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“Muy en el principio de los mundos que luego caminaron nuestros más grandes abuelos, los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros, se bajaron a platicar con los hombres y mujeres de maíz. Era una tarde como ésta, de frío, lluvia y sol que parpadea. Se sentaron los más primeros dioses a platicar con los hombres y mujeres de maíz para hacer los acuerdos de los caminos que debían caminarse los hombres y mujeres verdaderos. Porque estos dioses, que eran los más primeros, los que nacieron el mundo, no eran mandones como los dioses que fueron llegando luego. No eran mandones los primeros dioses, buscaban el buen acuerdo entre ellos y con los hombres y mujeres de maíz. Buscaban siempre llegar al buen camino juntos, con buen acuerdo y buena palabra. Y entonces estaban esta tarde, que era de las primeras del mundo más primero, platicando los dioses más grandes con los hombres y mujeres de maíz, con sus iguales..