armado” decretado e impuesto por los paramilitares. ¿Ha sido una fuerte demostración de poderío en muchos departamentos?
Orozco: No fue un paro de los paramilitares, fue un paro del Estado. Los grupos paramilitares -asociados en el Clan del Golfo- impusieron el confinamiento por varios días a millones de personas en toda la Costa Atlántica, desde la frontera con Panamá a la de Venezuela. En campos y ciudades robaron, amenazaron, asesinaron, quemaron camiones y taxis, patrullaron junto a la fuerza pública en pueblos de Sucre y el gobierno de Duque no movió un solo dedo para contenerlos. El país pudo comparar la tolerancia y el contubernio de la fuerza pública con las bandas de narco-paramilitares durante este paro armado, con la respuesta violenta, criminal, del gobierno de Duque contra millones de personas movilizadas hace un año durante el estallido social, en el que la policía y los paras asesinaron a 82 jóvenes.
Es una prueba de que el Estado ha sido capturado por las mafias. Y es muy peligroso para el cambio pacífico de gobierno, la participación en política del general Zapateiro, comandante del ejército nacional quien descalificó de manera grave a Petro y dejó ver que los militares no aceptarán un cambio de régimen político, lo que deja a Colombia a un paso de un golpe de Estado si gana la izquierda. Este peligro de dictadura tras unas elecciones ¿les suena de algo aquí en España?
P: –La perspectiva de cambio, en lo que tiene que ver con la vida e integridad de personas defensoras, ¿tendrá asideros después de que el 7 de agosto una nueva persona se asiente en el Palacio Nariño?
Orozco: La situación actual es de genocidio contra la dirigencia social colombiana, con más de 1.300 personas asesinadas con impunidad en los últimos cinco años. Petro no la tiene fácil… tendrá que cambiar la doctrina del enemigo interno que guía las acciones de la fuerza pública contra la población civil, purgar la fuerza pública de parásitos, corruptos, matones y agentes de las mafias, someter a los paramilitares que ponen los sicarios, a los sectores del empresariado y de las élites políticas que los financian, a la policía y al ejército que dejan asesinar, y a la fiscalía de bolsillo, que sólo investiga lo que le conviene al régimen mafioso que se tomó el país.
Petro tendrá el respaldo del movimiento social para que tome las medidas que garanticen la vida de la dirigencia social y los derechos de organización, movilización, junto con las libertades fundamentales de la población.
Pero tememos que la extrema derecha opte por volver aún más ingobernable el país y arremeta asesinando más personas con liderazgo social, para responsabilizar al gobierno progresista y desatar el caos.
P: –Una nutrida delegación de parlamentarias españolas (y otras europeas, canadienses, etc) estará pocos días en tarea de Observación Electoral. ¿tiene sentido y resultados esa presencia internacional?
Orozco: La observación electoral tiene mucho sentido en un país con conflicto armado interno, en el que es práctica habitual la compra de votos y en los últimos días la presión de muchos empresarios sobre los trabajadores, para que voten bajo amenazas de despido al candidato del uribismo, y en el que los narco paramilitares controlan mediante el terror a la ciudadanía votante en las zonas rurales y en los tugurios urbanos, y en el que el software que hace el conteo de los votos y el mismo Registrador Nacional, son propiedad privada el primero y ficha del uribismo el segundo. La presencia internacional en Colombia es imprescindible en elecciones y en lo que se vendrá después…
P: –Apenas una semana atrás han llegado cinco personas al refugio temporal en Asturias. ¿no podrán votar el 29-M? ¿cómo sienten el momento electoral de ahora?
Orozco: Hace una semana llegaron a Gijón cinco personas amenazadas de muerte en Colombia por su liderazgo social. No podrán votar porque hay inscripciones previas que ya caducaron. Pero estamos en el activismo para que gobiernen por fin sectores políticos alternativos y no las mafias, ni las élites tradicionales.
P: –En marzo la delegación asturiana visitaba varios departamentos colombianos, y el 13 de marzo hacia también observación electoral. ¿pronto será presentado el habitual Informe?.
Orozco: La importante visita de la delegación asturiana a varias regiones de Colombia en marzo, en plenas elecciones del Congreso de la República, y la gravedad de la situación de los derechos humanos que constató, estarán reflejadas en el Informe que está en imprenta y se presentará en las instituciones y ante la sociedad asturiana y europea a partir de junio, en la semana negra en julio.
Expresamos desde el Colectivo de Refugiados-as Luciano Romero Molina, nuestra gratitud a la solidaridad asturiana por la acogida y por el acompañamiento de más de veinte años a nuestro pueblo, que a pesar del terror tiene la fuerza y la decisión de construir democracia, paz y justicia social.
Llamamos la atención de Asturias y del mundo para que acompañen una transición tranquila del gobierno a quien resulte elegido como presidente de Colombia dentro de una semana. Llamamos a estar alertas para impedir que acabe en un golpe de estado y un baño de sangre ese sueño legítimo.