La venganza es lo que domina la consciencia del colonizador.
Libertad a Leonar Peltier.
26 de junio, 2010
Saludos,
Primero que nada, quiero decir gracias. Gracias por tomarse el tiempo y por hacer el compromiso de venir a este lugar. Pero sobre todo, gracias por recordar. A veces me encuentro sentado en esta jaula y me pregunto si alguien realmente recuerda. Hay muchos días cuando recordar es lo único que mi mente me permite hacer. Por eso, les agradezco de nuevo. Gracias por ser testigos y por ser parte de una memoria viva.
Pero tal vez lo más importante que me gustaría decir es: No se olviden. Nunca.
Ustedes tienen que ser los historiadores que mantienen viva esta lección porque la historia no es de un solo día, de un evento, de una persona o ni siquiera de una vida. Ésta es una historia que se remonta al día en que un tonto descaminado, cuyo nombre ni siquiera voy a mencionar, iba al mando de sus tropas en un ataque contra gente inocente en el arroyo de Greasy Grass (Pasto Grasiento), y en el proceso, provocó su propia muerte y la de doscientos de sus soldados de caballería. Aunque a los vencedores no les quedó otra que defenderse, desde entonces hemos sido las víctimas de una venganza genocida que sigue hasta hoy mismo. Entonces, no se olviden. Nunca.
La venganza es lo que domina la consciencia del colonizador. El fervor de enseñarnos quién manda es lo que llevó a la matanza de Wounded Knee (Rodilla Herida), al despojo de las Black Hills (Colinas Negras), a la fundación de los internados y a la criminalización de nuestros idiomas y costumbres tradicionales. La venganza es lo que armó los escuadrones de muerte llamados GOON, es lo que asesinó a nuestros líderes y lo que rodeó a nuestra gente en Rodilla Herida de nuevo en 1973. La venganza es el motivo por enjuiciar a gente indígena por los crímenes que el gobierno cometió durante sus campañas asesinas de la última generación. La venganza es lo que mató a Joe Stuntz, Anna Mae Aquash, Buddy Lamont y tantos otros. El ajustar cuentas es lo que me mantiene en prisión. Entonces, no se olviden. Nunca.
Todos estos sucesos están unidos, estrechamente relacionados, e interdependientes. Está claro. Pretenden que aprendamos lo siguiente: No se defiendan. No defiendan lo correcto. No piensen por sí mismos. No elijan ser quienes son. No se acuerden de sus antepasados. No vivan en defensa de la Tierra. No lo hagan. Ni lo piensen. Si lo hacen, este gobierno ––esta mentalidad de control–– desatará un ataque tan vasto que buscará destruir hasta nuestras memorias genéticas. Entonces, no se olviden. Nunca.
En el pasado, algunas personas de nuestros pueblos fueron persuadidas a ser «scouts». Sean cuales fuesen sus motivos, estos individuos facilitaron las campañas traicioneras que resultaron en las muertes de un sinnúmero de personas inocentes. Hoy en día, tristemente, este tipo de individuo todavía se encuentra entre nosotros. El gobierno se aprovecha de sus debilidades, y les persuade a traicionar a los demás. El gobierno utiliza esta traición para encubrir el asesinato y el terrorismo del Estado. Después de hacer esto, nos dice que lo que recordamos nunca pasó, como si la memoria o la verdad sea algo que puede ser formado o moldeado para caber en un resultado preconcebido. Entonces, no se olviden. Nunca.
Nos reunimos hoy después de décadas y generaciones de sangre y trauma. Nos reunimos en un acto desafiante.
Y recordamos.
Recordamos no sólo un día o un evento, porque el recordar lo que pasó el 25 o 26 de junio, o cualquier otra fecha en particular, es importante, pero no tan importante como entender la continua campaña de colonización. Es un drama humano en curso, un drama de carnicería y lujuria de sangre, y todavía estamos en esto, sosteniendo una defensa continua; rezando para el equilibrio, paz y justicia; intentando hacer sentido de todo esto. Tal vez, frente a tal amenaza, lo más importante que podemos hacer es recordar. Entonces, enseñen a sus hijas e hijos. Transmitan nuestro conocimiento. No se olviden. Nunca.
Recordar es resistir, y si recordamos, estaremos libres un día. Libres de su mentalidad. Libres de sus ametralladoras y sus bombas. Libres de sus jaulas. Libres para ser quienes somos.
Y libres de su temor. Ésta es la libertad más verdadera de todo, y la verdadera libertad es realmente de lo que se trata, no de la ilusión de libertad que nos ofrecen.
Entonces, no se olviden. Nunca.
En el espíritu de Caballo Loco,
Leonard Peltier
Éste es un mensaje a los eventos en apoyo a Leonard Peltier 35 años después de la balacera en Oglala en la Reserva Pine Ridge de la nación Lakota (estado de Dakota del Sur), el 26 de junio de 1975, en la cual dos agentes del FBI murieron. Sin evidencia alguna en su contra, Leonard Peltier fue detenido en Canadá el 6 de febrero de 1976, extraditado a Estados Unidos, enjuiciado y condenado a dos cadenas perpetuas por los asesinatos. Es uno de los presos políticos más reconocidos del mundo. N de la T
Para apoyar su libertad, firmen las siguientes peticiones en línea:
http://www.ipetitions.com/petition/pine_ridge/
http://www.ipetitions.com/petition/peltier_clemency2008/
http://www.ipetitions.com/petition/executive_review/
http://www.ipetitions.com/petition/docs2008/
Para más información sobre su caso, vean:
http://www.whoisleonardpeltier.info/index1.htm
Contacto: contact@whoisleonardpeltier.info
Traducción: carolina