La XIXª Delegación Asturiana ya está en el terreno, verificando el estado de los derechos humanos y de la paz en regiones colombianas fronterizas con Venezuela y Ecuador, recabando información con organizaciones sociales y de víctimas y con las autoridades del nor-oriente y sur-occidente del país, para la recopilación de datos y la redacción del informe final que será publicado en Europa en donde genera expectativa la voluntad de paz del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez posesionado en agosto del 2022.
La Delegación Asturiana la integran representantes de asociaciones asturianas, como Manuel Álvarez y Rubén Fernández, del Movimiento Asturiano por la Paz, MasPaz;
Javier Arjona, de Soldepaz Pachakuti; Helena Plaza, del Espacio joven de Comisiones Obreras de Asturias; Mateo González, de Ingeniería Sin Fronteras; Luís Escribano, de la Asociación Burgos con Colombia; Minervino de la Rasilla, de la Coordinadora Asturiana de ONGs , Cristina Fernández, de la Asamblea Moza D’Asturies, AMA; Javier Orozco Peñaranda, Director del Programa Asturiano de Derechos Humanos y Coordinador de la Delegación y Rafael Palacios García, Diputado de PODEMOS en el parlamento asturiano.
El grupo del nororiente llegó el 13 de febrero a Yopal, capital del Casanare, acompañada de la Corporación COSPACC que trabaja en estos territorios con las comunidades excluidas por el auge petrolero y afectadas por las violencias asociadas que trae.
Tras una exposición y actualización del contexto social y político en el que se encuentran la comunidades del territorio, se pasa a visitar el asentamiento Nueva Esperanza en el municipio de Nunchía, con la participación de la Asociación de Mujeres Unidas por Casanare, ASMUC.
Este asentamiento está compuesto por 56 familias que viven y resisten en condiciones de vulnerabilidad, por la ausencia de infraestructura básica como pavimento en las calles, alumbrado público y alcantarillado, y por las fallas en los servicios de energía, acueducto, y la poca atención por parte de los sistemas de salud y educación.
La organización del asentamiento es comunitaria, llegando a crear su manual de convivencia como reglamento interno a través de juntas que realizan en el barrio.
Demandan una solución para la legalización de los terrenos del asentamiento y la implementación de un plan alternativo de vivienda digna, en una zona en la que se ha perseguido a las familias desplazadas por la guerra y por la minería del petróleo.
El día 14 de Febrero la Delegación Asturiana prosiguió con su labor en La Bendición, zona de Yopal, en el centro religioso Nuestra Señora Guadalupe, espacio de reunión y agrupamiento comunitario en el que su sacerdote LUIS ALBEIRO CAMACHO es objeto de amenazas de muerte. Estuvo presente además el pueblo indígena U´wa y la Corporación Claretiana Norma Pérez Bello.
Se presentaron los distintos contextos conflictivos relacionados con la reparamilitarización en la región, las injustas judicializaciones y persecuciones a líderes y lideresas sociales y la realidad que impone sobre-vivir en medio de la actividad de las multinacionales petroleras cuya presencia genera conflictos con la población pues con ellas llegan discordias comunitarias y grupos armados que pretenden controlar a la población por el miedo que generan los señalamientos, las amenazas, los atentados y la impunidad.
Tras esa primera visita la Delegación se dirigió al asentamiento humano «Mi Nueva Esperanza» en el casco urbano de Yopal, en el que la marginalidad es ley.
Más de 2.000 personas mal-viven hacinadas en hogares hechos de materiales reciclados, latas, plásticos, ladrillos amontonados sin estructura estable, con planchas de metal como techo y telas y lonas como paredes. Además de estas duras condiciones, se vive una gran problemática con la violencia de género que se extiende al terreno institucional. Las mujeres que sufren violencia de género no son protegidas por la Fiscalía de Casanare que ha pretendido que las mujeres víctimas sean las encargadas de comunicar a su agresor que lo han denunciado, exponiéndolas a una situación de mayor violencia.
La asociación de mujeres, ASMUC, potencia la respuesta de la comunidad marginada, visibiliza las violencias y busca soluciones que no acaban de llegar desde la alcaldía de Yopal o el departamento del Casanare, instituciones que no la tienen como un problema prioritario en la agenda.
Con la Policía.
El tercer día de estancia en Casanare, 15 de febrero, se inicia con una entrevista de la Delegación Asturiana con el coronel Efrain García, comandante del Departamento de Policía Casanare, la capitana Adriana Olaya responsable de los derechos humanos y otros oficiales que desconocen la presencia en las noches de hombres de negro, armados y en motos, disparando para intimidar a los habitantes de “Mi Nueva Esperanza».
Sin embargo, confirman lo que denuncian las comunidades: la creciente re-paramilitarizacion del territorio, en parte debido a la cercanía con el conflicto de la vecina Arauca hacia donde se dirige la XIX Delegacion Asturiana que apoyó el llamado al gobierno local para que convoque las mesas de derechos humanos y de garantías.
Una docena de medios de comunicación acudieron a la rueda de prensa. Casanare, tierra desde la que Bolívar emprendió la construcción de la Gran Colombia, se debate entre la violencia que no se va y la esperanza de miles de mujeres que se echaron al hombro la lucha por vivienda digna en una de las regiones con más riqueza natural del país.
-* Tras cumplir con la agenda prevista en el Casanare, la Delegación pone rumbo a la zona de Arauca, frontera con Venezuela.
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