No fue posible la visita planificada de la delegación asturiana a El Tarra porque las organizaciones en el terreno consideraron que los últimos acontecimientos bélicos en la zona lo desaconsejaban.
Tampoco fue posible reunirse con el obispo en Tibú porque estaba con su gente en retiro espiritual preparando la semana santa.
El alcalde de Tibú asimismo hubo de salir de urgencia para diligencias, así que.. la jornada se pudo completar (tras ocho horas de carretera ida y vuelta) con reuniones con el Personero municipal, la dirigencia de la USO, el responsable del SISBEN, y con las autoridades indígenas barí..
En el camino…petróleo y gas. Y se podría hacer la pregunta incierta de si vimos más camiones llenos de petróleo en la carretera o tanquetas cañoneras del ejército desplegadas en medio, y resultaría difícil la respuesta siendo en ambos casos muy grande.
La pintada más repetida en el camino, en tamaños grandes y chicos, en apariencia no tenía contenido político: ACPM. Por todas partes ese anuncio que es como llaman al gasoil en Colombia. Un continuado despliegue de pimpinas y garrafas con combustibles a la venta.. procedentes del contrabando desde Venezuela, en evidencia del consentimiento o connivencia colombiana con este tráfico mayor.
Adicionalmente conversamos con los oficiales de la ONU en la zona, que nos informaron de que un militar había muerto por francotirador guerrillero, en su propio bunker superprotegido en la carretera, lo que les pareció que tal vez “se descuidara”, y compartieron su preocupación por la seguridad si es que avanza el para general que se prepara para el 17 de marzo.
En la reunión con un concejal y con el personero municipal se constataron datos de la presencia paramilitar. Un cartel a la entrada de la alcaldía anuncia la desaparición forzada, hace un mes, de Henry Pérez. El abuso de las autoridades militares. Los “errores” militares frecuentes que resultan en muertos, entre ellas una anciana bombardeada en La Gabarra. Dos jóvenes heridos con tiro de fusil. Otro joven muerto por esas mismas armas oficiales.
Un solo defensor está en la zona, y el personero solamente dispone de una secretaria, para atender un cúmulo de vulneraciones y trasladar al menos las denuncias a los lugares pertinentes, frente a la afirmación de ineficiencia del estado y de la policía.
La permanencia paramilitar en Tibú es antigua, y cuando se “desmovilizaron” en 2005 permanecieron en la zona. En cambio las autoridades ratifican que la tregua unilateral de las FARC se está cumpliendo. Pero consideran que no hay garantías para los líderes sociales, ni existen para los guerrilleros si se desmovilizan.
Las tanquetas del ejército se parapetan en lugares poblados, y los militares pernoctan en las escuelas, y ya se dio el desplazamiento en Miramontes y Versalles, con familias que tuvieron que huir debido a esta violación del DIH en julio de 2015. Dos concejales permanecen amenazados por paramilitares y el propio personero recibió panfletos amenazantes a los que dice no hacer caso, pero ninguno de ellos tiene protección. Al tiempo las comunidades les trasladan preocupación por posible relación entre la SIJIN y estructuras delicuenciales que controlan y desarrollan el microconsumo y venta de drogas en el municipio ocasionando un grave estado de inseguridad.
Los dirigentes petroleros de la USO están muy preocupados por la pretensión de Ecopetrol de trasladar la explotación de Caño Tibú a empresas privadas extranjeras en subcontratas que perjudicarían los derechos laborales y ambientales, y dejarían sin efecto las atenciones sociales que la empresa pública suele corresponder con las comunidades. El mes pasado un dirigente sufrió atentado con gasolina en su propia casa. Existe mucha tensión con los militares y policías, que cada vez que los petroleros se movilizan por sus derechos se ponen del lado contrario, con la empresa, amparados en una “ley de seguridad ciudadana” que pretende impedir toda protesta laboral o social. Temen que la violencia se va a incrementar, y para ello tienen la experiencia de tiempos pasados, cuando los paramilitares llegaron a asesinar al vigilante del club social (donde nos reunimos con la USO) y tomaron el lugar como comando de operaciones.
La delegación aun tuvo un largo intercambio con las autoridades indígenas. ÑATUBAIYIBARI.
El pueblo barì, ubicado a ambos lados de la frontera colombo-venezolana, que consideran impuesta e ilegítima, ha sido afectado en esta parte por un conflicto armado del que se desmarcan, y pretenden que los grupos guerrilleros FARC, ELN y EPL, que operan en la zona, los grupos paramilitares, el ejército y la policía, no entren a su territorio, cosa que no consiguen. En el propio territorio ancestral en La Gabarra hay asentada una base militar, y los armados atraviesan su resguardo sin permiso.
Anuncian que están en diálogo con las organizaciones campesinas para prevenir cualquier disenso que pueda generar conflicto respecto a la Zona de Reserva Campesina, que está paralizada por una tutela, al considerarse que no se realizó la oportuna Consulta. Pero en su visión la ZRC debe respetar el territorio ancestral barí, aunque el estado haya reducido los resguardos a un territorio menor.
Les parecía preocupar sobremanera la deforestación. La pérdida de agua en los ríos. Achacan al pensamiento blanco el que no puedan pensar más allá, en el futuro, y opinan que perjudicar los sitios sagrados barí es también una violación grave a los ddhh, así como la cacería de caimanes, o que los militares en la vía les cobren por pasar mercancías.
Mientras tanto siguen trabajando también su educación en lengua barí, sin escuelas físicas, utilizando las casas de familias, aunque les preocupa que uno de los resguardos haya optado por esa educación dependiente de los curas, mientras en este, Ñatubaiyibari, la relación cercana con la naturaleza y con sus creencias de respeto a los seres vivos del territorio se refuerza.
Tibú. Norte de Santander. Colombia.